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NO ME DIGAS ADIÓS, AÚN ESTOY CONTIGO (VI)


NO ME DIGAS ADIÓS, AUN ESTOY CONTIGO(6)

 

El ser que llevo en mi interior...

 

   El apartamento de los padres de Maca, era espacioso. No era de nueva construcción. Pertenecía en un barrio muy distinguido de Madrid; que lo había comprado y reformado de arriba a bajo. Tenia un aire muy señorial, burgués. La decoración era muy exquisita, harmoniosa; destellaba una clara preferencia hacía las antigüedades. Probablemente, la mayoría compradas por el cabeza de familia. Era su única afición, a parte del mundo del vino y las bebidas. De hecho, era un autentico Wilson: en su sangre había el alma de viñatero. La cual también la había terminado heredando el primogénito.

 

   Maca, solo le gustaba la naturaleza de Jerez, y jamás se sintió atada a las costumbres y negocios familiares. Quizás al no haber nacido niño, ni tener la responsabilidad de dirigir aquel negocio le había regalado más posibilidades;.entre ellas: estudiar medicina, viajar, realizar una beca a Nova York...etc. Había podido extender sus alas, conocer otras realidades y crecer como persona.

 

   La madre de Maca, era una mujer ya jubilada, que durante toda su vida se dedico a ser la mejor esposa que, todo hombre, desearía tener. Era hija de una familia, también, dedicada al mundo de la viña, cava...; aunque no con tanta escala como los Wilson. Era hija única, y sus padres casándole con el primogénito de los Wilson hicieron, quizás, el negocio de su vida. Ya desde pequeña se le enseño buenos modales, ser una buena anfitriona. Y hace falta, comentar, que lo consiguió con matricula de honor.

 

   Era un hito de las buenas costumbres, de lo más refinado, de acariciar lo tradicional... Siempre presumiendo de relacionarse con los personajes más distinguidos de la sociedad. En fin, la mujer ideal de un Wilson. Maca se enganchaba varias veces con ella; sobre todo después de qué anulara su boda, la semana antes de realizarse, y se decidiera ser ella misma. Siempre habían sido diferentes, fue lógico que sus mentalidades terminasen por chocar frontalmente.

 

 Por suerte, habían hecho las paces; incluso había aceptado a Ester. Maca temía su reacción cuando anunciase su embarazo. Aunque su madre, aun había cambiado más debido al tumor que se le había detectado el año pasado. No obstante, tenía una mentalidad muy cerrada. ¿Podía, alguien, modificar tanto sus esquemas internos, más arelados, en pocos meses?

 

   Eran las 13:45 horas, estaba la familia completa sentada en un espacioso salón. Faltaba que llegase Encarna. Un padre, cordial, con la consuegra, mando a su chofer personal a recogerla. El timbre, finalmente, retronó en sus orejas : era un ruido muy violado. Por unos breves instantes, las animada conversación de reencuentro se substituyo por la expectativa. Una criada fue a abrir la puerta principal, y se hoyo el saludo de la suegra de Maca. La cual, se levanto, quería interceptarla antes de reunirse con sus padres. Se cruzaron muy cerca del salón.

 

 

EN:- Hola Maca –le saludo emocionadísima. Su nuera, como respuesta, la abrazó fuertemente. La mujer le apretujo, con sus brazos protectores. -¿Cómo estás cielo? –no parecía disgustada por la discusión que tuvieron antes del funeral. Esto alivio el corazón de la pediatra; aun así se quería disculpar.

 

M:- Sobreviviendo... A mi...- deshaciendo el abrazo y apartándose unos centímetros de ella:- Quisiera pedirle perdón por todo lo que le dije antes ..

 

EM:- ¿De qué hablas?- pregunta, haciéndose la olvidadiza; y le sonríe. –A ver, déjame mirarte...- le pide; Maca se separa y le permite explorar su cuerpo.- ¿Te cuidas veo? Hay algo distinto en ti... – sugiere picarona.

 

 Esta muy pensativa; mientras Maca se parte de risa en su interior. ¿ Estará deduciendo que esta en estado de buena esperanza? Hay gente que tiene un sexto sentido por ello. Ya ha pasado el primer mes de embarazo, y algo más...¿Pero se le puede notar ya? Muy poco si que ha empezado a cambiar su cuerpo, pero de ahí a ser apreciado...

 

M:- Esto intento- le comenta.- No sé...- tiene tentación de ya contárselo, ya que su intuición le señala que su suegra no tendrá ningún problema con la noticia.- Quizás es por qué hacía días que no nos vemos.- hace una pausa, y la mira seriamente. Necesitaba decirle algo más:- Yo quisiera decirle, que...- a veces, le cuesta tanto expresar sus sentimientos- Que no he olvidado a Ester, y que... la sigo buscando. Y que no la pienso olvidar. Esta  aquí dentro, en mi corazón- tocándoselo – en mis sueños, en mi mente... La llevo incustrada en mi alma.- y sus ojos se le vuelven a humedecer.

 

EN:- Lo sé mi niña, lo sé...-volviéndola a abrazar.

Mujer de Jero:- Chicas, a comer...- les interrumpe la cuñada de Maca. Se separan, y sonríen.

 

   En el gran comedor, donde la mesa inmensa reluce con su decoración. En el centro hay dos espelmatorías de oro, con 3 brazos; y un ramo de magnolias hermosas. El cobre mesa, es un mantel color blanco, con bordados de color dorado y en forma de flores. Los platos de pura porcelana y los cubiertos de diseño, igual que las copas. A Maca, le parece excesivo, como todo lo que organiza su madre.

