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NO ME DIGAS ADIÓS, AÚN ESTOY CONTIGO. La fragilidad y hermosura de las mariposas (30)


La fragilidad y hermosura de las mariposas (15)

 

1/08 - INAGURACIÓN

 

Eran las diez de la mañana, era un lunes hermoso. Maca y Esther terminaban de arreglar a su hija, cuando el teléfono sonó. Se miraron, les hacía paresa ir a contestarlo.

 

Al final, fue Esther quién cogió la llamada. Nada más descolgar, se le escapo una carcajada sonora. Seguramente, era Teresita. Maca, con Estrella en brazos, escuchaba su conversación des de lejos. ¿Qué tramarán aquellas dos niñas traviesas?

 

E:- Pues vente.- insiste, es que a su amiga recepcionista le gusta hacerse rogar.- ¡Qué no molestarás! Simplemente, vamos a ver una exposición de arte.

 

TE:- No sé, es que... a mi la pintura moderna... - remarca, añadiendo calificativos despectivos. No obstante, tampoco descarta la opción de ir. Odia los días festivos, más que sean lunes.

 

E:- ¡Vamos Teresita, no te puedes negar! Conoceremos a Paola James; la mujer que estamos investigando.

 

Maca abre la boca, asombrada de la indiscreción de Esther. Pensando: vaya par de marujas. Y termina por reír. Al final, su compañera del Hospital Central, termina por añadirse. Vaya mañanita les esperaba, para reírse.

(...)

 

Se encontraron enfrente del edificio de la exposición. Se dieron los besos protocolarios, y el foque de atención fue Estrella. Teresita la encontró muy crecidita. Luego, les pregunto por Nadia.

 

M:- Últimamente esta más animada. Incluso, sale más del piso. - le informa la pediatra.- Este fin de semana hemos ido, todas cuatro, a la cierra.

 

TE:- Poco a poco, darle recuerdos.- hacia mucho tiempo que no veía a la doctora Monsolís. El gusanillo de la culpa, por como la había tratado, no la había abandonado. No obstante, no se atrevía a llamarla.

 

E:- Entramos ya- impaciente para conocer en persona a la famosa pintora.

 

(...)

 

La sala de la exposición, rectangular y muy ancha, estaba llena de gente. Había también periodistas, con cámaras de video y fotógrafos. Quizás nuestras heroínas escogieron mal día. No obstante, era más probable conocer en persona a la protagonista de aquel acontecimiento social.

 

Llegaron un poco tarde, no escucharon todo el discurso inaugural. Pero tuvieron la suerte de sentir el de la pintora. Fue muy sencillo, tópico y con contenidos semejantes a otra entrevistas suyas. Se apoyo mucho en sus obras, pretendiendo explicar lo que significaba por ella.

 

Al finalizar, se permitió que el público y periodistas la interrogasen. Entonces, Teresita empezó a incordiarlas porque interviniesen. Maca se negó, no deseando ponerse en evidencia. Esther tampoco se mostró partidaria.

 

TE:- Pues ya lo pregunto yo- exclama, la edad hace perder la vergüenza. Sin dar más rodeos, levanta el brazo para intervenir. El presidente de la mesa presidencial, le da la palabra:- ¿Es la primera vez que visita España?

 

PAO:- Sí.- responde secamente, contemplándola.- Madrid, es una ciudad preciosa.

TE:- Otra pregunta, si me permite...- se atrevió ha añadir, ignorando la mirada de reproche de Maca. Esther, al contrario, hacía esfuerzos para no reírse. Se intuían lo peor.- ¿Tiene usted, alguien especial en Madrid...?

 

PAO:- Ja ja .... no entiendo su pregunta.- haciéndose la tonta, la creía fuera de contexto.- Si lo dice por la misteriosa mirada verde... si es preciosa. En el fondo, es irrelevante y cada cual le dará distinta importancia. Admito que es un elemento auto bibliográfico. Pero no es mi intención señalar a nadie. Para mi es un sentimiento, una referencia. Espero que haya respondido a su pregunta.

 

Teresita, se quedo con la boca abierta. No se atrevió a realizar ninguna otra. No había entendido nada. ¿Qué mirada verde..? ¿Su respuesta, era un sí...? "Vamos Teresita - se dijo para recuperar la cordura- te ha contestado gato por liebre. Aunque no queriendo responder, también se ha delatado. A mi no me engaña nadie, no hay ninguna gata vieja que me iguale"

 

La tanda de preguntas se termino, y se dándose por clausurado el discurso inaugural. Poco a poco, los periodistas y la gente fueron abandonado la exposición.

