Nuestra Estrella (3)
PALABRAS PARA TI
Video 1: “Hola mi niña,¿Qué tal? Ci ves este video seguro que
estarás a mi lado. Si es el contrario, no lo estoy... me hubiera ocurrido
algo... (Hay un silencio mortuorio. El rostro de Maca se ve muy triste). No me gustaría
que pases lo mismo que he vivido...Aunque seguro que tu también te lo has
debido pasar mal.
(Otro silencio, suspira y mira al objetivo de la cámara con sus grandes y
expresivos ojos marrones; en ellos hay la chispa luminosa del amor
incondicional por ella. Cualquiera que observarse su mirada, se perdería en
ella. Aparta un momento los ojos del objetivo, respira profundamente y vuelve
ha hablar de nuevo, intentando mantener la cordura.)
Nada..., únicamente repetirte cuanto te quiero...de hecho con toda mi alma.
No lo olvides. Pero si no nos reencontramos, o bien no estoy...prométeme una
cosa.(Realiza otra pausa larga. Aunque lo decía con entereza se notaba que
estaba realizando un enorme esfuerzo.) Prométeme que saldrás adelante con tu
vida. Perdóname si te digo todo esto. Simplemente no se que ocurrirá, que será
de nosotras. Lo ignoro.
El destino nos ha arrebatado la vida...al menos yo lo siento así. Aún así,
me niego a rendirme... por esto estoy aquí. Aunque no tengo la certeza absoluta
que termines escuchando todo lo que te digo. Mi intención no es entristecerte
con lo que estoy sintiendo, ni lo que sentí cuando me entere de tu
desaparición. Yo solo lo hago para mantener la esperanza latente, tan solo
espero que algún dia escuches mis palabras.
Soy incapaz de pensar en yo. Es todo tan extrañó.
Cuando te fuiste era como si no te hubieras ido...tu olor estaba por todos los
rincones del piso, incluso lo percibía por el hospital. Ni ahora mismo sigo sin
hacerme a la idea... (Otra interrupción larga, pero Esther era capaz de poner
las frases que faltaban. Y de hecho aquella frase no termino.) “
Una Esther emocionada, conmovida no puede evitar interrumpir el silencio y
el monologo de Maca. Le susurra a quemarropa: “Ya estoy aquí y espero estarlo
por mucho más tiempo”. Se le aproxima
más, le coge la cara y se le acerca más. Sus narices se rozan, y sus ojos
vuelven a estar húmedos. Sus respetivos labios empiezan a temblar...y solo se
calman cuando se juntan. Sus corazones han padecido tanto, pero su amor ha
vencido.
El video sigue funcionando, y Maca sigue hablando de sus sentimientos y de
la vida. Su alma esta desnuda y vulnerable. Esther se separa unos palmos de
Maca, y se concentra en lo que le estaba diciendo. Era lo más hermoso que le
había recitado jamás. Además a medida que hablaba intentaba ser un poco
irónica, robándoles la sonrisa.
“ No creas que no he estado buscando. Incluso he mirado debajo las piedras.
Incluso te he visto en sueños. Pero bueno...si la vida lo desea así, lo debo
aceptar. He sido algo traviesa. Sí. Tu me podrías preguntar...¿Por qué?
Bueno...Hay algo que he hecho a tus espaldas. ¡Ya, suena mal verdad! Sí, me
puedes decir niña traviesa. “
E:- ¿Qué hiciste?- no evito preguntarle, muy intrigada.
M:- Mmm... escucha.- negándose a revelar los secretos ocultos en la
grabación.- No quiero estropearte nada... aunque...- no termino la frase,
riéndose de la carita de impaciencia que ponía su chica.
E:- De acuerdo...¿Esta me la anoto?- no hubo respuesta, y siguió su
monologo con atención. Aunque tubo de esperar más minutos, porqué Maca iba
haciendo círculos en su discurso, como si temiera contarle algo.
“ La verdad, he perdido la cuenta del tiempo que llevamos separas. Se me
hace eterno. Me sentí perdida sin ti. Aún sigo sintiéndome así. Te he buscado,
y no dejo de sentirme frustrada. Mientras los otros han querido tranquilizar su
ser, diciéndote adiós...yo, yo soy incapaz de hacerlo.
(En aquellos instantes, su rostro
transmite una intensa rabia, desesperación. Aquello conmueven mucho más a la
receptora de sus palabras).
Aún así, no ha muerto mi esperanza en volverte a tener a mi lado. Alguien
me aconsejo, que igual que el amor, que se encuentra cuando menos se lo espera
uno, nos ocurrirá a nosotras. Me aferró a ello...espero volverte a ver por
enésima vez a Hospital Central. Ya te digo, el día que nos conocimos... Sí,
aunque empezamos con mal pie. (Deja ir una risa algo apagada, muy nostálgica).
¿Quién me hubiera asegurado que llegarías a ser muy importante para mi. “
E:- Lo mismo te digo...- le susurro otra vez, le aferró con más fuerza la
mano.-Jamás imagine que una mujer me enseñaría a querer, me haría sentir tan
especial.- la pediatra no supo que decirle, se dedico a escuchar lo que le
decía. Aunque las dos sabían lo que sentían sus corazones de antemano.
“La vida sin ti...sigue. Al menos lo veo así en mi entorno. Todo el mundo
ha retomado sus rutinas, otra enfermera ha ocupado tu puesto...y otros chismes
ocupan el espacio vació. Hay cosas que jamás cambian ni cambiarán. Pero la vida
sin ti me parece dura. Me veo tan incapaz de volver a andar, a empezar de cero.
De hecho, no lo quiero. Eres muy importante para mi. Por esto.... mmm
(Otra vez, parecía que iba a
explicarle algo importante y se cortaba. ¿De qué tenía miedo? ¿Por qué tantas
justificaciones? Aquello impaciento a Esther, que quería disfrutar cada una de
sus palabras, pero el tono de misterio que ponía quería hacer un relámpago.) “
E:- ¡Vamos suéltalo de una vez!”- no pudo evitar de decir, aquello hizo
sonreír a Maca. Al final, se compadeció de ella y le adelanto la primicia de la
grabación.
M:- Solo pretendía, torpemente, explicarte que vas a ser mama...- dijo con
un poco de vergüenza. Jamás le había costado decir algo como le costo decir lo
de su embarazo.
E:- ¿Lo he estropeado?- dijo con tristeza,
pero su pareja se lo negó inmediatamente. Se le acerco y la beso con
ternura. Y al separarse, la comprendió tanto.- No estoy enfadada, yo a tu lugar
hubiera hecho lo mismo.
M:- ¿Lo entiendes?- pregunto siendo algo incrédula, y Esther le robo su
palabra favorita:”Claro que si tonta”.- De acuerdo, seguimos mirando el
video...
“Esther, mmm... me gustaría (Se detuvo otra vez, estaba algo nerviosa y
exhibía una inseguridad impropia en ella)
¿Des de cuando se me va mal hablar? Bueno, tampoco es esto. Únicamente
que es algo que me gustaría decirte en persona. ¿Me repito, no?
(Otra vez, su rostro parecía el justo retrato de Jesucristo crucificado en
la cruz.)
¡Dios, como estoy! Vale..seré directa, y si me permites borde (Sus labios
se curvaron un poco, abandonando la tristeza) Además seguro que te enfadas
conmigo. Tu pregunta sería: ¿Por qué? O bien,¿Qué he hecho? Y yo te podría
contar lo mismo de mil maneras. ¿Por qué? La verdad, no lo se... Pero si aún no
te he dicho lo que. Aunque seguro que lo adivinas.
(Vuelve a sonreír, y en aquella ocasión es autentica. En la realidad,
Esther responde que no lo había pensado. Que si no hubiera sabido antes de ver
el video que tenía una hija, se hubiera quedado igual de paralizada por la sorpresa.
Simplemente, no se lo esperaba).
Ya, que estúpida. (Sigue riéndose, sobretodo de ella misma).Nada, déjalo.
