NO
ME DIGAS ADIÓS, AUN ESTOY CONTIGO (I)
Ecos
del abismo, remarques reales
(1)
Los despertares, de los despertares.
Abrir como un robot los ojos, ver la misma habitación, bostezar las mismas
palabras, correr las cortinas con el más puro estilo de vampiresa. Tras las
ventanas el bullicio matinal, la luz sin luz. El mismo polvo reluciendo en tus
muebles, por mucho tiempo que dediques a sacarlo de tu entorno, es perseverante
y te invita a visitarlo otra vez.
Las sensaciones familiares, el vació
de cama que no se quita. Es como una herida que jamás se cicatrizará. Miradas
al absurdo mundo, esperando hallar en él todo lo que dejaste atrás. Miradas
ausentes al cielo, siempre esperando, suplicando, recitando palabras,
recordando viejas historias jamás contadas...
Un mundo inconexo, sin sentido, sin
rumbo ni norte... ¿Dónde está la ilusión, el brillo...? Otro despertar, otra
certeza, otro día interminable de espera...Un renacer dentro de este pedregal,
reviviendo la misma mierda. No tienes tiempo para auto engañarte, la realidad
esta ante ti. No hace falta que cierres y tanques los ojos, que evites hablar
de ello porqué esta dentro de ti, en tus pensamientos.
Somos unos insectos insignificantes,
muy pequeños..., tan indefensos. Pero no nos damos cuenta. Solo cuando la
suerte no nos sonríe. Un huracán ha cambiado nuestro pueblo interior, nos
reconstruimos pero jamás volverá a ser la lar confortable que una vez fue.
(...)
Nadia lo sabe, aunque se empeña a perseguir
una estrella. Maca empieza a comprenderlo. Valeria ignora que la vida puede ser
más cruel con ella. Ester, parece que se encuentre en el País de las mil
maravillas, persiguiendo mariposas. Adriana cree vivir los mejores momentos de
su existencia.
No, desgraciadamente no es ninguna
película. Tampoco es un sueño. Los dados giran, y quizás el destino de cada una
ya esta decidido. Cada cual es pasado, presente y futuro. Cada tiempo se
entrelaza, y se mezcla con el presente, en el pensamiento de cada uno. El humo
distorsiona nuestra visión, y nuestras propias trampas nos capturan. No podemos
escapar de nuestros peores mal sueños, están ahí, susurrándonos que no somos
inmunes al dolor.
Una ventana se abre, una cabeza sale
al exterior y empieza a gritar. ¡Sí grita!¡Grita a todo pulmón...! Pero es solo
producto de tu imaginación. Prefieres esconderte mirando como las protagonistas
de una película lo hacen por ti. Aquel grito terrorífico, ahogado; aquella
mirada de frustración que vale por mil palabras... es como si te reflejarás en
un espejo.
Nadia quiso hacer todo aquello, y
mucho más aquel día entre semana. Después del despertar y asearse para ir a
trabajar, coincidió con una Encarna enérgica en la cocina. Aquella mujer
disponía de un reloj interno muy eficaz, que le hacía levantarse a la misma
hora. Después de ingerir su desayuno habitual, se fue a espiar como Maca dormía
placidamente.
Sus ojos azules, llenos de ternura,
se permitieron ser sinceros consigo misma. Imaginariamente se le acercaba, le
susurraba cuanto la quería y se despediría con un dulce beso en los labios. Los
cuales se curvaron, dibujando el beso que pretendía darle y jamás realizo. Le
acariciaría el rostro, suavemente, sus hermosas facciones, sus párpados, sus
labios...
Momentos fugaces, visto y no vistos. ¿Ilusión óptica?
El tiempo caduca, es pisado...como si le diéramos la espalda. Pero esto es
relativo, quizás que una vez arrevesado ya no lo podemos manipular, pero él nos
sigue influyendo. ¿Incomprensible, no?
Los hechos te asechan, tus acciones
“vampiricas” están empezando a reflejarse en tu entorno. La noticia de su
relación ya ha llegado a la calle. Justamente, el día pasado salió a la venda
en todos los kioscos madrileños, y de muchos puntos del continente Europeo.
Nadia sale del edificio, donde vive
temporalmente, con miedo de ser reconocida. Aquello ha conllevado, en
requisarle un gorro, de llana y lila fuerte, a Encarna y, en ocultarse sus
preciosos ojos con gafas mega oscuras.
¿Conocerá aquel día el precio de la
fama? Una buena pregunta; pero aquel día no seria chistoso. Aunque algunos
compañeros de Hospital Central, ganaron el master de cotilleo, de bromas,
halagos... La ventana de Nadia se había abierto, y gritaría otra vez en
silencio.
Teresa, la flamante recepcionista,
fue una de las primeras compradoras de la revista que vendía la exclusiva. Se
la había leído cada palmo, cada coma, cada punto y coma... Mirado, incluso, con
lupa las dos únicas fotos. Nadia y Maca sentadas, mirándose cómplicemente; y la
otra mirando fijamente la cámara. El embarazo de la pediatra parecía el
Fantasma de la opera.
Aunque
se la había remirado mil veces, también se la llevo para hacerle compañía aquel
turno. Y al primero que se la enseño fue a Rusty.
TE:-
Hola Rusty. Por cierto, el rumor de qué nuestra nueva pareja de chicas, saldría
a una revista del corazón es cierto- no gastando más saliva, le enseña la
exclusiva.- Tal para cual ya te digo.
RU:-
En esto te doy la razón- mirando por encima la entrevista.:- Maca vuelve a
estar peleona.
TE:-
Yo no se que opinar sobre ello. Llegue a aceptar que Maca saliera con Ester; ya
que era mi amiga.- le comenta, arrugando las cejas.- Aunque no sé que le ve a
esta, una Monsolís.
RU:-
Mujer...- señalándole la imagen de la doctora catalana, y poniendo una
expresión facial como diciendo: " A cualquiera le gustaría una belleza
como Nadia...".
TE:-
¡ Como sois los hombres! Veis una chica hermosa y perdéis la razón...- se
calla, y ve como la persona fetiche, esta entrando al recinto. Iba muy
cuadrada, como si tuviera frió; y el rostro, prácticamente, cubierto por el
gorrito de lana. Sin querer se le escapo la risa, y escondió la revista
apresuradamente:- Buenos días Dra. Monsolís. ¿Escondiéndose de algo?
La aludida, se acerco al comete de
bien venida; se saco las gafas de sol con parasi- monia. Seguidamente, con
absoluta sereno, abrió una bolsa que llevaba colgada en su brazo derecho; de
donde saco una revista.
NA:-
Buenos días. Por cierto Teresita, aquí te dejo un regalito.- dejándole la
revista al mostrador.- Disfrútalo. Por cierto, a la otra gente no le interesa.
Estamos aquí por trabajo, te agradecería que si alguien te preguntase si soy
realmente la Monsolís que les dijeras no. Por favor- se iba a girar, pero la
firma inconfundible de urgencias la hiela con una de sus frases.
TE:-
No hacía falta Nadia; pero gracias ahora tendré la revista por partida doble.-
y como si nada deja caer:- Por cierto, si tanto miedo tenía en qué la
reconocieran, ¿por qué se presto a exhibirse en la revista?- sonríe
picaronamente; aquel día esta muy inspirada y dispuesta a pelear duro. Aquella
doctora le sigue cayendo algo mal; además vuelve a pasárselo en grande con
aquella nueva pareja.
Nadia, la mira con sus ojos azules.
Intenta comprender a aquella mujer apunto de jubilarse. ¿Qué gana con todas las
preguntas que le formula cada día? Alegrar su aburrida vida. Pero aquella
mañana no se compadece de ella, sino de si misma. Ante ella cree ver a Valeria,
recriminándole su error.
