NO ME DIGAS ADIÓS, AUN ESTOY CONTIGO (V)
* Maca, sorprendida, deja de hablar sola y se
dirige a la puerta antes de qué su inesperada visita altere la tranquilidad del
vecindario. “ Díos, que persistencia –piensa la pediatra “. Cuando llega
delante la puerta, el dicho timbre por fin deja de sonar. Se apoya en la puerta... Su corazón empieza a
latir, a gran velocidad... como un potro embravecido. Y si fuera su chica, su
reina...? Recuerda aquel día que su Ester le sorprendió con aquel ramo de
flores, para pedirle perdón por su comportamiento; por un instante de sus
labios se dibuja una media sonrisa. Pero el dicho timbre le devuelve al
mundo... y abre la puerta, con la esperanza de encontrarse a Ester. Su rostro
se entristece en ver a sus compañeros de trabajo. Los cuales, percibiendo su
decepción, entran igualmente, casi hablando todos a la vez, intentando
animarla.
CR:- Hola, ¿ que tal ? ¿ Seguro que no esperabas
vernos ?
DA:- Hola, podemos compartir un ratito de tu
tiempo...
VI:- Oye si molestamos nos lo dices...
EL: - No hemos tomado la libertad en pasar por un
catering ... hemos supuesto que aún no habías comido; hemos cogido más por si
te apetece invitarnos a cenar contigo.
Maca,
cierra la puerta... esta algo pasmada. No sabe que comentarles... no se
esperaba su visita. Tenía unas ganas enormes de coger el primer avión que
saliese ... que le dejará muy cerquita de “Kaikas“... para intentar buscar a su
mujer otra vez, antes de dirigirse a Nova York para implantarse el óvulo y
llevar al mundo su hijo/a... “ Cuando me gustaría encontrarte esta vez, amor...
– piensa Maca “. Mira otra vez a sus amigos, los cuales hablan, intentan
bromear... Elisa deja la bolsas de la comida en la mesita del recibidor. Sus
ojos se humedecen... ¡ Quiere decirles tantas cosas!
CR:- Niña... despierta; pareces la Bella
Durmiente...- se calla, con miedo de decir algo indebido.
M:- Gracias... de verdad- reaccionando finalmente;
se pone la mano derecha encima de su corazón que vuelve a golpear fuerte, de la
emoción. Dándose cuenta que el mundo no es tan oscuro; que siempre hay un
rayito de esperanza. Su decisión de residir a Madrid fue la más encertada, ya
que le permitió encontrar a su media naranja y encontrar a gente tan
maravillosa como sus compañeros de Hospital Central. Todo seria perfecto, si no
fuera que... Se vio compartiendo sus planes con ellos; y eso le ayudo a
planificar su aventura mejor.
Sus
oyentes, la escucharon con atención...procuraron no intervenirla ni juzgarla.
Aunque algunos lo considerasen muy precipitado. Pero lo que les importaba es
que Maca había recuperado su entusiasmo, las ansias de seguir luchando para
mantenerse en pie. No había perdido la esperanza de encontrar a Ester, y se
apoyaba en la ilusión de crear vida... de convertir el sufrimiento en un rayo
de luz. Siempre pensando que el destino de las dos volvería a converger un día
u otro...Nadie se atrevió a cuestionárselo, ni obligar a abrir los ojos. Era el
peor que se podía hacer, ¿ o no?. Elisa, Dávila, Cruz y Vilches se convirtieron
en su guías... aquellos manos desinteresadas que té guían en la oscuridad, que
te acompañan y impiden que no te caigas, que té señalan el camino...
VI:- Muy bien, pues manos a la obra...- fregándose
las manos, en plan de empezar a mover sus cuerpos serranos para organizar su
marcha.-Si quieres pasar antes por “Kaikas” hay que llamar a una
Onege...organizar tu viaje allí. Llamó para informarme de los vuelos,
planearlo...- se ofrece, y saca su móvil.
DA:-¿ Oye, ya has informado a tu familia...?
M:- No- responde, no había pensado en hacerlo.
Quería irse tan rápido....Pero su jefe tenía razón. Era mejor informarles, para
que no sufrieran más de la cuenta. Porqué anda pobres, vaya sustos que se
habían tomado últimamente. Los llamó, y luego habló con su hermano quien se
ofreció para financiar el proceso de su embarazo... Le agradeció y se
despidieron rápidamente; no quería perder ni un minuto.
CR:- Venga, que te ayudo a preparar la maleta-
cogiendo a Maca del brazo.
EL:- Mientras yo, me tomo la libertad de
apoderarme de tu cocina-cogiendo las bolsas- No té irás sin comer. Por qué té
debes cuidar un montón, ehh!! Que pronto vas a ser madre.
