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NO ME DIGAS ADIÓS, AÚN ESTOY CONTIGO (VIII)


NO ME DIGAS ADIÓS, AUN ESTOY CONTIGO(12)

 

Un amor claro y oscuro(2)

 

   Una vez vio volar algo, alejarse muy lejos de ella, de sus dominios. En una playa lejana, pero a veces muy cercana; como si la tuviera en la palma de la mano. Aquella atardecer, aquel día... de verano, por aquel entonces tenía 18 años. Las olas golpeaban con fuerza la orilla, entraban y salían arrastrando con ellas recuerdos. Ella paseaba junto a Corina, en sus manos lleva su comenta preferido, el lila; iban cogidas de las manos, escuchando la musiquita del entorno. Un viento suave se empezaba a nacer. Era el día perfecto, la tarde perfecta para ellas.

 

   Unos chiquillos correteaban por su alrededor; algunos a su bola, otros percatándose de sus intenciones les miraban con atención. Se paran en medio de la playa, se miran cómplices, sin palabras. Corina le coge el cometa y empieza a prepararlo para lanzarlo al aire. Al final, termina para darle el mando; y la abraza por detrás, susurrándole que ya es el momento; con sus bonitas palabras.

 

   El cometa se enlaira, moviéndose al ritmo del viento. Van caminado por la playa, dominándolo, disfrutando de su belleza, de su sencillez. Era algo tan simple, pero a la vez complejo. No tan solo requería de su ingenió, sino del viento. Sus pulmones respiraban aire puro; sabiendo que lo que sentían sus corazones era la felicidad en su máxima esplendor.

NA:- ¿Quieres portarla tu?- le ofreció el comenta a su amor.

 

CO:- No, me encanta verte con él.- le vuelve a susurrar en la oreja. Mirándole con sus ojos verdes tan expresivos, llenos de amor. Un beso le cae en el rostro, otro muy cerca de la comisura de la boca.

 

NA:- Esto si que es lindo.- murmura, teniendo los ojos cerrados. Para perpetuar la intensidad de aquel amor.- Doy gracias por haberte conocido. Estas dando un nuevo sentido a mi existencia- le empezó a confesarle. Odiaba la palabras, poner nombre a las cosas ya que creía que haciéndolo estás se borraban.- Después de tanta oscuridad, odio, perdidas...

 

CO:- Te propongo algo- se calla, mira al cometa, que sigue volando ante ellas. No quiere romperle más al corazón a aquella adolescente. Aunque necesita hacerlo; regalarle quizás la última lección de su vida.- Libera al cometa, deja que el aire se lo lleve.

 

   Nadia se la quedo mirando, no entendiéndole. No quiere perder a su cometa preferido. A parte, que no ve sentido dejarlo en brazos del viento, para que un momento u otro lo termina destruyendo. Corina, la comprende. No obstante, intenta convencerle.

 

CO:- Algún día sabrás lo que significa. Verás que un acto simple, no egoísta te termina llenando más que otra cosa.-suspira largamente, volviendo a emprender su discurso pausado, melodioso.- Las cosas no son eternas amor. Hay que aprender a decir adiós, saber liberar las cosas que té importan.- no dejando de mirar al cometa, que se había convertido en el objeto fetiche de su filosofía.

NA:- No te entiendo- le comento, sus palabras eran tan tristes que no sabía de donde procedían. Hacía muy poco que se conocían; tan solo des del inicio del verano. Sus sentimientos hacía aquella mujer, algo mayor que ella, habían alcanzado una intensidad voraz. De hecho, ya no sé imaginaba un mañana sin ella.- ¿Por qué hay de renunciar a lo que quieres?

 

CO:- Para recordarte que no son tuyas. – le respondió sin pensar.- Hay tantas cosas que se te pierden sin querer.- la vuelve a mirar a los ojos, y le acaricia el rostro.- Hay que aceptar que nada es eterno Nadia. Nada lo es- señalando con vehemencia.- Tu lo sabes, perdiste a tu padre cuando eras una preadolescente. Lo pasaste muy mal.

 

NA:- Tienes razón- admite, volviendo a revivir el dolor de aquella perdida. El cometa sigue bailando en el cielo, alieno a su conversación trascendental- Se que es perder a alguien; ¿Pero porqué no luchar por lo que té importa?- no entendiendo porqué había de renunciar a lo que más le hacia feliz.

 

CO:- Tampoco se trata de esto cielo- con su mismo tono de voz, pausado y dulce.- Para mi querer algo no es tenerlo bajo mi propiedad. Mi querer es conseguir la felicidad del otro...- se calla; no encuentra las palabras que ilustren su monologo:- Es asegurarme que esta bien, procurar su felicidad; sentir su sonrisa... Ni que yo este excluida de su vida. Ni que a cambio de mis acciones no reciba ningún premió. Si es necesario decirle adiós, le dejare volar...

 

NA:- Tienes un corazón de oro- le comento impresionada por sus principios:- Yo no sé si sería capaz de todo ello. Yo te diría que sin ti no soy nadie.- siéndole sincera.

 

CO:- No digas estas cosas- riendo dulcemente:- Tu eres un tesoro, que vale mucho más que yo. Te espera un destino muy prometedor. Estudiarás medicina, y jamás te alejarás de tu corazón; de tus buenas intenciones.

 

NA:- ¿Crees ciegamente en mi, no?- le interrumpió. Sus orígenes, le habían dejado una profunda cicatriz. Aquella sensación, que te invade, que hagas lo que hagas, terminaras haciendo daño sin querer.

 

CO:- Uno es lo que quiere ser en la vida Nadia. ¡No lo olvides! – sentenció muy convencida de ello.- Lo importante es que cuando te mires al espejo, años más tarde, te reconozcas y te digas: esta soy yo, y me gusta como soy. No cambiaría para nada lo que he hecho.

 

NA:- Cariño...¿Por qué te estas poniendo tan melodramática?- le pregunta, empezándose a preocupar. Habían compartido muchos momentos llenos de felicidad, que parecían no tener fin. De hecho, ya no se imaginaba un destino sin su afecto.

 

CO:- Porqué puedes encontrarte ante el espejo y no gustarte lo que ves.- mira otra vez al cometa; que fácil era dejarse llevar por la corriente del viento.

 

NA:- No me dirás que ya tienes la crisis de los 30- intentándola comprender.

