(5)
¡Te odio Jasmin!
Anni
arrugó la carta y se dejo caer en la cama. Las lágrimas inundaron sus ojos.
Había perdido a Jasmin y le dolía mucho. ¿Por qué no se fue a Barcelona en
lugar de ofrecerle otra oportunidad?
-
¡Qué tonta he sido! ¡Joder!- exclamó con furia.- A pesar de mi infinita
paciencia que he tenido contigo, tú te fugas al mínimo error mío.
Se
incorporó y se seco los ojos. Volvió a recoger la carta de su pareja y la
volvió a releer. No le pareció tan terrible. Dolía porqué se había ido sin
despedirse en persona, había decidido por las dos… Y aparte, nació en ella una
necesidad imperiosa de pedirle perdón de cómo se había comportado con ella los
últimos días.
Cogió
el móvil y marco el número de Jasmin. No le dio señal, pues lo tenía
desconectado o fuera de cobertura. Pensó en su suegra, ella seguro sabría dónde
se hallaba Jasmin. Subió a su piso, pero no había nadie.
No
dudo en ir a la oficina dónde trabajaba. Allí, para variar había mucho ajetreo.
Inconscientemente, creyó ver a Jasmin trabajar en una mesa. Pero sólo fue una
ilusión momentánea. Katrin salió de su despacho, iba con un hombre muy bien
vestido. La vio y la ignoro. Fue como si le realizará una bofetada metafórica.
Tenía razón su pareja, la frialdad de su madre era muy lacerante.
Katrin
acompaño al ejecutivo a la salida y se la quedó mirando con claro reproche. Con
un gesto autoritario la hizo entrar en su despacho.
-
Hola, Anni.- le saludo finalmente. Se sentó enfrente del escritorio. Su mirada
seguía siendo ruda y fría.- ¿Quieres saber dónde está Jasmin?
-
Sí. Necesito que me diga a la cara que hemos roto. ¡No son formas de romper
esas!- mostrándose beligerante y hostil. Estaba muy herida.
-
Lo entiendo.- pareciendo más razonable que minutos antes.- Ya sabes que no
suelo inmiscuirme en la vida personal de mi hija. Aunque, opino que muchas
veces se ha errado y ha pagado muy caro su inmadurez.
-
Lo sé. Tampoco es mi intención, poner en tela de juicio su relación con su
hija. Aunque, creó que muchas veces ha sido muy injusta con ella.- se atrevió a
reprocharle en cara, recordando las veces que lo paso mal su pareja debido a su
comportamiento intransigente.
-
¡Qué irónico!- se rió Katrin, recordando la conversación con su hija de aquella
madrugada:- ¡No me vengas a dar lecciones de moral!
Las
dos mujeres se desafiaron. Las dos tenían un carácter fuerte y las dos amaban a
Jasmin. Ninguna cedería. Katrin protegía a Jasmin y culpaba a Anni por la
decisión de su hija.
-
Perdone, amo a su hija y la busco por mirar de arreglarlo.- le fue sincera.
Agacho la cabeza, intentando contener el llanto.
-
¡Lo siento, demasiado tarde!- dijo Katrin con un tono más suave. Se compadeció
de ella. Aunque no la había tratado mucho, Anni le caía bien. Había de
reconocer que Jasmin había empezado a madurar a su lado. No obstante, también
le había terminado de dañar.- Ya se ha ido. Ha cogido un avión este mediodía.
No me preguntes donde, porque no me lo ha dicho ni a mí.
-
Gracias.- siéndole sincera.- No pretendía dañarla Katrin.
-
Lo sé. Anni, las relaciones son cosa de dos. Quizás, os vaya bien esa
separación.- le aconsejó.- Necesitáis tiempo por sanaros. Por lo que me dijo
Jasmin, el pasado sigue pesando demasiado entre vosotras.
-
Puede que tengas razón. Aunque, me jode que se haya ido así. ¡Jasmin es una cobarde!