La entrada abrupta de dos mujeres al
servicio de urgencias, es otra causalidad que evita que Nadia responda a las
exigencias de la recepcionista. Una de ellas, que aparenta tener unos 30 años,
lleva el brazo derecho envuelto por trozos de sabana, sucios de sangre. Su
acompañante, aparte de sostenerla por la espalda, le iba comprimiendo la
herida. La pobre, que es un manojo de nervios, les pide ayuda desesperadamente.
Acompañante:-
Por favor, un médico... Mi amiga se ha intentado cortar las venas.
NA:-
Yo soy doctora, vengan- da unas ordenes a Rusty, y acompaña a las dos chicas a
un Box libre. Una enfermera no tardo en unirse a ellas.
NA:-
Soy la Dra. Nadia Bonet - se presento.
Observa con atención a la mujer de facciones marcadas,
ausente, que había pretendido terminar con su vida. También se fija en su
acompañante, una chica de unos 20 años más o menos. La cual esta desconcertada,
impactada; y su mirada solo es capaz de contemplar a su ser alegado. Nadia sabe
lo que su mente quisiera gritar.
Su corazón empieza a crujir de
dolor. Es como si estuviera reviviendo una historia ya vieja. ¿Puede ser real
aquello? Las heridas de aquella mujer lo son. Pero las circunstancias invitaban
a acceder a ciertos archivos de la memoria.
Su
mente empieza, ya, a disociarse de su cuerpo y viajar en el tiempo. Empezando a
ser difícil no realizar comparaciones. Hasta terminando por encontrar múltiples
puntos en común... Es extremadamente fácil provocar una hemorragia en tus lagas
mal curadas.
Acompañante:-
Se llama Flavia Cortes.
NA:-
Encantada de conocerte, Flavia.- intentando romper el hielo, nada de nada.-
Ahora con la enfermera te vamos a mirar las heridas. ¿Te hace mucho daño?
FL:-
Poneros los guantes porqué tengo SIDA.
Fue el instante que una imaginaria como un vaso lleno
va cayendo, lentamente, hasta acariciar el suelo. Un estruendo de vidrio
romperse se escucha, y su contenido se esparce. Ves el desastre, pero eres
incapaz de paliarlo a tiempo.
El silencio domino al box, la única
que no pareció afectarse fue la enfermera. La cual, rutinariamente empezó a
preparar el material para la cura; y ante el silencio de la doctora se la quedo
mirando fijamente. ¿Qué le pasaba a la Dra. Bonet? Era como si hubiese perdido,
ella, mucha sangre. Estaba muy pálida, con los ojos azules muy abiertos.
Además, si uno se fijaba bien, su rostro estaba sudando levemente, y su corazón
había dejado de latir brevemente.
Enf:-
¿Doctora se encuentra bien?- le pregunto, empezándose a preocupar. No obtuvo
una respuesta inmediata; se le acerco y intento hacerla reaccionar.
Masajeándole la espalda, incluso la iba a sentar en una silla. Mientras tanto,
la acompañante recobrándose de aquella noticia inesperada, empezó a discutir
con la paciente.
Acompañante:-
¿Y como no me has dicho nada? - no disfrazando su enfadamiento por aquella
ocultación de información.
Los ojos azules de la doctora, las
enfocaron y fue como una vivida picada de abeja, de dolor. Aquello le hizo
reaccionar. ¡Qué horrible mal sueño tenía ante sí!. La realidad y pasado se
habían acoplado en su interior.¡No podía permitir que aquel caso le afectará!
Aquella mujer no era la primera, y ni sería la última, que atentaba contra su
vida. Se les acercó, y, diligentemente, recondujo la situación.
NA:-
Lo siento, pero estos momentos no son los más adecuados para discusiones.- y
educadamente hizo salir del box a la acompañante. ¿Eran pareja? ¿Qué relación
las unía? Por la pasión que había reaccionado y recriminado aquella manca de
confianza, debían compartir lazos estrechos.- Vaya a la sala de espera, le
prometo que cuando terminemos le informaré y hablaremos.
La doctora catalana cerro la cortina
del box, y se puso guantes de látex. Empezaron a sacar las vendas domesticas y
le curaron los cortes, no muy profundos. La mujer era poco habladora, y solía
responder a sus preguntas con un simple no o sí. Después de la cura, decidieron
colocarle una vía endovenosa con suero; y también pidió una analítica a la
enfermera. Cuando esta se fue a llevar la muestra de sangre a laboratorio,
aprovecho para hablar, tranquilamente, con ella.
NA:-
¿Puede hacerle una pregunta, Flavia? - se miran directamente a los ojos. Nadia
identifica, en su mirada, un sentimiento muy familiar en ella. La entiende muy
bien, su historia es el remarque de su pasado. ¿Tendrá diferente desenlace
aquella chica? ¿Podrá salvarla?
FL:-
Como guste. Usted es libre de preguntar lo que quiera, como yo soy libre de
responder o no.- callo, esperando un interrogatorio cruento.
NA:-
¿Hace mucho que sabe que posee el virus de la SIDA?
FL:-
¿Y qué ganará sabiéndolo, ehh?- traspasándola con su mirada llena de dolor, de
rabia, impotencia... No pudo aguantar su mirada. ¡No podía!- No cambiará
nada... Mi vida va ha cambiar, ¿no lo entiende? Me iré de este puto mundo más
rápido que usted, sin poder disfrutar de las cosas que más amo. ¡Con mis puntos
30 años! ¿Y como me mirará, tratará la gente?
NA:-
La entiendo.- siéndole muy sincera, volviendo a mirarla. De hecho, puede
ponerse debajo de su piel; y sería capaz de adelantar cada una de sus palabras.
Una vez ya las escucho.
FL:-
¿A caso usted también es portadora de este virus?
(2)
La respuesta era fácil, pero no se
podía decir lo mismo con su paciente. Estaba afer- rada a su dolor, a su
realidad. Sus perspectivas del mundo son disparejas, y no existen palabras para
cambiar aquello. ¿Como decirle a alguien que se ha de conformar con lo que hay?
¿Como vivir con algo crónico, con el riesgo de irse al otro barrio?
Si alguien que estudio para curar,
solucionar problemas a veces ya le cuesta aceptar que no todo tiene solución,
más lo será por los que luchan para mantenerse en pie. Tarde o temprano, uno se
pregunta:
¿Por
qué sufrir? Porqué haga lo que se haga...tenemos el tobogán preparado, para
descender al charco del país de la nada. ¿Por qué tener fe? Todo esto, nos
conduce a situaciones irracionales, no reconciliables ni entendidas por algunos.
¿ Pero existe algo que justifique el suicidio?
NA:-
No, no tengo SIDA.- reconoció, sus ojos estaban ligeramente húmedos. Se sentía
impotente; aunque ya era la segunda vez que revivía aquella situación.- Pero me
imagino que sentiría lo mismo que tu.- siéndole sincera.
FL:-
¡Es una mierda!- sus ojos se le empañan de lágrimas. Se las seco con rabia,
como si fuesen indignas por ella. Parecía una mujer muy independiente, segura,
luchadora. Aún así había decidido terminar con su vida- ¿Qué clase de futuro me
espera?
NA:-
Una pregunta que únicamente se la puede responder usted.- respondió, siguiendo
como siempre la filosofía de Corina. Pero en el fondo era una ironía, porqué
quién presumía de ella no le sirvió de nada. ¿Triste, no? Aun así, le era una
fiel seguidora.- Yo solo te puedo decir, que si te cuidas, te tomas fielmente
la medicación, y todo lo que se te aconseja puedes hacer muchas cosas bonitas,
para ti y para la gente que quieres.- se le acerca, se sienta a su lado y le
coge la mano.
