Barcos a la deriva
Narra Álex
24 de Junio, base de la DEO de National City. Anochecer
El día estaba resultando
muy contundente. Mi hermana había estado a punto de morir. Suerte que
Janet se le ocurrió ir a buscarla, porque la conocía tan bien, y luego
recurrió a mí como antaño. Lo peor era que no había sabido nada de
Maggie desde hacía 24 horas. No solíamos tener una comunicación fluida
cuando andaba en alguna misión, pero siempre se las ingeniaba para dar
señales de vida. Me mandaba mensajes encriptados, tipo spam, o breves
misivas indescriptibles sólo para nosotras.
Deje a Kara con Janet,
para hablar con el General Jon. Él sabría de mi pareja. Estaba en la
sala de control, discutiendo con un suboficial. Se palaba mucha tensión
en el ambiente. Incluso, nadie pareció percatarse de mi presencia. Había
un monitor que retransmitía las noticias de España.
- El caos ha invadido el
corazón de Madrid en la noche de la verbena de San Juan, tras la
explosión de varios artefactos en la Puerta del Sol, en la Gran Vía, por
la Castellana que han invadido la ciudad de un gas tóxico, de color
rosa-gris. Algo nunca visto hasta ahora. Primero se creía que se trataba
de una bomba anatómica, pero ya se ha descartado esa hipótesis. Ese gas
tóxico, ha causado un envejecimiento prematura a las personas más
expuestas. La gente ha enloquecido y mostrado muestras de demencia
senil. Han provocado muchos altercados por las calles. La prensa
española ser refiere a ellos como los nuevos Zombis, pues a pesar de
aparentar ser seres débiles e indefensos poseen una fuerza sobre humana.
- Esos efectos son
compatibles a la Criptonita Roja de Luthor Corp.- no evito decir. Mi
corazón va a mil por hora.- ¡Por favor, decidme que Maggie ya no estaba a
Madrid aquella noche!
El General Jon se me
acercó, su rostro estaba muy serio. Sé que le hubiera gustado decirme
que mi pareja estaba a salvo. Lo supe y me desmaye. Me desperté horas
más tarde. Yacía en una cama de la infermeria. A mi lado estaba Kara y
Janet velándome.
- ¿Álex, como te encuentras?- me pregunto Kara, que estaba sentada, ya sin el gotero.
- ¿Dónde está Maggie?
Por favor, no me mentís. ¿Está muerta?- me hermana me cogió una de las
manos y miró a otra persona que nos observaba de lejos. Deduje que debía
de ser nuestro jefe. Le dio permiso para hablar y me volvió a mirar.
- No sabemos nada de
ella desde ayer noche. Tampoco hemos podido contactar con Winn. Ahora
mismo Madrid está en alerta roja y en un estado de excepción. Han
cerrado las fronteras y no admiten ayuda exterior.- me informa al final.
- Álex, hemos intentado
ofrecerles nuestra ayuda. No obstante, los españoles no se fían de
nadie.- añadió Jon, haciendo un acopio de contener la ira que provocaba
sentirse impotente.
- ¡Una mierda! ¡Me niego
a esperar que todo se calme! La Teniente Sawyer necesita ayuda ahora,
no mañana.- determino, levantándome de la cama. No obstante, Supergirl
me agarra fuerte e impide que me incorpore.
- La Capitana Danvers
tiene razón, no nos podemos quedar con los brazos cruzados.- se
justifica Kara.- Iré yo.- estaba absolutamente convencida. Aunque se lo
agradezco, no evito protestar. Tampoco deseaba ponerla en peligro.
- ¡Coronela Zor-El
termina de recuperarse de un serio intento de asesinato, no esta en
condiciones de realziar ninguna misión!- interviene el General Jon.
La aludida, a pesar de
saberlo, empalidece algo. Se tiene que sentar. Janet acude solicita a
agarrarla del hombro. Seguidamente, nos mira pidiendo más explicaciones.
- No sabemos quién ha
tratado de matarte. Pero hemos analizado el licor que ha ingerido y
contenía altas dosis de criptonita verde. Está claro que quién la
inyecto en la bebida pretendía terminar con tu vida.- le cuento.
- El reino de Daxan es el responsable.- declara de inmediato Kara.
- Eso es alucinante, no existe ningún reino de Daxan.- no evita intervenir mi prima. Se gana una mirada asesina de mi superior.