– La mirada se le volvió a oscurecer.- Necesito disculparme con ella, me he
comportado fatal. ¡Soy tan testaruda! Si me hubiera ofrecido una oportunidad no
se habría ido.
-
¡Basta ya Anni!- le dijo de forma cortante.- ¿A caso puedes cambiar el pasado?
No. Si realmente amas a Jasmin, respeta su decisión.- cogió su móvil, miro la
pantalla y le pidió que se fuera.- Tengo una reunión…
-
Entendido.- se levantó y se fue de una revolada, cerrando la puerta con furia.
Le había caído bien su suegra, pero su insensibilidad le irritaba. Aunque,
también le gustaban las personas directas.
A
la calle, volvió a llamar a Jasmin. No hubo suerte. Lo fue intentando tres
veces más. Resignada regresó al bar. Nele le estaba esperando enfadada. Aunque
no le reprocho nada, porque sus ojos marrones chispeaban de ira. En aquel
estado era mejor no decirle nada.
-
Sí, mejor no digas nada. Jasmin se ha marchado. ¡La odio!- se puso el delantal
y empezó a trabajar. Nele se despidió y se fue. Concentrarse en el trabajo le
ayudo a no pensar en lo ocurrido.
A
las siete, su móvil sonó. Lo cogió rápido y acepto la llamada sin mirar de
quién se trataba, deseando que fuera Jasmin. Aquel simple sí, le supo a gloria.
Le suplico que no se fuera. No obstante, su pareja no cedió. Su intransigencia
y ansias de terminar la conversación le dolieron. No pudo dominar su ira, y
todo lo que había sufrido por culpa suya volvió a salir a la superficie.
Colgó
el teléfono, no queriendo escuchar sus disculpas vacías. Lanzó el móvil en la
barra, casi se cayó en el suelo. Un cliente estaba esperando para pagar su
consumición y tenía prisa, se le quedo mirando algo asustado. Iba a protestar,
pero Anni lo corto con fiereza.
-
¿Qué mira?- le preguntó muy irritada aún.- ¿No puede tener una mal día?
-
Perdone, yo solo quería pagar mi consumición.- le dejo el dinero encima de la
barra y se fue.
Anni
apoyo los brazos en el mostrador y agacho la cabeza. No le gustaba perder los
estribos de aquel modo. Decidió llamar a Dominik para que viniera a
substituirla. Él no tardo, pues por suerte ya estaba en camino. Ya intuía a que
venía el mal humor de su amiga. Jasmin le había llamado aquel medio día para
despedirse. No le contó porqué se iba pero lo intuía.
Un
amigo aquella mañana le había dicho que había visto a Anni besarse con una
chica rubia. Y que era probable que Jasmin lo hubiese visto, ya que la vio irse
muy deprisa. Sintió mucha empatía por su ex. La pobre tenía mucha mala suerte.
No sabía qué actitud tomar con Anni, aunque el sentido común le decía que era
mejor no meterse en la relación de otros.
Se
miraron. La técnica de sonido no
disimulo su rabia. El amigo de Jasmin no disimuló su desaprobación por su
comportamiento. Anni se sintió aludida, no hicieron falta palabras: le culpaba
de qué Jasmin se hubiera ido vete a saber dónde.
-
¿Ya entiendo, tu también crees que soy la culpable de qué Jasmin se haya ido? La
loca e inmadura de Jasmin, jamás cambiará. Sigue actuando de forma impulsiva y
sin pensar en las consecuencias de sus actos. Siempre queriendo entrometerse
dónde no debe.
-
¡Anni no consiento que hables así de Jasmin! Siempre has sido muy dura con
ella. Y si, ella se erro mucho en su pasado. Y por ello lo pagó carísimo.
Quizás, te falte valor para amarla sin condiciones.- no evito ser duro con
ella.