 

Nuestras protagonistas miraron sus obras con tranquilidad. La mayoría eran las que estaban colgadas en Internet. Trataban, a la misma vez, de controlar a la pintora. La cual estaba hablando con algunos críticos, algunos aduladores. Estrella, que hasta ahora había estado dormidita, se despertó. Empezó a llorar. Maca, la cogió del carrito y trato de calmarla. Se percato que iba sucia.

 

M:- Bueno que haremos preciosa mía, tocara ir al cuarto de baño .- haciéndole carantoñas. Teresita, la acompaño cayéndole la baba con la niña.

 

Esther se quedo sola, distrayéndose con una obra llamada Odio. Pintada muy recientemente. Lo primero que busco en ella, era la mirada de Valeria. No le costo nada localizarla, eran la diana de las flechas. Era opuesta a los otros cuadros; ya que era el vehículo del odio.

 

Una voz, muy femenina, la sobresalto.  La reconoció, se trataba de Paola James. La tenia, además, pegada su espalda. Qué fortuna era la suya. Se giro, y le sonrió. Fue correspondida con el mismo gesto. Parecía una persona simpática, atrayente, seductora.

 

PAO:- ¿Le ha impactado el cuadro?- se intereso, mirándola fijamente.- Da algo de escalofríos, no le parece.- Esther se sintió muy especial, por su forma de tratarla.

 

E:- No entiendo mucho de arte...- le sonríe otra vez, no sabiendo muy bien que responderle. Pero al final, opta por serle sincera:- Creó que consigue retratar, a la perfección, el sentimiento de odio. Lo que me ha impactado, es que aquí la mirada verde parece ser la fuente de odio. Mientras que, en el resto de sus obras, es todo lo contrario.

 

Paola impasible, clavo sus ojos en el cuadro. Solía pintar lo que sentía, y lo creó con odio. Ya estaba harta de no olvidarse de aquellos ojos. Ya estaba harta de no poder salir de su triangulo de las bermudas. Su pasado era una taca oscura, dolorosa, abierta...

 

PAO:- El amor y el odio son las dos caras de la misma moneda. ¿No le parece?- le expone, cuando vuelve a mirarla. La chica le parece muy linda.

 

E:- Sé de lo que me habla- admite, recordando a Adriana.- No conocía mucho su obra pero me ha fascinado.- y se detuvo, le estaba mintiendo. Se ruborizo, consciente que empezaba a jugar a algo muy peligroso.

 

PAO:- No es por tanto.- dice humildemente- Me gusta pintar los accidentes de la naturaleza, del ser humano... pero, de vez en cuando, me gusta pintar bellezas como usted.

 

Esther no pudo evitar sonrojarse(ruborizarse). ¡Vaya con la Sra. James! Una autentica seductora. Tan solo bastaba que le dieras una mano, para te echara su red. Le molesto algo su comportamiento, pero se aprovecho de las circunstancias.

 

E:- Ya puedes tutearme, por favor.- le pidió- Esther, una fan suya a partir de ahora.

 

PAO:- De acuerdo. Si quieres vemos el resto de cuadro juntas.- le ofrece, no importándole el resto de gente.- Seré encantada tu guía, y puedes hacerme las preguntas que desees.

 

La enfermera acepto, miro la entrada del recinto brevemente. Maca y su hija pronto regresarían. Experimentó un dolor fugaz en el pecho. No estaba haciendo ningún daño a nadie. Había dejado que la pintora flirteara con ella, tan solo para sacarle información.

 

(...)

 

E:- En tus obras sueles ser sincera, en realidad ¿no?- le pregunta, tras recorrer media exposición.- Realmente, has vivido todo eso....

 

PAO:- Sí.- admite, sus ojos están serenos. Aún así, Esther detecta tristeza en el más hondo de su ser.- ¿Te espanta?

 

La aludida, contempla ligeramente sus cuadros. Algunos le daban escalofríos pero no superaban a la realidad. Ella había vivido hechos peores. Aunque cada cual tienen su cruz.

 

Estudia su rostro, tratando de predecir sus pensamientos. La coge desprevenida, contemplando la entrada. Era como si estuviera, también, esperando a alguien. Al fin, rompe el silencio.

 

E:- No. Yo he convivido un año largo con la locura...Y la esperanza me salvo- compartiendo con ella, sin querer, su dura experiencia. Había una conexión invisible entre ellas.- Unos ojos eran mi norte, mi estrella en las noches más oscuras.

 

PAO:- Me esta robando las palabras- no puede evitar interrumpirla. Cada vez más, se va poniendo más melancólica. Parecía la presunta ausencia de alguien, añadido con su conversación profunda, la tienen descolocada.

