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NO ME DIGAS ADIÓS, AÚN ESTOY CONTIGO. La fragilidad y hermosura de las mariposas (XXV)


(2)

 

       Nadia calcula el tiempo que tardara su amiga en llegar, entre que se cambia y despide de su pareja quizás estará una hora y algo. Decide abandonar la cama, no desea que la encuentre allí. Era tan aburrido y cansino.

 

Seria fácil tener alas, y las piernas no las necesitásemos. Quizás si así fuera Nadia se elevaría y con pocas dificultades se sentaría a la silla de ruedas. Es algo que te puedes olvidar. Los inicios son difíciles, pero no insuperables. Aún así, si te quedas pegado en tu cómoda silla, sin luchar ni saltar olas se vuelve más imposible.

 

Poniendo en práctica los conocimientos que dispones sobre como moverte en tu nuevo cuerpo(porqué es así: sigue siendo tu mismo cuerpo en qué naciste, pero no lo sientes. Es como si hubieras nacido de nuevo). Es cuando abres los ojos y descubres que una buena rehabilitación puede ser la clave.

 

Eres como una marioneta de papel, que en el más mínimo desequilibrio te derrumbas. Eres insignificante. Puedes ser alta y delgada... pero las piernas no son las de antaño. Nada es gratuito, es muy fácil que te arrebaten las cosas que creías intocables.

 

Tan solo basta realizar un movimiento en falso para sentirte la habitante más torpe del planeta. Luego, la silla de ruedas, mal frenada, te condena a acariciar el suelo con moqueta. Suerte de ello, ya que su desgracia habría sido nefasta. Renegar no te sirve de nada , tan solo para vaciar tu saco lleno de rabia contenida.

 

Una vez superada la fase irracional, tratas de ponerte de pie. No obstante, la silla, con la que pretendes amarrarte termina por ser tu verdugo. Y tu la persigues como una serpiente desesperada para alimentarse. Nadia vive esta dura experiencia, y para ella es muy desgarradora. Luchadora de especie, posee un listón muy elevado para lanzar la toalla aún. Además no desea que Maca la encuentre tan indefensa.

 

       Maca por fin llega al piso de sus amigas, media hora más tarde de su caída. Nadia sigue en el suelo, esta sintiendo frío, sobretodo en la parte superior de su cuerpo. Su mente intenta revertir la sensación de frío, imaginándose que se halla en una isla paradisíaca. Hay mucho sol... y yace en la playa, con un bikini negro. Las olas acarician la arena, y a su lado esta Valeria que le aplica crema solar. El timbre pone el retó de fin a sus ensoñaciones. Respira hondo. Ya ha llegado su salvación, aunque siendo negativa puede ser otra persona.

 

NA:- Maca..Maca, Maca...- empieza a gritar- Usa la llave que tienes.

 

La pediatra, espera unos minutos ante la puerta esperando que su amiga la abre. No escucha sus gritos... Se acercas a la puerta, clava la oreja en ella intentando percibir algo. ¿Dónde te has medito Nadia?, se pregunta. Empezando a impacientarse, se replantea usar la llave que Valeria le ha prestado por si alguna vez la necesitaba. Como era extraña la tardanza de su amiga, al final la saca y accede el piso. Y al hacerlo por fin escucha sus ruegos desesperados.

 

NA:- Ven...corre, estoy a la habitación.- Maca se dirige hacia allí a todo gas, preguntándose que le había sucedido.

 

Encuentra a Nadia a la habitación, estirada al suelo, con el cuerpo de lado. Sus ojos azules están enrojecidos debido al llanto. Se ve una criatura muy indefensa y avergonzada por hallarse en aquella situación, sin valerse por ella sola. Maca no rehuye su mirada; deja su bolsa al suelo y se agacha para atenderla.

 

M:- ¿Te duele algo?- explorándole el cuerpo, y a la misma vez trataba de forjar un plan de acción. ¿Cómo levantarla?

 

NA:- No me siento las piernas, preferiría que me las cortasen- dijo con rabia, golpeando el suelo con los puños.

 

M:- ¡Oh, Nadia..!- tan solo fue capaz de decir esto, sintiéndose muy impotente- Pero lo primero es levantarte, que te helaras aquí..y luego grita, llora, insúltame o todo lo que desees- jamás la había visto de aquella forma, ni en el hospital. En apariencia lo llevaba con dignidad. Y sus predicciones se estaban cumpliendo al pie de letra.

 

Nadia la obedeció, sin rechistar. Aunque se sentía como una preciosa maniquí sin voluntad, en entera disposición de aquella encanto de mujer. La creyó amar, y de hecho la seguía admirando por su fortaleza. Y seguro que la comprendería nada más escucharla. ¿Por qué con su pareja era todo mucho más difícil? En especial explicarse. Quizás porqué la quería demasiado y temía herirla.

¡Los humanos somos tan complicados!

 

Maca la incorporo como pudo, la apoyo en la cama, y de ahí la traslado a la silla de ruedas. En todo momento se mostró muy atenta, e incluso trataba de hacerla reír. No obstante, Nadia no podía parar de llorar intermitentemente.

 

NA:- No te preocupes, ya se me pasara. Ha sido más el susto- intentando sobreponerse, y dejar de llorar.- Gracias por todo- sonriendo. Su rostro adquirió una facción inédita, entre triste y alegre. Igual como si el arco iris se estuviera reflejando en él. Llanto y sonrisa juntas. Como si saliera el sol en medio de una lluvia veraniega. No dejaba de ser una flor silvestre, maltrata por el tiempo, pero que no dejaba de alegrar su entorno. Maca se agacho, y la abrazó. - Te mojare la ropa...

 

M:- Que cosas dices Nadia- riendo y se separa unos palmos. De repente se le ocurre algo que quizás pueda animarla:- Sabes hecho en falta alguno de tus cuentos... Aunque hoy, para variar, te regalare uno yo. Eso si quieres... Una cosa, que coste ehhh; dudo que lo sepa explicar mejor que tu.

 

NA:- No te menosprecies mujer.- le regaño, se seco sus últimas lágrimas del día, y le propuso ir a la cocina a tomarse el café de la tarde.

