JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO Capítulo 1 (Fanfic de Jasmin y Anni de Guten Zeien, Schlechte Zeiten)

JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO (Guten Zeien, Schlechte Zeiten)

Esta historia es un fanfic de la pareja lésbica de GZCZ, Anni y Jasmin. La historia arranca tras la infidelidad de Anni (para mí un beso si lo es). No sé cómo se desarrollará su trama en la serie. De momento, no me gusta el comportamiento de Anni. Esta enfada y dolida con Jasmin por haber dado cinta sin su permiso. Aún así, eso no quita que te líes con la primera que te sonríe. Aunque, por una vez en la serie debía ser ella la culpable de su crisis de pareja. ¿Es la típica historia de cuando una se va la otra se viene?

No quiero ser dura con Anni. Pero no puedo evitarlo, no soporto a personas con su perfil. Sí, a todos aquellos que juzgan a otros porque no siguen sus mismos principios, como a los intransigentes y duros con los errores de los otros. No obstante, se olvidan que todos somos humanos y como tal cometemos errores. Y Anni no es ninguna excepción de la regla.

Me ha gustado la evolución de Jasmin en el desarrollo de su historia de amor con la técnica de sonido, la hecho madurar. Aunque, Anni parece más madura que la otra, creo que le falta sanar varias heridas de su alma. Puede que estas son las que están alejando de su amor. Y aún arrastra su dolor por lo vivido con Jasmin en su primer intento como pareja.

Podéis pensar que Jasmin podría perdonar fácilmente a Anni, pues esta lo ha hecho en otras ocasiones con ella. Aún así, las traiciones y/o los desengaños se tienen de digerir para poderlos perdonar del todo (ya se sabe que se perdona pero no se olvida) y construir una relación más saludable.

Y con todo ello, mientras Jasmin se crece y Anni se derrite en una espiral destructiva o negativa, mi imaginación se dispara y crea: “Jamás volverá a ser lo mismo”.  Hay fronteras que una vez se cruzan no se puede volver hacia atrás. Cada cual debe convivir con las elecciones que va realizando en su devenir diario. Decidas lo que decidas, jamás será como fue antaño. Aunque, también puede ser que lo venidero sea mejor.

Mi historia narra una ruptura de una pareja, traumática y dolorosa (como son la mayoría de las rupturas). Y a partir de ello, cómo los personajes se sobreponen y levantan del fracaso amoroso. ¿Si habrá final feliz? Os invito a leerlo. Confieso, que odio los finales tristes.

(1) Perdiéndote.

La música ha cesado, nada suena, nada siente en su corazón. Sus ojos están ya secos de tanto llorar. No recuerda ya las horas que hace que yace en el sofá, si es muy tarde o no.

Su mente no para reproducir como Anni besaba aquella chica rubia, como la miraba y sonreía con deseo. ¿Cuánto tiempo hacia que no la miraba así a ella? Entre ellas sólo había disputas, reproches y amaneceres amargos. Dos formas de entender la vida y de hacer. Quizás, a pesar de qué se amaban sinceramente, no era suficiente para estar juntas, pensaba Jasmin.

¿Qué debía de hacer con la infidelidad de Anni? Los celos la atormentaban y dolían hondamente. ¿Por qué no las interrumpió y le grito todo lo que estaba sintiendo? En vez de esto, se fue corriendo del local.

¿Sería capaz de perdonárselo? Era la última persona que esperaba que la defraudara y traicionara a la mínima de cambio. ¡Tan integra que presumía de ser y tan intransigente con sus principios! ¡La odiaba! Aunque, en el fondo de su alma lo que más le dolía era que sentía que la estaba perdiendo. Y esta certeza, era lo que le asfixiaba.

Era incapaz de negar una evidencia acaparadora: tenían una crisis de pareja y Anni cada vez estaba más alejada de ella. ¿Qué había hecho mal? Sólo había pretendido ayudarla en su carrera como cantante. Se erro, porqué su pareja bajo su dureza ocultaba una sensibilidad a flor de piel. Y además era muy orgullosa.

