Ir al contenido principal

HERMOSA Y LETAL. (11) Las Reinas de Villa Ruiseñor (I)

(11) Las Reinas de Villa Ruiseñor (I)

Dedicado a todas las mujeres que no cesan de luchar para ser libres, por sus derechos, su felicidad y hacerse un hueco en una sociedad restrictiva, machista, llena de tradición y de hipocresía

Dedicado a todas las mujeres que no cesan de luchar para ser libres, por sus derechos, su felicidad y hacerse un hueco en una sociedad restrictiva, machista, llena de tradición y de hipocresía. Mujeres apoderadas, valientes, buscando su espacio y amor.  


Cuatro meses después de la misión a Bruselas, me citaron a las diez a la sala de operaciones

Cuatro meses después de la misión a Bruselas, me citaron a las diez a la sala de operaciones. Poseía indicios de que recibiría buenas noticias. Estaba algo harta de residir en aquel bunker. Aunque estaba poco tiempo en él, pues la actividad era muy intensa. La Sección metía sus narices por todas las partes del planeta, como si fuera Dios todo poderoso, que todo lo controlaba y moldeaba a su antojo. Había participado en diversas misiones, de reconocimiento de escenarios delictivos, asaltos a comandos terroristas, búsqueda de pruebas incriminatorias de peligrosos criminales y de corrupción política... Había licencia por matar sin censura. La consigna siempre era localizar un objetivo, controlar la situación, comprobar las evidencias y actuar en consonancia. A veces se trasladaba al sospechoso en instalaciones secretas. Y si requería se practicaban puras ejecuciones, que se tapaban simulando atroces sucesos.
Me estaba acostumbrando a mi nueva visa mucho a mi pesar. Como decía Lena simplemente era cuestión de sobrevivencia. Seguía negándome a matar fríamente a nadie. Aunque en varias ocasiones me vi obligada a desfundar mi pistola y usarla para defenderme o cubrir la espalda de algún compañero. Debo de admitir que tanto Lena y Sam me protegían y tapaban mis meteduras de pata. Lo único que me mantenía en pie de cañón era la perspectiva de vivir al exterior.
Ante los monitores centrales estaban Astra, J'onn, Winn y Lena discutiendo algo. Los percibí nerviosos. Olía a secreto, a conspiración contra mí. Aunque últimamente mi jefa compartía más información y me parecía más honesta. Los interrogue con la mirada. Se contemplaron entre sí.
- Te hemos convocado porque la mayoría cree que está preparada para afrontar su primera misión sola.- Dijo Astra, observando a la Luthor. Deduje que era la única que dudaba sobre mi rendimiento. Me fije como apretaba con fuerza ambos manos. Se me hacía difícil verla tan empequeñecida ante aquella imponente mujer.
- Viajará a Villa de Ruiseñor, un pequeño pueblo de Chile, para comprobar una información.- Explico J'onn.- Nuestros sistemas de vigilancia han interceptado una llamada a la policía de Santiago, denunciando una red de narcotráfico. Sospechamos que financia el grupo terrorista Halcón y a ciertos partidos de extrema derecha. Winn nos pones la grabación.- Una voz de una mujer entrecortada, algo floja y atribulada empezó a sonar.
"Soy la ex agente de policía antidrogas, 3938033. En Villa de Ruiseñor opera la mafia Chilena, vende drogas y secuestran a mujeres para prostituirlas, tengo pruebas. No puedo acudir a la policía, porque está comprobada. Por favor, ayuda..."
La comunicación se corto bruscamente. Me impacto. Transmitía tanta urgencia y pánico. Era consciente de qué se ponía en peligro denunciándolos, aún así había sido audaz. La admire por ello. Me sentí muy motivada para aquel operativo. A parte, sería un gozo actuar por mi cuenta.
- Por el número de placa que nos ha facilitado, sabemos que se llama Barbará Román. Dejo de ser agente de la ley a cuando se caso con un compañero de trabajo, Nicanor Pereira, que accedieron a Comisario. Se trasladaron a ese pueblo hace casi tres años.- Nos informó el informático.
-¿Se sabe por qué abandono su carrera profesional?- Quiso saber Lena, a la vez que estudiaba su expediente profesional.- Veo que fue buena agente... Una vez ya se infiltro en una organización de narcotraficantes.
- No. Si hubo sanción por algo, seguramente se oculto. La familia de la Señora Pereira era muy rica y popular en Santiago de Chile. Es una mujer muy preparada a nivel académico. De adolescente la enviaron a estudiar a Europa. Al regresar sorprendió a su madre queriendo ser policía. Sus compañeros la describen como un ser muy independiente, con carácter y apoderada por la tradicional sociedad Chilena. De hecho, fue una de las primeras agentes de la ley femeninas.- Narró Winn, usando un toque de sarcasmo. Simpatice conél. Tristemente, seguían existiendo concepciones arcaicas sobre la mujer.
Pronto nos mostro una imagen de ella