 

Las palabras se habían liberado. Maca conseguía que todo pareciera más fácil. ¿Cómo lo hacia? O quizás eran las experiencias compartidas en  "Kaikas", las noches inquietas, en vela...las había acercado.

En la cocina, con las tasas repletas de un café flameante, la pediatra trataba de explicarles su cuento personal. De hecho, le hizo participe de una noticia espléndida.

 

M:- Ya sabes... Tenlo en cuenta, eres la primera en saberlo- su rostro brillaba de felicidad.- Aparte de qué conoces, de primera mano, el largo viaje recorrido para hallarme donde estamos.

 

NA:- La verdad es que te lo mereces- lo dijo sinceramente, y una punzada de envidia humana la invadió. Aunque la felicidad de su amiga le llenaba completamente. Pobre, ya empezaba a ser hora que todo le fuera bien.

 

M:- No lo se...- dijo mostrando una pincelada de in certeza, o duda. Nadia lo percibió, y trato de localizar la posición del pero.- Mejor dicho, ya empezaba a ser hora...Aún así, continuas caminando, pensando que en cualquier ocasión todo se puede estropear. Los seres humanos somos tan frágiles, tan insignificantes...En el fondo no somos dueños de nada.

 

NA:- Y quisieras congelar el tiempo- su interlocutora asintió, ya que le había robado las palabras.- A veces, quieres ir demasiado deprisa y otras lentamente.

 

El silencio se volvió a convertir en el presidente de la situación. Su conversación se iba haciendo más profunda. El clima era apaciguado, relajado...Aunque seguía siendo cómodo hablar de una forma impersonal y de la vida de otras personas. La pediatra no sabia como girar la conversación y abandonar el papel de narradora. No obstante, no siempre lo puedes dominar. Tan solo basta con estar ahí,  tarde o temprano la agua del rió acaricia la mar. Todo de hecho es un circulo, volvemos al lugar de donde procedemos.

 

M:- Mi cuento te ha encantado, aunque no se contarlo tan bien como tu.- sintiéndose algo torpe. Quizás sería más efectivo gritarle, sin más preámbulo: ¿Dónde se esconde la Nadia que conocí?

 

NA:- Lo importante es el esfuerzo que hace cada uno; aunque en la mayoría de ocasiones no es así. La gran mayoría valoran el producto final, no todo el contendido. No contemplan las intenciones- filosofo, pero se detuvo en seco, bruscamente. No quería salir de la tangente más. Ya empezaba a ser la hora de abrir su corazón.

 

"Esfuerzo..que ironía. Es lo que me falta ahora mismo. Perdona...se me ha contagiado la timidez de Valeria. Pero... me estoy dando cuenta de qué a veces cuesta poner voz a tus sentimientos. Es algo tan poderoso, que te deja sin aliento, te enmudece. Incluso, te termina por confundir.

 

Se que con mi imposibilidad de sacar toda mi rabia, miedo... me cierro en banda, no permitiendo que Valeria me ayude. Aparte, últimamente la percibo algo distante. Una parte de ella esta por mi y la restante muy lejos. Al principio, me culpaba por ello. Aunque ahora más bien creo que también le pasa algo. Y ese algo tiene nombre de mujer."

 

M:- ¿Y tu no lo estas con ella, de distante?- le interrumpió, intentando de se percatase, también , de sus errores.

 

NA:- Supongo que así es.- admite tímidamente- Jamás le hable de mis intenciones de irme a Cataluña con mi madre. La quería excluir de mi decisión, imitando a Corina.

 

M:- ¿Sigues pensando que sería mejor opción seria irte?- tratando de comprender su melancolía, la pesadez que emanaba todo su ser. Parecía que ya lamentaba haberse quedado.- Siempre lo puedes hacer .

 

La hija de Gabriel Monsolís, se la queda escuchando atenta. No se atrevía a responder a aquella pregunta. Aquella mañana la semilla de aquella idea estaba apunto de volver a germinar. Entonces cayo del cielo una estrella, llamada Paola. Que con su Darling, como chicle, le hizo sentir por primera vez celos. Y jamás se considero una persona celosa. Seguía siendo un querer y no querer. Y faltaba lo último...

 

NA:- Es triste, pero des de hace tiempo que estoy muy perdida- siendo totalmente transparente con su amiga.

 

Maca se recoge el pelo, juguetea con él muy pensativa. Repasa todo lo que se ha dicho, sobretodo en lo relacionado con el extraño comportamiento de la inspectora. De inmediato, recuerda la tarde que ella y Esther la vieron fugarse de la habitación de su pareja. Evito cualquier pregunta, incluso pareció muy molesta con ellas. Como si terminasen de descubrir algo inadecuado. Su aflicción no era debido a Nadia.

 

M:- Me has despertado la curiosidad. ¿Qué le pasa a Valeria? ¿Y que mujer?- le pregunto directamente, sin artificios.

 

NA:- Una mujer que se llama Paola James. Se ha presentado esta mañana en el piso, preguntando por Valeria.- le informa con detalle de aquella visita inesperada- No se que las unía, pero pondría la mano al fuego que compartieron algo más que una simple amistad.- iba a continuar, no obstante la pediatra la interrumpió. Su rostro manifestaba asombro, como diciendo: "Yo he escuchado antes este nombre. El mundo es un cajón de sastre".

 

M:- No la conozco, pero Irene me hablo de ella. ¿Es pintora, no?- Nadia alucino con los ojos abiertos. Todo el mundo parecía conocer aquella pintora, y ella era la primera vez que escuchaba su nombre.- ¿Y cual relación tienen ella y Valeria?

 

NA:- Es el principio y el fin de todo, empezando por el extraño comportamiento de Valeria de hoy- su voz manifiesta toda su ira y un cierto grado de desesperación.

 

Su mundo se había desmoronado, y seguía descendiendo por una pendiente peligrosa.¿Qué más le podía ocurrir? Aún lo ignoraba. Pero intuía que estaba muy cerca, casi a la esquina. Y no puede detenerse, sigue hablando...sacando todo lo que piensa.

 

NA:- Ha sido como si hubiese asistido, a primera fila, a la decapitación del árbol más robusto y firme. Es como si un simple soplo de aire ya te derrumbaras, debido a algo que se me escapa a la comprensión. ¿No obstante, que hay que entender? Algo que ignoro, y que ha aparecido de la noche a la mañana- se detuvo, quedándose en blanco. Era consciente que quizás su interlocutora no la comprendía.