 

 ¡Por Díos, por un desayuno para reunirse con una hija recién llegada, toda aquella parodia! ¡Pues vaya, como si fuera la Reina de Java! Encarna, ya no se siente tan cohibida ante tantos lujos. La pobre mujer, la más sencilla como la que más, rodeada de más códigos de comportamiento: que si este cubierto para el pescado, que si esta copa para el vino de tipo A... Maca le tubo que dar clases de modales de altos vuelos. ¡ Díos que tiempos aquellos...!

 

   El desayuno, fluye ligeramente. Algunos hacen bastante esfuerzo para no nombrar a Ester. Aunque su presencia es latente en sus corazones., sobretodo por aquellos que la llegaron realmente a apreciar. Maca a cada peldaño de la comida se va poniendo más nerviosa, consciente que se acerca su momento. No sabe si realmente tendrá fuerza parara hacerlo, de escuchar las impertinencias de corazones, incapaces de mirar más allá de la moralidad.

 Cuando, con la sola noticia, de una nueva flor en la ramada del Señor es un motivo hermoso, digno de brindar a la prominencia. El que si esta segura, que no va tolerar que le insinúen palabras soeces, y comparen al ser de sus entrañas, de monstruo, de lo que sea...!! Si ha desafiado a su hermano aquella mañana, ha sido capaz de llegar a todo por su Ester; más lo será por su hijo. Su momento, se va acercando, más veloz de lo que se imagina. Los postres ya se han servido, y cuando cada cual ha empezado a degustarlos, Maca se dice: ACCIÓN.

 

M:- Atención familia- levantando la voz, y mirando de reojo a su hermano; el único que sabe lo que se avecina. Se miran cómplices, y le supone un influjo de energía para la pediatra. Después de asegurarse que todos están pendientes del que va a contar. Son como centellas, con los ojos bien abiertos, para que no se escape nadie, ni un mosquito.- Tengo de comunicarles una buena noticia...- respira muy hondo, y piensa: “ Díos, parece que en tan solo decirlo me este ya quedando embarazada. Que fuerte y cuantos nervios “.- Espero un hijo de Ester...- suelta finalmente, directa y sin esconder nada. Los observa detenidamente a todos, los cuales presentan la misma cara de Rei/na pasmado/a. Bueno excepto Jero, el cual intenta romper el hielo.

 

J:- Un brindis para Maca, para mi futuro sobrino/a...- levantándose, con la copa en la mano. Maca lo imita, esperando lo mismo de los otros. La situación es algo tensa, a causado furor. Es como una comida muy densa, que cuesta dirigir. Parece que nadie, seguirá al joven Wilson...

 

EN:- Para mi primer nietecito/a – exclama la madre de Ester, siendo la tercera en levantarse; seguida por la mujer de Jero.- Ya me lo había parecido...- intentando bromear. Los únicos, que están, pegados a la silla son los padres de la futura madre. La cual, los mira implorante, pidiéndoles comprensión.

 

Padre de Maca:- Yo... yo no entiendo...- su voz transmitía mucha confusión.- Lo siento hija...- parecía que le hubiese pasado por encima un automóvil.-Pero, explícame como tu puedes estar embarazada de un mujer...- no cabiéndole aquello a la cabeza.

 

M:- Bueno, ingeniería genética esta más avanzada de lo que se cree..- empieza a contar, como iba para largo, todos se vuelven a sentar. Intenta esmerarse con sus explicaciones, evitando los términos técnicos.- Y el resultado es un hijo/a que va creciendo cada día. Resumiendo, el ser que llevo en mi interior es hijo de las dos. Mitad García y mitad Wilson. Y sin, más, parafernalia es vuestro nieto, bien legitimo.- dice con orgullo.

 

Madre de Maca:- Un niño probeta.- exclama, sin pelos a la lengua. La profecía se cumple según al pie de la letra.- Engendrado sin amor- poniendo un rostro que ya lo dice todo. Maca saca su espada de guerrera.

 

M:- Un ser humano engendrado con mucho amor, con el esfuerzo de dos personas que se querían con el alma- remarcándolo con negrita.- Un hijo deseado por la dos, desde hace mucho.- la mira exultante y amenazante:- Espero que cambies de opinión, porqué el tiempo pasa veloz y pronto nacerá... y quizás te estés perdiendo algo precioso.

Padre Maca:- En esto tienes razón hija- habla el patriarca, con su voz medida y luciendo su carácter más dialogante.- Perdona al principio, no me esperaba tu noticia después de todo lo que ha ocurrido. Disculpa a tu madre – hablando, por costumbre por ella.- No estamos acostumbrados a estas modernidades.- Es una buena noticia, y espero ver muy pronto mi nietecito corriendo por la casa.- parece que las cosas se quedan ahí, volviéndose a levantar y otra tanda de brindis. Pero...

 

Madre de Maca:- ¡No, no esta!- exclamando fuerte, no quiere enterrar la sardina todavía.- De acuerdo, será un niño deseado, querido...pero Maca tu no dejas de ser una madre lesbiana y soltera. Y me imagino, que siendo como eres, no le ocultaras de donde procede.-se calla, esperando su respuesta.

 

M:- Por supuesto que sabrá que, Ester, es su otra madre- responde firme como un roble.-No le pienso ocultar nada. Todo a su tiempo, y bien contado.

 

Madre de Maca:- Y el daño que le causaran los otros, te lo has planteado...- le sugiere; los otros las observaban silenciosos.

 

M:- Si, ya sé que la sociedad es muy cruel. Pero lo más importante es que tenga una familia que le quiera, que le apoye. ¿Y tu madre serías capaz de girarle la espalda? Porqué si lo haces como lo hiciste conmigo... duele aun más de lo que opinan los otros-se calla, esperando que aquellas palabras la ablanden.