CO:- Simplemente soy alguien que ha visto la luz demasiado tarde-no aclarándole nada más.- Nadia, yo te quiero y eres lo más importante que he tenido en esta vida; pero esto no es eterno.-su  chica quería protestar, pero no le dejo hacerlo.- No quiero hacerte daño, pero yo no siempre estaré contigo.- le advirtió, y le puso dos dedos en los labios, para que la dejase terminar.-  A mi me gustaría verte volar libre como el cometa. Por esto te insisto que lo liberes, y comprendas que te duele su perdida, pero que la vida sigue. Hay otros cometas, otros atardeceres. Que no seas egoísta, que no pongas tus intereses por delante; que sepas escuchar.

 

NA:- De acuerdo- decidió al final después de una breve decisión. Si aquel era su deseo, la complacería. En silenció, dejo el hilo que la unía al cometa. El cual cada vez, se iba alejando de ellas sin camino de retorno.

 

   Las dos se quedan inmersas al horizonte, viendo empequeñecer al cometa. Vete a saber cual fue su destino, si cayo a la mar o aterro a otra playa, visito otro continente. Un misterio sin resolver. No obstante, siempre se acordaba de aquel cometa lila. Seguía ante ella, volando y volando como una paloma blanca. Pensar en él, era recordar a Corina, la cual se alejaba cada vez más de ella; hasta que un día desapareció. Alguna gente le declaro que la habían visto entrar en la mar, y de ella nadie la vio salir.

 

   Nadia no la busco, porqué las piezas del puzzle encajaban a la perfección. Resignándose a aquella perdida y comprendiendo el mensaje del cometa, consiguió entrar al apartamento de Corina. Allí solo encontró vació, acarició cada objeto personal que localizo de ella. Un ser que le había regalado sus últimos suspiros. Un ser que le había enseñado a querer. Un ser que le había regalado la vida, dar un nuevo sentido en su existencia. Quizás, mientras ella y cometa se alejaban de su lado, ella hacía las paces con su pasado. Ante si le esperaba un duro camino, el cual estaría forjado por sus propias manos.

 

   Los años habían pasado, des de aquel amor claro y oscuro; y se hallaba en Madrid. No huyendo de nada ni de nadie. No esperaba nada, ni mucho menos que Maca le llegase a corresponder. Si estaba allí era porqué quería ayudarle. Des de qué la vio, por primera vez en la avión, supo que era especial. El amor que reflejaban sus ojos por su pareja, era fuerte y sincero. Era el mismo sentimiento que experimento junto a Corina. Si supiera todo aquello su madre, le diría que estaba loca, que perseguía a un fantasma. ¡Pero no era aquello! Maca no se parecía en nada a Corina. No prendía llenar al vació, porqué jamás tuvo tal vació. De hecho, su amor le dejo un baúl lleno de esperanza y sabiduría.

 

   Por fin entro al hotel, todavía no sabía que hacer. La mirada de Maca se le presento ante si. Era una mirada limpia, sincera. Realmente la necesitaba. Cogió la maleta, volvió a bajar y pagó. En la calle, volvió a subirse al taxi que la había llevado. El cielo estaba claro, y se notaba que el día iba alargándose. No estaba inquieta; no sabía donde la conduciría su aventura pero no le importaba. Sabia que hacía lo correcto. No quería ocupar el vació de Ester, no quería robarle su sitió. Simplemente quería tenderle la mano a Maca, ayudarle a construir su destino fuese cual fuese.

 

 

 

   Le abrió la puerta Encarna, Maca seguía recostada en la cama. Entraron sin hacer ruido; y se sentaron en el salón, hablando flojito. Nadia se intereso por Ester, y la señora le contó alguna peripecia de cuando, esta era pequeña. Las dos se rieron bajito. Maca se despertó, y les sintió. No se levanto, disfrutando de las historietas de Encarna. Viajo con ellas al pasado, imaginándose a su amor cometiendo todas aquellas travesuras. Al fin, se levanto y reunió con ellas. No quería interrumpir nada, pero su suegra se callo.

 

M:- Encarna, ya puede proseguir- le pidió; sintiéndose ofendida. No quería rehuir los recuerdos. Nadia, también la animo; y siguieron recordándola.

 

EN:- Chicas, me voy a preparar la cena.- le anunció; la catalana quería a ayudarla.-No hace falta cielo; hablad de vuestras cosas- Maca se la quedo mirando acusadoramente: “Será liosa la mujer; tozuda como su hija”.

 

NA:- Qué encanto de mujer- opina la chica; quería opinar sobre Ester, pero no sabia como.- Espero conocer algún día a Ester.- comentó al fin.

 

M:- Es espero, porqué le caerías bien- sintiéndose muy a gusto con ella. Y empezó a reír, sin saber porqué. Bueno, de hecho se recordó de lo celosilla que era su reina.- Aunque si entrase por esta puerta, y te viera conmigo montaría una escenita.

 

NA:- ¿Era muy celosa?

 

M:- Su puntito tenía. Al principio, sobretodo. Más que nada...- como le costaba explicarlo todo aquello.-  al principio. Era una persona insegura, que había sufrido mucho en el amor.-

 

   Se callaron y ninguna de las dos quiso romper el silencio. Nadia, ya se imaginaba en que pensaba su amiga. No le quiso romper aquel momento. Aquel espacio de suspensión, le permitió coger el impulso necesario para contarle parte de la historia familiar. Si había de compartir piso con ella y también ser compañera de trabajo debía de saberlo. Espero un tiempo prudencial, y cogió el toro por los cuernos.

 

NA:- Debes saber algo de mi- empezó a narrarle, mirando atentamente a Maca. La cual le dio la confianza, suficiente, para proseguir:- Mi padre era un Monsolís; ¿Has escuchado algo de nosotros?

 

M:- Sí; sé que tenis una empresa de cava. ¿Y?- mirándola con atención; no comprendiendo el miedo que reflejaban los ojos azules de Nadia.- Yo soy una Wilson; sino lo sabías. No me importan tus orígenes. Ni juzgo la gente por su procedencia.- se vio impulsada a decir.

 

NA:- Ya lo sé mujer. Yo solo te lo digo porqué  no todo el mundo opina igual que tu- se justificó.- Porqué mis inicios en Hospital Central pueden ser duros. Más que nada por el pasado familiar.- Maca se empezó a preocupar por la chica. ¿De qué tenía tanto miedo?- No lo sabes, ¿no?- la expresión facial de su oyente hablo por si sola.-Yo solo te lo digo, porqué no quiero ocultarte nada.