 

E:- ¿La mirada verde fue tu salvación?- le pregunto, aprovechando su fragilidad del momento.

 

En este preciso instante, Maca con su hija y Tersita volvieron a entrar en la sala. La pediatra se impaciento en no localizar Esther. Fue su amiga quien la vió, muy bien acompañada. Le dio un codazo, señalando su ubicación.

 

T:- Mírala a ella, que espabilada.- dice con sarcasmo.- ¡Bien echo, se esta ganando su confianza! Así se vence al enemigo.- riéndose.

 

Maca, por el contrario, no compartía su alegría. Aunque tenia razón la recepcionista. ¿Habían acudido a la inauguración por conocerla, no?. Aún así, no pudo evitar sentirse celosa. Nadia le había dicho que era una mujer seductora, halagadora...

 

Sus peores pronósticos se cumplieron. Testimonió, como Paola acariciaba el rostro de su niña. Una lluvia torrencial le cayo encima. Su corazón latía como nunca. No permitiría que aquella engreída pintora....

 

TE:- Maca, tranquilízate... no desconfíes de Esther. - captando sus celos. Le cogió, con delicadeza, un brazo, para impedirle que no interrumpiera nada.- Seamos sensatas. Hemos venido para descubrir que le une con Valeria, ¿no?

 

M:- Sí tienes razón- admite, tratándose de relajarse. ¿Qué le esta pasando? Ella jamás ha sido una persona celosa.- Aún así, no entiendo a que juega. Si parece darle pie a que la corteje.- en parte, era cierto.

 

Esther era consciente de sus actos. Le había regalado un caramelito, y había picado. Quizás era un legado más de Adriana. La cual era la reina de la manipulación, del engaño, de la estafa, de la improvisación... Quisiera o no, le enseño cosas. Y aquel día las estaba aplicando, pero jamás olvido su principal objetivo.

 

(...)

 

PAO:- Mi salvación fue una traición, por eso el contraste entre amor y odio.- dejando algo perpleja a su interlocutora.- Eres un ángel sabes, hay algo en ti que me recuerda...- no termino la frase, y le acaricio el rostro con ternura. Aunque en realidad, parecía que lo hacia a otra persona.

 

E:- Las puñaladas por la espalda nada bueno traen.- matizo, apoyándola. Había algo en ella que la hacía humana. Distaba de ser el ogro que se había imaginado. De todas formas, no quiso precipitarse.- ¿ Fue ella, la mujer de la mirada verde, verdad?

 

Silencio, jamás había contado su historia completa. Esquivaba, además, las fisgonas... a las admiradoras, que pretendían socavarle aquel misterio. Aquella chica de belleza especial, tenía algo en su mirada que la traicionaba. De todos modos, también leyó en ellos mucha comprensión. Era como si ya supiera su secreto.

 

PAO:- Solo es un fantasma...Aparte, llega en un punto en tu vida que los sentimientos cambian.- no contestando a su pregunta. Demostrando, otra vez, que era muy celosa con aquel tema.

 

E:- Ya, un fantasma- repite, con tono irónico. Queriendo destronarla de su cómodo sillón.- Un fantasma, que inspira sus obras, les da vida... Es una especie de obsesión.- Paola ni se inmuto por sus palabras.

 

PAO:- ¿Y se te olvida haber convivido con la locura?- devolviéndole la pelota. Esther se estremeció, siendo incapaz de hablar. Dándole la razón.- Hay que aprender a vivir, diariamente, con tus errores, tus perdidas... Lo más difícil es hacer las paces con uno mismo.

 

E:- Eres especialista en no contestar lo que se te pide- le reclama, sin importarle sus sentimientos. En parte, es cansino dar rodeos. La pintora mueve las espaldas, a modo de disculpa.- ¿Por qué es tan reacia en desvelar la identidad de la mirada verde?

 

PAO:- Eres tenaz.- dice con sarcasmo.- ¿Por qué debería aclararte este misterio? ¿A caso, eres especial?- la mira duramente, desafiante. Esther  no se inmuta, le corresponde con el mismo fuego.

 

(...)

 

Teresita y Maca, no se han limitado a esperar en la puerta de entrada. Para no parecer árboles, se han ido moviendo. Lentamente, se han ido aproximando a ellas. Esther, parece no darse cuenta de su regreso. Estaba embarcada en una intensa conversación con recónditos pasajes.

 

TE:- ¡Qué interesante!- le susurra a la oreja.

 

M:- Por favor...cállate.- le suplica, prestando atención a lo que se esta diciendo. Tiene los nervios a flor de piel. Pidiendo a su amor, que fuera sensata. Poniendo en tensión las cuerdas... lo terminaría por estropearlas.