Pronto nos mostro una imagen de ella. Era muy hermosa, imponente sin parecer inaccesible. Su media sonrisa, su mirada cálida, su pelo algo ondulado y despreocupado, su pose segura... Había algo en ella un poco varonil, y no por su ropa informal. Tenía algo en común con Lena, la serenidad que desprendía. Las dos estaban en otro plano de la existencia.
- En Villa Ruiseñor ejerce de maestra en la escuela mixta. A raíz de la ausencia de la directora, la hija de Ernesto Möller el ex alcalde de la localidad, Bárbara ha ocupado ese puesto. Hemos indagado si necesitan una profesora de apoyo y ha resultado que sí.- Prosiguió el subalterno.- Ya enviamos el comunicado de su incorporación a la escuela. Su especialidad será las matemáticas, químicas y el inglés. Se le asignará un agente de apoyo, aún por determinar.
Miré la silenciosa Lena, que seguía en otra órbita. Era rara su desconexión, o despreocupación. Literalmente, se había medio desatendido del caso. Abandonada ante un horizonte incierto. Quería escuchar su voz, ni que fuera un mero resumen del expuesto. Era su seguidora más crédula, o una planta sedienta de su luz para crecer.
- ¿Y decís que la policía de la localidad es corrupta?- me parecía llamativo que no acudiera a su marido.
- Según ella esta comprada, es lo que ha dicho en la comunicación.- Intervino al final, fue seca e incisiva.- Es una mujer que debe de vivir bajo mucha presión y llena de miedo. Puede resultar fácil a simple vista, pero no lo será.- Me advirtió.- Quizás el marido sea violento y la tenga muy controlada. Por eso, le aconsejo que no sea directa ni actúe precipitadamente. En esos casos, es importante ganarse la confianza del objetivo. Ver, observar y actuar. Además el pueblo es muy especial, no se alarme... Parecerá que realice un viaje en el pasado.
Se lo agradecí y no replique más. Valoraba mucho sus sabias apreciaciones. Me ofrecieron más datos. Isis ya me había preparado la maleta, como siempre con la ropa más adecuada por la ocasión. Abrirla siempre era una sorpresa agrio-dulce. De vestidos varoniles, recatados, atrevidos y asexuales. Era práctico e invasivo. Me fui, cayendo en la tentación de enternecerme con la imagen impoluta de Lena. Ya la extrañe antes de irme. Era mi muleta, quién a última instancia ofrecía forma a mi existencia. Salte al vacio, con el corazón empequeñecido. Un breve sueño de falsa libertad. Era otra burla de la Sección.
Llegue a Villa Ruiseñor al anochecer, no había ninguna alma en pena por las calles. El taxista me comento que hacía sólo tres meses aquella región había vuelto a ser víctima de un terremoto. Ya años anteriores habían sido duramente castigados por aquel fenómeno natural. En vano, se palpaba una pesadumbre o tristeza. Pasamos por cerca de la iglesia, descabezada de su torrecita campanario. Era de madera y piedra de un estilo colonial. A igual que la mayoría de viviendas. En apariencia habían resistido al paso del tiempo y realizado pocas reformas. Incluso, los pocos coches que habían aparcados en las calles eran verdaderas reliquias de museo.
Entendí el comentario de Lena. El pueblo parecía haberse quedado congelado entre los años sesenta y setenta. Las grandes superficies comerciales no lo habían colonizado. Sólo vi a pocos comercios en pie. Uno de ellos con nombre de mujer, que parecía un cajón de sastre, pues vendían de todo.
- La popular tienta de Armando Quiroga, hombre de negocios y muy temido en la zona.- Me informó el taxista.- En realidad, debe su fortuna a su mujer.
- Ya dicen que detrás de un gran hombre siempre existe una brillante mujer.- Remarqué. Poco había avanzado la sociedad, en comparación con el saber de la ciencia. Las mujeres seguían pasando de refilón en los grandes logros alcanzados, otorgándosele el merito a los eruditos masculinos.
El automóvil se detuvo enfrente un edificio amarillento, que le iría bien una buena mano de pintura. Un rótulo luminoso y parpadeante, Hospedería Möller, me dio la bienvenida. Pagué el taxista. Baje cargada con sólo una maleta de ruedas. El terreno era irregular, sucio de barro y hojas. Me quede brevemente parada enfrente al viejo edificio, que parecía una vela languideciéndose. ¿Abría nadie a dentro?