 

M:- Nadia, no te debes sentir obligada- le dijo muy seria. Poniéndole una mano en un brazo.- Se que eres una buena persona, con un interior inmenso. La gente te llegará a apreciar por lo que eres, no por tu sangre.- sus palabras la robaron una sonrisa. Aún así, le termino por contar parte de la historia.-Tu no tienes la culpa de nada.

 

NA:- Ya lo sé. Pero cada vez va a menos. Siempre que iba de vacaciones a Vilafranca, a la casa “pairal” de mi tío “Eduard”... Díos, la gente puede ser hasta cruel.- empezó a recordar. Pero se arranco aquellos pensamientos negativos. No quería contaminar el ambiente:- Ya ha pasado. Me encanta, eso si, pasear por las viñas, por el pueblo. Que tranquilidad.- y las dos empezaron a compartir su pasión por la naturaleza.

 

Vivir por verte, cada noche, en sueños

 

   Ester no podía evitar impacientarse. El nerviosismo de Adriana, cada día era más evidente. Estaba pensativa, pensando como fugarse del “Kaikas”. Para empezar no tenía el pasaporte de la chica; y su cabeza estaba tan espesa que no veía el modo de huir. A veces, dudaba de hacerlo. No tenía la garantía que la siguiesen buscando. Quizás su ex amigo le había comentado que su suerte se estaba terminando, para alarmarla y dejase de viajar por el mal camino.

 

   La conciencia de qué pronto iba a dejar “Kaikas”, también era experimentada por Ester. En parte lo deseba. Aunque, a veces, creía que sería mejor afrontarse de lleno a su pasado. A su supuesto marido, que le había maltratado, humillado; y a su vengativa cuñada. ¿Siempre habrían de huir de ellos? ¿Siempre debería de vivir sin acordarse de todo ello? ¿Y si tenía razón Adriana ? ¿ Por qué recordar todo aquello? Tanto dolor en las espaldas...

 

   Pero lo que realmente le intrigaba era la mujer misteriosa, que era la reina de sus sueños. Aun era más alarmante era, que se despertaba deseando que volviera a ser la noche. Para reencontrarse con ella. Esperando volver a ver sus ojos, sentir su voz. Había tantas cosas por aclarar, descubrir. Se escrutaba la mente, buscando recuerdos, datos para encontrar la llave del misterio. Lo único que era capaz de recrear eran escenas de sueños.

 

   Empezaba a conformarse con lo que tenía, en vivir intensamente cada sueño. Era extraño soñar, casi cada noche, en la misma persona. Quizás tenía razón ella, su amor debía de ser muy fuerte. Porqué se estaba enamorando de su esencia, de su voz, de su corazón. Parecía todo el contrario de su pareja. Si con una sola mirada suya se sentía desarmada, comprendida... Deseaba que no fuera, únicamente, producto de su imaginación.

 

   Otra noche, no hay pereza para agitarse y cerrar los ojos. Aquella prisa para dormirse irritaba, prácticamente siempre, a Adriana. Que en aquellas horas siempre le apetecía hablar, comentar el día. Cuando escuchaba el buenas noches, le caía una loza encima. No tenía más remedió que dejarla sumergir en las profundidades del mundo de los sueños. Dónde ella no tenía cabida.

 

   Ester, espera impaciente la aparición de la mujer misteriosa. Aun sin nombre, ni sin ningún rasgo más de su rostro. La espera, tan solo hay oscuridad. Hay que relajarse quizás, dormirse. Es imposible controlar lo que uno sueño, ni mucho menos soñar lo que realmente quieres. No obstante, aquella noche es todo diferente. No consigue dormirse.¿O ya esta durmiendo? Aunque parece que esta buscando a la mujer en una casa. La cual representaba que era su mente. La llamaba con desespero.

 

“E:-¿ Donde te escondes ? No me oyes...- silencio; cada vez el entorno se parece más en un apartamento. De repente, escucha una voces en la habitación del lado. Si, es un sueño, se dice. Aunque, en aquella ocasión, la mujer no se deja ver. “

 

   Muy cerca de ella hay dos personas que siguen hablando, animadamente. Se acerca a la puerta, que le permitirá reencontrarse con su princesa. No se para a pensar que hay detrás; esta impaciente para verla. La abre y entra; ante ella hay dos mujeres comiendo. No les ve los rostros bien, están distorsionados. Su corazón le empieza a latir. Sabe que una de ellas es la mujer que tan buenos noches le ha regalado, le reconoce la voz.

 

“E:- Hola, no me dices nada hoy- le pregunta, acercándose a la mesa. No obstante, parece ser invisible. No se percatan de su presencia; siguen comiendo, hablando ante si como si nada. Le escuece ser ignorada. Empieza a gritar, con rabia para captar su atención:- Qué estoy aquí, intentando recordarte; empezando a quererte otra vez. ¿Irónico no?- su ataque de ira, no consigue hacerla visible.”

 

   Al fin, opta por callar. Las sigue observando; su corazón esta llorando. Siente que esta perdiendo algo sin poder remediarlo. No hay marcha atrás. ¿Qué puede hacer ella? Sí, buscar un camino que ha olvidado. Se resigna a ser un invisible, estar impasible ante aquella escena. Se acerca al lado de la mujer misteriosa, y le susurra que sigue a su lado:

 

“E:- No me digas adiós, aun estoy contigo “- pareció que tampoco lo había escuchado.

 

   De repente, el suelo de ante ella se derrumba y ella sigue su mismo rumbo. Va cayendo en el vació, no pudiendo evitar de gritar. Intenta agarrase a algún sitió, sin éxito. La caída es tremenda, pero como es ficción se levanta del suelo como si nada. ¿Qué ha pasado? Simplemente había sido expulsada de aquel sueño. Se hallaba, curiosamente, ante una calle vacía, sin ninguna alma en pie. Delante suyo, hay un edificio grande que parece un hospital.

 

   La pregunta que se hace, por lógica, era como había llegado allí. ¿No debería estar en un sótano, o bien en otro piso, encima de la runa. Piensa: “Niña, que estas dentro de tu propio sueño”.  Resta en pie, esperando que algo sucediera. No es así, todo resta estático. Empieza a caminar, pero no se mueve mucho de sitio.¿Otra prisión? Atrapada en su propio sueño; sin que nada ocurriese.