 

M:- Nadia, vamos por pasos.- admitiendo que se había perdido en su verborrea, sin sentido en apariencia..- ¿Qué le ha pasado a la inspectora este medio día?- se imaginaba que se habían discutido, y Valeria se había marchado enfadada.

 

NA:- Ha padecido un fuerte choque emocional, después de haberse reencontrado con esta tal Paola- declaro de un tirón. No era novedoso que su pareja fuese, en cierta forma, sensible. Aunque paradójico con su profesión.

 

M:- Por deducción, ignoras los motivos..- poniendo voz a sus pensamientos. La doctora asiente. Ya empieza a ser el momento indicado para enseñarle la nota. La mira fijamente, y por avatares misteriosos, recuerda los ojos carbón de la maldita inglesa. Aparta la mirada con repulsión. La pediatra se percata de ello, pero no le da importancia a su extraño gesto.

 

NA:- En parte me da una rabia tremenda. No es por su pasado. Más que nada es por su poca confianza. No se que me oculta. Y la verdad...estoy confundida. A veces quiero saberlo, y otras no.- se muerde el labio inferior, y prosigue como si se lo contara a una persona inexistente o inanimada:

- Es como si despertara una mañana y no reconociera la persona que yace a mi lado. Aunque también es contradictorio...pero tan solo basta mirarle, directamente a los ojos, abrazarla para engañarme. Termino por auto convencerme, una y otra vez, que lo otro es un mal sueño, una pesadilla. No quiero precipitarme, aunque tampoco cerrar la puerta. Es un maldito laberinto.

 

Tal como decía no paraba de contradecirse. Amor y desconfianza, las dos caras de una misma moneda.

 

NA:- ¿Que debo de pensar? Y más después de haber recibido esta nota...- anuncia, a la misma vez que la saca del bolsillo de su pantalón. Mientras le narra, con detalle, como ha llegado en sus manos.

 

Maca se la coge, transmitiéndole con sus ojos marrones y grandes su desconcierto. La abre cuidadosamente, su rostro esta muy serio. Y se va poniendo aún más, a medida que la va leyendo. Su contenido también la sorprende, aunque no le impacta. Ya que en ella no esperaba encontrar una buena noticia. Nada que celebrar, tan solo afirmar: Nadie conoce a nadie. Aunque, ¿Aquella clase de anónimos eran de confianza? Lo único motivo por cual se construían eran para destruir, condenar a alguien o algo.

 

NA:- ¿Qué te parece?- no pudio evitar preguntarle; pero Maca sigue concentrada en la nota.- Quería enseñársela hoy, pero no me he atrevido.

 

M:- No te puede aclarar nada. Yo lo único que creo es que la nota pretende minar tu relación con Valeria. Esta hecha con alevosía, pretende darte miedo. O mejor aún, romper la imagen que tienes formada, en tu interior, de Valeria.- se lo estaba diciendo muy segura.- Para mi, el valor que le pongas a la nota es lo primordial. Si le das más importancia de la que tiene, su autor o autora están alcanzando su objetivo.

 

Su teoría tenía lógica, independientemente del contenido fuera cierto o no. Y si aceptaba aquella tesis, Paola se iba esculpiendo como principal culpable. Cada vez que nombraba a su Darling, lo hacía con una mezcla de rabia y posesión. Aparte, estaba obsesionada en descubrir todos los detalles de su relación. Y las dos, no se llevaban tan bien como quería presumir la pintora.

 

NA:-Comprendo, y yo le he estado dándole demasiada importancia- reconoce, a la misma vez que se odio por ello.- Lo único que me extraña, me irrita es su manca de confianza. Porque estar a la prisión no es algo que se olvide..y la verdad, seguiría con ella independiente de qué hizo.

 

M:- Nadia, lo acabas de decir: es algo que no se olvida y se trata de ocultar para seguir luchando y sobrevivir. Aparte de qué la reinserción social es dura. La comunidad humana no abre sus puertas a los ex convictos. Eso te irrita. ¿Por qué sirven las prisiones? ¿Como erradicar cierta delincuencia? ¿Se puede evitar? ¿La sociedad contribuye a ella, negándoles una segunda oportunidad?                                                                                

 

Se detuvo consciente de qué se alejaba de lo que realmente pretendía decirle. Aunque gracias a ello, alguna estrella celeste la iluminó y sonrió. Fue tan imprevista su reacción que puso nerviosa a Nadia.

 

M:- Soy tonta, la verdad es que sí- siguiendo riéndose de ella misma.

 

NA:- ¿Y eso por qué?- le pregunto, pareciendo una oveja descarriada y apunto de perder definitivamente a su pastor. Pero este, lo detecto de inmediato, y como un buen conductor la rescato de caer al olvido, sin vagar sin ningún rumbo.

 

M:- Estamos discutiendo, o pensando que hizo Valeria para que la encarcelaran, y nos hemos olvidado de algo importante. Por favor, respóndeme a esta pregunta: ¿Cuando una o ex presidiario/a puede ejercer de policía?- se la quedo mirándola con los ojos brillantes de alegría. Nadia, le costo un poquitin de tiempo asumirlo. Pero cuando cayo en sus razonamientos empezó a reírse a carcajada viva.

 

NA:- Si han sido condenados por cualquier delito no lo pueden ser- poniendo voz a sus pensamientos. En tan solo decirlo, la pesadez que sentía su alma disminuyo.- Si no existen cargos...

 

M:- Ole, es eso a que me refería. Y si estuvo a la prisión no lo se, pero seguro que es algo poco trascendental- apoyando sus argumentos.- Es lógico que te molestes por su carencia de confianza. Aunque reitero, a la nota ni caso. ¿Estas segura que te la ha enviado Paola?

 

NA:- No lo se. Es solo una intuición- realizo una pausa, intentando argumentar bien sus motivos.- Parecía una visita cordial, de alguien que desea reencontrarse con una persona especial, con la cual hace muchos años que no ve. La ilusión es inmensa. Uno esta muy nervioso y te emocionas a cada peldaño de la espera. E incluso Paola, le fascinaba reconocer los gustos de Valeria impresos en cada palmo del piso.