 

EN:- Tienes razón Maca-la defiende, harta de verlas discutir; en lugar de bailar y cantar aquella alegría.- Hemos de estar unidos, que es nuestro primer nieto.

 

Madre de Maca:- Se que debería aplaudirlo...- empezando a dar su veredicto.- Pero no dejo de ser yo misma. Si té he aceptado, hija, tal como eres... terminare por querer a tu hijo/a.-Maca se levanta y se abraza a su madre. Al final, el brindis por la buena nueva se realiza.

 

En el cabañita del “Kaikas”: preparando el camino

 

   El mismo día, que en Madrid se difunde la sorpresa de Maca, Adriana y Ester se levantan tarde. Arreglan la cabañita, sin decirle pocas cosas. Cada una esta pensando en sus cosas. Especialmente la mujer rubia; la cual sigue planeando como conducir la historia. La mente de su chica es un libro con las páginas para rellenar. Lo que intenta escribir; pero hay cosas que no puede modificar ni rescribir... Sabe que en realidad era enfermera. Cuando se le cruzo por el camino, ya intuyo que se dedicaba al campo de la sanidad.

 

Su profesión le fue aclarada, en la última semana que el Dr. Garrido estuvo al país. Ella fue a visitarlo, con la excusa de despedirse de él y averiguar más cosas sobre la verdadera identidad de su chica.

 

Des de que se le confirmó su hipótesis, supo que tampoco se le podría ocultar. Ya que la chica parecía no haber olvidado, del todo, su profesión. Entendía la terminología medica, y por su forma de hablar de algunos temas. No, no podía ocultar aquello. El tiempo le terminaría dando la razón... Había de preparar el camino.

 

AD:- Cielo, que te parece si nos sentamos un rato y seguimos con nuestra historia- se sienta y espera que la otra se siente. Lo hace, y cruza los brazos.-  Naciste en Zaragoza...- empieza a contar. Al principio, todo es la bibliografía de la verdadera Paula:- Tus padres tenían una tienda, de barrio, de ropa. Eras hija única. Tu destino era terminar dirigir la tienda. Eras buena despachando. Aun así, no te gustaba. Cuando nos conocimos, me admiraste porqué estaba estudiando medicina. –le sonrío con aquellos recuerdos; y en este punto empezó a construir su castillo de cartas:- Y te animaste a estudiar enfermería; aunque yo te anime a estudiar medicina...- no pudo proseguir porqué alguien llamó insistentemente a la puerta.

 

NO ME DIGAS ADIÓS, AUN ESTOY CONTIGO(7)

 

En el cabañita del “Kaikas”: preparando el camino(2)

 

   Las dos intentan levantarse a la vez; no obstante, Adriana detiene a Paula. Sus ojos están teñidos de miedo. ¿Quien será? Siguen apabullando la puerta, sin ningún respiro. Su mente le juega bromas desagradables: imaginándose que detrás de la puerta se encuentra la Wilson acompañada por sus secuaces, armados hasta las narices. Se siente, momen-táneamente, incapaz de abrir la puerta. Una decisión compleja, por alguien que siente que esta incumpliendo la ley; por alguien que es capaz de querer bordando la locura... Su querer siempre ha sido sin limites, incondicional. Es alguien que sabía que era ya el perder, la frustración ... El aire se convierte en una pesada cadena, que te cae encina sin poder evitarlo. Y el pánico la poseyó, como un espíritu malévolo.

 

E:- ¿Qué té pasa?- le pregunta, preocupándose por su extraño comportamiento.- ¿De qué tienes miedo? –pero tampoco hay tiempo para explicaciones, el que hay al exterior no tiene paciencia.- Si quieres, abro yo –se ofrece- Antes que nos derrumben la puerta.

 

AD:- ¡No! Mantente quieta...- le ordenada, alzando un poco la voz.

 

   Sus ojos parecen salirse de su orbita normal. Se auto recrimina por su estúpido miedo: “Des de cuanto eres tan miedosa, cobarde,¿Eh, Adrianita? La Maca debe estar ya a su mansión, en Jerez. Disfrutando de sus comodidades burguesas. Seguro, que ya tiene a alguien quien le caliente la cama por las noches “. Al fin, el hechizo que la había mantenida clavada como un clavo desaparece. No va a permitir que Paula abra la puerta; mejor que por ahora la vean poca gente. Inmune a las peticiones del exterior, se acerca cautelosamente a la ventana.(...) Sin querer, deja caer una carcajada; y sus hombros se relajan. Comentando, al fin, sus pensamientos:

 

AD:- Si es mi amigo, el nativo que me comunico que algo grave iría a suceder. Gracias a el, fui en tu búsqueda.- y se lanza a abrirle la puerta.

 

   Ester, se limita ha hacer de espectadora. Adriana no deja se sorprenderla, desconcertarla; y muchas de sus extrañas reacciones le parecen extravagantes. Como sus cambios de humor bruscos, el miedo que a veces le invade y que con tanto ahínco quiere esconder. Minutos antes, tremolaba de pánico; y luego experimento la máxima alegría en comprobar que era un amigo.

¿De qué tenía tanto miedo? ¿De qué, debería huir? Pero aquel no era el momento para investigar; ya que Adriana y el nativo estaban enfrascados en una intensa conversación, usando la lengua nativa. La pobre Ester, no entendía nada, de nada. Lo único que pudo deducir, que algo malo había ocurrido. Finalmente, su pareja se digno a mirarla y explicarle los motivos de la visita.

 

AD:- Un conocido suyo esta muy mal. Tengo que ir a ayudarle. ¿Te importaría quedarte...?- lo formulo como una pregunta, pero en realidad pareció más una orden. Sus promesas se fueron al garito. ¿Ya las había olvidado? Era tan innata su obsesión de mantenerla encerrada, oculta...