¿Lo suelto? Acelerador...Cariño he encogido a los niños, he enviado los
problemas a la luna. No en serio...Cariño estoy esperando un hijo tuyo.
(Una vez confesado la verdad, se le percibió su alivio. Sus ojos estaban
fijos en la cámara como si ya hubiera sabido que detrás de la pantalla su
pareja la estuviera escuchando anonada, y se quedará también sin palabras. )
Quizás te ha sorprendido ¿Te he abrumado? (Otro silencio, como si esperase
su respuesta. Y la obtuvo, pues Esther cogió el mando del video y premio el
botón de pausa) “
E:- Realmente no me lo esperaba.- sus ojos no dejaban de estar empañados
por lágrimas de felicidad e impotencia.- Quizás sean demasiadas emociones para
un día. Por un lado pienso: que fuerte, tengo una hija. ¡Díos, me he perdido tu
embarazo! Aparte, que no he estado a tu lado cuando más lo necesitabas. Buff...
¿Qué puedo decir? ¡Que fuerte! ¿Aunque...?- se detuvo, había una pregunta que
le cremaba por dentro. De echo una duda le atormentaba aún más.
M:- Lo siento...-intuyendo lo que pretendía preguntar.- No estaba
embarazada cuando te fuiste.- su rostro volvió a recubrirse por el velo de la
tristeza. Se estaba dando cuenta de qué había sido egoísta, y le había robado
la alegría de la experiencia del embarazo. Muy avergonzada, agacho la cabeza.
E:- ¡Maca, levanta la cabeza y mírame!-le ordeno con cariño, a la misma vez
que le cogía con ternura la barbilla y le sonreía:- No se que paso en tu
cabecita loca... pero lo entiendo. Te debiste sentir muy sola, pedida sin mi. Y
tener el hijo, era tenerme en parte. Quizás en tu lugar yo hubiera hecho lo
mismo. Tener un hijo era un proyecto que desde siempre nos hizo mucha ilusión.
Sí, lo voy recordando todo.
Sus rostros volvían estar muy próximos, y con lentitud se juntaron. Jamás
habría nada para reprocharse, y siempre cosas de agradecerse. ¿Qué más pedirle
a la vida? Quizás nada más, tan solo que las dejase vivir un tiempo en paz,
para criar con todo su amor a un nuevo ser. La cual crecería y terminaría
volando mediante sus propias alas. Una persona que sufriría, pero que las dos
deseaban que fuera tan afortunada como ellas lo habían sido.
Así era la vida, un ir y venir. Problemas que asechan a cada paso, y hay
que tener la fortaleza de afrontarlos y encontrar solución. Siempre la hay.
Quizás ellas dos habían tenido suerte, pero jamás tiraron la toalla. Sabían que
se reencontrarían, y su perspicacia en creer en ello consiguieron combatir su
destino. Quizás su historia sea de cuento de hadas, pero para ellas era real.
Jamás hay que perder la fe.
Abrazadas, con las manos entrelazadas siguieron mirando los videos; uno
detrás de otros. Aquella noche no durmieron. En una noche recuperaron parte del
tiempo perdido. Maca fue muy generosa con ella, le explico cada prueba, cada
visita al medico. E incluso le enseño las ecografías.
Aparte, también los videos fueron un especie de radio macuto..donde le puso
al día sobre los cotilleos de Teresita, la llegada de Nadia, su nueva
amiga. Le explico que su madre se
comporto como una autentica suegra. Incluso para ella era una segunda madre. Y
aquello también les hizo reír a carcajadas. Pues Encarna, sin pretenderlo era
muy graciosa.
E:- Eso si que lo tiene mi madre- dijo, parando de reír.- La verdad tengo
mucha suerte con ella. Me sorprendió tanto cuando le explique la verdad sobre
nosotras. Le hubiera dado un infarto...Pero se lo tomo tan bien.
M:- Eso es cierto...al contrario de mi madre, lo único que le importo fue
que tu fueses feliz.- hizo una pausa ,en la cual pensó en su hija.- Espero ser
una buena madre por Estrella. Y tu madre, es buen ejemplo.
E:- Lo mismo te digo. Ya lo eres... Eres una excelente persona, dudo que
Estrella tenga ninguna queja.
M:- Esto es porqué me miras a través de los ojos del amor- dijo
bromeando...; pero realmente era algo que le preocupaba.- Tengo miedo de
errarme...
E:- Te entiendo, a mi también me pasa. – se callo.- Pero hemos de ser
positivas, habrá momentos para todo. ¿No somos perfectas, no? Lo importante es
que sepa que la queremos, y las tres aprenderemos de la una de la otra. Es el
miedo inicial. – Maca se rindió a sus argumentos, y la confianza volvió a
reinar en su interior.-Todo ira bien amor, ya lo verás.
El último video de la colección, era el que grabo Valeria el día del parto.
Con él se rieron mucho. Maca, se llegó a tapar los ojos con las manos. Era la
primera vez que lo veía, ya que desde que se grabo lo puso junto los otros, sin
mirarlo previamente. Le dio un poco de vergüenza verse...su miedo, su
histerismo.
La grabación empezaba, justo cuando Valeria llegaba con la cámara. Ella se
había peleado con la enfermera, porqué no deseaba subir en la sala de partos
sin la cámara. La pobre Nadia, ya no sabía que decir para tranquilizarla. Las
contracciones cada vez eran más frecuentes y intensas. Y cada atisbo de dolor,
era acompañado por un grito o protesta. Fue una partera, la verdad muy
irritable.
Y esto...que tan solo fue el principio. Aunque se quedo más tranquila
cuando consiguió gravar el parto, su irritabilidad o nerviosismo vencía su
razón. Jamás había recitado tantas palabras mal sonantes.
M:- ¿Quién me mando a quedarme embarazada? Había de ser Esther que pasara
por esto... Maldita sea.- hizo una pausa, su rostro manifestaba el dolor.
Aunque no dejaba de ser cómica.
NA:- Esther, no se lo tomes mal.- comento mirando a la cámara. Su rostro
era alegre. Esther pudo contemplar atónita sus preciosos ojos azules. Que vida,
vitalidad y profundidad transmitían. Fue fácil hacerse la idea de qué era una
excelente persona. Secretamente, le agradeció que hubiera estado al lado de
Maca en aquel momento tan especial.- Todo ira bien, ya verás.
M:- ¡Esto lo dices, por qué no estás a mi lugar!-protesto Maca. En aquel
preciso instante estaban entrando ya en el paritorio.
VAL:- Chicas....chicas....calma. Esto va a pasar a la posterioridad- era la
voz de la inspectora Wood, que no dejaba de enfocar a las dos chicas.
M:- Yo solo deseo que pase todo muy rápido.- dijo secamente la pediatra.
Esther cuando veía todo aquello lloraba y se reía a la vez. Incluso Maca se
rió de si misma. La postura en que estuvo para dar a luz a Estrella....como
siempre grotesca le estremeció. Aunque no tenía ningún secreto. Entre respiraciones
profundas, gritos de dolor, los comentarios de los especialistas y las palabras
relajadas de Nadia... estaba naciendo Estrella, por entonces una niña aún sin
nombre.
Esther y Maca, se concentraron en su nacimiento...fue como si las dos viesen
en aquel preciso momento como nacía su hija. Maca con tan ajetreo y dolor no se
dio cuenta de nada. Por un lado se le hizo eterno y por el otro rápido. En un
abrir y cerrar los ojos escucho una emocionada enfermera y doctor: “Ya esta, ha
tenido una niña preciosa y sana”.
Valeria estaba siendo generosa con la grabación. Aparte de qué enfoco cada
instante del nacimiento de Estrella, ella era la protagonista del filme. Como
si fuera una experta filmando, capto como su cabecita salía y el médico lo iba
ayudando a salir. Hasta que estuvo prácticamente a fuera. ¡Qué mágico fue! Que
ser tan frágil y hermoso. Escucharon, incluso su primer llanto, como se movía.