FL:-
¿Como lo hacéis que todo resulte tan fácil?- su voz era más cálida, y su
armadura de hierro ya estaba prácticamente a fuera. La tenía a punto de
caramelo.- Claro visto desde fuera.- ríe sarcásticamente, pero asemejándose un
llanto estridente.- Ya estoy harta de empezar de cero. Siempre lo mismo. Estas
tan bien. No te das cuenta que todo se puede terminar. ¡Joder, me ha pasado
esto por ser una estúpida!- alzando más la voz.
NA:-
¿Por qué dices que eres una estúpida? - intentando ayudarle a sacar sus
sentimientos negativos. Los cuales, son el verdugo de su cruel acto contra su
vida.
FL:
Por haber tenido relaciones sexuales sin protección- volviendo a llorar a
corazón abierto. Nadia le ofrece un pañuelo de papel.
No sabiendo muy bien que decirle.
Una vez, años atrás, no tubo ocasión de consolar a un ser que quiso mucho. No
le pudo decir cuanto la quería. La hizo sentir muy impotente, porqué no le dio
la oportunidad de escucharla, tal como lo estaba haciendo con aquella
desconocida. Aun así, las palabras parecían encalladas. Pero hallo las fuerzas
para ayudarla, para que empezará a abandonar el pozo en qué se había sumergido.
NA:-
Esta bien reconocer tus errores.
FL:-
¿Y de qué me servirá hacerlo? No se puede dar marcha atrás...- es alguien que
cree que ya ha llegado a su meta, y no ve las distintas ramas del árbol.
NA:-
Puede servir para luchar para vivir, para ayudar a personas a no caer al mismo
error que tu. ¿Quieres que te de más motivos?- la mira muy convencida de lo que
le cuenta. En este instante, alguien corre las cortinas y un acento, claramente, argentino invade el
ambiente.
HE:-
Hola Nadia, por fin te encontré.- mira a la mujer que estaba echada en la cama
y la saluda. Volviendo a mirar a su compañera.- Te buscaba, me puedes ayudar
con un paciente.
NA:-
Y tanto.- se levanta, y se despide de su paciente:- Piensa en lo que te he
dicho, y lo que podrías seguir haciendo...- la mujer no comenta nada más, y
observa como los dos médicos abandonan el recinto.
Nadia ya con el uniforme y la bata
puestas, se reúne con Héctor. Su caso le ayuda a distanciarse emocionalmente de
Flavia. Generalmente, no se deja vencer por las emociones, ni mucho menos
influenciar por los problemas de sus pacientes. Los intenta comprender,
escuchar y luego deshacerse de sus temores, dolores.
Pero con aquella mujer de 30 años le esta constando
mucho esfuerzo conseguirlo. Aun no ha informado a su acompañante; y lo va
retrazando inconscientemente. En realidad se protegía a ella. Héctor es el
escudo donde se esconde, exhibiendo una actitud muy infantil por su parte. Pero
no siempre te puedes permitir el lujo de rehuir tus responsabilidades.
HE:-
Pues ya esta.- saliendo del box, y se quedan hablando un ratito al medio del
pasillo.- Gracias por ayudarme Por cierto, hacéis una pareja de película, Maca
y tu.- le da un golpecito en la espalda, y la mira picaronamente.
NA:-
¿ También estás viciado a la prensa del corazón ?- fingiendo estar alucinada.-
¿Quien lo hubiera dicho de ti?
HE:-
Bueno, si salen dos chicas tan hermosas como ustedes...Quiero ser vuestro fan
numer one.- con tono morboso, les hace reír unos minutos más. - Siéndote
sincero, Teresita se lo pasa en grande, mostrando vuestro reportaje al personal
de Hospital Central.
NA:-
¡Cuando la vea...! Espero que la gente no se entere...- cierra los ojos con
rabia. Lo único que desearía, aquel día, era una avalancha de gente pidiéndole
autógrafos.
HE:-
Será el preció de la fama, ¿No?- pregunta que se queda al aire, porqué la jefa
de enfermeras las interrumpe.
EL:-
Por cierto, Nadia la acompañante de Flavia Cortes te esta buscando.
Ante recepción, Teresita estaba al
loro de los movimientos continuos de la gente. Vaya lince que esta hecha ella.
No se le escapo para nada, ni como la Monsolís entraba a la salita de espera.
Allí fue recibida por una comisión de familiares “marujones”, que tenían entre
manos la dichosa revista. Algunas, la abrían otra vez para asegurarse que sus
ojos veían bien. Y ya se sabe que con una edad se pierde la vergüenza. En fin,
no se cortaron para nada, y la acecharon vilmente.
-
¿Usted es la que sale con la Wilson, no?
NA:-
No, ¿Yo?- negándolo, y les pidió que se volviera a sentar.
Intento
localizar a la familiar de Flavia, sintiendo que era el objeto de veneración.
No le hizo nada de gracia. Aunque aquella situación, era lo último que la
inquietaba. Por fin, encontró lo que buscaba.
NA:-
Hola, siento haberla hecho esperar.
Acompañante
FL:- No pasa nada, ya es un tópico haberse de esperar en urgencias.
NA:-
Le importa acompañarme a un sitio más relajadito. Por cierto, ¿que relación la
une con Flavia?- lo dijo con el corazón encogido, esperando escuchar otra
coincidencia.
Acompañante
FL:- Es mi pareja. Me llamó, Julia.- se calla, mira a la gente de la sala de
espera. Aun esta perdida, confundida, con sentimientos contradictorios.- He
estado apunto de huir, de dejarla.- lo dice con la boca pequeña, siente
vergüenza en confesarlo.
NA:-
¿ Se siente culpable por ello, no?
JU:-
Mucho. Ya ve, al fin me he quedado. Aun así, no se que hacer...Estoy llena de
rabia...- sus ojos se recubren, finalmente, de lágrimas.
NA:-
Vamos, hay mucho para hablar. Este sitio no es el adecuado- la pareja de Flavia
lo comprende, y la conduce en un despacho medico. Le prepara una infusión de
tila, y llama a Teresita para que no la moleste; al no ser que sea
estrictamente necesario.
Julia no para de girar la cuchara de
plástico, en silencio. A veces, es difícil volcar lo que estas sintiendo. Dar
apellidos y nombres a todo lo que duele, tormenta. Las lágrimas no vuelven a
relucir en su rostro, todavía algo adolescente. Nadia no puede dejarse de
identifi- carse con ella. No había palabras, había montones de lágrimas y otros
períodos de desconexión con la realidad.
JU:-
Todo es tan relativo doctora.- rompiendo, por fin la quietud, de la habitación:-
Aquí sentada, junto a una desconocida; realizando una rutinaria acción.
Mezclando el azúcar en la agua de la infusión. ¿Qué hay de raro en ello? Quizás
que este dentro de un hospital, tomando algo que no suelo tomar... ¿Como he
llegado hasta aquí?
Porqué
mi pareja, con la que vivía des de hace poco, ha decidido acabar con todo. Sin
importarle nada más, que ella. No se pregunto, ¿Qué haría yo sin ella? ¿Tan
poco me quería?
(...)
Nadia la escucha, siendo incapaz de
interferir su monologo espontáneo. Esta diciendo todo lo que ella jamás se
atrevió a decir en voz alta. Era como si le estuviera robando las palabras.
Despertar, sabiendo que lo que más
habías querido no la podrías volver a abrazar. Era lo más crudo que existía. La
rabia de su perdida consciente, deliberada te llenaba de odio...Y por mucho que
lo intentarás comprender no podías. Lo condenas silenciosamente, lo
considerabas un acto mezquino, cruel. No obstante, aquella era su historia y
era bien distinta a la suya; por muchos puntos en común que existiesen.