Todos se
ponen a las manos a la obra; el piso de Maca y Ester se ha convertido en el
centro de operaciones de un equipo muy competente, eficaz... Media hora más
tarde, todos se reúnen en la salita con sus quehaceres hechos. Una Maca, muy
emocionada, no puede evitar sentirse orgullosa de sus amigos. Aunque, tampoco
puede disimular sus deseos de irse.
VI:- Todo organizado... Si el destino té sonríe
Maca- exclama, intentando levantar el animo a la pediatra.
M:- ¡ Si seguro ¡- exclama, muy pesimista.
VI:- ¡Que sí mujer!- como si fuese un vendedor de
productos cosméticos, intentando convencer el cliente. Y para no impacientar
todavía más a aquella imponente mujer, fue, por fin al grano:- Esta noche un
equipo de médicos, enfermeros despega hacia “Kaikas”. En el aeropuerto se ha de
ser dentro de dos horas... así que tenemos tiempo para comer como Díos manda.-
señalando la comida, su estomago ya le esta protestando. Maca le abraza,
agradeciéndole todo...
M: - Mira, donde esta eh hombre mal humorado y con
mala leche?-mirando al alrededor.
CR:- Si en el fondo es un ángel- estando orgullosa
de su chico.
VI:- Basta... que me estáis quitando mi fama-
intentando mostrar enfadamiento, y todos terminan por reír en carcajadas,
incluso Maca:- Oye, también esta organizado
tu salida de “Kaikas” dentro de 15 días. No té olvides de ir a Nova
York! Para que te quejes...
Maca les
vuelve a agradecer, a todos, su suporte incondicional. Empiezan comer, intentando generar un ambiente
harmonioso, y respetar los silencios de Maca, a ratos muy largos. Aunque sus
amigos le hacían sentir cómoda, no podía evitar pensar, recordar a su Ester.
Una hora más tarde, Maca se dirigió al aeropuerto muy bien acompañada por sus
amigos. Y allí tubo una agradable sorpresa: Gero estaba allí para despedirse.
GE:- Ánimos, no te rindas nunca... Ester vale la
pena.- dice, aunque le gustaría
decir todo el contrario, porqué no quiere ver a su hermana sufrir más.
M:- Ten por supuesto..- le abraza-Por cierto, mi
última petición: no cuentes nada a nuestros padres, ehh? Se les contare en mi regreso, si todo sale
bien. No quiero imaginaran como se lo tomaran.
GE:- No pienses en esto, por favor. Ya sabes que
cuando quiero soy un libro cerrado.- consiguiendo robar otra sonrisa a su
hermanita.
Minutos
más tarde ya han encontrado al grupo de médicos de la Onege, con los cuales se
marchara a “Kaikas”. Maca se despide emocionada de sus ángeles caídos del cielo;
y coge la bolsa, pequeña, que subirá en el avión; y se va. Todo va sobre
ruedas, el vuelvo es puntual y pronto se puede observar el avión de Maca
despegar. Se enfoca a la pediatra, abrazando una foto de su mujer, de su amor.
En la cabañita, en “Kaikas”
Ester,
sigue con el rostro con un velo de preocupación, pánico. Quizás la palabra
clave es de desconcierto. Quiere hablar, pero su boca esta seca y le parece una
eternidad que no ha hablado. Observa su entorno, puede divisar a la alta mujer,
que debía tener entorno a unos 33 años. Esta atinando la hoguera... Al final,
consigue articular algo inconexo y algo flojo. Hay que volver a intentarlo...
E:- ¿ Qué ha... qué hago aquí? ¿ Qué ha pasado ?-
al fin la mujer desconocida, misteriosa, la oye y se gira. Sus ojos se salen de
su orbita, de la alegría que le embarga que al fin su ángel perdido haya
recobrado la conciencia. Se acerca al lado de nuestra Ester, y le coge la mano.
Mujer:- Es muy largo de explicar...Todo
llegará.-pero Ester, sigue confundida, muy confundida. De sus ojos se puede
leer pura desesperación. Hay algo que la
aterra;y no tarda en lanzar sus inquietudes en el aire.
E:- Yo no recuerdo nada...- su voz, cada vez esta
más suelta; por el contrario otras cosas no se despiertan.- Como me llamó?- su
salvadora se la queda mirando, sorprendida...y al final, reacciona y ríe un
poco, intentando quitar la preocupación de aquel rostro angelical..
Mujer:- ¿ Seguro ? No té preocupes, acabas de
despertar, es normal que estés confundida.- aunque en el fondo ya intuya lo que
este ocurriendo. No obstante, también es cuestión del transcurso de las horas
para que le termine de confirmar su hipótesis.