 

TE:- No te preocupes, si le hace daño...estamos nosotras para defenderla- le dice, solo por animarla. Maca, parece no escucharlo. La recepcionista, era especialista en sacar las situaciones fuera de contexto.

 

(...)

 

E:- Realmente, para ti yo no soy nadie, es cierto. - se disculpa, ha ido demasiado rápido.- Perdona, me ha encantado la mirada verde. Me resulta, algo familiar... Aunque lo dudo, una mirada así no se olvida.

 

PAO:- Eso es verdad.- admite.- Se que soy muy celosa con ese secreto. Pero, solo lo hago por respeto. En estas alturas, si se supiera su identidad... sería vícitma de los periodistas. Indirectamente, he propulsado su fama.

 

Le sonríe, otra vez de una forma seductora. Esther,  ignorando que tiene a su pareja detrás, le corresponde.  Trata, de conseguir una sita con ella... más allá de la exposición.  Y dicha propuesta no se hace posponer.

 

PAO:- Me gustan las personas que dicen lo que piensan.- siéndole sincera. Le gusta hablar con aquella fan. No obstante, tampoco puede dedicarle todo el tiempo.- Eres encantadora. ¿Qué te parece si te invito a cenar mañana?

 

E:- Debería mirar a la agenda- mira al techo. Luego, trata de localizar a Maca. ¿Qué pensará si acepta la invitación? Seguro que será comprensiva. Su relación era magnífica, llena de confianza. - De acuerdo, me va bien.

 

PAO:- Te espero a las ocho, delante de este edificio.- dijo, le hizo dos besos en los pómulos y se fue.

 

Esther, no le dio tiempo, en reaccionar. De repente, alguien le dio un golpecito por la espalda. Se giró, algo alarmada. En ver a su pareja, con los brazos cruzados se dijo: "Tierra trágame".

 

E:- Después, te lo explico. Será mejor que salgamos por separado.- y sin más, se marcho.

 

Maca y Teresita, no tuvieron otro remedio que seguirla manteniendo cierta distancia. En la calle, se reencontraron. La enfermera empezó a reír. Su pareja, no le vió la gracia...

 

E:- ¡Estás celosa!- le señalo, pero era reacia a admitirlo.- A mi no me engañas. ¡Lo estás!

 

M:- ¡No! Simplemente, no me ha gustado tu juego. ¿Qué necesidad tenías de flitear con ella?- le recrimina. Teresita, con el carrito de Estrella, trataba de poner paz. Aunque no podía evitar reírse, de la comicidad del momento.

 

E:- Sólo trato de ganar su confianza... ¡Nada más! Yo te quiero a ti. Solo me importa la felicidad de nuestras amigas.- insiste.- Se lo debo a Nadia. Además, Paola no tiene ningún punto en comparación en ti, tontita.

 

M:- ¡A veces, me das miedo!- le dice, dándole una surra en su trasero tan lindo. La discusión termina con un dulce abrazó. A la misma vez, se oye varios aplausos.

 

TE:- ¡Bravo, bravo! ¿Verdad, qué hacen bonita pareja?- dice en voz alta, haciendo captar la atención de la gente. Impulsando una tormenta de palmaditas de mano. En verdad, aquella mujer era la onda.

02/08 - LA CITA

 

Esther no había faltado en la cita. Habían cenado en monotonía, hablando de tópicos, de la sociedad. Paola le pareció una mujer inteligente, culta.  Fue incapaz de sacarle nada de Valeria. No queriendo resignarse, termino por aceptar su propuesta deshonesta.

 

Se dejo conducir a su hotel, y tomar la última copa allí arriba. Era consiente de sus intenciones. Pero sabia como frenarla.  No quería jugar al ratón y al gato por mucho tiempo.  Nada más, entrar las palabras bonitas brotaban con más frecuencia.

 

E:- ¿Eres el Fernando Alonso de la seducción?- dijo en broma, tratando suavizar sus anhelos.

 

PAO:- No hay que dejar escapar tu oportunidad...- defendiéndose.

 

E:- Ya, seguro que se lo dices a todas- intentando mantenerse alejada de ella.- Aún así, la persona que amas tiene los ojos verdes.- le insinúa, para conquistar la verdad.

 

PAO:- Cada mujer es especial.- no obstante, empieza a perder bravura. Aquel era su talón de Aquiles.- ¿Tan de morbo te da este misterio?

 

E:- Pretendo poner los puntos sobre las is...- remarca; y con una excusa la deja con la palabra en la boca:- Ahora vengo, necesito ir al servicio...