 

   Una moto viola el pesado silenció, se adentra en la calle y se para a su delante. El corazón de Ester, vuelve a cobrar vida. No tiene miedo, porqué ya sabe quien se esconde debajo de aquella ropa de motorista, aquel casco grana toso. Corre hacía ella, como si se le estuviera escapando el tren. Quiere gritarle por su nombre, pero la mente sigue en blanco. Cuando esta cerca, la visera de la moto se levanta, apareciendo sus ojos marrones.

 

“E- ¡Me derrito en tan solo mirándote!- le confesó.”

“Mujer misteriosa:- Y yo me derrita que a ti te derrita...- casi a trabucándose con aquel trabalenguas. Cada vez, el torrente de piropos iba ampliando su cauce.:- ¿Ya has hecho los deberes? “

 

“E:- Sí, pero sigo sin saber tu nombre ni donde me esperas.- siéndole sincera.- Pronto me iré de donde, según tu, me escondo.”

 

“ Mujer misteriosa:- Pero sigues sin saber donde has de regresar.- le señalo, pareciendo todavía molesta por su lentitud.- Vamos súbete en la moto- le ordeno.-No me dirás que sigues teniéndole miedo...”

 

   Aquel día su ángel no se escondía, le permitía disfrutar de su mirada tierna. No hubo más palabras, porqué sus ojos hablaban por ellas. Ester, no quería cerrar aquella puerta, aquella ventana. ¡Había de recuperar la memoria, costase lo que costase! No sabía si podría vivir sin aquel amor.

 

“Mujer misteriosa: Sujétate bien- le aconsejó.- Este atenta, abre los ojos. Si reconoces lo que visitamos, será la respuesta a una de tus preguntas.”

 

“E:- ¿Cómo es que tienes el poder de manipular el sueño? – extrañándose por su seguridad en decir las cosas. “

 

“Mujer misteriosa:- En realidad todo lo verás está en tu interior.¿No lo entiendes? –Ester no se responde, la abraza por detrás. Al principio, muy flojo; ya que tenía miedo que se desintegrase en mil partículas microscópicas. No es así; presiente su cuerpo debajo de sus manos, de sus brazos. Hasta huele su olor; se llena los pulmones de ello. ¡Díos que familiar le es! De hecho, se siente muy a gustito pegada a ella. Como si estuviera en el vientre de la propia madre. “

 

“Mujer misteriosa:- Vamos allá- anuncia y arranca la moto.”

 

   Ester esta anestesiada, aprovechándose de las maravillosas sensaciones que florecen por tu su cuerpo. No obstante, se separa algo y trata de contemplar el entorno. La moto circula lentamente, ofreciéndole la oportunidad de captar todos los detalles. Los lugares que van visitando le son muy familiares.

 

“E:- Yo he estado antes aquí- admite; presiente que su acompañante llora de felicidad por aquel avance. La moto se para. “

 

“Mujer misteriosa: Fin del viaje cielo.- le anuncia; sus ojos otra vez al descubierto.”

 

“E:- No, no te vayas. No podríamos quedarnos aquí...- le pide.”

 

“Mujer misteriosa:- ¿Quedarte dentro de tu propio sueño? – le cuestiona secamente.-No crees que la realidad es aún mejor.- otra vez silenció, esperando que lo comprenda. Si tenía razón. –Al menos,  ya sabes donde me escondo yo.”

 

“E:- Sí. Aun no se como te llamas-insistió.- Se generosa, que esto avanza muy lentamente.”

 

“M:- Mi nombre empieza por M- iniciando otro juego.- Por cierto, avanza lento porqué tu quieres- le remarco; haciéndola sentir aun más mal.”

 

“E:- No seas mala. Ya sabes que té quiero- le dice no apartando sus ojos de ella. El tiempo se paraliza, solo ellas dos comiéndose con los ojos. La mujer misteriosa, sigue sin quitarse el casco. “

 

   Ester, sin dudarlo se acerca hacía a ella. No quiere desaprovechar aquel precioso instante. Cuando este a su lado, le sacara el casco y la reconocerá. No obstante, unos brazos la cogen suavemente y los dos cuerpos se ajuntan. Amoldándose a la perfección. Ester levanta los ojos, pero no puede ver su rostro. Unos labios suaves, como la seda, y dulces, como la miel, se juntan con los suyos. Es una caricia muy larga, interminable. Percibe aquel beso como si lo estuviera viviendo en aquel mismo instante. Se pone, inconscientemente, la mano en la boca. Pero no hay nadie que le este besando en realidad; y así se despierta. Su rostro era pura poesía.

 

   Aquella mañana Ester prefiere restar en casa, analizar el sueño anterior. Adriana, no le importa. De hecho, esto le permitirá planear su fuga. Se despiden secamente. Y Adriana se dirige al hospital de campaña, como cada mañana. No obstante, muy cerca de allí hay dos todo terrenos, obstruyendo el paso. No parece una accidente. Hay varios hombres, interrogando a toda la gente que circula por aquella zona.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

NO ME DIGAS ADIÓS, AUN ESTOY CONTIGO(13)

 

¿Cuando saldrá el arco iris?

 

   Las agujas del reloj van moviéndose, la tierra va girando, los corazones laten... tic-tac; tic-tac. Jamás paran, hasta que llegue el fin de todo. Tic-tac. Una parte del mundo esta aun durmiendo, otra afronta los quehaceres de cada mañana, hay que contempla la puesta de sol. Vidas paralelas, vidas invisibles que parecen no cruzarse. En un instante, mientras estés sonriendo, soñando plácidamente alguien esta sufriendo leos de ti; ignorándolo. De hecho, dolor y alegría conviven diariamente; incluso en nuestras propias narices. Es lo mismo, que el bien y la maldad.

 

   ¿Cuando saldrá el arco iris? ¿Dónde esta la luz perdida?. Quizás estas preguntas se las estén haciendo, en el mismo espacio y tiempo, Maca y Ester. Ambas en silencio. Una a Madrid y la otra en "Kaikas". La primera, se ha despertado, tras revivir un dulce beso. Incapaz de reconciliar el sueño nuevamente, se dirige en la cocina y se prepara un vaso de leche. Empieza a estar harta de esperar que sus sueños se hagan realidad. De repente, alguien le toca, afectuosamente, la espalda. Se gira y sonríe.