 

Se notaba que había sido una persona muy cercana a ella. Y seguro que la conoce mejor que yo. No obstante, su lengua también era venenosa. podía hablar afectuosamente de su Darling, pero a la vez ironizarla, burlarse, de una forma despectiva. Como si almacenase mucho resentimiento en su interior.- se callo, reviviendo la decisión del amor que le ofreció: es algo que sube como la espuma..., y que, en otras palabras, no duraba.

 

M:- Estas dos deben compartir un cuento muy largo, y me lo imagino nada de bello.- hizo un sorbo de su café, tratando de desvelar aquel secreto. Por un instante, estuvo tentada de contarle algunas confidencias de Valeria. Lo descarto rápidamente, no seria justo. Se encontraba en medio de las dos, y no deseaba ser desleal con ninguna. En parte, era una completa ignorante de muchos aspectos de aquel tema. Lo único que tenía claro, era que Valeria jamás había sido la mala, mala de la historia.

 

NA:- Gracias Maca, de verdad.- se le acerca y la abraza.- Cuenta conmigo para lo que necesites para alcanzar tu cuento de hadas.

 

M:- Ya lo has hecho, gracias a tu no restaría hablando de ello.- le da un beso en su pómulo derecho; y se separa.- ¿Destruirás la nota espero?

 

NA:- ¿No se la enseñarías a tu pareja, si te ocurriera lo mismo?- manifestando que seguía sin saber que hacer con ella.

 

M:- Entiendo que ahora desconfíes de ella, y esperas que te lo explique todo- colocándose en su piel. Era una situación muy delicada. No se podía callar, porqué el gusanito de la duda ya había criado sus huevos. Pero si ibas con la verdad por delante, corrías el riesgo de dañar a la otra persona. Pero era un hecho, que la desconfianza estaba allí.- La verdad, es un don que todos esperamos conquistar. ¿Pero has pensado, que una vez descubierta nos defraude?

 

NA:- No se...Hoy soy una ignorante.- dice con el rostro muy pálido. En realidad, tiene miedo de saber las dimensiones de la relación que unía Valeria con la pintora.,

 

M:- A veces, no hace falta hacer nada... tan solo que el tiempo, ponga las cosas a su justo sitio. Con querer avanzar los hechos, lo terminamos por estropear todo- le aconsejó, pero también le dejo claro que la elección debía de ser suya. Nadia le sonrió, y empezó a meditar todo lo le había dicho. En este justo instante, el timbre de la puerta sonó. ¿Quién debía de ser?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La fragilidad y hermosura de las mariposas(9)

 

OTRO ATARDECER PASEANDO CONTIGO

 

       Valeria, más calmada que el medio día, estaba sentada en un banco del parque del Retiro, esperando que Paola llegará. La idea había surgido de esta última. No se pudo negar. Su mente se distraía recordando su primera noche con Nadia. La sentía tan presente, como si se hallara a su lado en aquellos instantes. Parecía que jamás se hubiesen ido de allí. Paseaban con las manos entrelazadas y su destino era su pequeña parcela del parque. Volvían a bailar debajo de las estrellas y caerse rendidas al suelo. Sus labios se reencontraban. Los duendes, mágicas criaturas, las sonreían en la distancia. Eran sus ángeles, que las protegían.

 

Otra vez delirios, que le hicieron la espera más soportable. No debió de aceptar la propuesta de Paola, y más en aquel sitió sagrado por ella. No obstante, quería terminar de una vez por todas con su pasado. Era cierto, que quedaban muchas cosas por decirse, y era algo que las dos tenía pendiente.

 

Quizás si era un error haber quedado allí, pero se sentía muy amparada en él. Le hacía recordar que lo que compartía era grande, autentico y distaba de ser a lo que compartió con Paola. Era cierto que la quiso mucho y se hubiese ido al fin del mundo por ella. Aunque esta, ahora, lo dudase.

 

Los años transcurren, y con la distancia te percatas que andabas errada. Te despiertas una mañana y dejas de sentir lo que una vez sentiste. No es que el odio ensombrezca tus sentimientos, ya que el odio se ha disipado. Pero sigue quedando el dolor, en el fondo de tu recipiente interno. Es el dolor de darte cuenta de qué fuiste capaz de hacer por alguien que no se lo merecía.

 

Nadia decía: te miras al espejo y no te reconoces. Era otra mujer que lo hizo todo por amor, no ella. Pero si que eres la misma persona. Siempre creyó que cuando se amaba no existían los términos medios. Cuando amabas a alguien lo hacías todo por el otro o otra persona. Aunque existieran algunos límites, ¿pero cuales son?

 

Paola hizo tarde a propósito. Quería comprobar si su Darling seguía poseyendo una paciencia de oro. Y así era, hacia media hora que debían de reunirse y parecía la persona la mar de tranquila esperándola. Estaba como abstraída de la realidad, con un posado de soñadora, también muy propio de ella. ¿En qué debía estar pensando? Seguramente que en ella no; quizás en Nadia.

 

Resto unos minutos observándola en la distancia. Los años no la habían cambiado, aunque si que la habían en fortalecido. Aún así, continuaba poseyendo el poder de alterarla. La inglesa sonrió, satisfecha y feliz por haber conseguido volver a quedar con ella. Y como mujer de palabra, ahí estaba.

 

¿Qué ganaría con aquello, dar vueltas a las mismas cuestiones y malos entendidos? Ya se habían dicho todo lo que pensaban aquella mañana. E incluso, empezaba a comprenderla, y el resentimiento a menguar. ¿Por qué no habían dado la cara a su pasado antes?

 

Ella había sobrevivido prestada a un mal entendido...creyendo que había sido traicionada. Cuando Valeria hubiera muerto por ella. La veía allí sentada, distraída y se retorció de dolor. Era ahora cuando empieza a percatarse de daño que le había inflingido. Hubiera podido girarse y desaparecer del planeta, de su vida definitivamente. Ya no sabía que pretendía con aquel viaje, y con ese te vas enterar Darling.