NA:-
No me gusta hablar por otros, y no suelo dar mi opinión.- interviniendo
finalmente; ya empezaba a ser hora de qué dejase su pasado de lado:- Entiendo
sus sentimientos. Pero póngase en su piel. Estoy bastante segura que Flavia la
quiere; y por esto, y otros motivos, ha tomado esta decisión radical.
JU:-
¿Creía que le hubiera dado la espalda por tener SIDA?. La quiero mucho
doctora.- volviendo a llorar. Nadia se levanto y la abrazó fuertemente.- Quería
huir, porqué por unos instantes he pensado que había estando jugando conmigo,
que no me quería...- el fantasma de culpabilidad volvía a asomarse.
NA:-
¿Pero esta aquí, no?- le dijo, para intentar apagar el fuego de su interior. Se
separa de ella, y le ofrece otro pañuelo.- Me imagino que la noticia le ha
impactado...¿No lo sabía, no?
JU:-
Sí. Es otra cosa que me duele; su manca de confianza.- admite, bebe un sorbito
de tila; y agacha la cabeza.- En el fondo no me preocupa que me haya
contagiado. No lo sé.- se calla, abre los ojos como naranjas, como si un rayó
la hubiese cegado repentinamente:- Por esto, últimamente no quería hacer el
amor conmigo...ya empezaba a preocuparme por sus dolores de cabeza.- se le
escapo la risa, que parecía discordante con la situación.
NA:-
Seguro, que hace poco que lo ha descubierto. Esto explica, en parte, su
acción.- narrándole su hipótesis.- Hay mucho camino que hacer; y usted ha de
decidir si seguir a su lado. - se calla, y comprueba como ha recibido sus
palabras. Parece no haberlo oído. Y prosigue su discurso por otras sendas.- Ya
sabe que se deberá hacer la prueba sanguínea para saber si es portadora del
SIDA. Si quiere se la podemos hacer hoy mismo...
Julia sigue sin responder, las
emociones de aquella mañana la han saturado. A veces, aun sabiendo que dirección
tomar, nos perdemos con nuestros peores demonios. ¿Qué permanece en esta
confusión mental?¿Ganará el amor incondicional? Pero todo ser necesita su
espacio, su tiempo para sanar sus heridas.
NA:-
Es duro...- viéndose obligada a ocupar el vació existencial de la chica.- No lo
comprendes... Usted lo ha definido muy bien. Realmente no se que decirle, pero
por favor permítame que le recite un cuento...- clavo sus ojos azules en sus
ojos marrones, y obtuvo su permiso.
" A veces los cuentos, solo son
lo que son: cuentos, ficción. Pero no hay que olvidar que lo escriben, recitan
las personas de carne y hueso. Que lloran, que sufren, que ríen...y pretenden
crear un mundo mejor a través de su genialidad. Tienen en sus manos el don de
robarte muchas emociones. Y muchos cuentos, tienen un trasfondo real; y el que
te voy a narrar puede ser uno de ellos.
Cuenta la vida y milagros de una
mujer. Era una persona como cualquiera, con sueños, con manías. Su filosofía de
vida era muy terrenal. Creía firmemente, que podría alcanzar todas las cosas
que se propusiera. Pero en el camino olvidas de lo más importante.
Era una mujer con glamour,
inteligente, hermosa...Pero cometió errores. ¿Justicia profética? El caso es
que se le diagnostico una enfermedad incurable. Entonces, sintiéndose por
primera vez: sola, desnuda; se propuso hacer cosas buenas para variar. En este
camino enamoro a una chiquilla inocente, soñadora, que idolatraba el amor. Se
dieron las manos, y se creyó en el derecho de enseñarle a querer.
También es la historia de la
chiquilla. Que era una princesa de un pequeño reino, no muy convencional. Era
hermosa, joven, con ilusiones. Era tan inocente, soñadora que aun creía en la
eternidad. Antes de qué la mujer glamorosa la encontrase era un diamante en sucio.
Ella la pulió, lo convirtió en lo que es.
Caballera andante y princesa
compartieron noches estrelladas, pasearon por el mundo. Conocieron parajes
inhóspitos, hermosos para sus ojos. Aunque suene a tópico aquello era amor a
estado puro. Un sentimiento que no se pirateo, pisoteo...De hecho, fue perfecto
porqué no había expectativas de futuro. No, por la mujer condenada a una
enfermedad crónica.
Sí, es lo que pensáis. La gente
recorre la salida del laberinto más corta, aparente-mente más fácil. La princesa
esta ante las mortajas de su amada. No comprendiendo como ha podido separarse
de su lado, después de tanto amor y de repetirle, hasta el cansancio, que la ha
amado con toda su alma.
La princesa, que ha madurado a
golpe, sale a pasear a la madrugada. Ya hace un día que ha sepultado a su amor.
Al menos, esto cree. Pasea por la playa, descalza; sintiendo la tierra húmeda.
Haciéndose todas las preguntas que tu te haces.
“¿Por qué te alejaste de mi?¿A caso no me
querías? Sabia que había algo que te preocupaba, ¿Por qué no confiabas conmigo?
¿No sabes que mi amor por ti es muy fuerte, que iría contigo hasta la muerte? “
Una paloma blanca vuela en el
horizonte, la mar se mueve harmoniosamente. Se siente cansada, y se sienta en
la orilla. La paloma, desciende del cielo y se para muy cerca de ella.
Comprende de inmediato, que su amor descansa en paz; y que no quería condenarle
a su mala suerte. Mira a su entorno, y solo es capaz de apreciar la llama de la
vida. Una cascada de alegría. El dolor es menos intenso, porqué es capaz de
perdonarle, porqué ama a sus entrañas, sus motivos. Cierra los ojos...va
cayendo, suavemente, en la manta de la arena.
La chica se despierta en la playa, y
se siente rara. Muy rara, y una opresión en el pecho le deja sin aliento. Esta
confundida. ¿Ha estado soñando? La playa sigue desértica, la paloma parece ser
producto de la imaginación. ¿Y su reina? Se levanta, necesita volverla a
abrazar, decirle que la quiere. Corre, corre...hasta su morada. Llama a la
puerta. ¿Quien espera que se la abra? Pero la puerta se abre, y accede al
interior...
Entra con miedo, sabiendo que ya no
encontrara a su amor. Aun así, cree presentir su alma allí. No obstante, lo que
allí se encuentra es inimaginable. ¿Era realidad, o producto de sus deseos? En
la cama yacía el cuerpo, aun con vida de su amor. ¿Milagro? ¿No se había
muerto? o ¿que era real?
¿Sus plegarías le habían devuelto a
su amor? ¿ Fue un mal sueño muy vivido, en un atardecer en la playa? ¿ O
simplemente, había pronosticado el futuro; y había conseguido cambiar su
destino ?
Crea lo que quieras, toma tu elección. Aprovecha el
tiempo que tengas para demostrar cuanto lo, o la, quieres. No malgaste sus
horas pidiendo mil explicaciones; quizás su acto ha estado egoísta. ¿Pero que
harías tu si estuvieras a su sitio? ¿No querrías, al principio, decir adiós?
"
La cortina del box de Flavia se
vuelve a correr por enésima vez. En aquella ocasión no hay ningún profesional
sanitario. Dos mujeres, muy enamoradas, se hallan cara a cara. Se ríen, lloran
sincrónicamente. Han descubierto su tesoro, lo que realmente les importa. Hay
cosas al tintero, para decirse; pero ya no hay marcha atrás. Para bien o para
mal, lo vivirán juntas.
Nadia las observa a través de las
cortinas con mezcla de tristeza y alegría. Quería entrar, pero decide que aquel
tampoco es el momento. La fuerza del amor puede más que un buen consejo medico.
Julia ya hará que Flavia se deje ayudar. Más tarde, hablara con ellas como
doctora.
