JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO Capítulo 13 (parte 2, c) (Fanfic de Jasmin y Anni de Guten Zeien, Schlechte Zeiten)

 

Madrid al atarceder, Gran Via

Cogieron el tren sumergidas en su propio mundo interior. Jasmin se acordó de su amigo Martín, que le había prometido irla a buscar al aeropuerto. No le apetecía llamarlo, por eso sólo le envió un mensaje. Anni le miraba de reojo, percatándose de su rostro cubierto por una sombra de tristeza. Sin decir nada, respetando su silencio, le quitó un mechón de pelo.

- ¿Te preocupa algo?-se atrevió a preguntarle al final. Jasmin guardo el móvil en su bolsa. Le sonrió brevemente. Había un montón de cosas para contarle, pero no sabía cuál sería el mejor momento ni la forma.

- Nada que no se pueda solucionar.- quita polvo al asunto. Se le acerca y la besa. La deseaba con una intensidad voraz, que le quitaba la respiración. Se olvidaba de todo cuando estaba entre sus brazos. Por eso el mundo de los hermanos Cirera parecía estar en otra galaxia, muy alejada de allí.

- He soñado mil veces volverte a tener entre mis brazos, poderte susurrar todo lo que he compuesto para ti.- le confiesa Anni, entre beso y beso. Jasmin asiente, sabe que aquello era veraz. Su disco era sincero.- Ahora entiendo porqué te fuiste.- se separo unos palmos de ella, no quería romper el hechizo. Pero no quería distraerse y retrasar la charla sobre su malograda relación.

- Anni, por favor, no te debes de sentir culpable…- la interrumpió Jasmin, percibiendo que se había estado autoflagelando por ello.- Las dos fuimos responsables de nuestro fracaso como pareja. Para empezar, siempre tuviste razón respeto a yo. Era una persona muy vacía, era como un cometa que se movía en función del viento.

- Es lo que lamento, siempre te exigí mucho. No supe aceptarte y quererte tal como eres. Durante este tiempo, he acudido a terapia con una psicóloga. Me ayudado a ver el trasfondo de muchas de mis reacciones. He vivido llena de miedos.- Jasmin le cogió la mano derecha y se la apretó. Le dio el coraje y comprensión suficiente, para narrarle todo que aprendió durante su separación.

Jasmin no supo que decirle. Se limito a abrazarla fuerte, mientras dejo que las lágrimas recorriesen libremente por su rostro. Era evidente que las dos ya no eran las mismas, habían crecido y madurado. Ya de entrada le había sorprendido la entereza con la que le había suplicado que se quedara. No era la Anni furiosa que huyó de ella aquella mañana que decidió dejarla. Era una persona humilde, respetuosa y parecía que no era tan dura ni terca.

- Yo siento tantas cosas Anni, hay tantas cosas que nunca me perdonare.- deja de mirarla durante unos momentos y suspira largamente. Sus ojos volvieron a enfocarla de nuevo, dispuesta a abrir su corazón:- Admito que la mayoría de tus apreciaciones sobre mi me hirieron. Duele ver todos tus defectos reflejados en el rostro de la persona a que más amas. El día que te deje, me sentía muy hundida, perdida y nada tenía sentido. Sentía que te estaba perdiendo, que todo lo bonito de nuestra relación se marchitaría y cada día me odiarías más…

- Próxima estación: Atocha.- anunció la megafonía del tren. Aquel era su destino. La realidad exterior ejerció de cortafuegos al monologo de Jasmin. Se quedo, por unos momentos, sin palabras. Anni detecto su fragilidad y prefirió no insistir para que prosiguiera. Les quedaba casi 23 horas para seguir explorar los sinsabores de su historia.

Se levantaron y trataron de hacerse paso entre la gente que viajaba de pie. Debía de ser hora punta, pues en aquel vagón ya no se cabía. El tren se detuvo, se abrió la puerta y casi se les cierra a las narices. Saltaron como si fuesen fugitivas de la ley. Se pararon y no pudieron evitar reírse.

- ¡Ya me imaginaba convertida en croqueta!- bromeo Anni, moviéndose como si lo fuera. Jasmin la imito. Terminaron abrazándose y besándose. Se separaron, cuando una chica joven grito, muy entusiasmada, el nombre de la cantante.

- ¡Mm, ya empiezas a ser famosa!- le susurro a la oreja con orgullo.

La admiradora llego hacia ellas y le dio dos besos. A la vez, que le pedía un autógrafo y hacerse una foto con ella. Anni estaba algo ruborizada lo consintió. Jasmin gesticulaba en un lado, captando su atención. Eso la hizo sonreír y evito que pareciera un ogro.

- ¿Puedo hacerte una foto con tu novia?- tuvo la desfachatez de preguntarle aquella chica sin vergüenza. De repente, se le iluminaron los ojos tras mirar a la ex modelo con más determinación:- ¿No serás Jasmin? Sí lo eres. ¡Qué bien que hayas vuelto!- hablaba como si fuera metralleta atascada.

- Sí, es mi Jasmin- admitió la cantante con orgullo, sorprendiendo a su ex.- ¿A qué es preciosa?- le rodeo el cuello con los dos brazos y la beso. La fan saco de nuevo su móvil para captar aquel momento. Era probable que la colgase a las redes sociales.

- ¡Anni, vigila que dentro de nada tendrás a los periodistas del corazón persiguiéndote!- le advirtió, con algo de guasa y de preocupación. Aunque opto por no esconderse, sabía que vender parte de su vida a los medios de comunicación podía ser muy desgastante. Ya lo había vivido junto a Kurt Leroy, ¿sería capaz de ser la novia de otra famosa cantante?

Su cuerpo no evito tensarse en pensarlo. Ya no quería aquella vida por ella, vivir expuesta a la mirada atenta de las cámaras. Anni percibió su seriedad repentina y se deshizo de la ilusionada joven algo bruscamente.

- ¡Vámonos por favor!- le suplico, algo desesperada. Temía que otra gente la reconociera y la persiguiera por un maldito autógrafo.- ¡No sé porque al final te hice caso!- no evito imprimir en su última frase algo de ira.

El rostro de Jasmin se ensombreció. No dijo nada. No sabía cómo tomarse su última declaración. ¿Se debía de sentir culpable por su elección? De inmediato, se dijo que no. Cada una era responsable de sus vidas y de sus elecciones.

Salieron del andén y subieron arriba a la gran estación de Atocha. En la cual salían y pasaban miles de trenes regionales y trenes de alta velocidad. Anni la condujo hasta la parte de la estación que tenía dentro un precioso jardín. Le había encantado la primera vez que lo vio. Aunque también se le hizo un nudo al estomago a ver el monumento dedicado a las víctimas del atentado del 11M.

Era un lugar con mucha vida. Las palomas bailoteaban joviales. Personas sentadas en los bancos, pasando las últimas horas del día. Otros esperaban sus seres queridos llegar o acaban de despedirse de ellos. Unos venían y otros llegaban.

Pero había una honda huella, que jamás sanaría para los españoles. Siempre tendrían en su mente, a todas las personas que jamás salieron de la estación de Atocha, que nunca llegarían a sus respectivos hogares. Vidas truncadas debido al fanatismo.

Jasmin vio el monumento que se construyó en memoria aquella tragedia sin sentido, y se le humedecieron los ojos. Volvió a acercarse a su ex y le cogió la mano. Siguieron en silencio, pensando que a pesar del tiempo de aquello el dolor siempre estaría reflejado en aquella estación y los corazones de la gente. Una cosa como aquella, cuesta de olvidar.