E:-¿ Seguro.?- su mente esta sumergida en una
espesa neblina.
Mujer:- Claro cariño...- dice, acariciándole su rostro.
No obstante, Ester mueve el rostro. Al fin en retira la mano.-Por cierto, me
llamo Adriana...- Ester no dice nada, su mirada esta perdida, parece estar a
mil horas luz de lo que le esta contando aquella extraña.
NO ME DIGAS ADIÓS, AUN ESTOY CONTIGO (VI)
El equipo
de médicos y enfermeros que se ha juntado Maca, viajan para quedarse el tiempo
que haga falta para ayudar a la gente del “Kaikas”. Parece que se conocen, ya
que hablan entre ellos con mucha familiaridad. De vez en cuando, la miran
disimuladamente. Los han avisado, a último momento, de la presencia de aquella
pediatra. Desconocen si viaja con ellos para apuntarse a su equipo, o por otro
motivo; les esta picando la curiosidad aunque nadie se atreve a preguntárselo.
Maca esta
sumergida en su realidad, más allá de la tertulia de sus compañeros de viaje.
Sigue abrazando la foto de su amor, y es conciente del escrutinio visual de sus
compañeros de viaje. Quizás esta siendo descortés con ellos; pero no le apetece
hablar. Si le preguntan algo responde secamente, de una forma cortante. Pero,
de repente, la chica que se sentaba a su lado izquierdo, al otro lado de su
asiento, de unos 28 años le lanza una pregunta muy directa. Maca la mira, le da
la sensación de qué es una persona muy espontánea, y parece que espera, con
impaciencia, su respuesta. Pero Maca no la oído muy bien...
Chica:- Té preguntaba como te llamas- volvió a
repetirlo, mirándola con interés.- Yo me llamó Nadia, Dra. Bonet.- dándole la
mano Maca se la mira, y lentamente le estriñe su mano; y termina por
presentarse.
M:- Dra.
Macarena Fernández.¿ Tu apellido no es muy frecuente...?- intentando mostrar
interés por su compañera de viaje.
NA:- Soy catalana, discúlpame si chapurreo el
castellano un poco mal, y alguna vez mezcle alguna palabrita catalana- aquella
chiquilla parecía muy habladora y transparente. No obstante, Maca no le apetece
escucharla.
M:- No pasa nada- intentando quitar importancia a
aquel hecho.
NA:- ¿ Quien es la chica, de la fotografía, que
tanto proteges ?- le pregunto descaradamente.
M:- Mi mujer- respondió secamente. Estuvo apunto a
cortarle las alas a aquella chiquilla curiosa. No obstante, el recuerdo de
Ester le suavizo la mirada; y termino por enseñarla.
NA:- Muy bonita- devolviéndole la fotografía. – ¿
Se ha quedado en Madrid ?-se intereso nuevamente.
Una chica( la del lado izquierdo de Nadia):- Por
favor, no la incordies más. ¡ Des de luego, no cambiarás nunca Nadia!
M:- Ojala estuviera a Madrid esperándome; quizás
si ella estuviera allí no me habría ido – respondió con tristeza. Sus ojos se
le volvieron a humedecer; porqué la cruel realidad se le imponía siempre. Era
darse una y otra vez un golpe contra la pared...
Los
sueños eran infinitos, era fácil imaginarse a su Ester... desear tenerla a su
delante, abrazarla y retenerla por siempre jamás a su lado. Pero no dejaban de
ser ficción, y abrir los ojos al presente era darse un fuerte golpe contra una
pared invisible. Sus palabras, habían despertado la curiosidad humana de aquel equipo
medico. Aunque, la mayoría, no era tan intrépidos como la catalana. Para
amortiguar una posible lluvia de preguntas decidió no esconderse debajo el
impermeable. Quizás, a demás, también le podían ayudar a buscarla.
M:- Se llama Ester García, es enfermera. Y después
del primer terremoto no dudó en irse a ayudar en “Kaikas” y le sorprendido el
maremoto. Esta desaparecida; y mi objetivo en este viaje, encontrarla... y
ayudar si viene el caso – la Nadia la estaba mirando fijamente, sus ojos se
humedecieron. Tenia una carita de infinita penita por ella, que la comprendía.
Su monologo tubo su efecto, casi todos le volvieron a pedir la foto para
estudiarla en detenimiento y prometieron, que si la veían se lo dirían. En
pocos minutos, Maca dejo de ser una extraña en aquel grupo.