 

  Ester, paralelamente, inmortaliza el largo sueño. Ya tiene un nombre, su destino. Le sigue faltando la identidad de la mujer misteriosa. Su nombre empieza por M. Ejercita su memoria, inicia una lista con todos los nombres de mujer, que se le ocurren, que empiecen por dicha consonante:

 

" María, Mercedes, Mónica, Manuela, Mireia, Marisa, Milagros, Margarita, Miranda, Melinda, Marta ..."

 

   Su mano deja de escribir. Esta como bloqueada; y no se le ocurre otro nombre. Otra incógnita invade todo su espacio mental. ¿Cual era la chica que cenaba con su amor? Con el paseo con moto, había aparcado la primera parte del sueño. ¿Por qué se había mezclado una desconocida entre ellas? ¿Incoherencias del sueño? Pero el más, preocupante, quizás fue que la mujer misteriosa la ignorase. Era una clara evidencia, de qué si seguía inmóvil, clavada como un clavo, en "Kaikas" la podría perder.

 

   Alguien, alienas a sus deseos, esta mezclando las cartas. Seguidamente, realiza tres bloques. Ya no hay vuelta a tras. Hay cosas que se nos escapan de las manos; acciones que no podemos prevenir ni revertir. No todo el mundo gira en el mismo sentido de la tierra.

 

   Maca, agradece que la providencia le haya hecho coincidir, en la cocina, con la Nadia. Ve en ella un ángel caído del cielo. Parece que la chica presiente cuando y en quien momento la necesita. Las dos comparten un vaso de leche calientita y algo más. El sentimiento de qué otro cometa se esta alejando, es muy presente, para la catalana. Evita aquel recuerdo.

 

"No, no las cosas, en aquella ocasión, habían de ser distintas."

 

NA:- No reniegues contra el sueño que has tenido- le aconseja.

 

M:- Ya estoy harta de soñar. Yo quiero acción. Yo quiero que ella este conmigo cuando nazca  nuestro hijo- le comenta, indicándole que otra vez esta al limite de la paciencia.

 

NA:- Has de creer en ello.- insistió - ¿Quieres que te narre un cuento?- al no responder, prosigue:

 

  "Una vez, en una playa lejana, una pareja, muy enamorada, paseaban felizmente. Una de ellas, no creía que lo que tenían se pudiese mejorar. No obstante, las cosas de su alrededor se iban transformándose.

La chiquilla incrédula no entendía nada. Su amor cada vez iba alejándose, haciéndose más pequeña ante ella.

La chiquilla enamorada la perseguía; pero cuando más intentaba alcanzarla, más lejos parecía.

Comprendiendo, por fin, que no la alcanzaría; opto por preguntarle porqué no se dejaba abrazar por ella.

- ¿Qué te hecho? - le pregunto triste.- ¿En que te he fallado?- silencio- ¿A caso no me quieres?

- No es eso- respondió su amor, percibiéndose muy cerca suyo: aunque su figura se veía lejana- Te quiero más que mi propia vida. Té he regalado la luna; mira a tu alrededor.

La chiquilla, la obedece y be la luna en un gran cesto. Sus ojos no le engañan, pero no es aquello que ella desea. Se lo transmite.

- ¿A caso, no lo entiendes?- silencio- Yo siempre estaré contigo. Seré tu estrella, tu luz en las noches oscuras.

- Yo té quiero en carne y huesos...- le suplica la chiquilla.

- Hay mil formas de estar con alguien.- la luna le sonríe dulcemente; en ella ya reside su espíritu:- Y si tu lo deseas intensamente, se puede convertir en realidad. Cuando menos te lo esperas, la realidad superara a los sueños"

 

M:- Bonito cuento- opina, al final del relato.- No obstante, muy triste.¿Termina así?

 

NA:- Sí, es coherente con la vida misma. Pero no es triste; piensa en él.- le anima.- No hay que cerrar las puertas; ni borrar los sueños.- deja el vaso en la mesa; y se levanta.- Me vuelvo a la cama. Ya sabes...si me necesitas no dudes en buscarme.- su oyente se lo agradeció con una sonrisa sincera.

 

  Maca resta sentada, pensando en todo lo que ha vivido aquella noche. Aquella frase sigue en su mente. El cuento de Nadia sigue flotando en el aire. Ya no hay nada más a perder; en todo caso pueda llegar a ganar.

 

   En la otra realidad paralela; una chica intenta resolver mil incógnitas en una mañana. Esta impaciente; intuyendo que si no se da prisa perderá otra vez el tren. La ignorancia es un legado tan humano. No somos capaces de abarcarlo todo, ni intuir las cosas que se mueven a nuestro entorno. A veces, ni las potentes tecnologías pueden detectar las maldades que nos rodean. Las acciones traicioneras, que nos hacen alejar del horizonte correcto.

 

 

 

   Ester, no sé esta imaginando que su pasado esta muy cerca; que cada vez corre veloz hacía ella; para rescatarla. No obstante, la tercera realidad paralela (que ignoran tanto Maca y Ester) les lleva la voz cantante. Los malos espíritus intentan, que las dos órbitas predestinadas a querer y juntarse, mantenerlas alejadas. ¿Lo conseguirán?

 

  A media hora del campamento, el destino juega de las suyas. Adriana, aun dentro el coche, baja la ventana de su lado izquierdo. Espera que aquel escuadrón de hombres le justifiquen porqué la han hecho parar. No parecían militares. Sus ropas eran cómodas y no semejantes.

 

AD:- ¿Con qué derecho me habéis pedido...?- inquiere rabiosa. Un hombre de mediana edad, con pelo canoso, se le acerca; parecía que era el cabecilla del grupito.

 

Hombre:- Somos investigadores privados- se presenta, mientras le enseña sus credenciales. Adriana parece haberse quedado sin lengua. ¿A quien estarán buscando?

 

AD:- ¿Y? ¿ Tenéis competencia en ir obstaculizando el paso de la gente?- siguiendo muy ofendida. Su interior estaba en alerta roja; en cualquier momento podía explotar la bomba atómica que tanto temía.

 

Hombre:- Nos pagan para encontrar a una persona; y tenemos vía libre por parte del ejército - inquirió el hombre, no perdiendo la calma en ningún momento.- un compañero suyo, se les acerco con una fotografía en las manos. La coge su superior, y se la pone a unos tres dedos de sus ojos.- ¿La has visto?