 

E:- ¡No! Yo vengo contigo- no dejándose dominar.-Ya te lo dije ayer: quiero ayudar, con lo que sea.- muy firme y tenaz.- Sé que soy capaz de ello; y tu me has terminado de confirmar que soy enfermera.¿No crees que te puedo ser de mucha ayuda?

 

   Adriana, no protesta; de hecho ya se lo imaginaba. Su mente, es como un lince; sin meditarlo mucho coge un pañuelo negro, grande, y se aproxima a su Paula. Ha tenido la brillante idea de recoger su pelo, y ocultarlo debajo el pañuelo. Alguien podría reconocerle; y no quería perderla.

 

E:- ¿Pero...que haces?- no comprendiendo su forma de proceder. Esto desespera algo, a la mujer rubia. No hay tiempo para explicaciones; aunque tampoco quiere ofrecerle el peor de su carácter.

 

AD:- Es solo para proteger la cicatriz de tu herida...

 

E:- ¡Pero si esta ya cicatrizada!- exclama, aquella mañana se ha despertado rebelde.

 

AD:- Sí; pero el sol puede afectarla, enfearla...- la mira, intentando convencerla. Ester se molesta por su explicación; como siempre escapándose. Al fin, se deja recoger el pelo y ponerse el pañuelo; comprende que no hay tiempo para discusiones. Se abrigan, los tres salen y se montan a la camioneta; todos apretujados a la parte delantera, ya que solo hay espacio por dos personas.

 

   El amigo de Adriana, es un hombre de 60 años y es una figura importante en el pueblecito “Konkenas”, ubicado a un pequeño monte muy cerca donde las dos mujeres vivían. Ester, no deja de sentirse muy incomoda ante él. Ya que, durante el trayecto, sus ojos, oscuros como el carbón, no han dejado de acosarla. Parecía tener mucha curiosidad por ella, aunque en ningún momento le dirigió la palabra; solo el intenso escrutinio visual, intermitente. Adriana, hablaba animadamente con él, excluyéndola en todo momento. Ester, no dejaba de preguntarse: “ ¿De qué deben hablar? ¿Cómo es que yo no hablo ni entiendo todavía su idioma? “

 

No puede evitar de vivir aquella inquietante sospecha, que a veces nos invade cuando no nos hablan a susurros a nuestro delante: “¿Y si hablan de mi?”.  No obstante, en aquella ocasión es cierta. Adriana intenta convencer a su amigo que Paula es su pareja, que hace poco ha llegado al país.

AD:- Sí, es mi pareja. Hace poco que ha llegado. Por esto no me has visto estas ultimas semanas- se justifica. Por suerte, su ángel perdido no parece entender nada de lo que hablan. Esto le da una enorme aventaja a la mujer; puede construir su farsa sin que fuese consciente. La cual, cada vez, se va extendiendo hacía a fuera. Quizás un día, todas sus mentidas la terminaran para ahogarla.

 

Amigo:- Se parece mucho a una mujer desaparecida.- vuelve a insistir. Adriana, cansada de repetirle que no son las misma persona. De hecho, ya desde el principio de entrar a la cabaña, que le bombardea con lo mismo. Lo mira con odio latente; y su mentes se imagina la decapitación de Maca: “ Díos que mujer tan pesada. Has debido ser tan eficaz con tu búsqueda que has contaminado el “Kaikas” con fotografías de tu amorcito. Incluso, estando lejos me lo estas poniendo difícil. ¿Tanto te cuesta olvidarla? Aunque con un mujer tan dulce y tierna ante si,¿Cuál se resistiría? “

 

AD:- ¡No! Yo también me crucé con aquella mujer. Sí, se parecían; pero tampoco eran idénticas.- se calla. El hombre se convence. –Escucha; no has de tener miedo. Ella es muy buena persona y una excelente enfermera.- para prevenir la desconfianza intrínseca, natural de aquel nativo. A parte, de que los occidentales no le caen muy bien. Para que la llegase a aceptar a ella, hubo de suportar muchas malas caras. Su amistad la hizo pagar con creces.

Amigo:- Me fío de ti.- siendo muy seco y directo. A veces, su forma de proceder daba escalofríos.

 

AD:- Escucha, me puedes hacer un favor.- le pide; si consigue su ayuda muchos de sus problemas actuales tendrían arreglo momentáneo. El hombre, con un gesto, le ofreció su incondicional suporte.- No me gustaría que Paula fuese confundida con esta tal Ester. Lo ha pasado muy mal en España, perseguida por una maniática, que creía que era el fantasma de su pareja. No me gustaría que la volviesen a confundir con otra desaparecida. – sintiéndose muy orgullosa de su improvisación.

 

Amigo:- No te preocupes; los malos espíritus son muy dañinos. Hay que dejarlos descansar en paz. Si pretendes mantener su flama latente, mal asunto. No hay nadie que descanse en tranquilidad. Es sembrarte tu propio infierno. Nada bueno-repitió – Te ayudaré. No me gustaría que la persona que te acompaña en tu camino, vuelva a ser poseída por mentes endemoniadas.- era un hombre de honor; y como líder que era con posibilidades de extender la esencia de su plan.

 

AD:- Que no sé hables más de ello- dándole un golpe suave en la espalda. En este momento, sus ojos se cruzaron con los de Paula. Leyó en ellos incomodidad, desconfianza. ¿Había entendido algo? Quizás se había extendido demasiado con sus intrigas.-Cielo, perdona. Es que hacía días que nos veíamos...- se disculpo.