 

 

Se cierra dentro, y se moja el rostro. ¿A dónde sería capaz de llegar? Debía de conseguir información. No puede irse con las manos vacías. Inundada por un impulso, empieza a abrir los cajones del único armario de allí. Nada, como era normal. Debería husmear, el resto de habitación. En el momento, que se descuidase.

 

Al final, sale. Y el destino le vuelve a sonreír. Paola, entra al servicio. Momento, que aprovecha para remanarle las pertenecías. No tiene tiempo suficiente para hacerlo. Además, por poco que le coge con las manos en la maza.

 

PAO:- Lo siento, será mejor que te vayas.- le pide nada más salir. Su voz es cortante, fría. ¿Qué le había hecho cambiar de opinión?

 

E:- ¿Y eso?- mostrando decepción. No estaba dispuesta que le cerrase la puerta de aquel modo.- ¿Es por tu mirada verde, no? ¿Quieres ha esa mujer?

 

PAO:- ¡Ya basta! ¡A ti que te importa! - no disimulando su ira. Se dirige hacía a la cama, para recoger su bolsa y echarla.

 

Esther siente que sus esfuerzos han sido en vano. No ha tenido el suficiente valor para continuar su juego de seducción. En el fondo, se estaba dando asco. Pero, en aquellas alturas no quiere irse sin nada.

 

E:- ¡No, ya basta tu! Te he mentido des de ayer. Yo se quién es tu objeto fetiche. Se llama Valeria Wood.- la pintora se quedo con la boca abierta. Pobre mujer, no se podía pensar que en Madrid descubrirían su secreto.

 

E:- Y si que me importa, porqué ella y Nadia son mis amigas. ¿Qué te une realmente a ella?

 

PAO:- Es una ex novia, nada más. Y no me preguntes más, por favor.- le suplica. Se sentía juzgada, que se le estaba culpando de algo que no tenía ni idea. Aquello molestaba.

 

E:- ¿Qué pretendes con ella?- le pregunto, mostrándose inquisitiva e implacable. Aquello hizo reír a Paola.

PAO:- No tengo que darte cuentas de nada.- remarco.- Aunque tampoco tengo que ocultarlo. Lo extraño es que Nadia Monsolís, no te haya explicado nada.- aquello consigue sorprender a la enfermera. - Ya veo. Solo te lo digo porqué ya hable de ella sobre mis buenas intenciones. ¿Recuerdas lo que hablamos ayer?

 

E:- Sí. ¿Era todo cierto?- le pregunta, mostrando su recelo. Paola, asintió. El cabreo se le había disuelto. Con razón tubo la sensación de qué le estaba ocultando algo. Aquella noche no tenía fuerzas para disimular.

 

PAO:- Sí, he amado y odiado a Valeria.- se deja caer al suelo, apoyando el cuerpo en la cama. Su interlocutora hace lo mismo. Le permite hablar libremente, intuyendo que será interminable. Era una mujer solitaria, que estaba pagando por sus errores de juventud.- Aunque, he vivido queriendo creer que me había traicionado.

 

E:- ¿Y no fue así?- no puede evitar impacientarse.

 

(...)

 

Maca no puede dormir. Ha cenado y se ha puesto a mirar la tele. Tan solo, trataba de consumir el tiempo rápidamente. No obstante, no conseguía desconectar. Estaba muy inquieta... y experimentaba antiguas sensaciones. ¿Y si Paola resultaba ser una loca como Adriana?

 

Además, seguro que intentaría seducirla. Aunque confiaba en su chica... no quería ni imaginárselo. No obstante, la aguja del reloj corría y marcaba horas. Esther, seguía sin regresar. Tubo en manos, varias veces, el móvil. Al último momento, desistía. No quería interrumpir nada, ni delatarla.

 

Empezó a morderse las uñas. Se levantaba, contemplaba la noche y iba a ver el placido sueño a su hija.  Los malos sueños regresaban. Eran la una de la noche, y seguía sin regresar. Siguiendo un extraño impulso, cogió las llaves del piso y bajo a la planta baja.

 

Aquella noche hacía algo de frío. Salió a la calle, no vio a ninguna hormiga. Volvió a entrar, y por inercia se dirigió al buzón. Al día anterior, no había pensado en comprobar si había correo. Lo abrió, y halló una carta. La cogió.

 

No había remitente, dándole mala espina. Su mente invoco el anónimo de Nadia. Le dio la vuelta, y se relajo. Aquella era diferente, había el nombre del destinatario y quien la había escrito.

 

Llena de curiosidad, y ante todo muy extrañada, la iba a abrir. No obstante, la puerta de entrada se abrió, impidiendo que lo hiciera. Sus ojos se cruzaron con los de Esther, y corrió hacia ella. Se abrazaron fuertemente, como si llevasen mucho tiempo separadas.