Se gira, y se aleja de allí. Se
siente feliz por aquella pareja de tortolitos. Pero lo que realmente le apetece
es llorar, llorar...Corre hacia la salita de personal, y allí, sin ninguna
inhibición, empieza a derramar grandes gotas saladitas. ¿Díos, cuanto tiempo
hacía que no lloraba? Se dejo caer en el sofá, y se coloco en posición fetal.
Quería tranquilizarse, aun le faltaba una larga jornada laboral. No obstante,
solo una mujer reinaba, aquellos instantes, en sus pensamientos.
NA:-
Corina... Todo y mi hipócrita historia signo ignorando tantas cosas...Tu
serenidad...- murmuro muy flojo.- ¡Ya basta! - se regaño para dejar de llorar.
No pudo controlarse. Necesitaba tanto hacerlo, en el
fondo, que era comprensible que terminara por inundar la habitación de su
llanto. Hasta empezó a tener espasmos, temblores...y se encogía, más para
relajarse.
Meteduras
de pata y dar círculos invisibles
(1)
El Doctor Dávila había citado al
personal en la rotonda; para comunicarles que ha había habido una terrible
explosión de gas, y llevarían a allí a la mayoría de los heridos. Todo el mundo
se presento, excepto la Dra. Bonet. La cual no había oído su busca. En su
ausencia, sus compañeros hicieron un pequeño debate sobre el articulo.
HE:-
¿Donde debe esconderse Nadia? Quizás de sus recientes fan. Vaya, las dos no se cortan
nada- iniciando la comedia él. Haciendo que Elisa comenta el espectáculo
producido en la salita de espera.
VI:-
No se que pretendían con ello. Es normal, que la gente luego las asedie, salude
por la calle. Hay que medir las consecuencias de los actos...- comenta, aunque
aquello le era, absolutamente, igual.
CR:-
Hay que tener valor por hacer lo que han hecho- opina Cruz, cambiando el rumbo
de la conversación. La mayoría le dan la razón, y coinciden en algo: hacen
buena pareja.
La
llegada en la rotunda del Director Medico entierra la noticia del día.
DA:-
¿Por cierto, donde esta la Dra. Bonet?- mirando a sus compañeros, esperando que
alguien justifique su ausencia. Nadie lo hace. Elisa, empezando a preocuparse,
se presta voluntaria para buscarla.- De acuerdo, pero no tardes.
La jefa de enfermeras, se dirige a
recepción. Lo único que saca de Teresita, es lo último que sabía de la
Monsolís, que estaba al despacho médico hablando con un familiar. Sale
disparada como un cohete para allá. No quiere que su pareja se impacienta más.
Pero se encuentra con la habitación vacía. ¿Donde estará? Corre hacia los box,
no hay suerte.
Todo
aquello le parece muy extraño...y se teme lo peor. Vuelve a revivir su peor
pesadilla.
¡Dios,
que no vuelva a reinar en Hospital central aquel mal sueño!
Minutos
más tarde...al límite de la desesperación.
La puerta de la salita del persona,
se abre bruscamente. Una cansada, acelerada Elisa entra. Se encuentra con una
Nadia desecha, llorando sin parar. El corazón de la enfermera se rompe. Se le
acerca, desgastándole su nombre:
EL:-
Nadia...Nadia...¿Me escuchas? ¿Qué te pasa?..
La aludida abre los ojos, los tiene
de color tomate con tanto llorar. Al principio parece no reconocerla. Pero no
tarda en reaccionar, y siente mucha vergüenza de si misma. Se levanta, y abraza
a su amiga. Odia que la gente la encuentre desnuda, mostrando sus debilidades.
Pero se deja consolar.
EL:-
Cuéntame cielo... ¿Qué te ocurre?- se separa un poco de ella, y le aparta
algunos mechones de pelo, revueltos, de su rostro. Nadia respira hondo, y
desata el abrazo definitivamente. No le apetecía hablar de ello. En aquel mismo
instante, el teléfono suena. Era Dávila para pedirles que no se demorasen más.
EL:-
Un momento. Sí, la he encontrado....- la mira de reojo, y miente por ella:- Se
encontraba mal. Bueno ya se lo diré...- colgó el aparato.- Estamos esperándoos
los heridos de una explosión de gas. Tengo de irme, pero no estoy tranquila.
Dávila me ha dicho que si te encuentres mal que te puedes ir.
Los lagrimales de Nadia parece
haberse secado. La entrada en escena de la enfermera ha puesto el punto sobre
la i. La cordura la ha vuelto a poseer; y no esta dispuesta a tirar las riendas
del barco. No quiere permitir que dolor interfiere más en su trabajo aquel día.
NA:-
Ya estoy mejor; de verdad. Vengo contigo.- cuadrándose con aquello. No hay
espacio para los peros.- Por cierto Elisa, te agradecería que no comentarás a
nadie que estoy mal. Ni mucho menos a Maca.
EL:-
Como quieras. Aun así, deberías aceptar que té dieran la mano. No eres ningún
robot Nadia, recuérdalo. Quiero que sepas que yo estoy aquí para lo que
necesites.- le comenta muy preocupada por ella. Aquella chiquilla tenia un
corazón de oro. Era alguien que se esmeraba para hacer feliz a los otros, y
parecía un ser feliz, sin ningún problema. A veces, olvidabas que eran también
personas humanas con sentimientos.
Era el medio día, cuando Maca y
Valeria entraron a Hospital Central. Nadia hacía poco que se había sacado los
últimos guantes sucios, y los había tirado, con rabia, en una papelera. Desde
que Elisa la rescato del torrente del lágrimas que no había parado. La mente no
había regresado al país prohibido; y le había permitido continuar siendo buena
profesional, y ofrecer lo mejor de ella. Aun así, el día no había mejorado para
nada. No pudo salvar a todos los pacientes que trato. Era algo que ya tenía
asumido, pero aquella mañana estaba muy sensible.
M:-
Hola corazón- le saludo, animadamente, la pediatra cuando se encontraron en la
cafetería.
VAL:-
Hola.- le saludo la inspectora, no atreviendo a decirle nada más.
La idea, de ir a comer las tres,
había estado de Maca. Valeria, no había encontrado ninguna excusa, convincente,
para no aceptar. Más que nada, porqué no quería poner a Nadia en un aprieto.
¿Le haría ilusión aquella propuesta? ¿ Por qué Maca se había empeñado en ello?
¿Se había dado cuenta de qué le gustaba Nadia? ¡Dios que corte...! Ni se
atrevía a mirarla. Pero era un libro abierto, era su cruz.
Era difícil ignorar a Nadia; le
atraía como un imán. Toda ella era hermosa, y mucho más su interior. Sus ojos
azules eran capaces de deshidratarte, sacarte la sangre, hacerte perder el
equilibrio, incluso te obligarían a hacer cosas impensables. En ellos veías tan
contenido; en ellos eres capaz de leer fragilidad, fortaleza, tormento,
misterio, amor, inteligencia, sensibilidad...
No podía estar a su lado sin
estremecerse, sin mirarla, sin sentirse más cohibida. Era tener a alguien, que
te importa mucho, muy cerca, a pocos palmos, y quererte empequeñecer. Tus
deseos primarios empiezan a dominarte. Las mariposas hacen que su estomago se
encoja, aún más. Ya es demasiado tarde, para decir que no te conviene
enamorarte de un elemento del caso. Porqué, resulta, que ya lo estás hasta la médula.
Nadia como siempre la trata con
amabilidad, cortesía. No parece molesta por la propuesta de ir a comer juntas;
y tampoco lanza cohetes de alegría. Estaba algo apagada, apática; y para no
desatar sospechas se justifica que esta muy cansada. Les relata, por encima,
unas pinceladas de aquella mañana. La cual quedaría reducida en aquellos
términos...