 

Algunas de sus amistades la contradecían cuando dejaba relucir su odio por Valeria. Respondían a sus protestas, alegando que en el fondo la seguía amando. Y que su subconsciente se daba cuenta de lo que perdió debido a su egoísmo. Y darse cuenta de ello, es muy duro, demoledor. Para protegerse de ello, de su dolor, se escondía debajo de la mascara del odio e intenciones de venganza. La presencia de los ojos verdes, en la mayoría de sus obras, era el reconocimiento indirecto de sus sentimientos por ella.

 

Sus sentimientos congelados y ocultos, también la habían conducido a ser borde con Nadia Monsolís. La mujer que ocupaba el corazón de su Darling. Como también la impulsaba a consumir todas las oportunidades que tuviera, para hablar con ella. 

 

Paola, respiro largamente, parecía que le había caído una pared encima y fuese incapaz de apartar todas las runas y levantarse. Otra vez, la idea de girarse y desaparecer de su existencia la volvió a invadir. Quizás Valeria se lo agradecería. Percibía tan resentimiento en su alma. Tampoco había hecho las paces con su pasado. Lo cual era culpa suya. ¿Estaba obligada a hacer algo al respeto? No obstante, era una mujer orgullosa, le costaba doblegarse. ¿Pero como borrar todos sus errores de hacia ocho años?

 

La inspectora empieza a impacientarse, inspecciona el entorno y puso fin a las dudas de la pintora. Ya no pudo escapar, ni fundirse de su vida. Valeria se levanto y la alcanzo. Otra oportunidad para intentar revertir su pasado. Su Darling seguía siendo una persona compasiva, y en el fondo, fácil de engañar. La odio por su carácter afable, por darlo todo a los seres que amaba. La odio por permitir que la hiciera tanto daño. Y la odiaba tanto porqué al mirarla se sentía reflejada en ella; y se veía la persona más mezquina de la faz del planeta.

 

VAL:- Las costumbres tampoco cambian- ironizó. En este justo instante el sol del atardecer la iluminó y cerro los ojos, automáticamente. Oportunidad que aprovecho Paola para robarle un beso fugaz en los labios, siendo muy ágil. Valeria no tubo tiempo para reaccionar, y puso una cara muy amenazadora, diciéndole:"no te atrevas a acercarte más, que no respondo de mis actos".

 

PAO:- Regañando, siendo una vieja regañona estás aún más hermosa- le recita, siéndole sincera. Su narcisismo a primera fila, sin pensar en las consecuencias de decir, siempre, lo que pensaba.

 

VAL:- Eso no tiene merito viniendo de tu boquita, porqué se lo dices a todas tus concubinas- le hecho en cara. Por su mente desfilaron todas las chicas con las cuales le vio flirtear cuando descubrió su potencia como seductora. Paso a ser una uruga, un capullito feo y uniforme, sin nada destacable, a una hermosa mariposa con unas poderosas alas, que la impulsaban a conquistar lo imposible.

 

Paola no se defendió, parecía algo resignada. Se dirigió al banco y se sentó, en él, sin cuidado. Cruzó los brazos, esperando que Valeria la imitase y dejara la hacha de guerra de lado. Aunque no lo reconociera le costaba aceptar las críticas. ¿Tenía razón en lo que le había echado en cara? Quizás con el concepto de infidelidad no coincidían. Al final, la Valeria se le acerca, manteniendo el rostro muy serio.

 

PAO:- Ya sabes que admiro la belleza, no soy inmune a ella. Y no me escondo de ello. La reverencio. No hago ningún daño por ello- declara al final, con una actitud que denotaba que estaba cerrada en banda, a la defensiva. Jamás admitiría sus debilidades. Únicamente, porqué creía que cada cual vivía su vida como quería. No todos han de seguir el mismo rumbo, siguiendo fielmente las normas. Aunque su forma de ser daño a lo que más amó. ¿No sería cuestión de aceptación?

 

VAL:- A ver...una cosa es reconocer la belleza, y la otra, muy distinta, es acostarte con las que te apetece teniendo pareja. Y mucho menos, si esta lejos de ti.- defendió firmemente su postura. No pretendía que se agachara debajo de sus pies, pidiendo misericordia. No, tan solo pedía sinceridad y que la comprendiera.- O como tontear con otras delante de tu pareja.

 

Paola se apoyo en el respaldo del banco. ¿Como que era aquello? Celos.¿Era por ello que se fugo? Hasta ahora pensaba que era por otro asunto, por haber permitido que ocupara un sitio que no le correspondía.

 

VAL:- ¿A dónde esta tu sinceridad tan generosa, que tanto presumes?- pregunto muy irritada. Odiaba que se hiciera la víctima.- Si quieres zanjar nuestro pasado, se empieza por hablar.- insistió.

 

PAO:- Es cierto, tonteaba con otras chicas...pero solo esto. Jamás te fui infiel con nadie- reconoce, y lo dice muy seria. Se desafían con las miradas. ¿Decía la verdad? La inspectora intuye que sí.- Como lo he hecho con Nadia esta mañana- añade, puestos a decir la verdad.

 

Lo ha dicho sin pensar, y se lamenta al acto de ello. El rostro de su Darling cambia rápidamente. Pasando a tener el rostro triste al de enfado. Se preguntaba como podía ser tan rastrera...¿Como era capaz de tirar los trastos a su pareja? ¿Como gozaba a intrometerse a su existencia y estropearla por enésima vez? Y sin meditarlo, le dijo todo lo que pensaba de ella.

 

PAO:- Vuelves a estar celosa- afirma, mostrándose muy divertida por ello. Fue como si la había atrapado cometiendo un delito. Esto desespera a su Darling.

 

VAL:- ¡No te atrevas a ponerte con ella!- le amenazo. Sus ojos verdes echaban chispas. Aunque en el fondo tenía razón, estaba celosa. Tan solo la idea de pensar que Nadia cayera rendida a sus embrujos se moriría.

 

PAO:- Relájate mujer- siguiendo usando su estilo picante  y con un todo de voz humorístico.- No sabes que a tu lado hay una excelente mujer, que lo podría tener todo con un simple gesto con la mano. Lo tiene todo, es inteligencia, hermosura interior y externa, es de buena familia y que más...Me das envidia, si la hubiera conocido antes.