-
¿No me dirás que no tengo razones por desconfiar de ella? Jugo conmigo en el
pasado. ¡Ya lo sabes bien!- se saco el delantal y se lo tiró encima:- ¡No te
metas más en mi vida por favor! ¿Te dije algo cuando te la tiraste? Ahora,
vuelve a estar libre. Ya puedes ir detrás de ella, como un perro fiel. A ti
seguro que te ha dicho donde se ha ido.
-
¡Vete Anni, no quiero sentir más tus estupideces!- le ordeno, para evitar que
la disputa fuera a mayores.- No debía haberme metido donde no debo.
-
¡Pues sí!- le dio un golpecito en la espalda, en plan chulesco.- Ya me voy.
¡Ah, será mejor que no vuelva a trabajar aquí!
-
¡Anni, por favor, no saquemos las cosas de sitió! ¡Por favor, discúlpame!- le
dijo sinceramente, aunque creía todo lo que le había dicho.- Tú necesitas el
trabajo.
-
Por eso no te preocupes, aún me queda mi trabajo en la disco.- se fue sin más.-
¡Ah, por cierto ya hablare personalmente con Turner de esto!- dijo des de la
distancia, antes de cerrar la puerta.
A
fuera de la calle, empezó a lamentarse de su decisión. Odiaba que todo el mundo
se tomara el derecho de juzgarla y opinar sobre su relación. ¡Qué más les daba!
Aunque era lógico, Dominik siempre estaría muy apegado a Jasmin. Habían sido
pareja, eran casi hermanos y muy buenos amigos.
En
el piso, estaba Nele apunto de cenar. No se dijeron nada. Anni sólo se comió un
yogurt y se fue directo hasta su habitación. Se metió en la cama, sin
preocuparse de arreglarla ni recoger los objetos que había tirado por el suelo.
Quería
cerrar los ojos y olvidarse de Jasmin. Despertarse sin su recuerdo. Le fue
imposible dormirse. El cojín, las sabanas estaban impregnadas por el olor
corporal de su amor. Se levantó y deshizo la cama. Puso otras sabanas. Algo
mejoro, pero los recuerdos la invadieron. Aún su ausencia seguía percibiéndola
muy cerca.
-
¡Te odio Jasmin!- murmuro en la oscuridad, queriendo exorcizar su amor por
ella.- ¡Vete de una vez de mi vida! ¡Vete!
Aquella
noche no durmió mucho. Se despertó con dolor de huesos y muy irritable. No le
apetecía hacer nada, ni ducharse. Se levantó y se preparo un café bien cargado.
Otra vez, tuvo a Jasmin muy presente. ¿Qué debería estar haciendo?
-
¡Buenos días Anni! ¿Cómo amaneciste?- le preguntó una jovial Nele.
-
¿Cómo crees que este?- le respondió con malhumor. Su compañera de piso se
disculpo y entro rápido en el baño.
Los
días iban transcurriendo, siendo cada día una copia del anterior. Anni seguía
teniendo insomnio, mal humor diario, los días le parecían muy grises, no comía
y dejo de ir a la escuela. Nada le importaba.
Nele era la única que permanecía a su lado sin
rechistar y la aguantaba. Aunque, su paciencia se termino al fin. Veía que se
estaba consumiendo día a día no comiendo ni durmiendo bien. No era la misma Anni
que conocía, luchadora, sensata, justa…
-
Anni, se que odias que me meta en tus cosas.
-
¡Pues no te metas!
-
¡Mira no me parece raro que Jasmin te abandonara!- le echo en cara, muy harta
por su malhumor.- Fuiste muy dura con ella. Si se erró, te pidió mil veces
disculpas. ¿Y tú fuiste incapaz de perdonarla? ¡No!
-
¡Por favor, no la justifiques! Jasmin es una irresponsable, que prefirió irse
que arreglar nuestra relación.- sus ojos marrones estaban teñidos de rabia, que
no detuvieron a su amiga.