Empuje la puerta de madera. Crujió al abrirse. La recepción, situada al lado derecho, estaba vacía. Enfrente de ella había mesas de cafetería. Sólo había un par de hombres jóvenes compartiendo una botella de whisky. No se percataron de mi presencia. Hablaban flojo a pesar de creer que estaban solos.
- Mi hermana no es ninguna bollera. La culpa es de aquella mujerzuela.-Dijo el más joven de los dos, delgado y con un traje amarillo claro arrugado. Su comentario me pareció muy despectivo y repugnante. Era horrible que la homofobia siguiera tan latiente en la sociedad.
Sintiéndome algo incomoda, y antes de actuar impulsivamente, carraspeé. Se giraron a la vez. El más mayor, de unos treinta años y pico me sonrió seductoramente. Se levanto y se me acerco. Sus ojos saltones e idos me señalaron que estaba drogado. Me dio la mano. Se la rechace.
- Me llamo Kara Zor-El, tengo una reserva aquí. ¿A dónde puedo hallar el recepcionista, o el propietario del alojamiento? – No disimule mi desagrado por la situación.
- Muy de gusto Señorita Zor-El. Está hablando con uno de sus propietarios. Horacio Möller.- Lo mire incrédula y con cara de asco. Estaba tan abducido que no interpreto bien mi lenguaje corporal. Se me acerco y trato de besarme. Me aparte antes de que sus asquerosos labios acariciaran mis pómulos. Se desequilibro y por poco cae en el suelo.
- Señora Zor-El.- Le recalque, conteniendo las crecientes ganas de darle una paliza.- Por favor, puede hacer efectiva mi entrada a su alojamiento... ¿O me tengo de buscar otro sitio?- Le desafié con la mirada.
- Las chicas de hoy en día son tan modernas y estiradas. ¿No te parece hermanito?- le comento divertido al otro chico. Estaba terminando con mi paciencia.- No creo que halle otro hotel en Villa Ruiseñor, al no ser que quiera ir a la Casona. Aunque no tiene pinta de prostituta.
- ¡Horacio ya basta!- exclamo una chica delgada, alta, de pelo castaño claro y liso. Estaba descendiendo por las escaleras y no tardo en llegar junto a nosotros. Iba con un vestido largo, de color rojo, elegante pero algo retro. Le exigió que se apartara y siguió con su pataleta de macho herido.- ¿Quieres espantar a la única clienta que tenemos?
- A la Elsita sólo le preocupa el negocio, claro si no entra dinero no podrás seguir con su gran vidorra ni viajar cuando te plazca para saciar tus pecados.- La chica lejos de almendrarse, se le acercó y, sin titubear, le bofeteó tan fuerte que lo hizo tambalear y caerse.
- No toleraré que me trates mal ni sigas incordiando a las clientas, o a cualquier dama indefensa.- Le advirtió, señalándole con el dedo índice. Le dio la espalda y me miro con pena.- Lo siento Señora Zor-El. Entenderé si, después de este bochornoso espectáculo, desea buscarse otro sitio para alojarse. Es más, le ofrezco una cama en la mansión de mis padres, los Quiroga.
La mire impactada por su coraje. Era una mujer hermosa, con carácter, muy madura por su edad. La compadecí por estar casada con aquel cromañón prehistórico. ¿Por qué seguía unida a él y no huía? ¿Estaría atrapada por sus decisiones y miedos?
- No se preocupe. Estoy acostumbrada a convivir con machos como su marido.- Ironice y le robe una sonrisa.- A parte, soy maestra. Aunque, muchas veces los niños se comportan mejor que los adultos.
- La verdad es que sí.- Se le iluminaron los ojos. Se dirigió hacia la recepción. Me pidió la documentación y de forma ágil realizo el checking-in. Los dos hermanitos se reían como dos estúpidos de nosotras. Los ignoramos y subimos al segundo piso. Había más de una grieta en las paredes. Algún grifo degoteaba. El viento soplaba algo amenazador. Un hogar roto. Vidas que se torcían irremediablemente. Nos detuvimos en la última habitación, la más apartada del corazón del edificio.
- Muchas gracias Elsa.- le dije antes de entrar en ella.
- ¿Va a trabajar en la escuela?- le respondí con un leve movimiento de barbilla.- ¿Sabe si la maestra Mercedes Möller regresará? ¿Le han ofrecido una plaza fija o solo es una substitución?- A pesar de no haber nadie cerca, observo el entorno como si la estuvieran espiando. Capte su urgencia, por eso la agarre suavemente por el brazo y la invite a entrar en la alcoba. Se sentó en la cama, algo exhausta.