 

VAL:- ¿Tu? ¡No me hagas reír!-haciéndolo realmente, era mejor aquello que echarse a llorar. No le gustaba su sarcasmo, aunque sabia que tenía razón.- A ti no te ata nadie. Para empezar, ignoras que es el respeto, y solo te quieres a ti misma.- se para, consciente que regresan a su punto de salida. Tan solo son capaces de discutir nada más. Hay aspectos, que por más que el tiempo haya transcurrido, siguen doliendo.

 

PAO:- Darling..., francamente no te entiendo. Lo único que te he dicho es que te puedes considerar una mujer afortunada- en esta ocasión ha usado un tono de voz más llano y serio.- ¿Por qué no paseamos por el parque? A parte, te recuerdo que hace años me prometiste que me lo enseñarías.

 

Aquello era cierto. No obstante, des de aquel entonces había diluviado mucho. Ya no deseaba enseñarle sus rincones mágicos. Los cuales serían únicamente de ella y Nadia. Paola lo supo. Aún así, se levantaron y iniciaron una ruta clásica, la que la mayoría conocía. Su destino era el lago. Esto le hizo venir a la memoria, que le debía a Nadia un viaje en barca. ¿Lo cumpliría alguna vez?

 

Sus pensamientos son contaminados por ficticias imágenes, en las cuales Paola sigue intentando seducir a Nadia. Y a la pintora le basta, únicamente, le quiten su caramelito, o juguete, para seguir insistiendo más tenazmente. Parecía masoca. ¡No, no estaba dispuesta que estropeara su vida de nuevo!

 

VAL:- Repito, no te metas con mi pareja. Entonces, sabrás lo que realmente es bueno- le vuelve a advertir, rompiendo el hilo argumental.

 

PAO:- ¿A qué te refieres?- intentando comprender a que venía su amenaza. Tan solo, fueron unos minutos de oscuridad. Sus ojos se le iluminaron, anunciando que se encontraba en su salsa.- Darling, a mi no es la que tienes que pedir cuentas, a mi no. Yo no te debo fidelidad, ya no eres mi reina.- era su verdad. Si lo analizabas de aquella forma era cierto.- ¿O bien, es otro asunto que te preocupa? Porqué si digo palabras bonitas a tu pareja, y esta me sigue el juego, no es mi problema.

 

VAL:- Eres la misma persona de siempre- escupe con hastió.

 

PAO:- Claro, soy Paola James y no soy ninguna maniquí- subrayó, no dejando de sonreír. Le gustaba torear a Valeria. Le encantaba cuando parecía un pato mojado, y se veía vencida y derrotada. Entonces, tan solo bastaba gastarle una broma y llenarle de mimos, hacerla sentir especial para que olvidara el percance. Había personas que se conformaban con tan poco. Pero se le ponía tan bonita mostrándose vulnerable. No obstante, en aquella ocasión, no obtuvo tal placer.

 

VAL:- No lo pongo en duda, como yo ya no soy tu mariposa ni tu cojín- se defiende, quizás se dejo palabras al cajón, pero si que le remarca las consecuencias de haberla amado.- Del dolor renací y me convertí en otra persona. Eso te lo debo a ti. Yo jamás imagine convertirme en policía. Y ahí me tienes, tratando de paliar los delincuentes como tu. Intentando que la gente no estropeé su vida como hemos hecho nosotras dos.

 

Sus palabras alcanzaron a alterar a la pintora, el color de su rostro fue aumentando. La rabia la carcomía por dentro. No le perdono que la comparase con un delincuente. Por ganas la hubiera abofeteado, ni que se hallasen en medio del parque. No obstante, con dignidad esquivo su fuego abrasador

 

. No tenía derecho de insultarla de aquel modo. Aparte de qué estaba conviviendo con una mujer, que en sus genes había la taca de un linaje lleno de asesinos, maldad, ambición... ¿Qué era peor su delito, o ser un asesino/a? Pero callo, era mejor enterrar aquella sardina.

 

VAL:- Admiro tu capacidad de hacer invisibles las discusiones.

 

PAO:- Darling, no te das cuenta de qué no sirve de nada. Estamos dando círculos inútiles- se justifica, sin esperar ser comprendida.

 

Ya hacía un cuarto que se habían desviado de sus propósitos, y no seguía perderse más. Había decidido acariciar su pasado, y lo haría hasta sus últimas consecuencias. Su inconsciente necesitaba algo de Valeria, y ignoraba si lo alcanzaría.

 

(...)

 

PAO:- En un parque me di cuenta de cuanto te amaba- le confiesa de repente, sin pararse para mirarle directamente a los ojos. Ya intuye que la desconcertará. Y lo más lógico era que se riera de ella. Su conversación no dejaba de ser extraña, entre recriminaciones, ironías, a veces amigable y otras veces cruda.

 

Su declaración era inadecuada, lo sabia de antemano. Aún así, cometió tal atrocidad. Era como una ciega, que ignoraba el camino de regreso a su hogar. No obstante, a medida que hablaba se escuchaba , ¿no?. La cuestión es que con la declaración, inesperada, se empezaba a sentirse descomprimida.

 

Parecía que hubiera estado enrollada en un pequeño habitáculo, como si fuera un caracol o botella, sintiéndose falsamente cómoda. Ante ella existía todo lo que había deseado. Aunque entre aquel manjar, proféticamente dibujado, se le había hecho pequeño, algo asfixiante. Dándose cuenta de lo perdido por el trayecto. Era una especie de malestar, causado por lo que no supo valorar y lo que no dijo jamás.

 

PAO:- Por esto te he pedido reencontrarme contigo en otro - se callo, ignorando aún que esperaba escuchar o esperar. Por primera vez, en su reducida vida, se mostró débil, expuesta a los agentes de la naturaleza. La inspectora lo detecto, y dudo de si compadecerse de ella o no. Pero el viejo amor que las unió las sintonizo.

 

VAL:- ¿Cuando?- reflejando un autentico interés. Sus ojos se le iluminaron. Trataba de adivinar en qué momento a que se refería Paola. No obstante, en lugar de ello recordó en que momento ella se dio cuenta de qué estaba enamorada de la pintora., ¿En que instante la empezó a mirar con otros ojos, cuando dejo de verla como amiga? ¿Cuando?