Vieron incluso como le cortaban el cordón umbilical, y lo enseñaron a Maca.
Seguidamente lo limpiaron.
M:- ¡Dios, no me acordaba de eso!- exclamo aún cayéndole la baba.- Estaba
tan cansada y exhausta.
E:- Suele ocurrir, las cosas pasan tan rápido a veces. Suerte de les
grabaciones, nos permiten ver lo que nos perdimos.-su rostro esta algo triste,
consciente de qué todo lo que se ha perdido esta grabado. Aún así, agradece el
esfuerzo de Maca de enseñarle parte de su existencia sin ella.
M:- Te entiendo. Pero piensa en positivo, el futuro de hija se esta
escribiendo, y tu estás para colaborar en él.-y eso hace arrancar una risa
apagada de Esther. Se acercan, y vuelven a besarse.
El video se termina, con un discurso
de las madrinas de bautizo y empiezan a salir las típicas rallas de fin de
cinta. De aquellas que te advierten que quizás pronto se entra en una dimensión
desconocida.
Ya son
las 9 de la mañana, y el sueño es incapaz de vencer su dicha. Esther, muy
emocionada y feliz, termina por quitarle la bata a la preciosa madre de su
hija. Siente tanta ternura...de hecho indescriptible. La quiere tanto, más que
su vida. No se puede plasmar en papel todo lo que esta sintiendo. Fuera donde
fuera, pasase lo que pasase aquella seria siempre su mar, su orilla. El único
lugar donde deseaba estar.

La fragilidad y hermosura de las mariposas (5)
Pensamientos acallados. Un principio y un fin. La luz de tu ser.
Era una noche silenciosa, con la música constante y sin altibajos en el
monitor que controlaba las constantes de Nadia. Esta aún no podía hablar, y
Valeria no quería romper el silencio. Tan solo deseaba que descansará y
durmiese. Las dos se miraban, cómplices. Aunque los pensamientos de la catalana
estaban revueltos, y luchaban contra la pesantez de sus párpados.
“No quiero dormir, pero no puedo evitar caer en él. Valeria yace a mi lado.
Nuestras manos siguen encadenadas, negándose a separarse. Su mano pequeña es
tan suave y fuerte. Sus ojos verdes, siempre pendientes de mi. Su rostro
manifiesta cansancio. La pobre se esfuerza para cuidarme, procurar mi
bienestar. Para las dos ha sido un día duro. Ya ha terminado. Aunque quizás sea
el principio de todo.
Naces, aprendes a querer y a andar. Tus ojos avariciosos de saber les gusta
descubrir los secretos de la vida, del entorno. Te fascina lo que te rodea, los
maravillosos seres que te acompañan en tu viaje. Aunque por el camino hay cosas
que pierden su significado, terminas por aborrecer y crees haber descubierto su
esencia. Quieres crecer, explorar universos desconocidos. Buscas ideales y
amor. Terminas chocando con las complejidades humanas, con la fina línea de la
realidad e idealismo.
No hay nada absolutamente feliz. Quien dice que ha sido afortunado, me
alegro por él o ella. Pero seguro que han conocido agujeros oscuros en su
existencia. A veces se envidia al prójimo, porqué piensas que ha tenido más
suerte que ti. ¿Pero donde te lleva pensar en esto? Seguro que todo el mundo ha
llorado y ha padecido o lo hará. Así es la vida. Hay gente que lo esconde, y
otros, que les gusta presumir de sus penurias.
Hay personas que sus vidas parecen vivos retratos de telenovelas. Y
piensas: pobres, ¿Habrá algo que no los haya pasado? ¿Se compadecen de ellos; o
pretenden que lo hagamos?
A mi no me gusta ser el centro de atención del resto de ser humanos. Y se
que habrá gente que se compadecerá de mi. ¡No quiero sentimientos de lastima!
Jamás culpare a nadie de mi destino, de mi condena. No hay reproches, porqué lo
que hice lo realice con el corazón. Ya se de antemano el futuro que me espera.
Pobre Valeria...es lo único, en estos momentos, que me preocupa.
Mis piernas siguen entumecidas, inundadas por una pesada, letárgica, loza.
No quieren moverse, ni me las siento. Dudo, que sea efecto de la anestesia.
Corina no me engaño. Los hechos, además, están apoyando su confesión.
¡Malditas piernas! Justamente ahora, que todo podría ser de cuento de
hadas. Justamente cuando he vuelto a amar de nuevo. Porqué te quiero tanto
Valeria, como ya no pensé volver a querer.
Te miro, veo tus ojos verdes... te veo tan frágil y triste. Mi corazón se
empequeñece. Quisiera quitarte el sufrimiento. Mi voz sigue sin poder salir. Lo
único que puedo hacer, es intentar hacerte buena cara. No sufras amor...estoy
bien. Aunque, no pienses que lo niego, estoy rabiosa con el destino. ¿Por qué?
Ya se que me interpuse en la trayectoria de un coche, para salvar a Esther. No
saldría ilesa de ello. ¿Pero porque terminar sin poder caminar?
Se que la vida tiene un principio y un fin: nacer-morir;
despertar-dormirse; ir-regresar. Jamás sabes que lotería te tocara. ¿Es
cuestión de conformarse con lo que se tiene o toca vivir? Alguien me diría que
sí. La vida supone adaptación continua, hay que aprender a ser flexibles. De
tener la mente abierta a cualquier contingencia, creencias. Y abrazar tolo lo
que te venga, a abrir la puerta a cualquier que te llame a la puerta.
Ser minusválido, aunque los inicios sean duros, es algo digno. No era el
fin del mundo. No me cierra las ventanas, la posibilidad de seguir disfrutando
de lo que me hace feliz y me llena como persona. Representa el inicio de otra
forma de vida. Si diferente con limitaciones....Tan solo deseo mantener mi
mente muy bien amueblada y continuar cuidando a las personas que más quiero.
Así, será mi vida a partir de ahora.
¡Díos, que me espera! Y la pobre Valeria le tocará ser fuerte, porqué temo
no estar a la altura de las circunstancias. No se merece tener una novia
minusválida. A su lado debería tener a una mujer sana, que le pudiera relegar
todo lo que necesita...libre. Una mujer que le haga feliz, que la pueda
satisfacer como se merece. Temo no hacerla feliz, no darle lo que necesita para
que tenga una vida llena. Una mujer que no le corte las alas... Yo no se si
tendré la fortaleza para evitarle mi dolor...para recobrar toda la entereza.
¿Qué estoy pensando? Yo no soy nadie para decirle con quien estar. Pero me
da angustia pedirle que me cuide, que se sacrifique por mi... Seguro que saldré
a flote, pero temo no ser la misma. Temo no darle todo el amor que se merece.
Temo no hacerla feliz.
Mis ojos empiezan a cerrarse y me adentro en un sueño inconexo. Mi mente
esta fatigada de tanto dar vueltas al mismo pasaje. Las decisiones importantes
no se toman en unas horas, ni es algo que se ha de tomar con ligereza. El sueño
se rompe, vuelvo a abrir los ojos. Ignoro cuando tiempo he dormido ni que hora
de la madrugada es.
Valeria se ha abandonado a los brazos de Morfeo. Nuestras manos continúan
entrelazadas. Me gusta acariciar su mano, pero no lo hago porqué no quiero
despertarla. Muevo los labios, me noto la boca tan seca. En este justo instante
entra una enfermera.
Al verme con los ojos abiertos, se interesa por mi. Yo la miro, y pretendo
decirle que hable flojito. Mi voz por fin da señales de estar viva, casi no me
la reconozco. La enfermera asiente, sonriendo. Me pone medicación por la vía
endovenosa, y me moja la boca. Le agradezco, y se va silenciosamente.
Por suerte la bella durmiente sigue durmiendo, sin inmutarse. Me gustaría
darle un beso, despertarla y fugarme de aquel horrible mal sueño.¿Qué te
parecía amor, si vamos a nuestro rinconcito del Retiro, a abrazar las
estrellas? Los duendes saldrían a saludarnos, y todo volvería a estar a su
justo sitio.