- Intuyó lo sola que se siente en ese pueblo, tan pequeño e intolerante.- Me justifique. Me latía acompañarla, abrazarla y acunarla.- Creo que las mujeres deberíamos ayudarnos más entre nosotras.- Mi móvil empezó a sonar. Lo descolgué. Era Lena, quejándose por mi retraso en informarles.- Ahora no puedo...- Le suplique con un débil hilo de voz.
- Gracias por su comprensión.- Me susurro la esposa de Horacio Möller. Se incorporó y corrió hacia la puerta. Colgué rápido a mi jefa, quizás si la dejaba irse lo lamentaría.
- No se vaya por favor, sin antes responderle a sus preguntas.- Me interpuse en su camino, impidiendo que se fuera. Se cabreo mucho por mi brusquedad, pero se relajo tras escucharme.- Estoy aquí de forma temporal. ¿Mercedes Möller es la directora de la escuela y su cuñada, no?
- Sí, y mi mejor amiga.- Su rostro angelical se destenso. Ando hasta la ventana y miro la solitaria calle. Observo como su marido y cuñado salían de la Hospedería para dirigirse a la Casona. Igual que cada noche. Se giro. Sus ojos marrones claros ya no les quedaban ninguna lágrima para derramar.- La mejor persona que existe en ese puto pueblo, lleno de sombras y pecados. Estoy desesperada porque su propia familia la ha secuestrado. Esa es la verdad y no me cansaré de repetirla.
- Eso es una acusación muy grave. ¿Lo ha denunciado?- me interese impactada por su revelación.
- ¿Eso es un chiste? Mi suegro es muy poderoso y respetable. ¿Cree que me harían caso? Es más, dudo que el Comisario Pereira colabore.- Cruzo los brazos, agacho la cabeza brevemente. Respiró hondo y hablo de nuevo.- He buscado por todo Chile a mi hija hasta encontrarla, jamás me he rendido y nunca lo haré. Me da igual que nadie me crea, hallaré a mi amiga y la rescataré. El amor merece triunfar por fin en Villa Ruiseñor.
- Desearía ayudarla.- Me ofrecí, impactada por su historia y fuerza. Me aferre a las directrices de la Sección para no parecer una loca iluminada.- Para empezar dispone de pruebas de lo que me ha insinuado...
- No. Le ruego que hable con Bárbara Román, la profesora que suple a Merche como directora.- Se dirigió a la puerta, como temiendo haberse excedido y su vida corriera peligro. Aunque, había aprendido a no pedir perdón por ser como era y a luchar por las causas justas. Me quede un poco perpleja. Sabía que no debía de implicarme en aquel misterio. Aún así que nombrará a mi objetivo fue una señal.- Entendería que no se quisiera inmiscuir en ese asunto personal.
- No se preocupe.- Le sonreí. Mi computadora empezó a pitar de forma histérica. Lena se estaba cabreando por mi desplante. Bostece, fingiendo estar cansada.
- Creó que nos entenderemos perfectamente. Le dejo descansar. Mañana nos vemos.- Puso la mano en la manita de la puerta, me deseo buenas noches y se marcho.
Saque el portátil de mi bolsa y acepte la video conferencia. Winn me saludo alegremente y Lena lucia su rostro más agrió. Les resumí mi encontronazo con los hermanos Möller y la conversación con María Elsa Quiroga. Protestaron inmediatamente cuando les sugerí que investigaran la desaparición de la hija del ex alcalde.
- Intuyo que está relacionado con nuestro caso. ¿Y si Mercedes vio algo que no debía ver? Puede que hubiese informado antes a Bárbara, por eso esta ha pedido ayuda.- Teorice solo para convencerles de qué ampliáramos nuestro operativo. Aunque sinceramente, no lo creía. Sospechaba que su ausencia era debido a un motivo familiar, o por su supuesta homosexualidad.- ¿Y si la secuestrado y la han obligado a prostituirse?
- Repito Kara, la prioridad es descubrir lo que sabe la Román. Céntrate en ganarse su confianza.- Me remarco Astra, que había estado siguiendo nuestra charla.- No regresará al bunker si no lo logra.- Enmudecí. Les temí. La comunicación se corto.