De repente, el silencio acuciante del piso fue roto por sonido de un cerrojo abriéndose. Procedía de la puerta de acceso al apartamento. Jasmin optó por cerrar los ojos y hacerse la dormida. Fuese quién fuese quién había llegado no le apetecía hablar.

Lo supo que era su pareja de inmediato, por su forma de andar y fragancia. Abrió la luz de la cocina y se la quedo mirando des de allí. La rabia la carcomía por dentro. Por unos instantes, estuvo a punto de saltarle a la yugular. Extrañamente, se contuvo.

Anni parecía indecisa. Tras un breve periodo tiempo de inactividad, abrió la nevera y saco algo de ella. Y se lo comió mirándola. Incomodada por su escrutinio visual y frialdad, Jasmin cambio de postura, dándole la espalda. Finalmente, se le acerco. Se agacho y le acaricio el rostro. Se estremeció. Por suerte el contacto fue breve, pues si hubiera seguido la hubiera desarmado.

- ¿Qué he hecho?- susurró melancólicamente, confiada de que no la estaba escuchando. Se quedo a unos centímetros de ella, como si estuviera en lucha consigo misma. La culpa la carcomía por dentro.- Mañana será otro día. Te amo.- se volvió a agachar y le regalo un beso cándido en la mejilla.

Jasmin seguía inmóvil hasta que sintió que entraba en su habitación y la luz se había apagado. Espero unos minutos más y se levantó. En su rostro se reflejaba un rictus de dolor. Sabía que Anni la quería y había sido un error. Lo que más le preocupaba era que su relación no iba bien.

La paz de la noche no le calmaba el desosiego. No le apetecía entrar a la habitación con su pareja. Decide marcharse del piso y dar una vuelta. Coge el abrigo y el bolso. Con pasos felinos se dirige a la puerta, la abre y cierra suavemente.

La noche era algo fría y las calles estaban muy silenciosas. A las cuatro de la madrugada pocas luciérnagas bailoteaban alegremente. Su mente, por el contrario, era un volcán en erupción. La lava contenía episodios de su vida. Su infancia no muy feliz, creciendo con el sentimiento de qué su madre la había abandonado. El abuso del que decía ser su padre.

Recordó todos sus fracasos de pareja, todos sus errores. La sensación de fracaso la invadía y asfixiaba. No quería perder también a Anni. La amaba. La hacía ser mejor persona.

¿Qué debía de hacer?, seguía preguntándose a las seis de la madrugada. Determino sincerarse con ella, sería lo más correcto y ayudaría a arreglar su relación. Regresó al bloque donde vivía y al entrar en el edificio determinó ir a dormir al piso de su madre.

Durmió poco pues Katrin se despertó, como casi cada día, a las 7:30h. Le gustaba hacer una intensa sesión de ejercicios para mantenerse en forma. Al ver a su hija mayor dormir al sofá se sobresaltó. A parte, seguía un poco enfadada con ella por haber roto el contracto como modelo de la importante firma de perfume.

- ¡Ah, Jasmin siempre igual!- exclamó en voz alta.- No se qué haré contigo.- se la quedó mirando, suavizándole la mirada. Hubiera deseado que su hija fuera más segura y madura. Carecía además de ambiciones.

- Mm… ¡Vaya forma de despertarme Katrin!- se despertó al final Jasmin, irritada. Siempre olvidaba que su madre era la reina de la insensibilidad.- ¿Aún sigues dolida conmigo por la campaña de Varese?

- Sí. Aunque, te debería de agradecértelo.- se sentó al lado de su hija, y le narró cómo le iba en el editorial.- Jasmin, no aprendes. Hay que ser más consecuente con tus decisiones. Aunque, creó has empezado a madurar aún te falta un poco más de sensatez. ¿Es que no tienes ningún plan de vida? No sé. ¿Por qué no vuelves a diseñar ropa?

- Eso también me lo dijo Anni antes de empezar de interna al editorial.

- ¿Y?