Después
de un intenso viaje, de transbordos llegaron a “ Kaikas “, suponiendo un
desajuste horario. Allí, les recibieron un miembro de la Onege, por los cuales
trabajaban, con un nativo. Se subieron, cansados, a la grande furgoneta, algo
viejita. Maca se sentó junto a Nadia, la cual solidaria con la pediatra respeto
sus silencios y no la volvió a incordiar con sus curiosidades. Silenciosamente
se ofreció para ser su muleta, para ayudarla en su búsqueda.
La Nadia,
hacía 3 años que había terminado el MIR y incluso ya se había especializado en
medicina interna e incluso en urgencias. Su madre le gustaba presumir de ella
ante todas sus amistades y la definía: como mi niña prodigio. No era muy
ambiciosa en la vida; de hecho su única inspiración era en ayudar a los otros.
Por eso estaba en “Kaikas”. Estaba muy motivada y se le notaba en todos sus
gestos, y expresión. De hecho, a medida que el vehículo avanzaba, se le partió
el corazón: en ver tanta desolación, destrucción; y sobre todo en divisar a
gente con miradas tan atormentadas, tristes... Todos sus compañeros, incluso
Maca, estaban sumergidos en una fuerte llosa de silencio, de impotencia.
En la cabañita, en “Kaikas”: el día siguiente
Adriana,
no escondiendo su alegría por la recuperación de aquella chica, empezó a
cocinar lo que había podido conseguir de comida. Además, antes de recoger la
leña, había recogido algunas hierbitas que conocía, para hacerse unas sopitas
con pan con ellas. Pero al despertar su ángel perdido, elaboro una infusión con
ellas. Hacía muchos días que no tomaba nada por boca; no era indicado darle
comida consistente. De momento, ya había tolerado un poco de agua que se dio
muy despacito, con paciencia. Nuestra Ester, aún sin recordar nada ni mucho
menos su nombre, se dejaba cuidar; era buena paciente.
AD:- Sé nota que tienes ganas de vivir, eh - le
dijo bromeando, le termino de dar el agua, y le empezó ha hacer fisioterapia.-
Eso esta bien: la voluntad es muy importante.-Ester la miraba y intentaba
sonreírle. No obstante, era incapaz de sentir alegría. Adriana, ignorando su
mutismo, no dejaba de hablarle, explicarle porqué hacía cada cosa:- Si todo va
bien, esta misma tarde te quitare el suero.
E:- Sabes mucho de medicina,¿ eres medico?- le
pregunta, impresionada por su forma de proceder, su forma de cuidarla: no
parecía ninguna aficionada.
AD:- Sí, aunque nunca llegue a ejercer. Hacían
mucho tiempo que no usaba mis conocimientos.- empieza a explicar, no obstante
no sigue. Su rostro es una pintura perfecta de la tristeza.
E:-¿Y eso?- pregunta, preocupada realmente por su
cuidadora.
AD:- Ya te lo volveré a contar otro día-le
responde secamente.- Ahora concéntrate en los movimientos de las piernas, has
de seguir recuperando la musculatura perdida. No té costara mucho, porqué por
suerte has estado pocos meses en coma.-no obstante, Ester esta a mil horas de
luz de allí, intentando recordar porqué Adriana dejó su carrera de medicina.
Estaba, todavía muy confundida, aunque se le había remarcado que poco a poco
iría recordando: no era así. Adriana no le era nada familiar, nada...y todo,
que hasta hora le había comentado le era extraño. Por esto, volvió al acecho, a
incordiarla con preguntas.
E:- ¿Por qué dices que me lo vas ha volver a
contar porqué dejaste medicina ? ¿ Ya me lo habías contado...?- Adriana, deja
su pierna derecha y le mira seria, de una forma tallante. Pero, sabe que no
puede evitar que aquella desconocida empiece a desesperarse con su perdida de
memoria. Ha de ir con pies de punta, mover los hilos delicadamente, no
agobiarla y así conducirla por el caminito que le interesa.
AD:- Cariño, no te agobies- suspira largamente-
Después del accidente, del golpe que tuviste, que no recuerdes tu vida
anterior, y menos a mi.- intentando remarcar lo último.
Ester, porqué
es nuestra Ester: su rostro es inconfundible, se la mira con infinita
preocupación. Con una mirada llena de interrogantes, en el fondo de su ser no
sé lo cree todo, todavía no. Lo único que tiene claro es que aquella cabañita y
aquella mujer rubia, que le hablaba afectuosamente, como si fuera de su
propiedad: “ Eres mía, solamente mía...” no le suscita recuerdo ninguno. Sólo,
puede hacer una única cosa ante aquella neblina: seguir luchando, mover las
piernas, seguir comiendo; confiar en Adriana, mala persona no debe ser,
no?-piensa su ser –Me ha salvado la vida. No?
Comentarios
Publicar un comentario