En la calle hubo una explosión de vida, mucho griterío y risas alegres. Me acerque a la ventana y los observe. Estaban saliendo del cine y comentaban la película. Me capto la atención una pareja. La reconocí de inmediato. Iba con el pelo recogido en una regia coleta, vestida con un vestido negro y su rostro estaba muy serio. Un hombre calvo, con un bigote delgado y cara de ardilla asustada, le paso un brazo por la espalda, un claro gesto de posesión y sometimiento. El precioso rostro de Bárbara siguió lúgubre. Se despidiendo de los conocidos y se quedaron solos. Entonces, la mujer trato de deshacerse de su agarre. Empezaron a discutir acaloradamente y a forcejear.
La puerta de la hospedería se abrió, haciendo resoplar la campanita estridentemente. Mi objetivo se zafo de su marido. Los dos miraron a la mujer que se les acercaba. María Elsa era una leona, indomable, incapaz de tolerar que cualquier ser humano agrediera a otro. Se convirtió en mi heroína. Aquel hombrecillo, con actitud, chulesca la amenazo.
- Por favor Elsita, no te preocupes. Lo conozco, no se atreverá a más.- Le imploro la esposa del Comisario. Su mirada seguía apagada, como si fuera una muerte viviente.
- Amiga, recuerda que no estás sola.- Le remarco con vehemencia. La victima de agresión se lo agradeció con un gesto. Volteo el coche de lujo, un modelo muy antiguo, de su marido y subió en él. Nicanor le disparo otros impropios y accedió también en él. Encendió el motor y se fueron rápidamente. Las palabras de Lena cobran mayor significado.Me inquietaba aquel pueblo tan chico, un museo viviente.
Me desperté pronto. Goce del bonito amanecer. El rostro de Bárbara Román se me manifestó en su majestuosidad. Me costaba creer que fuera una mujer tan dócil y doblegada a la voluntad de su conjugue. Me duche y me dirigí a la escuela sin desayunar. Faltaba una hora para el inicio de las clases. Mi cita con la directora era a las doce del medio día. Aún así estaba impaciente para conocerla en persona, desflorarla y descubrir que ocultaba tras de su melancolía.
Me había repasado su expediente en profundidad. No comprendía como alguien tan culto, risueño, inteligente y feminista había terminado en aquel rincón del mundo. ¿Por qué renuncio a su profesión, cuando pudo haber logrado un alto cargo en la policía? ¿Qué le tenía atada a un marido que la maltrataba?
La escuela era minúscula, con un bucólico jardín ante la puerta principal. La directora aún no había llegado. Un poco nerviosa me apoye en la baranda de un lateral. En la luz del día todo relucía apetecible y a felicidad. Mis futuros alumnos iban invadiendo el patio, la mayoría acompañados por sus mamas. Una de ellas me capto la atención. Era delgada, vestía de negro y me pareció la típica amargada de la vida. Vio a Elsa y la saludo con entusiasmo.
- Augusta, no me hables. Estoy harta de tu falsedad. Jamás has sido mi amiga.- Le cerró su pico de oro de un plumazo. Minutos más tarde llegaron correteando sus dos hijos, que no habían escuchado nada.- Saludad a vuestra tía y primita.
La última en aparecer fue la directora del centro. Iba acompañada por su perro guardián, que la tenia totalmente controlada. Se bajo del auto, le abrió la puerta y trato robarle un beso pero le volteo la cara. Fue incapaz de domar su expresión facial de frustración. Bárbara, con la mirada gacha y actuando como una autómata, se alejo de él. La veía tan frágil y desamparada que me dirigí rápidamente hacia ella.
- Señora Román, soy la nueva profesora, Kara Zor-El.- Le alargue la mano, sin dejar de contemplar su marchito rostro. Estaba muy pálida, con unas pronunciadas ojeras y los ojos rojos de tanto llorar. Sentí la repugnante mirada del bigotudo encima de mí. Reprimí el impulso irrefrenable de sacar mi pistola y tirarle un tiro.
- Encantada.- Hablo finalmente, como si regresará del más allá. Literalmente, era un alma en pena. La sujete por el brazo con tacto, temiendo que se me desmontaría ante un mínimo contacto.- Gracias, me siento un poco mareada. ¿No teníamos cita para más tarde?- Se separo de mi, tratando de recomponerse.
- Cierto. No obstante, he preferido venir antes. Me han comentado del último terremoto sufrido y he pensado que podría ser de utilidad.- Acepto mi justificación.
- Ha sido un acierto.- Desvió su mirada hacia donde estaban las dos cuñadas. Fue un gesto muy rápido, casi imperceptible para el resto de los presentes.- Vamos a mi despacho para debatir sobre su trabajo.