Me pierdo mirando tu dulce rostro, que transmite tanta paz y calma. Eres una persona tan dulce y tierna. Nuestra
historia de amor pasa ante mi, y ocupo horas de insomnio reproduciendo cada
instante compartido. Ha sido un romance corto e intenso. Pase del odio al amor.
Nunca fue una atracción, un amor a primera vista. Lo cual si me ocurrió con
Corina.
Entraste en mi vida como gotas de agua, que poco a poco, te ibas
infiltrando por un rincón de mi ser. Inundaste mi alma de infinita ternura. Tu
corazón es tan enorme. Me fascino tu timidez, tu sencillez, tu carácter afable
y próximo; la fragilidad que desprendes...aunque eres más fuerte de lo que
aparentas.
¿Por qué nos enamoramos de alguien? No lo se. Simplemente ocurre, cuando
menos te lo esperas. Y yo de ti, Valeria, lo estoy mucho. Sería capaz de todo
por ti. Incluso aceptaría si me dejases y buscases el afecto de otra persona,
que sea digna de ti. No lo pensé cuando nos conocimos. De hecho, por aquel
entonces el epicentro de mi existencia era Maca. Era incapaz de percatarme de
nada más.
Simplemente te veía como una policía... y una gran idiotez, por mi parte,
una policía toca las narices. Aunque siempre supe lo que me esperaba con Maca.
No quería tampoco suplantar a Esther. A un gran amor nadie lo sustituye.
Siempre lo tuve claro. La ayude porqué no soporto que la gente sufra.
Creó que si la gente no se ayuda, interesa por el prójimo la humanidad esta
perdida. No es que sea pesimista. Creó que siempre he intentado ser optimista.
No obstante, tampoco es cuestión de siempre ver el lado bueno de las cosas y de
la vida. Si que existen personas y cosas maravillosas. Pero también las hay de
despreciables e injustas. Gente que juega con los sentimientos para hacer daño,
hay crueldad, miseria, dolor, gente que pasa de los problemas ajenos...hay
intolerancia y violencia.
Es fácil condenar al que no tiene una vida parecida a la tuya, o que no se rige
por los mismos principios. Pensándolo mejor, mi problema parece absurdo comparándolo con otros males.
A parte me puedo considerar afortunada.
¿De qué me puedo quejar? A nivel
afectivo estoy llena y emparada. Tengo una madre, aún siendo como es, que me
adora. Una pareja que ya se desvió por mi desde el principio; y eso que la
trate tan mal. Y tengo amistades que merecen la pena. ¿Pero, yo debo de ser
egoísta y pedirles que estén a mi lado, acompañándome a mi duro proceso?
Quizás sea algo que no se ha de pedir, sino ha de salir de sus almas.
¡Díos, debo estar desvariando! Pero no quiero que sufran por mi culpa. Me tengo
de sobreponer, será duro...¿Quién dice que ha de ser difícil? Es cuestión de
adaptación. Como todo ser vivo se ha de adaptar si quiere sobrevivir a las
adversidades de la naturaleza pone ante ellos. Si no se cambia de vestido, sino
se acepta que hay que evolucionar y caminar diferente...uno se extiende.
¡Nadia, vamos mueve las piernas... tu puedes! Nada. No me obedecen. Con mi
mano libre intento mover una pierna. Me canso en el intento, y me empieza doler
mi zona pectoral. El monitor empieza a pitar con rabia. Los latidos de mi
corazón se han disparado, como indicadores filológicos de mi rabia.
La puerta de la habitación se abre, Valeria se despierta de golpe y
pronuncia mi nombre muy preocupada. Dejo de forcejear con mis piernas, y le
sonrió. Me pierdo en el verde de sus pupilas y le susurro que la quiero, que
estoy bien. Me gustaría decirle que la vida es una mierda, y que no pierda el
tiempo con una persona incompleta como seré yo. Pero logro contenerme.
Su dulzura consigue que me calme. La enfermera se va más tranquila.
Valeria, se levanta de su cama improvisada, y se me acerca. Intento convencerla
que duerma unas horas más, porqué según han comentado la enfermera eran las 5
de la madrugada. Aún así, Valeria me mira a los ojos con todo el amor de su
alma. Que hermosa que esta. Y sin pedirlo, agacha su cabeza y me besa
tiernamente.
Su beso...húmedo, lento. Tan lleno de amor. Estaría toda la vida sintiendo
sus labios, sus suaves caricias. Mis ojos por fin se inundan de
lágrimas...hasta entonces ninguna había derramado. Era como si hubiesen estado
congeladas por un potente frigorífico. Pero ya no podía contenerlas más.
Valeria puso fin al beso, separándose lentamente. Me dejo el gusto de sus
labios, y aquella ausencia me estremeció. Quería retenerla, que volviera a
besarme...abrazarla. Me sobraban los tubos...Levante el brazo, y conseguí
acariciar su rostro angelical. Sus ojos brillaron, y me sonrió.
VAL:- Mmmm...a mi también me ha encantado.- me comenta.- ¿Quieres otro?-
poniendo un tono de voz juguetón.- No quiero que te canses.
NA:- Sí. – admito, y callo. Estaría horas de aquella forma, observándola.-
No te preocupes... tus besos son infusiones de amor, el motor de todo.
VAL:- ¿Seguro?- haciéndose rogar. Aquello les hizo reír unos minutos. Pero
era también evidente, que Valeria estaba preocupada por mi. Al fin, volvió a
agachar su rostro al mío...nuestros labios se rozan. En tan solo este contacto,
las dos nos estremecemos y dejamos ir un suspiro. La boca de Valeria, parece no
decidirse a empezar su cometido, y se separa unos centímetros- Nadia...te
quiero. Eres mi principio y mi fin. No me dejes...juntas podremos con todo.
No supe que decir, sus palabras me impactan fuertemente. Era como si
intuyese lo que pasaba por mi cabeza. No era que quisiera dejarla, porqué era
la persona que más quería en mi vida. No obstante, creía que yo ya no era la
persona indicada en su vida. ¿Difícil comprenderme no? No quería hacerle daño,
porque sería hacerlo a mi misma.
NA:- Sí Valeria, hemos de ser muy fuertes, y no quiero verte sufrir, ¿Vale?
Saldremos hacia delante, te lo prometo. Pase lo que pase.- le prometo
sinceramente. Levanto la cabeza y poseo sus labios, al principio algo
encantados. Pero no tardan a responder a mi caricia.
(...)
En algún lugar del planeta tierra, hay una persona mirando unas fotografías
antiguas...
Fotografías, imágenes sin alma...
aunque te despiertan sentimientos viejos. Cosas que olvidas; que te roban
sonrisas de alegría. Las personas allí nunca cambian...son eternamente jóvenes
o viejos. Son trocitos de nuestro corazón... copias baratas de cómo fue
alguien. O simplemente te hacen recordar todo lo que una vez ocurrió, lo
estúpida o estúpido que fuiste.
No había más, simplemente un pasado en fotografías. Es así como había
sobrevivido a todo aquello... pensando que era todo imágenes muertas. Su
castigo había sido rápido y fugaz. No tenia antecedentes a su espalda y una
buena conducta siempre se recompensa. La reintroducción en sociedad,
dificultosa. Pero su talento innato, consiguió hacerse un hueco en un mundo
competitivo.
Hasta entonces se había refugiado en un intenso trabajo, viajando...y era
fácil, decir adiós a algunos aspectos de su existencia. Pero todo termino
cuando supo el destino de su nueva exposición. La cual le estaba dando más
alegrías que penas. No quería retornar a un pasado obsoleto, no quería
humillarse.
Aunque, mentiría si admitiera que
nada no fue un error. No fue mal intencionado... tan solo peco de egoísta. Sí
había conseguido sobreponerse... No obstante, también mentiría si dijera que
era la insensible que aparentaba ser.