 

M:- Gracias a Díos que has vuelto- le susurra, empezando a llorar.

 

E:- No sufras, no ha pasado nada. Te quiero- tratando de tranquilizarla. Restaron, unos minutos en planta baja y subieron a su nido de amor.

 

 Se amaron con intensidad, el resto de noche. Se olvidaron de sus amigas. Esther de las revelaciones de Paola, y de su plan proporcionado por Nadia. Maca, olvido el sobre en la salita(en el borde de un mueble apunto de caerse) .

 

Nadia callaba. No compartiendo con nadie, ni con Maca, el vil chantaje que era objeto. Valeria, en apariencia, no parecía darse cuenta de nada. No quería presionarla, tan solo se limitaba a quererla.

 

Ya no había escapatoria, el día 3 ya estaba cerca. Llegar a las cinco de la tarde sería fácil. Quizás en un abrir y cerrar de ojos. No había marcha hacía atrás, aunque todo sucedía con una falsa normalidad. Sus desayunos, sus prisas para reengancharte al mundo laboral... Incluso, con las intenciones de irse a rehabilitación.

 

Valeria no había de darse cuenta que no iría aquel día. Y la engaño, haciéndole creer que bajaba a la calle. En realidad se escondió en el bar de enfrente. Una vez, que fue fuera regreso al apartamento. Ahí empezaba su cuenta hacía atrás. Sacó su maleta, y como pudo fue introduciendo ropa.

 

La hermosura y fragilidad de las mariposas(16)

 

03/08- VERDAD: OPERACIÓN MARIPOSA DE COLORES(II)

 

Nadia espero la llegada a Paola, para marcharse. La poseía un sentimiento de pesadez. Tras zanjar el chantaje, debería de decir adiós a Valeria, a su vida en común. Hecho que había ido posponiendo, pero las exigencias de su madre habían sido el detonante definitivo. Era su excusa perfecta.

 

           Paseo por el apartamento, sintiendo mucha tristeza. No le estaba resultando nada fácil. Lloro, lloro... y lloro, consciente de qué no estaba obrando bien. Había sido muy cobarde. Incluso, había carecido de valor para anunciarle su partida con antelación.

 

¿Por qué? Quizás, por miedo de no tener fuerzas para dejarla. Se autocensuro, ella lo había querido de aquella forma.

 

NA:- Irónico...- ríe con sarcasmo, siguiendo llorando.- No deseaba romper su corazón... pero lo haré, haga lo que haga. Ni que le deje como testamento, un carta vacía.- se seca las lágrimas con determinación.

 

 

 

¿Había escapatoria? Su madre le recordaría: los Monsolís cumplen sus promesas. Para unos asuntos los criticaba, y otros, los glorificaba. Era una dualidad, como la mayoría de personas. Afrontaría sus responsabilidades, y se despedirá de Valeria con calma. Su único error, fue dejar la maleta a la luz del día.

 

Aquel día el sol estival relucía como cualquier otro. Aún así, las aves no cantarían, las bandas no sonaría, las luciérnagas no saldrían...porqué el mundo empezaba a estar de luto. Alguien agradecería un cambio de destino, una sencilla llamada. No ocurrió nada de eso.

 

Paola  llega a las 12 horas en punto, cargada de bolsas. Quiere presumir de dotes culinarias, para seducir el estomago de su Darling. Nadia, le abre las puertas a su hogar. No pierde tiempo, se va apresurada deseándole toda la suerte del mundo. Su despedida es para siempre.

 

(...)

 

En otro punto de la ciudad, por fin Maca y Esther hablan de la noche anterior. La protagonista de su crónica es Paola. Y hay divergencias de opiniones.

 

E:- Solo pretende el perdón de Valeria.- defendiéndola tenazmente.

 

M:- Dudo que lo consiga a base de anónimo y molestar a Nadia.- inquiere, escéptica.

 

E:- No llegue a preguntárselo...- y espera un reproche suyo. Tal cosa no ocurrió.- Me contó su historia, su versión de los hechos. Me ha confezado que Nadia le ha preparado, hoy, una cita con Valeria.

 

M:- La pintora no pierde el tiempo.- recordando las flores que le lanzo a su amiga, y en los días anteriores a su chica.- ¿Aunque, me extraña que Nadia haya caído a su juego?

 

E:- Yo opinó igual que Paola: ella pretende aparejarlas de nuevo- le dice muy convencida. Las dos comprenden que aquello podía bien ser cierto.- Últimamente, esta muy ciega. ¿Cómo pretender, que la persona que vive contigo y te ama, se enamore de otra?