La seguí sin rechistar. Pasillos con dibujos de los alumnos, cuadros viejos y raídos, con cruces e imágenes de la virgen María. El pasado impreso en sus paredes, conviviendo con un presente demasiado semejante. Entramos en las discretas oficinas. Se sentó en su asiento y cogió la única foto que tenía encima de la mesa. La estuvo mirando durante unos largos segundos. Acerco sus labios en él y la beso. El arcoíris ilumino el ambiente, espantando los malos espíritus. La mujer renacia de sus cenizas en aquel micro espacio. Volteo la imagen para hacerme comprender de donde brotaba su fuerza. Me sorprendió toparme con una chica dulce, de mirada poética y algo tímida.
- ¿Va a decirme que se escandaliza como la mayoría de Villa Ruiseñor? Sí, amo a Mercedes Möller y no voy a parar hasta encontrarla
- ¿Va a decirme que se escandaliza como la mayoría de Villa Ruiseñor? Sí, amo a Mercedes Möller y no voy a parar hasta encontrarla. Nadie me callará.- Su confesión me dejo sin palabras. Me esperaba hallarme con una mujer derrotada, dominada por el pánico y no con aquella determinación y tenacidad.- La amo. Me muero cada día que estoy alejada de ella, sin saber cómo esta e intuyendo que la están dañando. Por ella viajaría al infierno, mataría sin importarme las consecuencias, mientras este a salvo. No me importa la opinión de la gente ni mucho menos la de su familia. Nuestro amor va más allá del bien o del mal, de los convencionalismos sociales... No permitiré que nadie lo pisotee ni lo desprecie. Nos merecemos respeto.
- Discúlpame, no pretendía hacerla sentir mal.- Tenía un nudo en la garganta. La intensidad de sus sentimientos me habían removido las entrañas. La envidiaba por haber conocido el amor en mayúsculas, sin fronteras ni miedos.- Soy bisexual. Sigue siendo difícil salir del armario y más en países sudamericanos.
- ¡Ni se lo imagina! Homofóbicos hasta las trancas.- El rostro se le iluminó más. Miro a su reina y suspiro.- No podrán con nosotras. Nos amamos, aunque les duela y pataleen. Algún día me pagaran todos sus agravios.- Su juramento me helo la sangre, no era fruto de la rabia momentánea. No desfallecería en sus propósitos.- Antes de todo, lo primordial, es recatar a mi Julieta de las garras de su padre. Nuestra historia no merece un final triste. Este donde este, la hallare y le demostraré cuando la amo una y otra vez. Y si a última instancia, me expulse de su existencia, respetare su voluntad. El amor autentico es desinteresado y perdurable. Siempre será mi tesoro, quién otorga sentido a mi devenir diario. Y si la muerte me espera en la próxima esquina, moriré feliz por haberla conocido, amado y compartido bellos instantes a su lado. Pero nadie, absolutamente nadie, cambiará la voz de mi corazón. Y mucho a su pesar, aunque lo termine por negar, siempre me tendrá anclada dentro de su alma. Un amor como el nuestro deja una intensa huella en el universo.
- Guay, me deja sin palabras. Es bonita su historia de amor.- Me rendí totalmente ante ella. Los ojos se habían humedecido. Ante mi sólo había un inmenso precipicio, un pozo sin fondo. Mi reflejo era triste y desencajado. He sido muy aséptica respeto a los amores idílicos. Para mí la pareja ejemplar eran mis padres adoptivos, que hacía 35 años que se soportaban mutuamente. No desprendían amor, más bien amistad o un encaje rallando la perfección.
Me pareció raro que se abriera tanto ante una desconocida. ¿Era por qué le acosaba la soledad? No dejaba de ser aire nuevo en su tortura diaria. El tiempo languidecía y no quise romper su momento de desahogo. Se levanto, ando hacia la puerta y la cerró con llave. Me rodeo, mirándome con atención. Me incomodo. Sólo se sentía el tic-tac del reloj de la pared.
- He leído su hoja de servicios. ¿Qué hace una americana ejerciendo en Chile?- Apoyo su escultural cuerpo en el escritorio. El color negro de su vestido acentuaba su extrema delgadez.- No tiene mucha soltura con nuestro idioma. Ya sabe que es imprescindible dominarlo bien para impartir clases en las escuelas estatales. Por eso, me extraña que este en la bolsa de maestros.