- ¿Y quién es usted y que hace en estas instalaciones secretas?
- Es nuestra prima. La culpa es mía. Ha sido ella quién me ha alertado del estado de la Coronela Zor-El.- me responsabilizo.
- Da igual, creo que
estamos perdiendo el tiempo.- nos corta Supergirl.- Ya averiguaremos
quién ha sido el instigador de mi intoxicación. Ahora lo primordial es
la Teniente Sawyer.- le sonrió de agradecimiento.
- De todos modos
Coronela, no vaya por ahí acusando sin pruebas a nuestros aliados.- le
advierte.- El mundo anda muy revuelto y debemos de tener los ojos bien
abiertos. No digo que lo investigaremos, pero no quiero se acuse a nadie
sin pruebas. ¡De acuerdo!- Las dos nos cuadramos en modo de respeto y
acato a sus directrices.
- General Jon, creo que
será mejor que Supergirl debe recibir una dosis extra de sol. Para
afrontar con mejores garantías la misión.
- Es buena idea. Irá
volando hasta Madrid, por la noche. No quiero generar ningún conflicto
entre países, por eso máxima discreción.- nos remarca. Por fin se va y
nos deja las tres solas. Abrazo a mi hermana pequeña, permitiéndome
llorar.
- Si le ocurre algo me
muero Kara.- me siento segura entre los brazos de mi hermana. Confió en
ella. Sé que era la única que me podía devolverme a la persona que más
amaba en ese mundo. Haría lo imposible para rescatarla.- ¿Estás segura
de hacerlo?
- Sí. Lo ocurrido me ha
iluminado el sendero. Entiendo lo que pretendiste decirme hace unos
años, no puedo girar la espalda al mundo. Mis poderes son una bendición y
puedo usarlos correctamente.
- ¿Puedo hacer algo
primas?- les pregunto Janet, sintiéndose algo excluida de aquella linda
diada. Quería sentirse útil, no ser ningún lastre. Su familia la habían
menospreciado y su autoestima estaba muy dañada.
- Cuidar de mi hermana.-
le respondió Kara y añadió:- Y dirigir la cooperativa
Danvers-Forrester. Cuando vuelva de la misión, anunciaré mi dimisión
como presidenta.
- ¿Yo?- mi prima se
sonroja y no puede ocultar el pánico que le causa tanta
responsabilidad.- Primero, debe de aprobarlo la junta de accionistas...
Dudo que me acepten. Suficiente hicieron admitiéndome como
vicepresidenta.
- Primita por favor,
quiérete más. Tú puedes. Por ahora yo puedo delegarte mis funciones.
Luego, cuando dimita formalmente, se abren las diligencias por la
sucesión. Demuéstranos que puedes dirigir la empresa bien.- le insistió
Kara. Le felicite más tarde por su iniciativa. Janet necesitaba que
confiaran en ella.
- Lo intentaré.- le prometió.
- ¿Por cierto, Lena os
ha respondido a vuestros mensajes?- me pregunto Kara antes de irse a
cargar sus energías. Mire el móvil y mi cuñada seguía sin dar señales de
vida.
- A mi tampoco.- admite Janet.
- Mejor así. Si se pone
en contacto con algunas de vosotras, prohibido decir lo que me ha
pasado.- se lo prometo y nuestra prima también.- No quiero preocuparla
en vano y no darle motivos para sentir pena y que retarde nuestra
ruptura.- su mirada azul estaba muy triste y me partió el alma.
- ¿Tan mal andáis?
- Sí.- se hace la
fuerte, pero por dentro esta desecha.- Si pregunta por mí, le contáis
que he ido a conocer a mi primo, que al final me he atrevido. Eso le
tendrá algo entretenida, porque jamás le he había contado sobre él.
Supergirl no entretuvo
más y salió para el solárium. Janet se quedo a mi lado, estaba algo
pensativa. No me apetecía hablar. Pensaba quedarme en la base hasta
recibir noticias de mi pareja. Pediría a alguien que condujera a Janet a
Garden City, donde debía de empezar a ejercer como presidenta de las
bodegas. Había varios fuegos a apagar, como la dura crítica de la prensa
tras lamentable ausencia de la presidenta y la ira de sus familiares.
- Álex, gracias por
haberla salvado. Eres mi ángel. Gracias por arreglarme el viaje de
regreso a Garden City. Y por favor infórmame cómo marcha la misión.