- No sé…- le dolía la cabeza del mal dormir y su corazón seguía herido por la infidelidad de su pareja, para debatir con su madre temas profundos.- En este aspecto sigo perdida. Me gusta ser modelo, pero no me convencen los accesorios de la profesión. Aparte, ahora mismo no es lo que más me preocupa.- se quedó mirando a su madre con los ojos de cordero degollado, esperando recibir un abrazó que le reconfortara.

- ¿Jasmin, que te pasa? ¿Problemas con Anni?

- Sí.- empezó a llorar. Su madre por fin la rodeo con sus brazos y permitió que se desahogara.- ¡La mayoría de mis parejas me han roto el corazón! Y Anni también, aunque no la culpo. Antes de qué saliéramos en serio, me comporte fatal con ella.- Katrin la escucho atentamente y la hizo sentir reconfortada.

- En parte fue natural, tú antes jamás te habías sentido atraída por ninguna chica. Tenías de asumirlo.

- Ya se lo dije. Y creía que teníamos el pasado superado, pero siento que se van filtrando en nuestra relación cosas ocurridas antes. Sigue teniendo desconfianzas, celos de Dominic…

- ¡Jasmin, para! Tú no tienes que sentirte culpable de nada.- le interrumpe su madre, viendo la autoflagelación de su hija por su crisis de pareja.- El problema es de Anni. Tú le has demostrado de varias formas que la quieres, que deseas estar con ella. ¿O no es así? Jamás no te he visto tan segura de algo, como de tus sentimientos por esa chica. Y empiezo a creer que no te merece.

- No madre, soy yo la que no me la merezco.- dice de inmediato.- Ella me ha ayudado a ser mejor persona.

- ¿Y entonces, por qué estás tan triste? ¿Qué te preocupa?

- Esta noche me ha sido infiel.- le confiesa al final. Le narra como la vio besándose con la chica rubia en su sitio de trabajo.- No sé si terminaron en la cama o solo fueron besos. ¡Qué más da en el fondo! Me da una rabia tremenda. Pero…

- ¿Hija, y aún así la quieres justificar?

- ¡Pues sí! A pesar de todo, la sigo amando.- sus ojos se le empañaron de lágrimas. Se volvió a aferrar al cuerpo de Katrin, que no paraba de decirle que Anni no se merecía su amor.- Lo que más me duele, es que siento que la estoy perdiendo. No me lo puedo ni imaginar.

Katrin cerró los ojos. Revivió lo que sintió cuando Till entró en su lúgubre existencia. Creía haberlo perdido todo tras el accidente cerebro-vascular. Fue un ángel en su vida, que la hizo sentir especial. Lo prefirió cambiar para regresar a su exitosa profesión. No perdía el tiempo analizando si fue, o no, encertada su elección. De lo único que estaba segura era que hubiera llegado el momento del adiós final, eran demasiado distintos. Y creía que a su hija le estaba ocurriendo igual.

- A veces, por mucho amor que haya entre dos personas no es suficiente- le dice al final Katrin.- Soy muy distintas. A parte, y esto te lo digo con cariño, ¡tienes de tener más dignidad hija! Si hay problemas de pareja, una no se va liándose por ahí fuera, ¿no te parece?

- ¡Ya no se qué pensar Katrin!- se levantó y se dirigió a la ventana. Suspiró profundamente. De repente, lo vio todo muy claro.- Aunque la disculpe por su comportamiento, algo se ha roto entre nosotras. La confianza. Ahora mismo me duele mucho su desliz.

- Cierto, sin confianza no hay relación- sentenció su madre.

Sintiéndose más fuerte para afrontar a Anni, regreso al piso. Quizás la encontraría a punto de irse a clase, pero le daba igual. Necesitaba decirle todo aquello que había acallado. La rabia la carcomía vorazmente y la contención se había hecho trizas.

Se encontraron enfrente a la puerta del piso. Se miraron. Anni dedujo de inmediato que había estado con su madre. Se respiraba mucha incomodidad ambiental.

- Tenemos a hablar- le exigió Jasmin, sin darle espacio para una tregua.