 

E:- No pasa nada-se vio obligada a decir. Pero estaba muy molesta, por la ignorancia que había sido víctima. Durante el cual, no pudo evitar sentir que era objeto de cotilleo. Había intentado entender algo, sin ningún éxito. Después de rendirse, invoco el sueño de la noche anterior. Fue, el único, consuelo que tubo. ¡Cuánto le gustaba percibir a aquella mujer alta, tierna muy cerca de ella! Intento cerrar los ojos, para volver a soñar con ella. Pero no pudo porqué a Adriana, le volvía a apetecer a dirigirle la palabra.

AD:- Cariño, la persona que vamos a ver es un chico que tiene mucha fiebre.-le informo finalmente. – El otro día se corto, con una cierra en la mano. Se le intento curar con remedios tradicionales.

 

E:- Quizás debe de estar infectada la herida-supone Ester.-¿Falta mucho?

 

AD:- Ya llegamos- anuncia.

 

   Giran por la derecha, y siguen un camino que les acerca al campamento donde residían la gente de su amigo. Era ya la hora del desayuno. La gente había dejado de trabajar; algunos descansaban en sus casitas. Otros, estaban por fuera controlando que el helicóptero de suministro de comida llegase a la zona donde aterrizaba. Sus miradas, compartían el denominador común de la tristeza. No encontrarías a nadie que no hubiera perdido a ningún ser querido. Los ocupantes de la camioneta descienden, y se dejan guiar por el líder de aquel grupo. Entran a la choza, donde los espera su paciente. El recinto es pequeño, mal ventilado. Hay dos mujeres y un par de hombres, cuidando de él. Al ver entrar al líder con las dos occidentales se tranquilizan.

 

E:- Hola – los saluda, y se presenta. Y se acerca al chico, que esta muy apagado. Pone su mano derecha en la región frontal de la cabeza.- Tiene mucha fiebre Adriana-le informa. La cual se había quedado hablando con los familiares. –Le tomo los pulsos... lo veo muy apagado.- Por cierto, pregúntales si perdió mucha sangre. – se concentra en localizar a los pulsos del chico; tanto de la Extremidad superior afectada y de la otra.- Adriana, finalmente se acerca a la enfermera.

 

AD:- Me han dicho, que la normal. Que intentaron comprimirle la hemorragia; y luego le cauterizaron la herida.- le informa:- ¿Qué tal los pulsos?

 

E:- Rápidos, taquicardico; y la frecuencia respiratoria 26 minutos. Miramos la herida- le sugiere.-Aunque me preocupa más su hipertermia. Puede entrar en choc anafiláctico.- se queda mirando a su pareja, la cual esta absorta mirando al joven.- Diles que no puede haber tanta gente a su alrededor, están caldeando el ambiente. En segundo lugar, que traigan toallitas o pañales mojadas con agua. Hay que bajar la fiebre – empieza a ordenar, con mucha cultura.

 

AD:- De acuerdo- reacciona al final, alucinada por la forma de llevar la situación. Como se notaba que era una buena profesional, con mucho rodaje en su espalda.-Aunque no sé si querrán irse.

 

E:- Tu solo cuéntales porqué hacemos determinadas medidas. Como tan bien sabes hacer cuando quieres- al fin la obedeció; y se la quedo mirando algo incrédula. “¿Sus ojos habían mirado bien? Parecía que Adriana que todo aquello le iba grande. Pero bueno, ya te lo dijo que hacía tiempo que no había ejercido de medica.” Al final, los convenció. Los hechos iban ocurriendo según lo previsto. Se le aplicaron paños, trozos de ropa, mojados debajo de las axilas, por el rostro. Cuando la fiebre, pareció bajar algo, exploraron la herida. Cubierta por una tela oscura, sucia. La herida, aunque no perdía sangre, presentaba un aspecto pésimo. Las dos coincidieron con el diagnostico.

AD:- Infección.

 

E:- Hay que trasladarlo al hospital de campaña más cercano-propone Ester. La mujer rubia se la queda mirando; y ha de admitir para si misma que tiene razón. El botiquín que se ha llevado de la cabaña no hay suficiente material.

 

AD:- Allá tendrán más medios para combatir la infección, restablecer la perdida de sangre y surgirle mejor la herida. Hay que informar a los familiares...- se levanta, muy seria y con mucha preocupación impregnada en su alma. Paula lo percibe. Aunque le da la culpa a la inseguridad que ha descubierto en su pareja.

 

E:- Lo has hecho muy bien.-le comenta, para animarla. Se le acerca, y le acaricia el rostro.- Has hecho lo correcto...

 

AD:- Perdona, no estoy tan acostumbrada a ti a las urgencias medicas.-disfrutando de su caricia. Fue el mejor regalo de aquel día; y sin querer le dio alas para superar cada obstáculo que le pusiera el destino. Ir al campamento medico con ella era un riesgo, pero que estaba segura que vencería. Era una prueba de fuego, quizás la primera de las que proseguían. Aun así, aquella Adriana con los humos subidos que empezaba a creerse invencible, le esperaba un duro camino, con trampas inimaginables. ¿Su infinita imaginación era eterna?.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

NO ME DIGAS ADIÓS, AUN ESTOY CONTIGO(8)

 

Confía en mi ciegamente

 

   Adriana sale de la choza, hay que informar a los familiares del traslado del chico al hospital de campaña del monte. Su rostro reluce, brilla y parece flotar. Todo por una caricia fugaz, superficial. Es un sentimiento, aun más poderoso, que el miedo de perderla. Los familiares del enfermo, la rodean y ella les informa. Les habla instintivamente, como si fuese otra persona. Su mente, esta complemente concentrada en su problema con Paula. Una chica indomable, que no le puede obligar a permanecer encerrada. Porqué si lo hace, tiene riesgo de perderla también. Y si permite que le acompañe al campamento, también corre el mismo peligro. Reza a la prominencia porqué los profesionales sanitarios hay sido cambiados de la última vez.