Espero recibir buenas noticias, que Maggie pronto este de vuelta, junto a
ti.
- ¡Eso espero! Si no soy
capaz de ir yo a por ellas.- nos abrazamos y nos despedimos. Siento el
gran vacío que es mi vida sin mí razón de ser. Si salía ilesa soy capaz
de irme con ella en sus misiones. Estoy harta de quedarme en la base,
realizando mis tareas rutinarias de laboratorio y coordinación de
proyectos. Mientras ella se juega la vida cada día.
Kara baja a despedirse
de mí. Llevaba uno de sus uniformes de Facilitadora. Insisto en ir con
ella, pero se niega de forma vehemente. La acompaño a la azotea y la
abrazó. En sus manos deposito la vida del amor de mi vida. Sé que daría
su vida por mí, por verme feliz.
Narra Lena
25 de Junio. National City. Por La mañana.
La avioneta privada de
la Condesa Carody ha aterrizado en el mismo aeródromo privado que solía
usar Lex para sus misteriosos viajes. Seguía sin gustarme volar. Quizás
la excepción era hacerlo en los brazos de Kara. Es una experiencia
indescriptible, sientes el aire acariciándote la piel, sus brazos
fuertes y su aroma.
He viajado sola. La
reina de los vampiros se ha quedado en su santuario isleño. Habían sido
un día y pico muy intenso, confuso y desconcertante. La pregunta del
millón: ¿serviría para frenar la epidemia?
Mi cabeza me dolía y no
está lucida para analizar tanta información junta. Sólo deseo ir a las
oficinas de L-Corp, pedir a unos de los técnicos de laboratorio que me
saquen sangre para analizarla. ¿Soy especial como presupone Nadine? ¿Me
habrá alterado algo en mi biología sus mordeduras?
Llego a la empresa a las
diez de la mañana. Exijo a un trabajador que me realice la analítica y
me dirijo a mi despacho. Jésica se alegra de verme. Me informa que hace
poco había llamado mi cuñada. No me apetece hablar con nadie. Entro en
el despacho, donde había un par de diarios amontonados encima de la
mesa. Hallo también allí mi móvil, el cual había estado buscando como
loca la noche pasada.
Me espero hallar mil
llamadas perdidas de mi mujer. Aunque había de varias personas, sólo dos
eran de ella. Me extraño algo. También me pareció curioso que Janet me
hubiese llamado. Quizás por reclamarme mi ausencia en la presentación de
su nuevo vino. Odiaba su pose de perro guardián de la integridad de
Kara. Álex casi había colapsado el móvil con tanto llamarme. ¿Qué quería
con tanta insistencia?
El mareo no cesa. Me
levanto y atraco mi arsenal de sangre. Lentamente, me voy encontrando
mejor. No me siento preparada aún para retomar el control de mi
existencia. Tenía lapsus enormes en mi memoria. Intuía que le había sido
infiel a Kara, pero era incapaz de recordar haber hecho el amor con
Nadine. A veces, me poseían flashbacks dónde me veía besándome con ella.
- ¿Qué he hecho?- le pregunte al espejo.- ¿Con que cara regreso a Garden City?
Me sentía tan
avergonzada, que hubiera preferido que la tierra me tragase. Me creía
morir por dentro, pues a pesar de todo, mi única certeza era que la
seguía amando con toda mi alma. La rutina había desdibujado lo
maravilloso que teníamos. Lo había destruido todo al no escapar de las
garras de la Condesa.
- Sra. Luthor, Álex
Danvers por línea uno. ¿Le paso la llamada?- me informa mi eficiente
secretaria. Miro mi reloj, ya eran las dos del medio día. No me apetecía
hablar con Álex aún, pero accedí al final.
- Hola cuñada, por fin
te localizo.- capte de inmediato su desesperación. Lamente de inmediato
haber sido tan egoísta. No era propio de mí ignorar a las personas que
me importaban.
- Termino de regresar de
un viaje de negocios. Siento no haberte respondido a las llamadas. Me
deje el móvil en el despacho con las prisas de coger el avión. ¡Vaya
despiste el mío!- miento para que no pensara mal. No pareció que me
prestara atención. En el fondo, le daba igual los motivos de mi
silencio.
- Lena, sólo me interesa
una única cosa: ¿Ayer u hoy has hablado con Maggie?-me paralizo
brevemente, muy sorprendida por el giro de nuestra conversación. Mi
inquietud y culpabilidad aumento.