 

AD:- ¡No!- responde rápido; la foto no le ha sorprendido. Aunque ya no la esperaba volverla a ver ante sus ojos. Comprendió las predicciones de su ex amigo, el brujo profético. El momento que tanto temía ya estaba allí. No había conseguido adelantarse al destino; y ahora debería de actuar con rapidez, a tientas.

 

Detective:- ¿Esta segura?- mirándola ofensivamente, como si fuera una mentirosa:- Fijase más bien. Me parece que no le ha dado tiempo en fijarse en la imagen- insiste.

 

  Adriana, se ve obligada, a coger la fotografía y observarla con detenimiento. Intenta columpiarse en ello, arriba y a bajo. Mientras, su mente esta concentrada, planeando su siguiente jugada. Maca no le ganará aquella partida.

 

AD:- Lo siento, pero no lo es- devolviendo la foto.- ¿Me puedo ir? Hago tarde al hospital de campaña de los montes- les informó que trabajaba allí, para que no le quitasen más tiempo.

Detective:- Por supuesto. Espero que si ve a la chica, que se llama Ester García, lo informe.

  La rubia se comprometió a aquello. Subió la ventana, dejándole con alguna palabra a la boca. Puso la marcha; y con el juego de pedales rutinario, el coche cobro vida. Los 4 detectives, contratados por Jero Wilson, contemplaron como se alejaba lentamente. Pero no fueron testimonios, que cuando la mujer no los diviso en el espejo retrovisor incremento la velocidad. Si conseguía ganar tiempo, podría aun escapar. Intuía que aquellos hombres no dejaban ninguna manzana en el árbol.

 

  Los oídos de Adriana no le chillan, porqué sin querer ha engendrado curiosidad al líder de los detectives. Sus dudas, sobre aquella extraña mujer, las termina compartiendo con sus compañeros.

 

Detective:- ¡Qué prisa tenía en irse! Yo creó que oculta algo...¿No te parece, Carlos, que estaba nerviosa?- dirigiéndose, especialmente, al chico que le paso la foto.

 

Carlos:- Ganas de irse si tenía. ¡ Dios que mala leche que gastaba!. ¿Cree que nos ha dicho la verdad?

 

Detective:- Parecía muy convencida; hasta que no se demuestre el contrarió hay que suponer que sí.- hace una pausa- A un mentiroso, tarde o temprano, se le coge. Se auto descubre solo, o se le coge in fraganti.- realizo una pequeña pausa; y empezó a dar ordenes:- Escuchad, vamos a dividirnos. Este camino, de momento, hay poca influencia de gente.

 

Carlos:- ¿Vamos, ya, a indagar al último campamento medico?- pregunta, impaciente, el joven detective.

 

Detective:- Sí.

 

Carlos:- Aunque, no hayan indicios de que Ester hubiese estado por allí...- insiste; no teniendo esperanzas de encontrar a la persona que buscaban.

 

Detective:- Hay que desflorar todas las posibilidades. Por algo nos pagan; ¿No?- le remarca. Es un profesional muy perseverante, y era la pasión de su vida. Un grupo de nativos entro en escena, y atraso su división.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

NO ME DIGAS ADIÓS, AUN ESTOY CONTIGO(14)

 

¿Cuando saldrá el arco iris?(2)

 

   No hay palabras, no hay ideas para llenar tanto vació. El sueño, termina por poseer a Maca. Abandona la cocina y se agita. A aquella mañana le toca de trabajar. Los ojos se le cierran, el cuento de Nadia es como lluvia caída del cielo. Ha regado sus secas raíces, y estas siguen creciendo. No hay palabras, tampoco por Ester. Lo único que es capaz de hacer es repetirse, una tras otra... En el estado de vigilia, su fuente interior no alumbra agua.

 

   Adriana, sigue acelerando; queriendo ganar una batalla al destino. Bate los record, llegando casi un cuarto en el hospital. No hay marcha a tras; aunque sabe que aquella pueda ser la última oportunidad para terminar de delinquir. Baja de la camioneta, no se preocupa de cerrarla con llave. Camina, ágil y sin perder ni un minuto hasta dentro de las gran carpa del hospital.

 

   Ante la puerta, se detiene. El gran astro solar le sonríe. Su interior no. Aun no ha meditado del todo el plan. Habrá que improvisar, porqué sino padecería otra perdida. Por fin, entra en el recinto. Casi todos los profesionales sanitarios, estaban ya visitando a los pacientes. La primera que la vio, fue Roció.

 

RO:- Ya era hora Adriana- le comenta, señalándole el reloj. La rubia le sonríe como disculpa.- ¿Y Paula?- se interesa, extrañándose no verla aquella mañana.

 

AD:- En nuestro nidito de amor- comenta. Jamás han escondido sus lazos. Aunque, la mayoría de sus compañeros les era difícil imaginarlas como tal; y que no percibían que existiese complicidad entre ellas. No obstante, tampoco se hacían mala sangre con ello. De hecho, hay parejas que son muy sosas, que no muestran sus sentimientos en publico.- Por cierto, he venido para despedirme de vosotras.- anuncia. Roció la mira, pareciendo, muy sorprendida.

 

RO: ¡Vaya, otro par que se vuelve hacía su país de origen! Cuando alguien se acostumbra...

 

AD:- ¡Qué haremos! No es por gusto...- empieza a explicarle; pero se interrumpe:- Escucha que podríamos reunirnos en el box personal, por comentarlos, con calma, algo.- propone.- Es que no dispongo de mucho tiempo.

 

RO:- ¿Puedes esperar dentro de media hora?- le pide.- A la hora del desayuno...- Adriana, no tiene otro remedio que aceptar. Podría irse, coger a su Paula y fugarse. Pero, un medico la ve, en aquel preciso instante.

 

DR. K:- Adriana, puedes venir por favor...- lo mira con desespero. No tiene tiempo para a aquello. Pero ya esta allí, y no le conviene, para nada, llamar la atención. Su error ya fue ir allí, ha perder más tiempo.

 

 

 

   Maca abre los ojos nuevamente, mira el reloj. Eran las 7:45 horas; faltaba unos minutos para que sonase el despertador. Maldijo, por si misma, la noche. Había dormido pocas horas. Desconecto el despertador, y se levanto. Se dirigió al lavabo, pero ya estaba ocupado. Para matar el tiempo, entro en la cocina, y preparo el café. Pensando más que nada con Nadia. La cual, aquel mismo día, se estrenaba en Hospital Central.