-
Anni, asume tu culpa. Jasmin intento arreglarlo, la noche antes de qué se fuera
te fue a ver al trabajo. ¿Y dime, qué vio?
-
¡Ya! ¿Tú también me juzgas por un simple beso?
-
No. Pero para Jasmin significo mucho, ella trataba de qué la perdonases. ¿Y tu
como solucionaste tu enfado? Liándote con la primera que te sonrió.
-
Fue ella quién falto a mi confianza.- insistió Anni.
-
¡Mira me rindo! ¡Eres tan testaruda! En el fondo tienes razón, no es asunto
mío. Pero por favor, no pagues tu mal humor con los otros.- y con un gesto
compasivo añadió:- Te lo digo porque te aprecio. Las roturas son dolorosas,
pero no abandones tus sueños.
-
Gracias Nele, por aguantarme.- se abrazaron y Anni se permitió llorar por lo
que había perdido.
Empezaba
a comprender que parte de culpa era suya. Lo que más le dolía era que no podía hacer
nada para paliar el dolor de Jasmin. La conocía y seguro que se lo debía de
pasar también muy mal. Por unos instantes, estuvo tentada en llamarla por saber
cómo estaba. Necesitaba sentir su preciosa voz, que le diera esperanzas de
volver.
Se
paralizó. ¿Se debían de dar una nueva oportunidad? ¿No se habían ya dañado
mucho mutuamente? No era mejor así. Desestimo esa posibilidad.
Pasaron
dos semanas largas sin saber nada de Jasmin. Anni regresó a la escuela y se le
suavizo algo el malhumor. Aunque seguía apática y muy cerrada consigo misma. A
la tercera semana, un lunes para la mañana alguien llamó a la puerta. La abrió
Anni. Ante ella entró como un vendaval Katrin, con un rostro muy preocupado.
-
Hola. ¿Sucede algo?- le preguntó de inmediato, temiendo recibir una mala
noticia respeto a Jasmin.
-
No lo sé. Mira, odio recurrir a ti, pero estoy preocupada por Jasmin. Des que
se fue, hace casi un mes que no sé nada de ella. ¿Sabes algo?
-
¡Típico de ella! No le importa nadie.- no evito ironizar.
-
¡Bueno me voy, siento importunarte con mi preocupación por mi hija! Ya no nos une
nada.- se dirigió hasta la puerta, pero antes de salirse no evito decirle todo
lo que pensaba:- ¡Jasmin ya hecho bien de dejarte! Realmente, no te la
mereces.- abrió y cerró secamente la puerta.
Anni
lamento en seguida su frialdad fruto de la rabia. ¿Y si a Jasmin le había
pasado realmente algo? Salió para alcanzar a su suegra. La halló subiendo la
escalera. La detuvo y le pidió perdón.
-
No he sabido nada de Jasmin, lo siento. ¿La has llamado al móvil?
-
Sí, muchas veces. Siempre salta el contestador.
-
¿Quieres que intente llamarla?
-
No, gracias. No sé si te cogería el teléfono.- se quedaron en silencio.
-
¡Cómo quieras!- se resigno Anni. Quizás, tampoco era asunto suyo. Bajo hasta la
puerta de su piso y miro a la imponente mujer:- Jasmin me importa mucho, si
sabes algo de ella te agradecería que me lo dijeras. Quiero lo mejor por ella.-
se miraron y hicieron las paces.
-
De acuerdo. Cuídate Anni.- y subió hasta su piso. Al entrar en él, su móvil
vibro. Se trataba de un mensaje de un número que desconocía. Estuvo a punto de
borrarlo. Pero al leer la primera parte del mensaje de testo abrió los ojos
como dos naranjas. Lo leyó rápidamente:
“Hola
Katrin, soy Jasmin. Todo me va muy bien, buscando trabajo. Perdí el móvil y me
he comprado otro. Por favor, no se lo des a nadie mi nuevo número. Cuídate mucho. Ya estaremos
en contacto.”
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