NA:-
Fatalidad, incomprensión, amor y muerte...Algunos de ellos los pilares de la
vida.
Nadia se va a cambiar; desea sacarse
el uniforme y olvidar la mañana. Antes de cerrar su taquilla, no puede evitar
la tentación de contemplar una fotografía que ha escondido allí. La coge, con
los ojos llenos de amor. Con un dedo acaricia la imagen inerte, que no nota el
paso del tiempo, de su Corina. ¡Era tan hermosa! Su pelo castaño claro, casi
rubio. Sus ojos, sus originales ojos, de color azul-liloso. Su rostro suave,
angelical...aún y el paso del tiempo, era capaz de percibirlo ante si, palpar
su sedosa piel.
La voz de Maca, hizo que devolviera
la fotografía a su escondite; cerrara la puertecita de la taquilla; y saliera.
Le dedico una sonrisa sincera a la mujer que había despertado sentimientos
dormidos en su interior.
NA:-
Ya estoy. Nos podemos irnos.- se dirigen, hacía la entrada del hospital; donde
les espera una tímida inspectora. Esta apoyada en la pared, muy cerca de la
puerta de salida. Mira la calle, a la gente que entra y sale. No las ve llegar.
Teresita, esta ateniendo una
llamada, tampoco capta que la nueva parejita esta apunto de salir. Su rostro,
por extraño que sea, también refleja cansancio. Maca, que ya se ha enterado de
la movida que ha creado, quiere darle un caramelito de aquellos que le
encantan. Su único error fue no compartir su plan; y que sus recuerdos
interfirieron su lucidez.
Sin
pensarlo, se gira, hace parar a Nadia y la mira en los ojos. Se le va
acercando, y varios recuerdos inundan sus pensamientos.
"Ester
esta ante ella, con una sonrisa de infarto. Intenta ponerle nerviosa, jugar al
gato y al perro...Y le termina robando un beso, sin importarle que Teresa sea
testimonio. La pobre mujer, ni que sea la primera vez ve besar...parece que
jamás se adapte. Pero bueno, más bien, a veces, parece que le de morbo. ¿No
piensas lo mismo, amor?"
Maca, esta a unos centímetros del
rostro de Nadia. La cual, se extraña por aquel acercamiento peligroso. Era lo
que más deseaba; pero estaba a fuera de lugar. ¿Qué pretendía Maca? ¿Era parte
del plan, aquello? Si era aquello, no le hacía para nada gracia. Mantuvo el
contacto visual, intentando comprenderlo.
Estaban al medio de dos mujeres, que las
miraban con mucha atención. Aunque sus miradas era muy distintas, una de morbo
y la otra, más bien de sorpresa...No obstante, a Valeria no se le escapa que
Nadia, en el fondo, se lo esta pasando mal.
Maca vuelve en sí. Pretendía caldear
a la recepcionista. Lo ha hecho sin pensar. Se sintió fatal. Pero en todo
momento, había tenido Ester muy presente a su lado. ¿Qué pensaría la pobre
Nadia? Sin darle más vueltas, se justifico de su irracional acción.
M:-
Perdona, quería dar un toque de atención a Teresita. Debería habértelo
comentado.- siguiendo manteniendo el contacto visual. No le fue del todo
sincera.- Espero que no pienses nada raro. No me mal interpretes...
NA:-
Tranquila; no te preocupes. Ha estado natural- quitándole el peso de encima.-
Es parte de nuestro trabajo. ¿Esto es una película, no?. La gente ha de
considerar, que somos una pareja. ¿No?
M:-
¿Seguro?- su amiga, le dice que no se preocupe una y otra vez.
NA:-
Como alguien dijo: Tenemos emociones porqué lloramos. Tu eres humana, y has
tenido un “lapsus”.- ríe, y le da un golpe suave, en el brazo.- Tu idea ha
estado genial. ¡Que se entere de una vez, que las lesbianas estamos invadiendo
el planeta tierra! ¿Somos en realidad marcianos?
M:-
Ja, ja, ja....Vaya pregunta.¡Como eres!
VAL:-
¿Me he perdido nada?- dejando su punto
de observación, y intenta sacar de aquella situación a Nadia. No obstante, la
chica ya había demostrado sus dotes de actriz. Había huido de aquel fuego.
¿Pero se había quemado con él?
Aquella acción, insignificante y
insulsa de Maca, en realidad no fue nada. Ni se llegaron a abrazar, ni se
besaron. Aunque por muchos, creían que aquel contacto visual, tan intimo,
terminaría en la orilla del mar. Pero tan solo una, sabia, que para una de
ellas, había significado mucho.
(2)
El restaurante elegido, es un
restaurante rustico, de especialidad comida tradicional. Maca no tenía estomago
por comidas exóticas, chinas ni japonesas. Estaba situado en el centro de
Madrid; y había llegado a el con el mini de la inspectora Wood.
Una mujer particular, más bien
bajita...su hermosura no era muy espectacular. Era una de aquellas personas que
uno aprende a querer, a apreciar a medida que se la va conociendo. No era una
persona muy parlanchina, estuvo a retaguardia durante toda la comida. Le
encantaba escuchar a la gente, y sobre todo a Nadia. Quizás porqué le atraía, y
le gustaba todo lo que proviniera de ella.
Aquel día, no era uno de sus
mejores. ¿Qué le pasaba? ¿La raíz de ello estaba en lo ocurrido en recepción?
No, ya le había parecido decaída cuando se reunieron en la cafetería. ¡Quería
ayudarla; aunque sabía que no le dejaría hacerlo!
NA:-
Cambiando de tema...Por cierto, inspectora se sabe noticias de Adriana y
Ester.- la contemplo sin parpadear. A veces, le daba la impresión de qué no se
hacía nada. Mucho espectáculo, ruido...¿Y para qué? Dar la falsa sensación de
movimiento.
VAL:-
No.- responde secamente, captando las vibraciones negativas que desprende la
Monsolís. Es una advertencia, de qué aquel día hay que ir con cuidado.
NA:-
¿Y ninguna embajada sabe algo?- insiste. ¿Como alguien puede hacerse invisible?
Pero bueno, en países tercer mundistas debe ser fácil pasar desapercibido.
M:-
Me imagino que se hace todo lo que se puede.- viéndose en la obligación de
apoyar a la inspectora. Comparte la misma intranquilidad que su amiga. No
obstante, también confía la inspectora Wood.
VAL:-
Le juro que cuando sepa algo, de seguro, serán las primeras en saberlo- les
promete, en el fondo sintiéndose mal. Ya quisiera ser un Díos, quisiera ser una
superwoman...Pero desgraciadamente no era nada de aquello.- Lo que sí puedo
decir es que, hemos encontrado los padres de Paula V. Su apellido es: Vivanco
Griselda.
M:-
¿ Pero a la chica no la habéis encontrado?- le esta picando mucho la
curiosidad. Representa que aquella mujer era parecida a su Ester; y en el fondo
era la culpable, indirecta, de qué Adriana la secuestrara.
VAL:-
La chica esta viva, al menos esto parece. Pero...- mirando a las dos, con
expectativa. De hecho, teme decirlo. Ya que, continúan estando en el punto de
partida; aunque ya saben sus apellidos.
NA:-
A ver inspectora...- no pudiendo evitar tratarla de aquella forma; aquel día su
paciencia brilla por su ausencia. Ya estaba harta de todo; y creía, que en
aquellas alturas, no cabían las in certeza. Pero bueno, ya saben que tampoco se
sabe la verdad universal.- ¿Se sabe o no se sabe que esta viva? Sea precisa...-
la forma en qué se lo estaba tomando era, quizás, muy personal.