 

   Aun así, tampoco podía evitar que hubiese gente que la reconociese. Que fácil sería estar al mundo civilizado, que tanto odiaba. Pero había de hacer una reverencia a la multitud de tecnologías, métodos que te permitían cambiar de imagen. Si ella tuviese tinte de pelo, cristalinos de otros colores, narices postizas...Le podría hacer un buen cambio de look. Se estaba imaginando a su chica con varios colores de pelos.¿Qué color le quedaría bien? Pero la realidad, le hace aterrizar violentamente.

 

Nativa:- ¿Me oye?-pregunta gritando, probablemente la madre del chico.

 

AD:- Sí, sí...- responde, también, levantándole la voz.

 

   Se asegura que no desean preguntarle nada mas; y se aparta de aquel grupito. No obstante, no entra, todavía, junto a Paula. Necesita unos minutos para meditar. Las ideas que había tenido eran geniales, pero inaplicables en “Kaikas”.  El pañuelo la camufla algo, aunque si te fijas puedes reconocer su rostro. ¿Cómo evitar que no la reconozcan? Si le hace poner unas gafas de sol, tampoco solucionara nada; incluso sería sospechoso. La única salida que encuentra, es contarle un cuento. Su bombilla interna se le enciende. Quizás será una historia demasiado retorcida; aunque esta medio inspirada por el verdadero desenlace de la Paula original. No quería dramatizar nada, pero aquella chiquilla se lo buscaba por ser tan cabezota.

 

AD:- El mejor remedio para este mal se hallaría en huir del país.- murmurando muy flojito.- Antes era un país maravilloso. ¿Pero ahora, que es? Más miserable y perdido. No sé porqué lo querrán reconstruir; para que otro terremoto lo vaya a volver a destruir. La tierra esta maldita... Sí, irnos sería el fin de la persecución de la tenaz Wilson. Sí, te ganaría otra vez la partida.- ríe sarcásticamente.- Pero mi chica no querrá irse. Se le lee su generosidad, sus ansias incondicionales de ayudar al próximo. Si ella lo quiere estaremos al pie de la guerra. De repente, alguien le pone una mano detrás la espalda. Se sobresalta, y se gira, como una serpiente, apunto de escupir su veneno letal. Una temerosa Ester se queda con la palabra en la boca.

 

E:- ¡Perdóname no quería molestarte!-exclama, cuando reacciona de aquel revés de mal genio. Empieza a girarse, cuando aquella mujer le gira suavemente.- ¿Ya té ha pasado el mal  humor?- mirándole implorante, comunicándole:”Chica me tienes loca.¿Qué diablos té pasa?”

 

AD:- Simplemente estaba meditando...- ignorando las preguntas de aquella chica morena.

 

E:- Bueno; y ya has terminado de hacerlo-le pregunto, impaciente.- Te lo digo, porqué hay que llevar al chico...- insiste. Adriana se la queda mirando, por sus exigencias. Ya lo sabe que hay hacer aquel traslado. No necesita a ninguna secretaría por recordar que hay que hacer. Le ha irritado tanto, que no esta dispuesta a hacer los ojos grandes. Cruza los brazos y empieza a atacarla indiscriminadamente.

 

AD:- No me gustan que me interrumpan cuando hablo, como tampoco lo hagan cuando estoy reflexionando...- los ojos de Ester no rehuellen los suyos. Lo aguanta muy estoica- mente.-Y creo que este chico puede esperar un cuarto más. Y si se ha de morir, quizás este sea su destino.- se calla, empezando a ser consciente que ha ido demasiado lejos. Silencio molesto. Sus palabras la han herido.

 

E:- ¿Te das cuenta de lo que has dicho?- le plantifica directamente. Su tono no puede disimular los amargos sentimientos que le ha hecho despertar. Parece una juez, sentada en su asiento en un juzgado. Apoyando sus manos en el libro de leyes, apunto de adjudicar su veredicto. Si eres culpable tiembla, que pagarás por tus crímenes. Los ojos de Adriana se humedecieron, conciente que había cometido un grave error. Lo que más le dolía, era que su ángel perdido pensase de ella que era una mala persona. Bueno, esto si ya lo pensaba. Se le acerca, mirándola como un corderito degollada; suplicándole perdón. -¿A ver, a qué viene todo este cuento? – intentando comprenderla; abandonado sui actitud inquisidora.

 

AD:- No quería decir esto. Si que me importa la vida del chico.- ratifica, remarcándolo con mucha intensidad.- Pero hoy tengo un mal día...- para, para dar más impulso a su discurso. Aprovecha para explorar visualmente la zona, hay gente en su alrededor. Están siendo espiadas; y los familiares del enfermo esperan que se lo lleven. No, no era el momento para explicarle la historia. Pero lo debe hacer; para prevenir la tormenta que se podía avecinar entre ellas dos. Y aquello, para ella, si que era más importante que otra cosa. – Además no puedo traerme de la cabeza una cosa...- la mira desesperada.

 

E:- ¿Qué te pasa?- le pregunta, preocupada realmente. Aquel día, la presentía más nerviosa, rabiosa...como si algo temiese. Ester, ansiaba con toda la intensidad que le aclarase, de una vez por todas, que sucedía.¿Por qué ponía tan de empeño en retenerla en la cabaña?

 

AD:- Tengo miedo que te encuentren.- le comenta sin pelos a la lengua. Paula se queda con los ojos como dos naranjas. Por un instante, hasta parece que vaya a caer al suelo, desmayada. Se le acerca y la coge suavemente.- Paula, estas bien.- silencio; esta procesando todavía aquella información inesperada.