Nuestra Estrella (4)
Esther estaba muy animada, como si se hubiera tomado un estimulante y
estuviera hiperactiva. Después del romántico momento en el sofá, se levanto y
empezó a mandar a Maca. “Mientras tu te vas ha disfrutar de una ducha
relajante, yo preparo el desayuno”.
Entonces, esta le provoco para ducharse juntas, y de aquella forma
ganarían tiempo.
Al final, después de una discusión graciosa terminaron en la ducha, las
dos. Eso si, la enfermería quería ser superwoman. De poco que no dejan todo el
lavabo inundado de agua jabonosa. Todo lo habían de ser con gran velocidad. De
hecho, Esther casi se atraganta con el pan. Maca se rió mucho testimoniando su
nerviosismo.
M:- Haz el favor de comer poco a poco...- le regaño, poniendo voz de madre
protectora.- Que ya conocerás a tu hija.
E:- Mira quien habla, la quien ya la ha conocido.- protestando, y poniendo
cara de enfadada. Empezó una guerra de migas de pan matinal. Pero que les ayudo
a disminuir su impaciencia, por aquel momento tan esperado. El día que por fin
Estrella conocería a su otra mama. Y quien sabe si recibirían ellas una buena
noticia.
(...)
Encarna, como siempre muy puntual, a las 10 de la mañana ya estaba en la
unidad de neonatos. Se extraño que ya no estuvieran Maca y Esther. Aunque no se
preocupo, seguro que estaban disfrutando de su intimidad.
Antes de subir, había pasado a visitar a Nadia. La vio mucho mejor, ya le
habían quitado algunos tubos. Valeria, seguía a su lado. Pero los padres de
Nadia, la convencieron para que marchase a descansar unas horas a casa. Aunque
también debía de pasar por su caserna para hablar con su superior. Según le
insinuó a Encara, a fuera de la habitación de Nadia, era probable que le cayera
una bronca. Pero no le preocupaba.
EN:- Seguro que lo entenderán mujer- tratando de animarla.- Tu pareja
estaba apunto de morir...
VAL:- Ya. Pero deje mi trabajo...- dijo algo triste, aunque en el fondo no
le preocupaba. Por suerte, nadie recibió la ira de Adriana.
EN:- Harías bien en irte antes a descansar, luego te levantaras con más
fuerzas.- le aconsejo, preocupándose por la inspectora Wood. La cual se lo
agradeció y se fue.
Encarna, subió a la unidad de prematuros, y una enfermera la saludo. Le
comento que el medico quería hablar con la madre de Estrella. Y la abuela no
pudo evitar preguntar porque, recibiendo una excelente noticia. Entro a ver a
su nieta. Que preciosa que estaba. Le recordaba tanto a su Esther cuando era
pequeña, aunque también tenia los ojos grandotes como Maca. Estaba tan absorta
y haciéndole mimos que no se percato de quien llegaba.
(...)
Maca y Esther llegaron en taxi a Hospital Central. La enfermera estaba aún
nerviosa. Pronto conocería a una parte ella, un ser fruto de su amor. Ya tenía
una idea de cómo era...Pero tenía un nudo en el estomago... Al pensar, que
pronto lo podría coger y hablarle....Buff... aquello no tenia nombre.
Saludaron a Teresita, la cual intento hablar con ellas, pero iban como un
cohete derechito al ascensor. La pobre recepcionista se quedo con las ganas.
Tuvieron de esperar unos minutos a que el ascensor bajase y se abriese. Se cogieron
de las manos, intentando tranquilizarse.
Su destino, directo a la unidad de neonatos. Esther se detuvo, nada más
salir del ascensor. Se aferró más a la pediatra. Faltaba poco para conocer a su
hija.
M:- Todo ira bien amor, ya lo verás.- le dijo, y le guiño un ojo.- Estará
contenta de conocerte, le he hablado tanto de ti.
E:- Es muy fuerte... una hija.- dijo, demostrando que aún no se había hecho
a la idea:- ¿Y que le diré?- su interlocutora se le escapo su sonrisa. Su
inseguridad era enternecedora. -¿Te hace mucha gracia, ehh?
M:- Dile simplemente: Hola soy tu madre, me llamo Esther y te voy a querer
mucho... la coges y...- se callo, se le acerco y le susurro algo al oído.
E:- Eres tremenda- consiguiendo reír. Le dio un golpecito en su brazo derecho,
y empezó a andar.
Llegaron a su destino en silencio. A través de la ventana pudieron
contemplar todas las cunitas, y Esther no tardo en localizar la de su hija en
ver su madre cerca de ella. Al verlas juntas, abuela y nieta... su corazón se
le agrando de infinita ternura. Aquello no tenía precio.
La enfermera no les dejo tiempo para observar la dulce escena. En tan solo
ver a Maca, salió y le comento que el doctor quería la alta a Estrella aquel
mismo día.
M:- ¿Esther, has escuchado?- sintiéndose infinitamente feliz.
E:- Sí... va vamos entramos.- insistió. Entraron a dentro la sala, y casi
sobresaltaron a Encarna. Se saludaron y madre e hija se abrazaron.
EN:- Hijas os dejo con vuestra hija. – la mujer hizo lo que anunciaba.
Esther no dejaba de mirar a su pareja, y lo cogió de la mano... mientras se
acercaba más a la incubadora.
Estrella, en aquella ocasión, estaba dormidita. Estaba muy tranquila. Había
ganado unos kilitos de más, y tenía un color precioso. Esther se quedo anonada
contemplando su dulce sueño, no se atrevía a decirle nada, por miedo de
despertarla. Era tan pequeña y frágil. Si, se le parecía a ella...aunque
también vio cosas de su pareja.
E:- Que bonita es Maca...- dijo hablando muy flojo. Las emociones que
experimentaba eran indescriptibles. No pudo evitar alargar su mano derecha, y
acariciarle el rostro. En este justo instante, su hija abrió los ojos. Los
cuales eran marrones y grandes. Que la estaban mirando fijamente, y le saludo
con amor.- Soy tu otra madre...Esther...Si, tu otra madre ya te hablado mucho
de ti.
Estrella, seguía con la mirada fija en su rostro...y le sonrió. Empezó a
moverse. Parecía que le había reconocido.¿Podía ser aquello? Esther se moría de ganas de agafarla,
acunarla. Pero no se atrevía... aunque no seria la primera vez que cogía a un
bebe. Pero aquel era su hija y quería hacerlo bien. Tenia miedo.
M:- No te cortes....- captando su inseguridad..., y en ver que seguía sin
moverse. Se agacho ella y la cogió con delicadeza, y se la puso en sus brazos.
Sus ojos no dejaban de mirarse, compartiendo aquel dulce momento.- Nuestra
hija.
E:- Hola otra vez Estrella. ¿Te han dicho la hermosa que eres?- se callo,
observando su reacción. Le estuvo diciéndole bonitas palabras, hasta que empezó
a llorar.- ¿Qué te pasa amor?- miro a Maca, preguntándose que le pasaba.
M:- Quizás tenga hambre.¿Me la pasas?- su pareja se la paso, se sentó en
una silla. Se desbrocho la camisa y se acerco a su hija a su pecho. Estuvo un
rato explorando la zona, hasta que agarro el mugrón y empezó a succionarlo.-
Era eso, tenías hambre...
Esther las contemplaba anonada. Aquello no tenía precio. Eran tan hermosas
las dos. Además a Maca le sentaba bien la maternidad. Era toda una
madraza. Sus ojos se le humedecieron,
prometiéndose no separarse más de su familia. Lo haría todo por ellas dos.
La fragilidad y hermosura de las mariposas (6)
Mírame, ¿Qué es lo qué quieres hacer?
“ ¿Difícil pregunta, no? Mas aun si los deseos, razón, opiniones ajenas y
dispares se solapan y mezclan en un batido mental. Uno se siente tan
desconcertado, perdido... con unos duros deberes previos que entorpecen más tus
pensamientos.