 

" ¿Cuando? ¿Dime cuando? ¿Como narraría mi amor cuando las luciérnagas cantaban y el verde enamoraba? Aquellas luciérnagas jóvenes y míticas. Yo terminaba de cumplir los veinte años, y me reencontré con tus ojos marrones, mediterráneos. Hacía cuatro años que no te veía, des de mi últimas vacaciones en Londres.

 

Éramos amigas des de la infancia, de hecho nos conocimos cuando aún andábamos con pañales. La verdad, no recuerdo nada de esta época. pero si, cuando correteábamos por los parques y los primeros años de escolaridad. A los nueve años mi madre decidió trasladarnos a vivir a Madrid, poniendo punto suspensivos entre nosotras...

 

Yo jamás olvide a la quién fue mi amiga del alma. La amiga perdida que extrañe en los días solitarios, en una ciudad que me sentía como si fuera una extranjera. Volvieron veranos fugaces, que nos reencontramos..que me sabían a poco.

 

La vida te obliga a adaptarte, si quieres seguir hacia delante. Sí, aprendí a vivir sin ti. En aquellas edades es fácil empezar de nuevo. Aunque crees que algo de ti se ha roto. Estabas acostumbrada a otros ambientes, a otro entorno. Aún así, por el camino vas construyendo nuevos recuerdos y conquistando otro espacio. Llegue a considerar a Paola como un dulce, placentero pasaje de mi infancia. En lo que nos agarramos cuando sentimos que el aire nos falta. Son los únicos recuerdos que merecen la pena conservar.

 

A los veinte años me fui a veranear a Londres, a casa de mis tíos, por primera vez sola. Sin la protectora compañía de los padres. Pretendía ser, simplemente, un largo verano en qué debía perfeccionar mi ingles. Pero mi estada se iba prolongando ante el desconcierto de mis progenitores. Y es que al encontrarte, Paola, transformo completamente mi vida.

 

Sí, des del principio, y hasta el fin. Eres como el fuego abrasador, que dejas marca en cualquier superficie que acaricias. No te busque, ni pregunte por ti...no lo esperaba. De hecho, para serme sincera, eras como un recuerdo, sin materia. Una imagen holográfica. Incluso, había olvidado que vivías al edificio de enfrente de mis tíos. Y que estos, eran amigos de tus padres.

 

Fue lógico que nos reprobáramos. Fuiste, justamente tu, quién llamaste a la puerta, con tu frescura de juventud y la desinhibición que tanto te define. Yo no te reconocí, pero tu sabías que estaba en Londres y que hallarías al piso.

 

PAO:- Hola, cuanto tiempo he esperado para verte y para contemplar la linda mariposa en que te has convertido- esta fue tu frase de buenos días y presentación. Yo me perdí en las profundidades de tus ojos marrones y alegres, sin ningún rastro de preocupación.

 

Me quede convertida en una estatua de piedra, intentando ponerte nombre. Y de repente, tu nombre se dibuja en mi conciencia. ¡No podía ser! Los años te habían cambiado, en otras circunstancias no te hubiera reconocido.

 

Me perdí en tu rostro, mirada, en tus labios traviesos, en tu cuerpo esbelto, no tan delgado. Fue como si me hubieras dado un largo beso en los labios y me despertaras de un largo sueño. De un probable hechizo de una bruja mala y envidiosa.

 

Quizás era la Blanca nieves, del cuento de los siete enanitos, que un apuesto príncipe la resucitaba. Aunque en aquella ocasión, no me besaba un príncipe, si no una autentica princesa. Nada más verla no hubo espacio por ninguna indecisión.

 

 Me enamore de ti. Era algo que crecía día a día, pero que acallaba por miedo a padecer y asustarte. Era algo que no se detenía, como una locomotora que se dirigía al abismo, siempre corriendo...corriendo, hasta que el carbón, que alimentaba su alma, se consumiera.

 

Otra pregunta a responder, es cuando pasamos de la amistad a ser pareja. ¿Cuando traspasamos el lindar de lo aceptable? Des de la gran distancia de los años, en la madurez, terminas maldiciendo todo aquello. Fui tan inocente. Simplemente, era una persona enamorada. El amor te hace crecer las alas, pero también te vela los ojos.

 

Y la cuestión, aún más difícil de responderse, es cuando las cosas se retorcieron. ¿Cuando las ilusiones se desprendieron del árbol que las sostenía? Un árbol que parecía de navidad, por su iluminación y porque estaba repleto de cintas y alegrías, caprichitos... ¡No deseo recordarlo! La realidad, es el verdugo que corta las alas a los soñadores, a los ilusos, a los enamorados...

 

La historia esta escrita a base de pequeños gestos, atascos, aventurillas amargas...que se van añadiendo, sumatoriamente, a un especie de contenedor. Son como canas invisibles en tu pelo. Es tu historia, mi historia...y te sorprendes que insignificantes hechos te marcan eternamente. Porqué todo lo vivido te va definiendo, siendo parte de ti.

 

Paola y yo, por extraño que parezca, tuvimos nuestra década de oro. Éramos dos almas enamoradas, libres. Yo seducida, anestesiada, por su forma de ser. Tan apasionada, romántica, desinhibida, sin ningún atisbo de vergüenza..Una autentica echada por delante. Su seguridad, su íntima convicción de poder tener el mundo en la palma de la mano. Sus sueños de ser una pintora bohemia, sus dotes de observadora...

 

Era joven y estaba muy enamorada de alguien por primera vez. ¡Dios, parece que me estoy justificando! ¿Pero de qué? Todos los inicios son hermosos, y se asemejan a una fábula. Luego todo se estropea, nos accidentamos durante el trayecto; tropezamos con los defectos del otro/a. Es inevitable.

 

Aunque a mi, particularmente, no me irritaron los suyos. Sino su mariposeo con otras diversas femmes, todo hi que me decía que únicamente me amaba a mi. Y en especial, porque ciertos aspectos de su existencia empezaron a retorcerse. Yo lo veía, y mi vida también empezó a irse al garito, a la deriva. Todo esto en nombre del amor.