 

NA:- ¡Buenas días corazón! – le saluda des de la puerta de la cocina. –Qué buen olor a café.- lleva el albornoz puesto, y una toalla enrollada en la cabeza.-Por cierto, ¿Qué haces tan temprano levantada? ¿No entras a las 10 ?-no terminando de entrar.

 

M:- Sí; pero me he levantado antes por que quiero acompañarte a tu primer día.

 

NA:- No hace falta mujer- le comenta inmediatamente.- Podrías estar en camita descan-sando. – siempre con su voz dulce y melodiosa.-¿Por cierto, volviste a la cama muy tarde?

 

M:- Me quede una hora, pensando en tu cuento; en el sueño... con la vida que me espera sin Ester.

 

   Maca cierra los ojos, consciente del que acababa de decir. La vida sin su Ester. Ya estaba viviendo sin ella; y todo parecía tener distinto color. Pero siempre había pensando que era pasajero; que la encontrarían y volvería a su lado, volviendo a ser como el pasado. Se había apoyado a los sueños, a palabras inciertas de alguien sabio pero sin poder para predecir el futuro. Fueron tan solo, unas pastillas para tranquilizarla. Pero su efecto, empezaba a decaer.

 

NA:- ¿Qué opinas, ahora, del cuento?-le pregunto.- ¿Ha que conclusión has llegado?

 

M:- Entiendo que hay que aceptar que nada es eterno, que hay de aceptar las perdidas.- intentando transmitir lo que aquella fábula la hecho sentir.- Qué la única forma que tendré a mi amor es en sueños, manteniendo su recuerdo vivo. Creer que en mi entorno, hay pequeñas partes de ella. No obstante, solo tendré eso... Nada más.- sus argumentos son muy rotundos.- Por más, que los sueños se vayan transformando, y que la propia Ester, me este susurrando que corre hacía mi; que ya sabe el camino de vuelta. ¿ Y tu que lectura le haces?

 

NA:- Hay que aceptar, sí, que las cosas cambian. Veo en él, un mensaje muy bonito y mágico. Jamás hay que perder la ilusión, la esperanza. ¡Jamás! Que lo realmente lindo, puro, sincero jamás se pierde. Si la realidad no supera los sueños, siempre te quedará el dulce recuerdo de aquella persona que tanto quisiste.- después de su discurso, se disculpa y se marcha a su habitación para vestirse.

 

   Maca, después de pensar en la opinión de su amiga, abandona la cocina y se ducha rápidamente. Nadia tenía razón, terminase como terminas su historia le quedaba muchos bellos recuerdos. Además, en su vientre llevaba en fruto de su amor. Ya que con amor habían tomado aquella elección, se habían dirigido a Nova York sometiéndose a toda clase de pruebas. Se lo habían imaginado en noches interminables; era una ilusión compartida...Era su egoísta decisión, para compartir con la nueva personita la inmensidad del amor que se profesaban.

 

   Nadia, ya vestida, termino de preparar el desayuno. Maca, ya compuesta y lista para irse se le une. Desayunan animadamente; y con el estomago satisfecho, se dirigen a Hospital Central. Teresa, las miro divertida cuando le saludaron.

 

TE:- Veo que la encontraste-dirigiéndose, especialmente, a la Monsolís.

 

NA:- Ya ves- riendo; el día antes Maca ya le había advertido sobre la recepcionista.- Ya nos veremos al largo de la mañana- siendo cortante. No le gustaban, para nada, las personas cotillas. Además, ya se intuye que aquella mujer sabe la mala fama que tiene su familia.

 

M:- ¡Ánimos! – le susurra la pediatra, cuando están a varios metros de la entrada.- No dejes que la opinión de los otros te influya. Por cierto, a Teresita ni caso. Seguro que te atacará, directamente, sobre tu familia. Pero no le des el gustillo, ehh.-y las dos terminan riendo a carcajada llena.

 

   En “Kaikas”, continua reinando la incertumbre. Adriana ayuda a su compañero. Esta impaciente, no dejando de mirar la hora. En principio es solo es media hora que debe esperarse. Pero en aquel trabajo, es algo imprevisible. No siempre puedes seguir un horario fijo. Más en aquel hospital de campaña. Aunque se intentaba respetar, potenciar las horas de descanso. Lo quien, realmente, marcaba su organización era los enfermos. Por suerte de Adriana, aquel día terminaron pronto con las tareas de las primeras horas. Todo estaba tranquilo, y no había nadie critico.

 

   El Dr. Kendall y Adriana, lanzaron sendos guantes en la basura, se limpiaron las manos y entraron al habitáculo preparado para ellos. La mayoría de los compañeros ya estaban tomándose su café. Roció, como ya se preveía, ya había difundido que Adriana y Ester se iban.

 

Dra.Franche:-¿Es cierto que os marcháis?- le pregunto, en tan solo verla entrar.

 

AD:- Sí.- se prepara su café, dándole un minuto más para terminar de tejer su mentira. Si ha ido allí, había estado, exclusivamente, para ganar más tiempo. Tarde o temprano, los inves-tigadores profesionales podrían sus narices allí.

 

AD:- No quisiera engañaros...- intenta parecer muy preocupada, para ser más creíble.

 

DR.K:- ¿Pasa algo?- cayendo en la trampa, de aquella actriz innata. Todos están pendientes de lo que comenta.

 

AD:- Sí. ¡Díos!- exclama, intenta llorar y lo consigue. Roció se le acerca, y le coge una mano. Jamás le había visto de aquella manera.- Ya pensaba que en estás alturas....- captando más la atención de sus espectadores.

 

Dra.Fr:- ¿Qué?-silencio.- ¿Quieres un vaso de agua?

 

AD:- No, gracias...- los mira, se seca las lágrimas; y cuenta de un tirón lo que le sucede.- Paula en realidad se llama Ester García.- todo el mundo se queda parado, pero no les deja tiempo para reaccionar ni cuestionarla.- Antes de conocernos, estuvo saliendo con una acaudalada mujer. Una mala persona, la maltrataba físicamente y psicológicamente. Gracias a yo, consiguió escapar de sus esclavizadotas garras. No obstante, jamás acepto que la dejase. ¡Díos, no entiendo que existan personas tan retorcidas!