- ¿Ahora?- la desafió la técnica de sonido.- ¡Siempre tan impredecible y sin importarte los demás! ¿Si te urgía tanto hablar conmigo porque te has largado tan temprano del piso?

- ¿Y tú cuando piensas decirme que me has sido infiel?- la miro con odio y dureza. Anni empalideció. Jasmin se creció al ver su aturdimiento.- ¿Y tú eres la persona tan integra que tanto presumes?

- ¡Ah, como es esto!- sus ojos marrones chispearon de rabia. Esto hirió a Jasmin, que no se esperaba su fría, o indiferente, reacción.- Sólo fue un beso, nada más.

- ¡Pero no has tenido el valor de decírmelo! ¿Por qué dime?- se le acerco, desesperada. Sus ojos volvían a estar húmedos, mostrándose frágil.- ¡Me has roto el corazón! ¡Te odio!- no evito chillarle.

- ¡Jasmin para! ¡Ya basta!- abrió la puerta y la hizo entrar dentro.- Ya te he dicho que no paso de un beso.- le repitió.- Además, ya puedes intuir como me sentí yo cuando te vi liándote con tu ex en mis narices.

- ¡No es esta la cuestión Anni! Te asfixio. No eres feliz conmigo- dijo muy convencida. Era una de las conclusiones que había llegado durante aquella noche de insomnio. Sólo se lo estaba negando por miedo a perderla. No obstante, en realidad, ya la había perdido.

- ¡Jasmin, por favor, no saques las cosas fuera de contexto! Ya sabes que estos días he estado dolida porque entregaste la cinta sin mi permiso.- intentando calmarla.- Y en cierta forma, reconozco, que he sido irracional. No sé que me paso por mi cabeza, la verdad…

- ¡Sí que lo sabes! Ya me lo dijiste cuando te querías regresar a Barcelona: “No sabes ni quién eres. Actriz, diseñadora, famosa. Ayer bi, hoy lesbiana y mañana hetero.” Tienes miedo de qué te vuelva a dañar. Siempre está ahí.- le puso una mano en corazón y le dio unos suaves golpecitos.

- ¿A caso te parece raro? Me hiciste mucho daño.- reconoce, no ocultando aquella verdad.

- Lo sé. Y te juró, que no ha habido ningún día que no lo lamente.- y era cierto. Su error fue pensar que el pasado se podía borrar fácilmente. Se sintió desarmada y frágil.

- De verdad Jasmin, lamento mi desliz de noche.- Anni se disculpo por fin. Le era sincera. Pero dejo muchas preguntas por responder.

- ¿Es fácil de decir, no?- dejó de mirarla, sintiendo que su arrepentimiento no quitaba el dolor de su corazón.- El amor duele mucho.

- Mira Jasmin, creó que sería mejor que dejásemos esa conversación por más tarde.- volvió a mirar el reloj, llegaría tarde a clase. No era que le importase excesivamente, pero con aquella dinámica se harían aún más daño.

- ¡Si vete, mis dramas siempre te han aborrecido! Y todo lo que hago, o digo, sólo son pequeñas pistas que aprueban tu tesis sobre mí.- ironizo la ex modelo.

Anni la miro con ira, se había enfado tras escuchar su rabieta de cría. Le escupió un impropio y se largo muy enfadada. Dejando tras de ella un sonoro portazo.

- ¡Muy bien Anni, lárgate! Ya me has demostrado que nuestra relación no te importa- se dijo muy convencida de ello.

Le dolía que Anni no confiara aún con ella, que siguiera esperando que la dañase. Y en la soledad, se percató que quizás tenía razón. Se había vuelto a comportar como antaño, permitiendo que la marea le quitase la cordura. Ya empezó dinamitando su confianza, interfiriendo en su vida. Pero las palabras de su madre la partieron en dos: “Ella no te merece, debes de tener más dignidad, si te ha sido una vez infiel puede que te sea otra, un beso ya es una infidelidad, ten dignidad…”.

Cogió un papel y empezó a escribirle a Anni. Vomito todo lo que sentía en su interior. Había tomado una decisión muy firme, para el bien de las dos.

(2) Me has perdido