- Es verdad, lo admito mi castellano es poco fluido. Mi especialidad es el inglés.- Improvise, a la vez que me centraba en mi respiración. Solía ser gnomo travieso y me delataba. Tampoco repudie su lacerante mirada.- Me saque el título en Nathional City. Hace poco que estoy en ese país, esperando una oportunidad para trabajar. Para los alumnos pueden ser un plus que mi lenguaje materno sea el inglés.- Su rostro se dulcifico. ¿Por qué de repente estaba tan a la defensiva conmigo? Quizás, por la llamada de auxilio que había realizado hacía sólo dos días. A la cual, por ahora, no había recibido ningún feedback. Debía de ser muy asfixiante aquel silencio. Y la impotencia le iba carcomiendo lentamente por dentro.
- Discúlpame, estoy algo paranoica. Soy incapaz de retomar la rutina en su ausencia.- Me incorporé y le cogí las manos. Deseaba ser el viento que hiciera hondear las velas de su barco y evitar su hundimiento. Me propuse ayudarla. Tenía los medios y el poder para hacerlo. Sólo debía de saber mover las cartas, para satisfacer a los dos lados. Tenía prohibido nombrar el nombre de la Sección, entidad omnipresente.
Me abrazó, como si se agarrara en un salvavidas. Fue descendiendo sus manos por toda mi espalda, con tacto. Empezó a incomodarme cuando traspasaron la frontera de mi cintura y a contornear mi culo y muslos. No era desagradable su exploración, pero me separé con elegancia. Su mirada distaba de ser lujuriosa. ¿Qué esperaba conseguir en magrearme? Caí en la cuenta de que era una ex policía. Quizás, estaba comprobado que no ocultase alguna pistola.
- Intuyó que estaba esperando a otra persona. ¿Quizás a la policía? ¿A un sicario de los Möller?
- Para empezar, ¿quién es usted? Tengo mis contactos en la policía de Santiago y no les costa nada sobre usted. ¡Nada! Incluso, han accedido a la base de datos de Estados Unidos y sólo les costa que es fotógrafa. No encaja en su perfil académico.- Me rodeo, sin dejar de mirarme de forma severa.
- Sólo quería un cambio de aires.- Ironice. Trague saliva. Extrañe los consejos de Lena, en su arte de mentir.
- ¡Señora Zor-El no soy ninguna estúpida! ¿Me enseñaría el contenido de su bolsa?- me pidió con educación.- Entiéndame, soy la responsable de todos los niños de la escuela. Y hay gente muy peligrosa en Villa Ruiseñor, capaces de todo por acallarme.
- De acuerdo.- Empecé a sacar los objetos de dentro de mi bolsa de mano. Pañuelos, quid de maquillaje, mi pequeña computadora, mi móvil y una pequeña pistola. Me la intentó coger y terminé apuntándola como un acto reflejo. Fue pura cuestión de sobrevivencia.- Tiene razón, jamás he ejercido de maestra. Tampoco pretendo matarla.
Y no pude justificarme más, porque alguien me golpeo en la cabeza. Me desestabilice y caí. Todo se oscureció y fui perdiendo la conexión con la realidad. Escuche vagamente el nombre de María Elsa. Debía de tener llave del despacho y al verme con la arma, no dudo en entrar y desarmarme. Fue el precio que pague por haberme precipitado y subestimado a mi objetivo. Francamente, no esperaba hallarme ante aquellas dos reinas tan fuertes, luchadoras e inteligentes. Las admiraba por su fortaleza, y en especial a Bárbara por su gran amor hacía Mercedes Möller.
** Nota de la autora **
** Nota de la autora **
Este fanfic esta planeado que cada capítulo contenga una subtrama que concluya en él. No obstante, ese tendrá varias partes. Esta dedicado a Barcedes y a María Elsa. Unas mujeres admirables, avanzadas por su época... Aunque haya pasado mucho tiempo de la época que transcurre su historia, hay temas que siguen siendo actuales.  El machismo sigue latente, las dobles morales, los tabús existentes, la homofobía...
Esta parte es más descriptiva del contexto. En la próxima entrega habrá más acción, estará centrada en rescatar a Mercedes y a vengarse de todos las que han dañado.
Dedicado a todas las Barcedistas. Muchas gracias a Helena Solo  que compartio a tweter su maravillosa foto de las tres mosqueteras expuestas en el principio del relato.
Gracias a todas las que leen mi historia. Prometo que tras terminar ese especial de Barcedes, retomaré mi historia de la Barrendera.