 

Me subí en su misma máquina veloz, ciega por ella, estaba adicta a su persona. Un año malgastado de mi vida. Atardeceres paseando por parques tan hermosos como el Retiro, por las mismas calles..., siempre deseando o esperando. Noches embriagadas, drogándome con sus palabras falsas, probando múltiples placeres. Porqué imitaba su filosofía. Cuando se es joven todo vale, todo hay que experimentarlo. Aunque la razón te susurre que aquello no esta bien, que te dañara el cuerpo y restara años de vida.

 

'Vaya legado que me has dejado Paola!¿Te lo tengo que agradecer? Nadia tubo a Corina, que le regalo sus consejos póstumos. Le enseño a amar, y con este buen sabor de boca se despidió del mundo. Y tu seguiste el camino opuesto. Ni Eva, la otra protagonista de la novela: La Insensata geometría del amor, lo hizo mejor que tu. Y no me vengas con excusas: que no pretendías dañarme. Eres narcisista y egoísta..

 

Ignoro que pretendes con tu actitud, tu reproche y las flores de colores, desperfumadas, que me ofrendas. ¡No quiero saberlo! Tan solo, quiero que te borres de mi vida. Porque de mi memoria jamás lo harás. ¿Es que no lo entiendes? Y no me callaré. "

 

Paola empieza a molestarse, incomodarse, por su largo silencio. Su mirada vuelve a reflejar mucho odio. Es obvio que su declaración le ha removido las entrañas, los sentimientos. Para no impacientarse, aún más, trata de observar el atardecer, donde todo valía y todo se puede decir.

 

Nada había sido premeditado, lo había dicho sin querer. Y ya encendido aquel motor, no lo pensaba detener. Los atardeceres existían para deleitar a los enamorados. En los atardeceres, uno se muestra tal como es, con sus miserias y virtudes. Uno anda cansado del día, de las complejas relaciones de la gente que te rodea...Y es justamente a aquella hora, que la noche enseña su nariz, que tus obligaciones terminan y sales corriendo. Te encanta refugiarte al lado del ser que más quieres, o del lugar que te da más seguridad o felicidad.

 

PAO:- ¿No me dices nada?- le pregunta al final, obligándola a responder. Quería que reaccionará, ni que le diera una bofetada, o la insultara...Aunque no se podía quejar, sus palabras habían alcanzado a hacerla cambiar de expresión facial.

 

VAL:- No sé que esperas escuchar- exclamo al final, con cierto sarcasmo.- Yo me di cuenta que no te merecía demasiado tarde. Si lo hubiera sabido de antemano, aquel atardecer jamás hubiéramos dejado de ser amigas.- en cierta forma, fue cruel con ella.

 

PAO:- Eso lo que desearías creer.- le hecho en cara, aquello era una ilusión algo patética. Entendía que alguien terminase de odiar unos hechos. ¿Pero se había de menospreciar toda una historia por el final?- Si fuera lo contrario, hubieses huido aquel día quizás te preguntarías, el resto de tu vida, que hubiera pasado. No puede uno, Darling, escapar de lo que se siente.

 

VAL:- De acuerdo, no lo discuto más.- dice resignada, sabiendo que tenia razón.- ¿Pero a que viene, ahora mismo, tu declaración? Qué te quede claro que quiero a Nadia, y por mucho que hagamos las paces, eso no cambiara nada.- le dijo, no quería espacio por la confusión.

 

PAO:- ¿Crees que no lo se?- le irrumpe, con un tono de voz algo rudo. Cruzó los brazos, y se la quedo mirando muy pensativa. ¿Cómo entrar en su corazón?- Entiendo que me odies, que me desprecies...Incluso me hechas en cara mi delito, y me has comparado con los peores de los delincuentes. Aún así, convives con alguien que tiene unos antecedentes familiares estremecedores...¿No te da miedo, Darling ?- le recrimino, siendo cruel. No quería hacerlo, pero se volvió a traicionar a si misma.

 

Valeria no terminaba de asimilar lo que acababa de escuchar. ¿Cómo podía ser tan rastrera? Sin pensarlo, elevo la mano y le dio una bofetada muy sonora. ¡Díos, fue la primera vez que bofeteaba a una mujer! Paola, alcanzaba a hacerle salir de sus casillas. Y en más de afligirse, o poner un rostro digno, se puso a reír.

 

PAO:- Enhorabuena, es la primera vez que te revelas .- la felicita, pero en el más hondo de su ser algo empieza apagarse. Es por ella desgarrador, comprender que la ha perdido parar siempre. Si ha reaccionado de aquella forma, es porqué quiere con locura a la Monsolís.

 

VAL:- ¡Ya basta de estupideces!- exclama muy firme, no tiene por qué aguantar sus impertinencias, y decide decirle adiós para siempre.- Reconozco que te quise, pero ya no queda nada de lo que sentí. Lo poco que restaba, tu lo acabas de destruir. Adiós. Un favor, no vuelvas a llamar a mi vida. No pienso abrir más la puerta.

 

La inspectora se giro, y empezó a caminar hacia la entrada al parque. No obstante, una mano la agarro fuertemente. Se dio la vuelta, con los ojos chispeantes de rabia. Paola, la dejo de inmediato, aterrada por lo que leía en sus ojos. No obstante, le pidió otra oportunidad.

 

PAO:- Por favor, no te vayas aún. Perdona. - agacho la cabeza, realmente se veía muy apenada- Lo siento, lo siento por todo...- sus ojos empezaron a mojarse. Parecía ficción, una ilusión... la gran Paola James llorando. No obstante, nos olvidamos que todo el mundo llora, hasta los insensibles, ricos, pobres, gente de toda calaña. No hay nadie que no padezca en su existencia. Aún así, nos dedicamos a perseguir el más débil, sin ponernos en su piel. ¿nos gustaría que nos hicieran lo mismo?

 

" Siento que el viejo cuento aquel

no tenga el final que imaginé

siento no poder hoy escribir

esta triste canción y dártela a ti.

Y ahí estás, la costumbre te ha hecho así

no fui capaz en mi misma me perdí

Siento haber sido tu diablo azul

tu enemiga fiel ahora tabú

siento en mi ultrasonidos

de algo que olvidé viendo llover

y ahí estas la costumbre te ha hecho te ha hecho así

no fui capaz en mi misma yo me perdí

( lalalala.......pompom...)

 

"Los amantes del círculo polar"

LA OREJA DE VAN GOGH

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