M:- Nadia es así.- la justifica, y narra su historia con Corina. Mujer que le marco mucho. En tal extremo de marcar la mayoría de sus actos.- ¿Pero estás segura, de qué ella no se esta vengando de Valeria?

 

Esther se la queda mirando, no sabiendo que responder. Su corazón le dice que no. La mujer que escucho, la noche pasada, estaba desecha... Hay sentimientos que no se pueden disfrazar. ¿Pero si se equivocaba?

 

También le parecía una persona con sangre fría, de carácter fuerte. Que dejaba fluir, con libertad, sus sentimientos. Se veía capaz de todo. Quizás escribió el anónimo para amargar la felicidad de Valeria. Se le notaba rabiosa por ello. A parte, Nadia no había recibido ningún otro anónimo. Hecho que probaba la hipótesis de a una rabieta momentánea. O bien, tan solo poner a prueba la fortaleza de una relación.

 

M:- No se, no se...- empieza a moverse, sintiéndose muy nerviosa.- ¿Por qué nos ha servido esta parodia? Solo por conocer el secreto de la inspectora. La cual, no deja de ser la santa de siempre. ¿A lo mejor, estamos viendo tan solo fantasmas?

 

E:- La gran verdad, es que... nuestras amigas están mal. Tienen problemas de pareja. Mi error ha sido logístico. Pensé que investigando...las ayudaría- admite, es otra lección gratuita de la vida.- Lo extraño realmente, es que últimamente ninguna de las dos se haya quejado. Que Nadia no te haya explicado sus planes...

 

M:- La verdad es que sí....- y se callo bruscamente; se disculpo y entro en la salita. Acababa de recordar la carta de ayer. Impaciente, la abrió allí mismo. Su rostro empalideció.

 

Esther extrañada de su tardanza, la fue a buscar. Comprendiendo que su estado, era debido al que acababa de leer, le quita la carta... Sus miradas, se reencuentran, pensando en lo mismo.

 

(...)

 

Nadia se refugió en la habitación del hotel.  Abrió la caja fuerte, sacando la bolsa y el portátil. Quería escribirle una carta a Valeria. ¿Pero qué le diría? Darle la razón...y entonces, empezaría a dudar de sus sentimientos. ¿Cómo decirle que aunque la abandona, la ama? ¿Debía de mentirle? La página del Word permanecía blanca.

 

A las dos, la inspectora debería estar llegando al piso. Seguramente, que no le haría nada de gracia encontrarse a Paola. Esta trataría de suavizarla. Esperaba, limaran sus diferencias. Que su sacrificio valiera la pena. Cerró su móvil, para evitar la tentación de llamarla. Ni mucho menos quería que la localizaran.

 

No pidió que le subieran la comida. No tenía hambre, nada le entraría su estomago estaba encogido por el dolor. Reviso el material del chantajista, miraba la fotografía de Valeria, recordaba momentos felices.

 

No quería que el tiempo pasase tan rápidamente. Deseos que no le fueron concebidos, ya eran las tres de la tarde. Era el momento, de cambiarse de ropa. Al final, había decido doblegarse a la voluntad del chantajista. Se miro al espejo... La ropa la favorecía. Aún así, no se gusto. Su rostro estaba lúgubre, fúnebre. Sus ojos azules tristes, agotados...Parecía que había envejecido en unas horas.

 

Era una vela que empezaba a apagarse, lentamente. No se escucho ninguna vocecita acusatoria. Al contrario, sentía que estaba haciendo lo que debía. Era mejor hacer frente al chantajista, con sus miserables intenciones... En lugar de qué Valeria padeciera más debido a sus errores de juventud.

 

Se alejo del espejo revelador; y guardo las pruebas del chantaje dentro de la caja fuerte. Eran ya cerca de las cuatro. El taxi ya la esperaba a la esquina del hotel. Se subió en él, y secamente pidió el destino. Llegó al parque del Retiro a las 16:40 horas.

 

Impulsaba la silla con bravura, tratando de ser al embarcadero a las 17 horas justas. Era imprevisible la reacción del chantajista. En aquellas horas no había mucha gente paseando, pero no estaba sola. Eso la tranquilizo, ya que no le podía hacer daño. No obstante, había comprado una navaja. No pretendía usarla, al menos que la provocase.

 

Llegaba al embarcadero, al final, a las 17:10 horas. Allí tan solo había dos hombres, custodiando las barquitas. Contorneo el entorno, tratando de localizar al presunto chantajista. No vio a nadie sospechoso. Algunas parejas, una panda de ancianos, algún vagabundo...

 

Volvió a fijarse en los hombres del embarcadero. Hincho y deshincho sus pulmones, tratando de mantener el coraje. Ya no se podía echar hacía atrás. Cerró los ojos, y recordó el tierno rostro de Valeria. Estaba sonriente, feliz...y se dijo: "Por ti, amor. Te quiero".