 

E:- Pero... Pero no decías que habíamos venido aquí voluntariamente, que mis padres estaban muertos... Pero...- estaba tan desconcertada que se atrabancaba.-¿Quién me busca? –más silencio; hay que ser prudente y no lanzarle otra bomba directamente.

 

AD:- Alguien que te quiere mucho de daño- empieza a preparar el camino; los ojos de Paula la miran suplicantes. Comunicándole que no le haga mantener, por más tiempo aquella intriga- Una pareja anterior que tuviste...

 

   Ester se queda boca abierta. No atiene a decir nada. Sus pensamientos están locos. ¿Qué le acaba de decir...? Una antigua pareja la busca. ¿ Y por qué? ¿Por qué Adriana le hace tan pánico que me este buscando aquella persona? Su mente, ya automáticamente, supone que la persona que le esta buscando es la mujer que se le aparece en sueños. Es decir, su amante. Si esto es así, el terror que siente en las entrañas mi pareja es comprensible. No sabe como reaccionar. Aunque el sentimiento que más apremia en su interior es:” Tierra trágame “. Pero su frase: “Alguien que quiere hacer mucho daño”, le deja sin respiración. La mujer del sueño, ¿ Me quiere hacer daño? No se termina de imaginar...Las manos de Adriana siguen en su cintura, acariciándola suavemente.

 

E:- ¿Quién es la mujer que me busca?-no puede evitar de preguntar. Adriana, se sorprende por su suposición. Ya que de hecho, su historia no tenía una protagonista femenina. ¿Y si cambiarla? Maca pasaría a ser la mala, malísima. ¿Por qué, no? Aunque le atrajo la historia modificada, ya había tomado la decisión. Además no quería que aquella chica recordase a la Wilson.

 

AD:- No, tu esposo y...- no estando muy convencida- su hermana de alma.-como predijo, su chica se quedó, aun más desconcertada. Aunque, una parte de ella, se sintió aliviada. Ya sabia que la mujer del sueño no quería hacerle daño. ¿Quién debía ser en realidad? Alguien de su pasado... Dios mío que historial tenía a su espalda: un esposo, vete saber que amantes.

E:- Bueno, entonces hay que informarles....-comentó, sin darse cuenta.

 

AD:- ¡ Por Díos, no escuchas !- exclamo volviendo a tirar fuegos artificiales. Pero solo fue una explosión momentánea, y su energía se canalizo para el camino correcto, a ser convincente.- Nos busca, especialmente a ti, para vengarse. Le dejaste por una mujer; por mi.- intentando transferirle todo su miedo, peores temores:- Qué suerte tienes de haberte olvidado de aquel monstruo.

 

E:- Conseguirás que me mea encima- no tomándoselo en serio.- ¿ Realmente crees, que una persona en su sano juicio cruzaría el océano, exploraría cada palmada de tierra para encontrarme por haberle dejado vete a saber cuando...?

 

AD:- Luis es un hombre obsesivo, igual como su hermana, y con mucho poder económico para hacerlo. Seguro que su dinero lo ha conseguido ilegalmente, vete a saber con que negocios.-  siendo muy contundente con sus argumentos:- Yo de ti le tendría miedo.

 

E:- Bueno, a lo mejor se piensa que estamos muertas y nos deja en paz. Eso, si nos encuentra. Ya que si esta buscando en otro país.- intentando tranquilizarla.

AD:- Ha estado aquí, buenos sus secuaces.- le confiesa, mirándola muy seria. Los ojos de Ester se hielan.- Es que, definitivamente, no escuchas. Por esto te insisto para que te quedes a casita...Si te digo las cosas es por algo amor- recriminándole vilmente; haciéndola sentir como una autentica ingrata.

 

E:- Bueno, porqué no me lo explicabas des de un principio mujer- se defiende.:- Pero no crees que ya se habrán marchado ya...- comenta.

 

AD:- Esto creó; pero han estado enseñando fotos, según me han dicho. Habrá gente que te reconocerá y les alertara. ¿Ves el problema?- le mira muy cortante. Como diciéndole: “No tienes escapatoria si no vigilas”. Paula se derrumba, su vida se va complicando por momentos. No, no tiene suficiente con no recordar que además le esta persiguiendo un marido humillado, cruel, malvado.

 

E:- Claro que lo veo, pero...- sintiéndose, sin querer, atrapada. No sabe que hacer.-Pero cuando estaremos huyendo de él- le pregunta.- Según tu, ya nos marchamos de nuestra querida España...¿Cuándo viviremos tranquilas?- esta rabiosa.- ¿Lo hemos denunciado?-se le ocurre de repente...

 

AD:- Si, pero no sirvió de nada.- se quedan las dos pensativas. Ester no sabe que creer. Sigue sin recordar nada; y no comparte del todo el miedo de Adriana.¿Cómo se puede tener respeto a alguien si no le recuerdas?

 

E:- ¿Qué haremos, por qué no me puedo esconder toda la vida? Y además no pienso quedar con los brazos cruzados, sin ayudar a esta gente.-inquiere muy firme; luciendo mucha valentía que enamora aún más a Adriana.

 

AD:- Por supuesto...Escucha, lo que haremos es vida normal. Si alguien nos dice que le recuerdas a otra chica, les decimos que es casualidad. Coincidencias; seguro que miraron mal:- se lo remarca- Si los secuaces de Luis vuelven nos marchamos, entendido?- asegurándose que lo has comprendido.

 

E:- ¿Estas segura que funcionará?- le pregunta, alucinada por la tranquilidad y seguridad con que domina aquella situación. Adriana le clica un ojo, seductoramente.

 

AD:- Si, confía ciegamente conmigo.- le pide, sonriéndole. Era contraindicado infundirle demasiado miedo.- Por cierto, te pediría que en el campamento... mejor dicho, a nadie les comentes que estás amnésica...Ester se extraña por su petición; pero le asegura que la obedecerá..- Es para no dejar signos de sospecha. Vamos que ya hemos perdido bastante tiempo.