Comentarios

  1. Jeje yo de nuevo q entretenida me la paso pero no t olvides de mi amada bandolera 😂😂🙏

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO Capítulo 1 (Fanfic de Jasmin y Anni de Guten Zeien, Schlechte Zeiten)

JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO (Guten Zeien, Schlechte Zeiten) Esta historia es un fanfic de la pareja lésbica de GZCZ, Anni y Jasmin. La historia arranca tras la infidelidad de Anni (para mí un beso si lo es). No sé cómo se desarrollará su trama en la serie. De momento, no me gusta el comportamiento de Anni. Esta enfada y dolida con Jasmin por haber dado cinta sin su permiso. Aún así, eso no quita que te líes con la primera que te sonríe. Aunque, por una vez en la serie debía ser ella la culpable de su crisis de pareja. ¿Es la típica historia de cuando una se va la otra se viene? No quiero ser dura con Anni. Pero no puedo evitarlo, no soporto a personas con su perfil. Sí, a todos aquellos que juzgan a otros porque no siguen sus mismos principios, como a los intransigentes y duros con los errores de los otros. No obstante, se olvidan que todos somos humanos y como tal cometemos errores. Y Anni no es ninguna excepción de la regla. Me ha gustado la evolución de Jasmin en el de...

Sobre Anni y Jasmin de GZCZ

  Hola, alguien me ha preguntado donde ver los capitulos sobre esta linda pareja. Yo lo hice del siguiente modo: hay un grupo de google dedicado a la pareja. Debes de enviarles la solicitud de entrar al grupo enviado en la siguiente dirección de correo: jasanni+noreply@googlegroups.com Solo decir que os encanta la pareja, o os gusta.  Por cierto, los capitulos estan subtitulados en ingles, español, frances... A veces, hay que saber esperar y se subtitulan siempre. :)  

ANNI Y JASMIN, CRISIS DE PAREJA

Anni y Jasmin llevan casi todo este año de crisis. Tras la muerte de Dominic que nada fue lo mismo. Aunque, antes de la perdida de este personaje nuestras chicas volvían a ser perro y gato. Anni se había enfadado con Jasmin por el tema de la discográfica. Hicieron las paces, autoregalándose un viaje al Caribe. Tras el cual, lejos de acercarlas más ha sido un motivo de disputa. Anni se siente agobiada en la relación y hecha en falta más espacio. Jasmin sigue labil emocionalmente tras la muerte de su mejor amigo, y quizás por eso también haya accentuado su dependencia hacia Anni. Son distintas en este aspecto, pues la técnica de sonido es más independieten. Aún asi, Anni parece que tampoco esta preparada para tener una relación más seria (en el sentido de compartir habitación con Jasmin). Le aterra parece.  La cosa empeoro cuando Anni rechazo su oferta de trabajo. Aunque Jasmin no se lo pidió, pero al ver que lo llevaba mal hizo que rechazara aquella oportunidad. El problema er...