 

Regreso a la realidad, y se dirigió al embarcadero. El primer hombre con quien hablo, resulto ser Luis. Sin notas introductorias, la condujo en la barquita. Cordialmente, la ayudo a trasladarse. Era un hombre fuerte, que insistió en levantarla en brazos y dejarla a salvo dentro de la barca.

 

LL:- Un momento, falta algo.- le dijo, se marcho y volvió con un precioso ramo de magnolias. Nadia se le quedo mirando, atónita. ¿Qué significaba aquello? - Es  para usted... No me las rechace señora.

 

NA:- A ver... me estoy volviendo loca...- fue capaz de decir, muy perpleja. Jamás solía perder los nervios, pero aquello le superaba. - ¿Es usted, el chantajista?- se atrevió a decir. El hombre pareció que no la entendía.

 

LL:- ¿Qué esta diciendo? - le dijo horrorizado; y con un tono de voz paternal añadió:- Relajase señora Monsolís. Yo solo cumplo ordenes...-

 

Nadia se las cogió, creyéndolo. Aquel pobre hombre no tenía la culpa. Las admiro y aspiro su perfume, su mirada se suavizo. Aunque, también otra parte de su ser, se enfado aún más. La desconcertaban los detalles logísticas de aquel chantaje. Termino dejándolas a su lado, con despreció.

 

Luis se despidió, mirándola con curiosidad. Aunque, Nadia no supo como interpretarlo en realidad. De echo, estaba muy descolocada. Cuando, por fin estuvo lejos supo que era el momento de ponerse el antifaz. Se lo puso, y se saco el sombrero. Le hacía mucha calor...aunque quizás, era la tensión de la espera.

 

La última vez que miro el reloj, eran las 17:25... El chantajista se estaba retardando. Cosa que la estaba impacientando. ¿Y si era una broma pesada? Menuda pues sería la gracia.

 

Vuelve a pensar en Paola. Quizás sea ella la persona a quién espera. Valeria le ha ofrecido la oportunidad de justificarse, por esto su tardanza. Aunque una vez alcanzada la redención... ¿Qué sentido tenía chantajearla? ¿Por dinero ? No, ella ya ganaba como pintora.

 

Cuando sus nervios están a flor de piel, muy confusa... escucha unos pasos ligeros. Es alguien que debe llevar puestas unas deportivas. Su corazón le late más veloz, esta llegando su hora. De pronto, ya no escucha aquel ruido; tan solo, la música ambiental, de gente o alguna ave... Su taquicardia aumenta.

 

NA:- ¿Quién anda ahí?- pregunta con pánico, teniendo la tentación de sacarse el antifaz.- Si eres la persona que espero, identifícate.- nada, es como reclamar a Díos que nos de señales de su existencia.

 

Por fin, se vuelven a escuchar los pasos. Cada vez están, más y más cerca. Presiente, que este alguien la esta mirando. Mira hacia el embarque, y puede ver tan solo una sombra. Se muerde la lengua. Instintivamente, pone la mano en el bolsillo derecho(lugar donde esconde la navaja).

 

BOMB - BOMB - BOMB - BOMB... Hace el corazón de Nadia.

 

La sombra se mueve, se le acerca. Se agacha, con clara intención de embarcarse ya. Nadia respira hondo, tratando de no perder la cordura. La barca se balancea, ya esta entrando. Siente un aroma suave, embriagador... 

 

Vuelve a llenar de aire sus pulmones, tratando de percibirlo de nuevo. Además cada vez más es más palpable, intenso. Es un perfume muy familiar. Ya tiene el chantajista enfrente de ella...

 

 No tiene ninguna duda de qué es una mujer, especialmente por su perfume. Siente su aliento en su cara... Es incapaz de hablar, esta paralizada por lo que esta sintiendo. La barca ya se ha desganchado del embarque, y están empezando a navegar. Es el viento quién la impulsa y las aleja del puerto.

 

Nadia sigue paralizada, incapaz de mover las manos... aquella mujer tan familiar, se le acerca aún más. Su aliento a quemarropa, su cuerpo tan cercano al suyo. Aquel perfume, el olor de su cuerpo...

 

De repente, percibe sus labios encima de los suyos. Le coge por sorpresa, y es incapaz de reaccionar. Permitiendo que el beso se profundizara. Aquellos labios suaves, su forma de acariciar a los suyos... Se siente violenta, y muy confundida... Al final reacciona, le aparta y amarra con fuerza sus manos. Un nombre sale de su boca.

 

(...)

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