- No. Además, cuando
está en una de sus misiones, no se comunica con nadie. Es muy
prudente.-silencio-¿Pasa algo?-me empiezo a preocupar por mi hermana.
- ¿No has visto las noticias?
- No.- cojo el diario de hoy y nada más ver la portada lo comprendo.- ¡No jodas que está en Madrid!
Álex no dice nada más.
Intuyó que no está autorizada por hablar sobre ello. Me ofrezco para
ayudarlos pero se niega. Quiero preguntarle por Kara. Ella sabría su
grado de cabreo y como le había ido con la fiesta. Me da un poco de
corte y mas sabiendo que está preocupada por su pareja.
- ¿Qué quieres escuchar Lena? ¿Qué está feliz por tu plantón?
Consigue hacerme sentir
más despreciable. No insisto, presintiendo que sería inútil. Álex estaba
siendo la voz de mi propia conciencia. No le robo más tiempo y le pido
que me informará sobre Maggie. Me posee la sensación de qué se me están
ocultando muchas cosas.
Quisiera o no, debía de
coger el toro por sus cuernos. Pedí a mi secretaria que me reservará un
pasaje de avión para aquella misma tarde. Luego, marque el número de mi
mujer. Me salió el buzón de voz. ¿Azar o me estaba pagando con la misma
moneda?
Decidí contactar con
Janet. No tardo en responderme. Su tono de voz parecía más seguro de lo
habitual y con un dique de prepotencia. Hice el esfuerzo de mostrarme
natural y no saltarle a la yugular si soltaba alguno de sus comentarios
socarrones.
- ¿Por cierto cómo ha ido la fiesta?
- ¿No has leído la
prensa?- no me dio espacio para reaccionar, mi cuestión se resolvía
sola, o bien era una mera pregunta retórica. Consiguió que incrementara
mi nivel de culpabilidad.
Colgué rápido y empecé a
devorar todas las ediciones de Cat Cot que tenia encima de la mesa.
Sólo el del día de hoy, expone brevemente el fracaso del evento debido a
la poca formalidad de sus dirigentes. Leyó las primeras líneas del
artículo:
·"Tanto la presidenta
y la vicepresidenta estuvieron desaparecidas. De hecho, Kara Danvers ni
se digno a presentarse. Mientras Janet Forrester, dio más muestras de
su inestabilidad emocional y abandono la fiesta antes de realizar el
discurso, dejando a todos a dos velas.
A pesar de la
sorprendente ausencia de las caras visibles de la Cooperativa
Dan-Forres, el vino blanco Fuego y su cava Lena inédito, recibieron una
buena crítica. La bodega apuesta por un vino de calidad y de alto nivel.
Los que no estaban
muy satisfechos fueron los clientes, que han tildado a la empresa de ser
poco seria. Aún se espera un comunicado por parte de la familia
justificando que Kara Danvers no se presentase en el gran evento."
Me quede totalmente
descolocada. ¿Y habían elaborado cava y puesto mi nombre? Aquello era
una novedad que me había ocultado. Por eso quiso que fuera al acto. Me
pareció un gestó bonito. Lo raro era que se lo perdiese, me parecía algo
surrealista después de tanta dedicación a las bodegas. Me siento fatal,
porque le había prometido asistir y no lo había cumplido. Cojo el
móvil, dispuesta a volverla a llamar. Dudo, no sé si será buena idea.
Prefería disculparme en persona. ¿Cómo podría justificarme?
Me siento tan hundida y
apenada que me da la sensación de que me moriría. No quería perder a
Kara. La había defraudado y sería difícil parchear nuestros corazones.
Busque su número y la llame. Me saltó su contestador de voz otra vez.
Desistí, sería mejor hablarlo todo en persona.
Pase el resto de la
mañana revisando el correo electrónico y escribiéndole un mail a Carlise
Cullen. Lo único que no le conté era la hipótesis de la Condesa Carody
sobre mí. No sabía a que jugaba y dudaba que fuera tan especial. Respeto
a las enfermedades que habían afectado a los vampiros eran pocas. Entre
ellas el síndrome de los colmillos débiles (que les imposibilitaba
alimentar-se), intolerancia a la luz solar y las otras eran
infrecuentes.