La gente lanza al aire especulaciones, sugerencias... que a veces parecen
mandatos. Debes de...; lo mejor seria...; En ningún lugar estarás mejor que en
casa; Me parece que aquí no estarás bien atendida. Dejas de ser una persona
libre que una vez fuiste. ¿O, sigues poseyendo el mismo derecho de
autodeterminación? ¿Qué es lo que quieres realmente tu?
Lo que te ha ocurrido te ha quitado la ropa, desnuda y vulnerable. Sabes,
en tu interior, que necesitas de los demás, de su afecto. No obstante, te
enfurece necesitarlo tanto, ser tan dependiente. Hay que sobreponerte y
levantarse de las cenizas que se ha convertido tu existencia. Te cuentan que
todavía existe un sendero para explorar. ¿Pero, te lo crees tu?
Es algo difícil de comprender. Todos quieren confortarte, darte la mano. Su
inconsciente les despierta los instintos más protectores. Su afán de ayudar
termina siendo asfixiante. Ya no hace falta que lo pidas, allí lo tienes antes
de abrir tu boca”.
No eran ilusiones. Nadia no era ciega. Seguía siendo la misma persona. La
única diferencia era que ya no se podía valer por ella sola. Sí, su cruel
realidad y gran verdad. Ya no era una hipótesis, era un hecho recomprobado
mediante la más sofisticada tecnología. Todo para encontrarte sentada en una
silla de ruedas y sin ningún pronóstico.
Vilches, incluso, cuando hablo con ella fue incapaz de afrontar su mirada.
Los limites de la medicina otra vez eran tan palpables. Los médicos no son
ningunos dioses. Nadia siempre lo supo y comprendió la reacción de su
compañero. No hizo falta palabras. Ella ya sabía cual era su diagnóstico, y tan
solo ella sabía que sus piernas estaban muertas.
Era curioso que el simple hecho de quedarte minusválida la gente ya te mire
con otros ojos. En fin, que muchos del hospital Central que la habían
visitado..y casi todos manifestaron pena de ella de una forma o otra. Algunos
lo disimulaban mejor que otros. Quizás la más graciosa fue Teresita, que para
variar la trataba mejor. Aun así, sus ansias de conseguir su perdón se relegaba
a una eficaz criada. Jamás le guardo ningún rencor, y se lo dijo.
El sentimiento de pena era evidente. En sus actitudes, en lo que se dice y
no se dice. En lo que se trata de ocultar. No obstante, sus miradas les
delatan. Todo aquello era normal. En ocasiones lo ignoraba, y en otras
ocasiones ella ponía voz a sus pensamientos acallados.
No era que quisiera ser cruel con ellos. Simplemente, estaba rabiosa con su
destino. Con palabras soases: “Era una puta mierda”. Aún así, odiaba
compadecerse de si misma. Tan solo esperaba que todo volviera a la normalidad y
se aceptase su minusvalía. La pregunta importante que debía de responder seguía
siendo: “¿Qué es lo que quieres tu?
Su madre, insistía que retornara a Cataluña e instalarse en su hogar.
Entonces realizar rehabilitación al Instituto Gutman en Badelona. Vilches le
había recomendado algunos centros madrileños. Valeria, estaba dispuesta a acomodar
su apartamento por ella. ¿Qué hacer?
Maca lo tenía claro, restar al lado de su amor y luchar juntas. Pero, ¿Qué
pensaba ella, Nadia Bonet Monsolís? Su foro interno estaba en una lucha
perpetua. No tenía ninguna duda respeto sus sentimientos por Valeria. Aún así,
su inconsciente se negaba ha arrastrarla a compartir su cruz. Ella se merecía a
una mujer sana, que la pudiera complacer en todos los aspectos y sentidos.
¿Cómo decirlo?
Aunque también era contradictorio, una parte de ella era incapaz de decirle
adiós. Era una parte egoísta, que intentaba acallar. Sería injusto pedirle que
se sacrificase por ella y todas las molestias que representaba adaptar su piso
por ella. Con todo eso, quisiera o no a ella también le cambiaría la vida.
Quizás todo era cuestión de planteárselo...asumirlo. Si su existencia
cambiaría. Por suerte podía mover los brazos y comer sola. El resto era
cuestión de práctica. Todo hi estos pensamientos positivos seguía con la idea
de irse metida entre ceja y ceja.
En el profundo de su ser ya tenía una respuesta a la pregunta que muy
pronto se le haría. Pero hay momentos claves, hay cosas que no previenes. Y a
veces la vida hace que cambien la dirección de tus elecciones. A veces,
desistes por cobardía; o quizás una parte de tu ser, inconsciente, consigue
evitarte un error. Aunque luego nos pasamos la mayoría de horas maldiciendo
haber torcido nuestra voluntad. Esto es otra cuestión. De todas formas, con
esto nos perdemos los frutos del árbol que hemos sembrado.
Era un jueves, última semana de Julio. Ya hacía una semana que había bajado
a la planta tercera; incluso ya había estrenado la quien sería su compañera de
trayecto, una silla de ruedas manual. Intentaba pasear con ella, aunque era
fácil en apariencia también le fatigaba mucho. Eran las cuatro de la tarde y no
había querido hacer la siesta.
No había nadie que le hiciera compañía. Intentaba cremar las horas de la
mejor forma que podía. Aunque sus pensamientos seguían siendo un maremoto en su
interior. Su tranquilidad fue rota cuando escucho a alguien llamar a la puerta.
¿Quién debía ser? Valeria solía ir a partir de las cinco de la tarde. La
puerta se abre, sin darle tiempo a hablar. Ante ella aparece Paula Vivanco. Le
extrañasu visita, y más aún verla todavía por aquí.
PA:- Hola. ¿Te molesta que haya venido?- parece estar muy nerviosa y algo
insegura . Dista de ser la persona que conoció, e incluso era más humana.-Si lo
deseas me voy. No debería haber venido...
NA:- No, no te preocupes.- le responde con una sonrisa en los labios. La
cual parece que jamás ha perdido. Aunque en ocasiones le cuesta un enorme
esfuerzo.- Gracias por haber pensado en mi. ¿Por cierto, como estás tu? Me han
dicho que ...
PA:- Sí, me han sacado un ovario, porqué tenía un quiste en él.- se
adelanta a decir. Se sienta en una silla, y prosigue sin dejar de mirarle a los
ojos. El azul de su mirada le fascina, y cuando se conocieron no se percato de
su hermosura. Sin pretenderlo se había convertido en una persona muy arrogante
y intransigente, incapaz de observar más allá de lo que creía.- Es duro. A veces me da la sensación de que ya
no soy una mujer. Hay gente que dicen que no debería de quejarme.- se calla, y
las dos se comprenden.
NA:- Es duro perder partes de tu misma... la vida sigue, pero nada será lo
que era.- siguió hablando por ella. Había conexión invisible entre ellas. Fue
un especie de milagro. ¿Qué lleva a determinadas personas a cruzarse en
momentos especiales? Quizás un afán de compartir el dolor.
PA:- ¿Cómo te has de sentir? Me miro al espejo...,si me veo igual. Sigo
sabiendo quien soy y debería de pedir gracias a Díos para seguir viva. Aún
así...siento que me falta algo. Estoy harta de todo...- su rostro esta
desencajado por la rabia y desesperación.-Siempre luchando, cayéndome y
levantándome.¿Es qué no existe la paz por mi?
Nadia se la queda observando, captando sus sentimientos. La vida de aquella
mujer ha estado muy dura, un calvario. Una existencia marcada por el amor
posesivo de Adriana, una fuga, una traición y el despreció de sus padres.
Cuando por fin podría seguir caminando sin mirar al pasado, se le propone otro
reto. ¿Es alguien tan fuerte para vencer tantas adversidades?
NA:-Hoy no tengo respuestas, ni se que decirte...- mostrándose derrotada.
Esta algo vacía. Sus problemas personales le imposibilitan para dar consejos.
Aún así, la comprende mucho.