 

RO:- Respira hondo- intentando tranquilizar a la doctora.- ¿Qué te preocupa realmente?

 

AD:- Hemos estado escapando de ella; y parecía que por fin podríamos vivir en paz.

Pero...-realiza una pausa, mirando a sus oyentes con detenimiento.- No descansara hasta que nos encuentre. Hace poco me he encontrado con unos detectives, que están buscando a mi amor.

 

Dra.Fr.:- Esta mujer debe de ser una loca- exclama, alucinada por aquella historia.- Perseguir a alguien hasta los confines del mundo...-parecía que no se lo creía.- Solo por un desplante amoroso. Algunos de allí, también creían lo mismo. No obstante, la mujer rubia no tenía tiempo para escuchar sus opiniones.

 

AD:- Es cierto.-  seguidamente les pidió, que cuando preguntasen viniesen los detectives, les comentasen que no las conocían. Sus ojos, realmente, estaban desesperados. De hecho, fueron los causantes de qué todos cayesen en su trampa.

 

   La cabeza de Adriana, se convirtió en un potente radar. Intuyó que si perdía más tiempo, los secuaces de la Wilson invadiesen el campamento. Les agradeció su ayuda, y salió. En la calle, el sol la volvió a iluminar con una idea genial. Cogió un alambre de detrás la camioneta, y tras de asegurarse que nadie la veía abrió la carpa donde residían sus ex compañeros. Empezó a remanar las bolsas de cada uno, hasta que encontró las pertenencias de Roció. La única española. Le robó toda su documentación, incluido la tarjeta de crédito.

 

AD: ¡Vaya, que chica más estúpida! ¿Quién se lleva tal objeto a un país donde la puede usar?- sonriendo malévolamente.- Gracias, al menos a mi si que me servirá.

 

   Sigue revisando su maleta; nada más en especial. Hasta que abre su neceser; allí encuentra un bote de tinte de pelo. Realmente aquella chiquilla era original y curiosa. Se ríe. De repente, le parece escuchar ruido al exterior. Abandona el lugar, sin asegurarse de haber dejado las cosas de la chica tal como les había encontrado. En la calle, se relaja al darse cuenta que solo son nativos que se dirigen al hospital.

 

   Al lado de la camioneta, acaban de aparcar una furgoneta medica. El conductor no la cerrado, aunque no ha dejado la llave puesta. Sin pensárselo, se sube y intenta hacer un puente. Al final, lo consigue. De algo le sirvió haber tenido un padre ladrón de coches. Y antes, de llegar a la cabañita, se para ante una gente trabajando y remata su plan.

 

 

 

 

 

   En la cabañita, Ester ya ha guardado sus anotaciones. Ya le dolía la cabeza después de tanto hacer trabajar la cabeza. Para matar el tiempo, se dedica ha hacer limpieza de la cabañita. No obstante, sus pensamientos siempre vuelven al mismo sitio. De hecho, la frase que todos los caminos se dirigen a Roma es cierta. Su máxima preocupación es como plantearle a Adriana volver a España.

 

   De repente, se escucha el ruido de un vehículo acercarse. No parece, ser la camioneta de su pareja. No corte ni perezosa sale al exterior. No le importa que quizás sea su marido. Quizás sea mejor así, encontrarse con su pasado. La furgoneta se para ante ella; reconoce inmediatamente a Adriana. La cual baja del vehículo, y los ojos de Ester se cubren de horror.

 

E:- ¡Por Díos, que te han hecho!- no dejando de contemplar su rostro ensangrentado, magullado.-¿Quién te lo ha hecho?- le pregunta, se acerca a ella y la coge, con cuidado, por detrás la espalda.- Apóyate en mi, por favor.

 

AD:- No hay tiempo para explicaciones amor.- le comenta.- Tu marido. Hay que darse prisa. No sé si se ha creído la mentida que le he dado.- intentando mirar el horizonte.- Creó que he despistado sus secuaces... ¡Hay que irnos!- exclama, con mucha intensidad.

 

E:- Sí cielo- comprendiendo la magnitud de aquel problema.- Antes hay que curarte las heridas de la cara.

 

   Entran a la cabañita; Ester, le cura delicadamente las heriditas. Seguidamente, cogen algo de ropa. Adriana, aprovechando un despiste de su compañera, saca el pasaporte de Roció y le quita la foto; el paso siguiente es mojar el documento, para qué las letras se corren y sea imperceptible su lectura.

 

AD:- Creo que lo tenemos todo- sentencia, realizando una exploración visual rápida. Muchas cosas que quería se quedaban allí, como sus libros.

 

E:- Sí.- las prisas de irse de Adriana se le han contagiado. Salen al exterior y se suben en la furgoneta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   Solo cuando están lejos de la cabañita, se da cuenta que se ha dejado algo. Se ha olvidado de coger sus notas de los sueños. Siente aquella perdida. Esta apunto de pedirle volver a su antigua casa. Pero, se reprime. Había compartido con aquellas hojas vírgenes, todo lo mejor de sus sueños; su preocupación por la carencia de memoria. Tan solo era un apoyo para ella, sobretodo cuando sentía que sus ánimos se desvanecían. Pero no los necesita para recordarlos; esta escrito en su alma.

 

   Sin querer se le escapa una sonrisa, aquellos escritos pueden ser una buena guía para quien le este buscando y le quiera bien. Piensa:

 

“ M, si me buscas todavía. En la cabañita encontraras mi verdad. Espero que me comprendas, y sepas donde seguir buscándome. No sea el caso, que nos estemos buscando mutuamente y no nos cruzamos. En las hojas esta bien claro, donde espero ir. Debo convencer a Adriana. Seguro que lo consigo, porqué esta loquita por mi. “

 

She says her love for me could never die

But that’d change if she ever found out about you and I

Ih-but her love is cold

It wouldn’t hurt her if she didn’t know,cause

 

When it gets gets too much

I need to feel your touch

I’m gonna run to you

I’m gonna run to you

Cause when the feelings righ I’m gona run all night

I’m gonna run to you

 

She’s got Herat of gold she’d never let me down

But you’re the one that always turns me on

You sep me comin round

 

I I know her love is true

But it’s so damn easy makin love to you.

 

(...)

 

Run to you

Bryan Adams

 

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