El gran depravador de
nuestra especie era el humano. Que había elaborado varias armas para
terminar con nuestra inmortalidad. Las favoritas eran las que contenían
plata en altas dosis. También se recorría a la religión, cruces, ajos y
otros remedios de la cultura popular. Los archivos de la Condesa se
recogían la tentativa de unos científicos, en el siglo XX, de crear un
virus que menguara el poder de los Vampiros. Los veían como una amenaza
para la sociedad. Y no porque se cobrasen infinitas vidas al largo de
cada año, ya que pensaban que ayudaban a controlar la población. Más
bien era para perder su poder.
Por desgracia, no había
nada más sobre el desenlace de aquel virus. ¿Se habría creado al final?
Como tampoco había más información sobre su modo de operar. El lugar
dónde se reunían y supuestamente lo elaboraron era Copenhague. Otra
línea de investigación a seguir.
Me encerré otra vez en
mi habitación privada para ingerir un poco de sangre. Sigo sintiéndome
mareada y no cesa tras beberme dos bolsas de sangre. No solía ser tan
glotona. Me sentía tan cansada. Empecé a llorar. No podía con mi alma.
Mi vida era como un barco que se dirigía hacia a la deriva. Sólo quería
regresar a mi hogar, abrazar a Kara y no separarme más de su lado. Le
sería absolutamente sincera, sólo de aquel modo habría salvación para
nosotras. Pero siento la voz de Nadine, como si estuviera a mi lado.
- Yo de ti no lo haría.
¿No te preguntas a dónde estaba ayer noche tu mujer? Luego, Janet se
ausento. Sólo hace falta sumar. ¿Lo captas?
Salgo del cuarto
privado, esperando encontrar a la vampira, pero no había nadie. Sólo me
había inserido aquel mal pensamiento. ¿O era una de mis paranoias? La
verdad, me sentía tremendamente celosa cuando las veía juntas. Había
química y se entendían muy bien. Llamó a mi amiga Cat, sino hablo con
alguien me vuelvo loca. Quedamos en una cafetería de aeropuerto.
Dos horas más tarde en una cafetería del aeropuerto
Cat era mi mejor amiga,
nos conocíamos desde jóvenes. Hacía un par de años que le había
confesado que era una vampira. No se asusto. Se mostro curiosa y
fascinada. Me hizo sentir genial y no me juzgo. Lástima que no
viviéramos cerca, la extrañaba mucho en Garden City. Me hacía reír mucho
con sus salidas y sarcasmos. Admiraba su habilidad de ver más allá de
lo evidente y ser tan incisiva en sus apreciaciones, lo era tanto que me
acojonaba.
No sé cómo empezar a
narrarle mi odisea. En el fondo me parece tan irreal, casi onírica. Como
me dijo Nadine, antes de despedirnos aquella noche, lo ocurrido entre
las dos era sólo concebible para nuestros sentidos. Aún así trato de
contárselo.
- ¡Oh vaya, así te ha
seducido la vampira más vieja del planeta!- dijo mi amiga con ironía.-
Por eso tus ojos te brillan como nunca.
- ¡Cállate! Ha sido un grave error. He sido infiel a Kara.- le reprocho. No me siento orgullosa de mis actos.
- Lena, tampoco sabes si
te acostaste con ella. A parte, te drogo o hipnotizo para trasladarte a
su isla. Eso querida tiene un nombre, secuestro. Y si se aprovecho de
ti, es una agresión sexual. Todo lo que se toma a la fuerza, o sin
consentimiento de la otra parte, es una violación. Así que déjate de
sentirte culpable.
- Tienes razón, no lo
había contemplado de esta óptica. Me siento tan perdida y confundida. Si
pierdo a Kara me muero.- mis ojos vuelven a inundarse de lagrimas. Mi
amiga me agarra de la mano y me alivia.- No sabes lo mucho que te
extraño a Garden City. ¿Podrías venirte unos días de visita?
- Lo mismo te digo. Yo
también tengo novedades, me he cogido un año de vacaciones. Estoy
cansada de tanto trabajo. ¿A demás, de qué sirve el dinero sino es para
disfrutarlo? La vida es mucho más que el trabajo. Así que mi primer
destino será pasar unos días en tu mundo vinícola. Le daré una colleja a
tu mujer, a ver si espabila y deja de hacer el pavo real con su prima.-
su noticia y modo de decirlo me hacen reír.- ¿Esa que se dirige hacia
el control de seguridad, que va sin maletas, no es la prima de Kara?