VAL:-
Esta desparecida. Sus padres no saben donde esta. Des de qué supieron que era
homosexual, la echaron de casa. Incluso llegaron a desheredarla.- se calla, y
sus oyentes parecen igual de indignadas que ella. Después de un tiempo de
reflexión, prosigue:- ¿Y sabéis quien provoco el atentado familiar?- las mira,
pero no deja tiempo ni espacio para que respondieran:- Nuestra querida Adriana.
Les comento que ella y su hija eran mucho más que amigas.
M:-
¡Que horror! Pobre chica...- su rostro se entristece; no hay palabras. Hay
tanta incomprensión suelta. ¿Por qué la gente juzga a otros por una cuestión de
identidad sexual? A caso, aquello te hace ser otra persona. No dejas de ser el
mismo/a hijo/a que llevaste al mundo.
VAL:-
Hace tiempo que no la ven en persona. Pero por navidad, los llama. Si es
triste.- Nadia lo afirma con un gesto con la mano. Sus ojos parecen estar lejos
de allí.
M:-
¿Y sus padres no saben donde vive?
VAL:-
No. Yo soy una persona que no le gusta juzgar la actitud de los otros... Pero
hay acciones que son difíciles de comprender.- hace una mini pausa, mira de
reojo a Nadia, y le dedica sus últimas frases:- No todo el mundo es como
nosotras. Por mucho que la sociedad aprenda, se adapte...Todavía existe
personas que se dedican a enveranar las mentes sobre prejuicios odiosos. El
sistema educativo que se emplee es muy poderoso, y influyente.
M:-
En esto tienes razón. Los niños, de pequeños, son como esponjas que absorben
toda la agua, independientemente del color que es, que le cae.
Aquella línea de debate prosigue.
Valeria y Nadia parece que se hayan
intercambiado los papeles; ahora la primera parece más habladora; mientras la
otra esta sumergida en una profunda ensoñación. Escucha su dialogo, fluido, sin
tomar parte. Las observa, estudia sus movimientos, sus expresiones y se
sorprende a si misma, en empezar a compararlas. Maca y Valeria cara a cara,
ante una mesa rotonda.
Maca se nota muy cómoda con la inspectora, de
hecho tienen varias cosas en común. Las dos son dos personas cultas, con ideas
claras. Aunque a Valeria carece de la gran capacidad de relacionarse que
disponía Maca; aparte de qué, esta última, era una hermosa flor.
Eran
tan remarcables aquellas diferencias.
Pero también se debía de reconocer,
que la Wood, tenía su grado de atractivo. No te dejaba sin aliento en la
primera mirada. Aún así, tenía alguna cosa indefinida que le daba un aire
místico. Su fragilidad en contraposición de su seguridad, inteligencia versus
sencillez. A veces muy cercana, otras marcaba mucho las distancias; no
obstante, tenía la sensación de qué estaba siempre pendiente de ella. Su rostro
suave, pequeño, como una muñeca de porcelana muy expresiva. Nadia alarmada por
la nueva dirección de sus pensamientos, decide poner un punto y aparte.
" ¿Pero que estoy pensando? De
acuerdo, que esta enana dista de ser el ser que creí al conocerla. Pero de aquí
a reconocer que me errado con ella, ha fijarme en su físico, en su persona más
allá de la relación profesional....Irreconciliable. Además no es mi tipo.
Aunque no nos llevamos mucho de altura, pareceríamos una pareja insólita. La
alta y la bajita. Jaja. ¡Dios!
Qué raro en conjunto... Quizás
empiezo a valorarla más. He estado muy injusta con ella. Debo de encontrar la
ocasión para pedirle disculpas a toda regla. ¿Pero no será demasiado tarde? Ya
casi hace un mes que tuvimos el encontronazo. La mañana que he tenido ha estado
muy durilla, y me he despertado sensaciones que tenía adormecidas...
A
lo mejor, por esto, estoy dudando tanto, y mirando de otra forma a Valeria.
"
M:-
¡Nadia! ¿Me escuchas?- le pregunto Maca, mirándola con mucha atención. Hacía
algunos segundos que le dirigía la palabra, sin que se inmutase. Al fin regreso
al mundo de los vivos.
NA:-
¡Sí! ¿Qué pasa?- mirando al entorno, alarmada; ya pensaba lo peor. Su expresión
atónita, todavía algo distraída, hizo reír a sus compañeras.
M:-
Qué comentábamos en ir este fin de semana a Jerez. ¿Qué te parece?- le
pregunto. Nadia, que había estado mucho tiempo desconectada, estaba
completamente perdida. Se sintió muy absurda, estúpida...Odiaba ausentarse
tanto como lo había hecho. Su interlocutora comprendiéndolo, le contó los
planes.
NA:-
¡Vaya, este fin de semana dos días de actuación extra!- no fingiendo. No le
apetecía para nada exhibirse ante la familia de la pediatra. Y el siguiente fin
de semana, había de concertar una visita, también a toda regla, en Vilafranca
del Pendes.- Todo por Ester.- levanto la copa, con agua, y brindaron por el
éxito de su plan.
Nadia, necesitaba escapar unos instantes
de la mesa. Siempre la excusa de ir a los servicios nos va muy bien, como un
anillo al dedo. Se levanta, desciende unas escaleras y entra a un nuevo, y
limpio servicio para damas. Hay dos lavabo. Uno cerrado con llave; y el otro
libre. Entra en él; y, cuando esta en su interior, se da cuenta de qué el
cerrojo esta roto.
NA:-
Los quillos están a todos los sitios.- cierra la puerta, y cuelga el bolso en
la manita de abrir la puerta. Será mucho que alguien acceda en ella, y la
encuentre asentada y con las bragas bajadas.. ¿Tendrán la dignidad de llamar,
no?
Apoya los brazos en sus piernas, y
cubre su rostro con las dos manos. Aquel día se siente, otra vez, la mujer más
frágil del planeta. Es fácil traspasar ciertas líneas; solo hace falta que
determinados hechos resuciten ecos del pasado. A parte, de qué no es capaz de
sobrellevar aquella situación bien.
Cuando Maca, se le acerco tanto a la
salida del hospital, quiso fundirse. Había tenido de hacer un esfuerzo,
impresionante, para que no se le notasen sus sentimientos. No podía girar la
cabeza como si nada, ya que en los ojos de los otros eran pareja. No quiso
fastidiarlo. Pero no le guardaba ningún rencor a Maca por su impulsividad, ni
por no habérselo consultado. La comprendía; seguramente se le habían cruzado
los cables.
Otra vez estaba sumergida a dentro
de sus miserias, en sus porqués, que no se percata que alguien acaba de entrar.
En realidad, es alguien muy silencioso. Sigue sentada y reflexionando. De
repente la puerta se abre, el bolso cae...y dos miradas se cruzan de lleno. En
pocos segundos un silencio acaparador; pero Nadia reacciona lanzando varios
impropios. Otra vez se inicia una guerra...
NA:-
¿No sabes llamar antes de abrir la puerta?- la cual sigue abierta, de hecho la
pobre chica se ha quedado paralizada ante aquel hallazgo inesperado. Era como
si la hubiese encontrado con las manos en la masa. - Y aún la tienes abierta,
no querrás que toda que entre me vea con el culo al aire.- no haciéndole nada
gracia el aturdimiento de Valeria.
La pobre inspectora seguía
paralizada como una estatua, y su rostro parecía un tomate. Normalmente, ya se
corta mucho cuando estaba a su lado. Pero aquel instante se gana la medalla de
oro en ello. Parece que le hayan tallado la lengua. Como se odia; pero bueno
aquello es el principio de todo. Porqué ella, Valeria Wood, es gafe a rematar;
y cuando mete, realmente, la pata la mete hasta el fondo. Si no se hubiera
preocupado tanto por la Monsolís no habría hecho tan el pena ante ella.