PA:- Gracias, pero tampoco las necesito- le sonríe y cambia de tema:-
Únicamente había venido para pedirte disculpas por todo lo que te dije cuando
nos conocimos.
NA:- ¿Por qué deberías de pedírmelas?- le pregunta sin meditación. Sin
querer esta siendo brusca y algo impertinente con ella. ¿Se habían
intercambiado los papeles? Quizás sí. Aunque por aquel entonces la chica le
había parecido muy insolente. Aún así, en ningún momento se lo había tomado en
cuenta.-¿Por qué...?
PA:- Porqué lo siento así. Soy consciente que mi carácter es agrió...Créeme
que no lo hago mal intencionadamente.- ignorando su frialdad. Capto la barrera
que se estaba construyendo en su alrededor y su rabia contenida.- Aquel día fue
odioso, por muchos.
NA:- Eso es verdad... No le de vueltas...yo ya lo tengo olvidado- dijo,
para quitar el polvo a la cuestión.- Jamás se lo tuve en cuenta. A parte, ahora
mismo le doy incluso la razón. Las cosas se ven de distinta forma según el
lugar que las observas.
PA:- Gran verdad. Mi pareja también opina igual que tu. – su rostro le
cambia en tan solo mencionar a Irene, su pareja.- A veces te olvidas que no
eres del todo desgraciado. Si no fuera por ella, quizás nunca nos hubiésemos
cruzado. Y tu, también eres afortunada a tener a tu lado a la inspectora Wood.
Nadia le sonríe; sin saber que decirle. En el fondo lo sabe. Aquella
desconocida, le estaba dando una lección. Pero el camino que escoger, su
destino estaba en sus manos.
NA:- ¿Cuándo retronareis a Valencia?- le pregunta, intentando ser cortes.
PA:- Mañana. –y empezó a contarle sus planes. Aquella doctora hermosa le
daba mucha confianza. – Haremos unas minis vacaciones. Ya sabes que debido el
trabajo de Irene viajamos mucho...
NA:- ¿A qué se dedica?
PA:- Mmm... Critica de arte, periodista...- mostrándose muy orgullosa de su
pareja.- Bueno, ya me tengo que ir. Irene me debe de estar esperando...
NA:- Gracias por la visita.-le dice sinceramente.- Espero que nos volvemos
a ver, y que no sea dentro de un hospital. Bueno, y si volvéis a Madrid pasad
de visita. Tengo entendido que con Esther os habéis hecho muy amigas.¿no?
Bueno... aunque...- recordando que quizás se marcharía pronto de la
ciudad. Pero Paula no capto su inseguridad.
PA:- Sí. Las dos hemos tenido la mala suerte de cruzarnos con Adriana. Eso,
nos ha unido. Quizás sea su único legado más bueno. Ya que gracias a ello he
conocido a gente maravillosa como Valeria, Esther, Maca....- cogió aire, y
prosiguió:- No tardaremos a regresar. En agosto una pintora inglesa expone su
obra. La verdad, pinta muy bien. Con treinta años...
NA:- Interesante. ¿Cómo se llama?- interesándose realmente por ella.
PA:- Lo siento, pero no recuerdo- se calla, y intenta acordarse de su
nombre. Se ve rabiosa por ello.- Soy muy mala por los nombres....Aunque su
nombre de pila parece italiano en más de ingles.
En aquel preciso instante alguien llamo a la puerta, y una Maca sonriente
entro. Paula se levanto y le dio dos
besos. Estuvieron hablando unos minutos todas tres, pero la chica tan parecida
a Esther se fue con prisas. Las dos amigas doctoras, se quedaron en silencio.
Maca sabía las dudas que minaban al
interior de Nadia. Ya no sabía como ayudarle. Aunque tampoco era cuestión de
indicarle el camino. Le haría mucha ilusión que se quedará a Madrid y ayudarla.
No obstante, comprendía que no era nadie para decirle que hacer. Aquello le
frustraba un poco. Pero las riendas de su vida le correspondían a ella.
NA:- Sí, sigo sin saber que hacer.- admite en voz alta la catalana.
M:- ¿Has compartido tus dudas con Valeria?- le pregunto. Aunque ya se temía
la respuesta. Nadia no le quería hacer daño a la inspectora. Aún así, quizás
con su actitud paternal ya se le estaba siendo.
NA:- No. Ella lo haría todo por mi, y se que esta dispuesta a cualquier
sacrificio-reconoce, y es algo que le hace feliz en el fondo.- Soy yo que no
deseo que pase por todo esto.
M:- No quieres ser egoísta, pero lo estas siendo- le remarca muy seria.
Todavía no esta dispuesta a lanzar la cuerda de la orilla y verla irse de
Madrid. Un silencio pesado las invade. No es un silencio cómodo, relajante...es
de huida. Las verdades cuestan de escuchar; o cuesta aceptar que alguien tenga
distinta postura a la nuestra.
NA:- Ya sé que no entiendes mi postura.- comenta al final, no parece
molesta por ello.- Pero es lo que siento en estos momentos....
M:- ¿Nadia, sabes que me parece a mi? – la miro detenidamente, intentando
decir lo que pensaba de la mejor forma.- No te gusta que la gente tenga lastima
de ti. Pero eres tu que te compadeces de tu misma, que te auto limitas. ¿Dónde
esta la chica dulce, fuerte que se desvive por los otros? ¿Aquella chica que
siempre tiene la palabra adecuada para robar una sonrisa? ¿Dónde esta la
persona luchadora, que cree en los imposibles?
Recuerda el cometa lila...
Sus palabras consiguen entrar en el alma de Nadia, y se queda paralizada.
¿Dónde esta la mujer que una vez fue? Cree ser la misma persona de siempre.
Aunque le invade la sensación de qué esta vacía, que no puede dar nada más de
ella. Sus ojos azules empiezan a humedecerse, pero no termina de llorar. Hay
algo en ella que se lo impide.
M:- Perdóname, no pretendía...- se disculpa. No quería ser dura con ella.
De todas formas, su amiga no estaba del todo bien como pretendía aparentar.
¿Por qué escondía sus sentimientos? A veces, le chocaba la entereza que
mostraba. Aquello no era normal. Aún así no quería forzar nada.
NA:- No te preocupes. Son preguntas que me hago yo.- no dándole
importancia; pero en el fondo le había llegado al corazón. Lo que más temía no
volver a ser la persona que había sido.
M:- Piénsate bien lo de irte a Cataluña,¿Vale? –insiste. Las dos se miran y
Nadia le responde que sí con la barbilla.
(...)
Las palabras una vez dichas quedan al aire,
no se pueden rectificar. Y a veces, sin saberlo terminan de llegar a la
persona que no quieres. Tan solo hace falta estar en el lugar preciso y menos
esperado. Valeria se quedo paralizada detrás de la puerta de la habitación de
Nadia.
Había dado por sobrepuesto que esta se iría a vivir con ella al salir del
hospital. Que la cuidaría, hasta que llegara a adaptarse a su nueva vida. ¿No
habían quedado en ello? Solo había sido una suposición. ¿Pero estaban juntas
no? Estaba con ella por lo bueno y lo malo...jamás la pensaba dejar. ¿Y ella
con que derecho estaba tomado aquella decisión a sus espaldas? Una palabra
definía lo que estaba sintiendo, en sus propias carnes, Valeria: traición.
Cuanto uno se siente herido es fácil que se deje dominar por la
irracionalidad. Su reacción puede ser imprevisible. Tanto puede entrar en la
habitación y delatar lo que ha escuchado y abrir su corazón. O bien, huir.
Valeria realiza lo anterior. Se gira, y corre desesperada.
Las lágrimas inundan sus ojos por enésima vez. Es la segunda vez que llora
debido a Nadia. Tras la primera vez, se prometió no volverlo a hacer.
Comprendía que debía ser fuerte. Pero la sola idea de perder a Nadia, de qué se
fuera lejos de ella le estaba rompiendo el corazón añicos. ¿Por qué? ¿Por qué?