Miró hacia la dirección
que me señala la periodista. Sí, era Janet. Iba con el mismo traje que
llevo en la presentación de su nuevo vino, de color salmón. ¿Qué hacía
en National City? Me levante para explorar la zona, esperando ver a
Kara. No obstante, la chica parecía ir sola. No pareció que nos viera.
- ¿Janet Forrester?-la intercepto Cat por mí. La aludida se detuvo y nos vio.
Sus ojos oliva chispearon de ira. Sus pensamientos me helaron: "¡Lena
Luthor desaparece de la vida de mi prima! No tolero que la hagas sufrir
tanto. Eres una desalmada. ¿Quién será la chica presumida que te
acompaña? ¿Es tu amante?"
Se nos acercó y nos
ofreció la mano de forma formal. Fingió no haberme reconocido. Le seguí
el juego. Terminó sentándose a nuestra mesa y pidiendo un café. Me
sentía siempre muy incomoda a su lado. Cat, por el contrario, estaba
entusiasmada con Janet. No se me escapó que sus ojos le brillaban de
lujuria.
- Soy Cat Gran, la
directora del diario Cat-Cot.- se presento formalmente. A mi prima
política no le gusto su revelación y se coloreo. Por unos instantes,
pareció que haría una de sus escenas histriónicas.- No te preocupes, por
delicadeza y apreció a la mujer de mi amiga, no publicaré nada que me
comentes. Sólo te aconsejo que hagáis un comunicado de prensa hoy mismo.
- Gracias, es lo que
pensaba hacer al llegar a Garden City. Y puestas que estás aquí, y tu
diario es famoso, si quieres te concibo una entrevista.- le propuso. La
seguridad que mostraba era inédita.
- ¿No debería de dar la cara la presidenta de la empresa?- pregunto Cat.
- Hay novedades. Kara me
ha traspasado la presidencia, hasta que se reúna la junta de
accionistas.- nos informa. Me deja totalmente perpleja. Quizás, aquella
era la sorpresa que me quería dar.
- ¿Por cierto, dónde está Kara? ¿No viene contigo?- le pregunto por fin.
- No lo sé. ¿No te ha
llamado?- me miró con despreció, sintiéndose feliz de vernos mal.- Lo
único que sé que se enfadó mucho al no presentarte a la fiesta y no
acudió. Si estamos en esa situación, en parte es por tu culpa. Sólo
sabes mirar tu ombligo y has despreciado el arduo trabajo de Kara.- me
recrimino al final.- Ella sólo quería mostrarte lo mucho que te ama con
la elaboración del cava.
- Janet, entiendo que
estés dolida. El negocio también es tuyo. No obstante, no tolero que te
entrometas en nuestra relación.- le dejo claro, usando mi tono de voz
más dura.- ¿Por cierto, que haces en National City? Deduzco que has
viajado hasta aquí tras huir de la fiesta...
- He venido para buscar a
Kara, pensé que se hallaba en la ciudad. Me comentó que si no
regresabas iría a verte. Le dolía mucho estar tan distanciada de ti.-
pretendía hacerme sentir aún más despreciable y lo consiguió.- No
insistas Lena, no la he visto.
Se anuncio nuestro vuelo
y tuvimos que irnos. Cat se despidió prometiéndome que iría pronto a
verme. Se lo agradecí. Se despidió con dos besos de la víbora de Janet.
Debería de advertirla sobre ella. Nunca se fijaría en ella, porque
estaba obsesionada con Kara.
Por suerte en el avión
no nos sentábamos juntas. Intente dormir un poco. Fui incapaz. No dejaba
de tener en mente a mi Supergirl. ¿A dónde se habría escondido? ¿Y se
habría largado como hacía cuatro años? ¿Sería tan cobarde? Aún dudaba de
si ser honesta o no. Mi amiga me había señalado otra perspectiva de los
hechos. ¿Pero cómo podía demostrarle que la Condesa me había manipulado
y aprovechado de mí? Lamentablemente, no tenía pruebas. Sería mejor que
me callara.
En el aeropuerto bajo
sola y pierdo de vista a la pesada de Janet. Cojo el coche y me dirijo
directamente a casa. Me alivia ver la camioneta de Kara aparcada a
fuera. Arranco una rosa del jardín, para regalársela. Al llegar a la
puerta de la casa, la encuentro mal cerrada. La abro y casi se me cae
encima. Me fijo que alguien la había forzado con tal brutalidad, que
había conseguido arrancarla de sus junturas. Incluso, la madera de los
bordes estaba rota.