 

E:- De acuerdo, pero me tienes de acabar de contar bien la historia- le advirtió. Entraron a la cabañita. Volvieron a explorar al adolescente, y buscaron a varios hombres para que les ayudase a cargarlo detrás de camioneta. Media hora más tarde ya llegaban al hospital de campaña.

 

 

   Aquel día le sonreía a Adriana. Las cosas no le hubiesen podido ir mejor. Empezando por la historia; Paula parecía habérsela tragado. Luego, como supuso, los profesionales sanitarios se habían modificado. Nadie pareció reconocerla. En vista de aquella tranquilidad, Adriana decidió quedarse más tiempo. Paula se le agradeció, y se intento ayudar con lo que pudo. Mientras, ella intentaba hacer lo mismo; y cuando se encontraba a solas con una enfermera o un medico les lanzaba multitud de preguntas.

 

AD:- ¿Por cierto la Dra. Bonet no retornará al campamento?

 

Medico:- No lo sé. Creó, que después de qué muriese Antonio se quedo en un campamento del interior.-su oyente se quedó algo parada. Conocía aquel señor de pasada. De hecho, fue aquel señor que les quiso dar una lección el día que se topo con Maca. Un día insignificante, que le había llevado a complicarle su trabajo.- ¿Lo conocías? – le dijo que si con un gesto de barbilla:- Fue una gran perdida. Aunque era un gruñón cuando quería- parecía que le tenía mucho de apreció:- La muerte no hace distinción entre los buenos y los malos. – la cosa se queda ahí, ya que una urgencia apremia.

 

   Aquellas moviditas, el ir para allí y para allá, intentando salvar vidas se convirtió en el pan diario de Adriana y Ester. El tiempo era veloz como un cohete, dejándoles vivir varios meses con tranquilidad para las dos. Adriana ya no tenía tan miedo de qué la vampirica Maca volviese; y presumía de su pareja. Aunque, esta seguía negándole ningún tipo de roce. De hecho, Ester seguía soñando con la misteriosa mujer. Cada noche era diferente, y seguía sin llegar a ningún puerto, sin ver su rostro. Algunos los diálogos eran repetitivos; ¿o le eran familiares?. Y había uno de muy curioso, que las ponía las dos dentro el cuento de Hansel y Gretel.

 

   Aquella noche, había entrado de inmediato al sueño. Las dos se hallaban en una mansión, muy antigua. La mujer misteriosa, al lado sin dejarse ver. Y estaban enfrascadas en una picante discusión:

 

“Mujer misteriosa:- ¿Seguro que té quieres ir? – denotando preocupación:- Eres pequeña, y sin estar a mi lado... no quiero que té pierdas.- Ester intenta girarse, mirar sus ojos. Cayendo al mismo error de siempre. Si uno no quiere sacarse la mascara, por más que insistas encontrarás el mismo vació. “

 

“E:- ¿Pero a donde tengo que ir?-no entendiendo el contexto de la situación:- Estoy aquí contigo, estamos en medio de un sueño.- Al menos, yo soy consciente que es un sueño, se dice para si misma.”

 

“Mujer misteriosa: Me duele tanto sentirte.- aquel día parecía infinitamente triste. Esto le rompió el alma a la enfermera; que se sintió aludida.-¿Dónde tienes la cabeza? – le recrimina. Parece muy cabreada. –Será que ya te has perdido...- en este momento el escenario del sueño se transforma. Ahora, se halla Ester sola en medio de un camino, rodeada de árboles idénticos. Se vuelve a sentir sola, y se llena de terror muy intenso. Este si que le duele. “

 

“E:-¿Donde te has metido?- le grita. Nada, ni una respuesta. Solo el murmullo de las ramas de los árboles, agitándose.-No puedes irte hoy tan rápido...- le suplica, empezando a llorar.”

 

“Mujer misteriosa:- Té estoy esperando en casa...- le habla por fin su ángel. No obstante no la presienta muy cerca, como las anteriores veces. Su voz parece proceder del cielo.:- Espero tu regreso.”

 

“E:- ¿Dónde?-pregunta desconcertada.-¿En Zaragoza? ¿O en el paraíso?”

 

“Mujer Misteriosa:- Te perdiste. ¿Ya has dejado huellas, alguna señal para que té guíen? – se calla, esperando la respuesta. Ester, mira al cielo, que esta muy despejado, claro...parece incluso transparente. Te da la sensación que si prestas atención veras las interioridades, el que esconde la atmósfera. Ester se escruta la cabeza, intentando recordar algo.- Tu silencio responde por ti. Pero te estas esforzando por recordar el camino.- inquiere, parece el propio Díos compadecediendose de su pobre alma.:- Te regalo algo, pero este atenta que no se te escape.- anuncia, y seguidamente se dibujan dos ojos marrones claros en el cielo.”

 

   Unos ojos preciosos, dulces, tiernos...quiere perderse en aquella mirada. No obstante, no permanecen mucho tiempo ante si. Han estado como si le diesen un pequeño caramelito, que no le ha saciado el hambre de conocimiento. Otra vez, la ha dejado con la miel en los labios. Pero cuando esperaba la oscuridad, volvió a presentir su presencia detrás suyo.

 

“Mujer Misteriosa:- Para no volver a perderte, será mejor que no dejes miguitas de pan por el camino: que se las comen los oportunistas. Escoge otra guía más eficaz.“-después de este consejo desaparece como arte de magia. Y a partir de este día empieza a escribir los sueños, cada cosa que Adriana le cuenta...para no volverlo a olvidar. O simplemente, para que no se le escapen cabos sueltos.

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