Ella la seguía queriendo de igual forma.
Sin darse cuenta se hallaba en la calle, el sol le acaricio el rostro.
Había perdido la perspectiva espacio-temporal. Era como si estuviera sola, sin
nadie a su alrededor. Ni había escuchado como Esther, con Estrella en el
carrito, ni Teresita le llamaban. Era incapaz de ponerse en la piel de Nadia.
E:- ¡Valeria! ¡Valeria!- gritaba Esther a sus espaldas, incluso la siguió,
dejando a su hija con Teresita. A la cual le caía, literalmente, la baba.
(...)
No había ningún día fijado para irse. Tan solo bastaba con ser algún día de
Agosto allí. Su profesión le daba un margen ancho de libertad. Aunque la fama
tenía sus propias manillas. Si hubiera sido cualquier otra ciudad, quizás ya
tendría las maletas hechas. Pero era algo que debía de afrontar...¿Por qué la
inseguridad se apoderaba de ella?
¿Ya había olvidado las promesas que se hizo para ella misma, cuando la vida
le regalo una segunda oportunidad? Ahora tenía una vida acomodada, todo lo que
había deseado. Vivía en un apartamento moderno, con decoración bohemia...que le
servia de vivienda y estudio. En él se habían creado sus mejores obras. Incluso
había conseguido enterrar su pasado. ¿Por qué ahora?
Había firmado unos contratos y debía cumplirlos. No se podía negar a hacer
aquel viaje. No había marcha atrás.
Quizás era una señal del destino, que le ofrecía una oportunidad para
saldar viejas cuentas. Sabía de buena tinta que lo que temía y, a la vez,
embravecía seguía residiendo allí. Siempre había tenido información sobre ella.
Los lazos que les unían jamás se borrarían. ¿Lo había olvidado ella?
Se puso ropa vieja y se dirigió al estudio. Un lienzo virgen le esperaba.
En el fondo, era de las pocas cosas que le habían ido bien. Había sido una de
sus grandes ambiciones. Todo lo que sabía lo había ido descubriendo con la
práctica. Nunca había recibido ninguna clase de pintura ni técnica. Era talento
innato. No lo tubo nada fácil. Recordó, otra vez, todos los errores que cometió y una traición.
Su mano derecha se movía ágilmente. Tenía el dibujo muy claro en su mente. La tela iba cobrando
forma... unos ojos irían cogiendo consistencia y fuerza. Unos ojos que aún los
años transcurridos, seguía recordando como si los terminase de ver.
Unos ojos que también se manifestaban en otros de sus cuadros, en algún
rincón u otro. Los críticos ya habían captado su frecuencia y decían que era su
firma. Algunos les picaba la curiosidad: ¿De quién era la persona de la
mirada?. Ella jamás respondió a aquella
pregunta. Era su secreto.
(...)
Valeria, no puede estar por más tiempo derecha. Poco a poco se deja caer,
apoyándose en la pared de la entrada de Hospital Central. Un principio y un
fin. Otra perdida. Otro desengaño.
VAL:- ¿Por qué Nadia?¿Por qué? Si, yo te quiero.-dice en voz alta,
mostrando toda su rabia y resentimiento. No esperaba que le escuchase nadie,
pero la voz de Esther le sobre salto.
E:- ¿Por qué no vas a su habitación y se lo preguntas?- le insistió.
Valeria la miro con los ojos rojos y aún llenos de lágrimas. Aquella pregunta
fue como una barrera que le cortaba su irracionalidad. Esther sabia por Maca,
las intenciones de Nadia. Aún así, no se veía con el derecho de hablar por
ella.
Valeria seguía sin responder. La enfermera tenía razón. Su mente estaba
dibujando alocadas posibilidades. Pero en ningún momento se había parado a
pensar en las autenticas intenciones de Nadia. Antes de juzgarla debía de
escucharla y aceptar su voluntad, por mucho que le costase. La quería con toda
su alma, estaba dispuesta a cuidarla. Pero no tenía derecho a obligarle a
restar a su lado.
VAL:- Sí, será lo mejor.- respondió, a la misma vez que se levantaba con la
ayuda de Esther. Esta la abrazo, intentando confortarle.- ¿Tu sabias sus
intenciones, no?
E:- Sí. Siento que te hayas enterado de esta forma.- poniéndose a su piel.
VAL:- ¿Y que tengo que hacer yo?-mostrándose frágil; aunque en el fondo ya
lo sabia.
E:- Si la quieres lucha por ella- Valeria se calla, en el fondo era lo que
necesitaba escuchar. ¿Pero como hacerlo? No quería obligarle a nada, y
respectaría su decisión fuese cual fuese.- Ten claro una cosa, ella te quiere
pero cree que no te hará feliz.- le dijo para tranquilizarla. La inspectora se
lo agradeció y volvieron a entrar al hospital.
(...)
A veces, parece mentida que las cosas hayan sucedido o dicho. Nadia se
comportaba con mucha normalidad cuando la veía. Le mostraba mucha alegría
cuando llegaba. ¿Lo sentía realmente? Valeria, por un instante, dudo de ello.
¿Pero se podían falsear tanto los sentimientos?
Maca ya no estaba, como si intuyese que ella estaba cerca. Hubiera sido
fácil olvidar aquella conversación causalmente escuchada. Pero Valeria no se
quería engañar. Más aún, si lo pensaba lógicamente todo concordaba. Nadia no
deseaba ser una carga por ella. ¿Cómo demostrarle lo contrario?
Valeria se le acerco....con la silla de ruedas la diferencia de altura no
era tan acusada. Puso una mano en su pómulo derecho y se lo acaricio
suavemente. Sus ojos azules le seguían hechizando. Las palabras no le salían.
VAL:- ¿Cómo le va la tarde.... a mi duende preferido?- otra vez
tartamudeando. Se nota todavía los ojos húmedos, pero no hace ningún gesto para
secárselos.
NA:- Fantástica, con muchas visitas- responde jovialmente, y con su mano
derecha le seca las lágrimas. Las cuales le duelen.- ¿Por qué lloras tu? ¿Has
tenido un mal día?
Valeria no sabe que responderle. Se siguen mirando directamente a los ojos.
Aquel era el momento indicado para narrarle lo que había escuchado sin
pretenderlo. Una confidencia privada con Maca. Una cosa que quizás ella no
debiera haber escuchado. ¿Debía de revelarle todo aquello? No la quería
presionar.
VAL:- Me emociono nada más verte. No se que haría sin ti- dice, siéndole
sincera. Aunque una parte de ella se siente cruel.- Lloro de felicidad, por la
suerte que tengo. La vida ha estado apunto de dejarme sin ti...
Nadia la escucha, con el corazón en un puño. Lee en sus ojos todo el amor
que es capaz de ofrecerle. Un amor fuerte, incondicional... No la quiere hacer
daño, y decide no comentarle nada sobre sus dudas. Siguiendo la voz de su alma,
coge con las dos manos el pequeño rostro de su novia y se lo acerca. Sus labios
se juntan suavemente, para terminar en las profundidades de un beso largo y
tierno.
VAL:- Vente a vivir conmigo- le propuso exhausta, después del interminable
beso.- Te he preparado un par de sorpresas....
Nadia suspirando, se la quedo mirando algo
pasmada. Ya se esperaba otra vez su propuesta. Pero le sorprendió con la
naturalidad que se lo había dicho. Era incapaz de decir nada. Era el momento
que tanto temía.¿Qué hacer? Quizás era hora de ser sincera con ella. ¿Pero lo
tenía tan claro como le hizo creer a Maca?
NA:- Vaya...me has dejado sin palabras. Aunque quizás sea pronto...- se
calla, sintiéndose como una estúpida. La mujer que quiere le propone algo
importante, y sin saber que decir. No se la merece.
VAL:- Mírame, ¿Qué es lo qué quieres hacer?- le pregunta finalmente.
Abriéndole una puerta para sincerarse.-Yo lo único que quiero es tu felicidad.
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