Corro hacia dentro,
grito su nombre. Nadie me responde. Mi suelo se hace inestable. Abro la
luz de la salita y lo que veo me hace estremecer. Al suelo hay una
mancha enorme, huele a vómito podrido. Hay varios guantes desechados,
gasas con sangre, jeringas vacías... Algo grave le había ocurrido a
Kara. Me dirigí al contestador automático, porque vi que parpadeaba la
luz. Había muchos mensajes, muchos de ellos eran mis suegros preguntando
por mi mujer. Se ve que todo el mundo la buscaba y nadie sabía nada.
Llame a Álex, pero no me
respondió. Estaba totalmente pérdida, en medio de un océano muy enorme,
a punto de ahogarme. Necesitaba hallarla y comprobar que estaba bien.
Empecé a llamar a los hospitales de la zona. Nadie me supo dar razones
sobre Kara Danvers. Intenté localizar de nuevo a Álex. Al final me
contestó.
- Tranquila Lena, Kara
se ha ido a Metrópolis a conocer a su primo Clark Kent.- le expongo como
me he encontrado la casa, no creyéndome su explicación.- Bueno, eso es
fruto de la borrachera que tuvo a raíz de tu plantón. Se bebió el licor
regalo de Mon-El, él único que le afecta. Siento haber sido vehemente,
estoy muy preocupada por Maggie.
- No te preocupes, te
entiendo. Gracias por la información, me dejas más tranquila.- no
insisto más. Sé que me mienten. Hay algo que no encaja. Para empezar, la
puerta arrancada (que podría haberlo hecho Kara con su fuerza, en un
ataque de ira). Luego, su camioneta estaba aparcada a fuera.
Siguiendo mi intuición,
llamó a mi amigo Carlise. Le pido un favor, que pregunte a sus contactos
de la ciudad de Metrópolis si Kara Danvers estaba allí. No tengo sueño.
Cojo nuestro álbum de fotos y me pierdo en una mar de recuerdos. No
quería perder en un plumazo a la mujer de mi vida.
A la madrugada me llamo
mi amigo, me hizo poner el televisor y buscará el canal nueve. Pensé ver
una noticia relacionada con los vampiros. Pero me erre. Eran novedades
sobre lo sucedido a Madrid. Se me erizo la piel a ver tanta gente
actuando como zombis, con su rostro marchito y su enorme fuerza. Estaban
destruyendo el mobiliario urbano, quemando propiedades privadas...
- Los militares han
empezado a tomar el control de las calles. Se han detenido a varios
afectados, y los han ingresado en hospitales de máxima seguridad, para
investigar los motivos de su demencia. La gente no se atreve a salir de
las calles. Esa mañana, no obstante, ha aparecido una heroína que está
ayudando a nuestro ejército a controlar la situación.- sacaron varias
imágenes de una chica con un uniforme azul y con una capa roja. La
reconocí de inmediato.
- ¿Tu pareja es Supergirl?- quiso saber Carlise Cullen.
- Sí lo es.- le admito.- Es un secreto, espero que lo sepas mantener.
- Por supuesto. ¿Qué clase de ser es?
- Es alienígena.
- ¿Para quién trabaja?
- ¿Qué son tantas
preguntas? Ella es militar como yo.- decido no decirle nada más. No le
debía de preocupar las ocupaciones de mi pareja.- Ignoraba que estuviese
a Madrid.
Nos despedimos y me
quedo meditando. Habíamos llegado a aquella delirante situación porque
se había roto la comunicación. Me vestí. Alquile una avioneta. Álex me
había mentido descaradamente. Iría a la base de la DEO. Deducía que Kara
estaba a la capital Española por Maggie. No quería que me apartara más
de su vida.
****** Nota de la autora******
Espero que os este gustando. Sino es asi, por favor me lo decís. ¿Queréis que siga?
¿Maggie le afectará el gas tóxico? ¿Se habrá convertido en zombi?
¿Lena descubrirá que han tratado de matar a Kara?
¿Que ha ocurrido en la isla de la Condesa Nadine Carody? ¿Realmente le ha sido infiel a Kara?
¿Habrá cambios en la biología de Lena?
¿Qué ha ocurrido a Madrid y quién es el responsable?
¿Queréis que siga?
Por cierto, ahora toca concentrarme en mi otra historia...
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