VAL:-
Lo siento- atine a decir, mientras cierra la puerta. Nadia parece no haber
escuchado sus francas disculpas; solo se sumerge en un profundo, interminable,
silencio.
Lo ocurrido solo ha estado un
accidente. Realmente es desagradable que invaden tu intimidad; y más teniendo
el trasero al aire. Pero suele ocurrir, cuando te metes en un servicio cuya
puerta no esta en condiciones. Más aún, habiendo el atenuante que en él restas
una centuria; y que la gente accede en ellos sin picar antes. Bueno, es una
ruleta rusa. Abro o no abro; opción a: abrir. ¡Premio!
Nadia esta pensando en ello y se le
escapa la sonrisa. Decide ya salir; de hecho ya tiene el trasero helado.
Aquello no merece darle más vueltas. En el exterior, espera una inspectora aun
roja y reflejando mucha vergüenza. Le vuelve a pedir disculpas. Observa como
Nadia empieza a limpiarse las manos, sin mostrar ninguna intención de ocupar el
wáter vació.
NA:-
¿Quieres algo...?- dejando de limpiarse las manos, y la mira de reojo. A veces,
le pone nerviosa que la gente le miren fijamente, en silencio. Y aquel día no
tiene paciencia, y su juez interior es más exigente. - No tenías que ir al
lavabo....
VAL:-
Ah, si... verdad.- dejando de comérsela con los ojos, y parecía que acababa de
descender de la luna de Valencia. Aquella mujer la hechizaba, conseguía hacerle
olvidar sus intenciones originales.- ¿Estás bien?- no buscándole el contacto
visual.
NA:-
Sí. ¿Por qué?- siendo otra vez desagradable con ella.
¿Qué le ocurría con aquella mujer?
Hacia, más o menos, un cuarto que empezaba a verla con otros ojos. ¿Por qué
aquellos cambios bruscos de perspectiva? No era únicamente, porque había
entrado sin llamar. Pero en aquella ocasión, a diferencia con su primera
discusión, se dio cuenta de qué estaba siendo muy borde.
VAL:-
No debería decírtelo.- luciendo su diplomacia- Pero me preocupas...- ignorando
su reproche dicho a media voz.- Hoy no te veo en tu mejores momentos. Soy una
extraña, ni tengo el título de amiga...Y ni que te parezca raro, estoy
dispuesta a escucharte. Si quieres...- se volvió a encallar, porqué volvió a reunirse con sus ojos azules. Por
raro que pareciera, carecían de reproche, odio...- que...Yo...
Nadia, se compadeció de la pobre
mujer. ¡Qué trabajo le costaba expresarse! ¿Qué le pasaba con ella? Porqué
cuando estaba con Maca hablaba muy bien, fluidamente, teniendo unos argumentos
muy validos...No se atrabancaba para nada. ¿No era raro aquello?
Aquello le pico mucho la curiosidad;
por esto no dejo de mirar sus ojos verdes. Era un color, muy bonito; y poco
frecuente por España. Sin pensárselo, dirigida por una intuición, se le
acerco...y aquello provoco una estampida. Valeria intento moverse, y con el
intento se dio un mal gesto en el pie derecho.
Si no hubiera estado por Nadia,
hubiera caído de espaldas al suelo. Al notar los brazos, largos, firmes de la
catalana entorno a su cuerpo, se volvió a paralizar. El corazón le salía del
pecho, y pudo evitar el impulso de abrazarla fuertemente, acariciar su espalda,
percibiendo su perfume embriagador. Comprendiendo que no se podía permitir
aquel lujo, se separo; no dejando de experimentar otra lluvia de vergüenza.
Otro lo siento, volvió a sonar en el aire.
NA:-
¿Te has hecho daño?- se intereso; su curiosidad por su patoso comportamiento
seguía muy viva.- ¿Te pasa algo conmigo? ¿Te pongo nerviosa?- no ocultando sus
pensamientos.
VAL:-
No...Tengo los pies muy fastidiados, de tantas torceduras que me hice de
pequeña.- mirándole la nariz, los labios. No quería hacer otro espectáculo. A
demás, empieza a temer que Nadia se haya percatado de sus sentimientos.- No me
pasa nada contigo. El que pasa que soy...muy tímida.- y dando el tema por
zanjado, intenta seguir con sus intenciones- Bueno, que te decía...
NA:-
Que si mujer, que si me preocupa algo, recurriré a ti- dice sin pensarlo, sin
darle la oportunidad de terminar. Además, la culpa le sigue atormentando.
Quizás aquel era el instante preciso, ideal, para pedirle disculpas. Pero...
VAL:-
¿Como llevas lo de Maca? Me sabe...mal. No sé cuanto habrá que mantener la
farsa.- aquel era una de los temas que le hacía dolor de cabeza. ¿No lo
comprendía que no le apetecía hablar de algo que ya no tenia remedio? Otra
mirada azul, asesina, le hizo callar brevemente. Aún así, no se dejo vencer en
su afán de ayudarla:- Es duro estar ante alguien que te interesa, tener que
fingir. Es como un cuchillo de doble filo; quieras o no quieras te terminas
cortando.
NA:-
¡Ya! Pero como te dije es mi problema.- muy poco flexible.
¿Por qué se protegía tanto? Con lo fácil que
sería compartir su mundo interno con Valeria. Al principio, rechazo su ayuda
porque se sintió violenta por su intromisión. Más tarde, comprendió que la
chica era leal, que tenía muy buenas intenciones. Aún así le terminaba de
cerrar la puerta a las narices por enésima vez. ¿Era cuestión de qué era muy
orgullosa? ¿De qué no estaba acostumbrada a hablar sobre sus sentimientos.
VAL:-
Ya pensaba que me responderías esto. Pero yo no me cansare de insistir.- decide
entrar al wáter, y dejarlo como imposible. El mejor método para ayudarla,
seguía siendo, estar a su lado silenciosamente. Pero a veces le era difícil de
hacer; la veía sufrir y se le rompía el corazón. Vuelve a reunirse con sus
ojos.- Me voy para allá...
NA:-
Ya era hora- metiendo otra vez la pata. Observa como su interlocutora se dirige
al WC, sin dejarla de mirar; estando otra vez a punto de caer. Y seguramente lo
que esta pensando es:" Nadia eres mi perdición. Me prometo no mirarte,
pero no puedo."- Jaja- no pudiendo reprimirse la risa.
VAL:-
Por cierto, no hace falta que me esperes.- dijo, apoyándose en la puerta.
También se le escapa la risa; pero era algo apagada. Al fin, entra, cierra la
puerta; se sienta en la tasa del wáter sin dejar de sentirse mal por su
estupidez. ¿Qué pensará Nadia de ella?
"Somos incompatibles quizás. No
puedo hacer más; cuando la tengo ante mi pierdo la razón. Que bien me he
sentido entre sus brazos; que tierna es cuando quiere. ¿Por qué le suscito
tanta ambivalencia? Espero que cuando salga no este. "
Su petición se ha cumplido. Nadia ya
se había ido; aunque estuvo tentada de esperarla. En más de arreglar las cosas,
lo dejaba igual. A veces, ya no hay marcha atrás. Sube lentamente las
escaleras, mirando de vez en cuando gira la cabeza, con la esperanza de verla
salir. No es así; se reúne con Maca.
Valeria no tarda mucho en regresar.
Se comporta natural ante ellas, y no parece afectada por lo ocurrido a los
servicios. Una mujer admirable, que pretendía ponerle las cosas fáciles, sin
ninguna presión. ¿No era de agradecer aquello? Saber que hay alguien velando
por ti es reconfortable.
Nadia se da cuenta de ello. La mira y le
dedica una dulce sonrisa. Valeria la recibe, y es la mejor caricia que le han
dado en los últimos tiempos. Es algo pequeño, insignificante pero ha tenido mucho
más valor que otras cosas.
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