JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO Capítulo 21- Parte 1(Fanfic de Jasmin y Anni de Guten Zeien, Schlechte Zeiten)

Un pequeño bocado de mi fanfic... quería huir del hospital ya. Aunque, la trajedia lo ha cambiado todo. Pero ahi estamos, queriendo respirar. Gracias a aquell@s que siguen esperando mi historia. Mil disculpas y muchas gracias por vuestra paciencia. 

A veces, por tu vida se cruzan trajedias que debes de lidiar y la vida te exije adaptarte a las nuevas circumstacias. Y seguramente, durante mi camino deberé convivir con otras tristesas, penas... y también habrá alegrias. Y cuando las haya a vivirlas.

CAPITULO 21: Quiero estar donde estoy

Barcelona, un mes después de la tragedia.

Silencio, solo silencio. Sólo era interrumpido por el llanto de Marina. A Jasmin le parecía que lloraba mucho más que antes. Debía percibir el vacio que había dejado Marisa en sus vidas. ¿Cómo podía ser que siendo tan pequeña se percatara de ello? Su mujer fue una gran madre, dulce, tierna y paciente, ¿cómo no la debería de extrañar?

Se pasaba horas contemplando su retrato en la pared, que siempre se negó a quitar, a pesar de las sugerencias de Marisa. Si le hubiese hecho caso, lo habría substituido por un precioso amanecer. Para ella era símbolo de su amor y valores. Una nueva vida y oportunidades. Volver a despertarse, disfrutar de la luz del día era un aliento para quién vivía con la amenaza de morirse y aquellos que luchaban a diario para sobrevivir.

Su Marisa. Mujer con armadura de acero y corazón de oro. Sólo ella fue capaz de amarla tal como era, sin empequeñecerla. Fue ella su alma, su mejor complemento hacia la madurez. No sabía cómo seguir andando si su presencia. Pero sólo hacía falta tener entre los brazos a su hija, para que las ganas de vivir la envolvieran.

A pesar, de haber transcurrido un mes de la tragedia el silencio no paliaba su dolor. Seguía queriendo estar sola. Martín pasaba cada día a verlas. No le podía negar su presencia, a pesar de qué le molestaban todas sus ideas bien intencionadas. Des de qué llego al hospital aquel día que no paraba de entrometerse en su vida. Qué si se fueran a vivir con él, o él mismo se instalaría en su apartamiento. Ofreciéndole su ayuda incondicional. Jasmin lo rechazo todo. Necesitaba sólo tiempo y tranquilidad.

Su madre también le exigió que regresara a Berlín, su tierra natal y junto los seres queridos. ¿Por qué no podía criar a su hija en la tierra de su otra madre?

En el fondo de su corazón los justificaba, los dos querían lo mejor por ella y su hija. La quién no entendía era a Anni, su afán de estar en su vida y sus visitas a diario. Le era tan insufrible su presencia, que una y otra vez le cerraba la puerta del piso a las narices.

Sólo quería sumergirse en un plácido silencio, contemplar el elegante rostro de Marisa, tan tierno y angelical. Su hija había heredado su mirada, sus ojos. Pero aquel día, el timbre de la puerta volvió a sonar. Casi a la misma hora de siempre. ¿Por qué era tan testaruda? ¿Por qué no le dejaba en paz?

Se levanto, más que nada porque con su insistencia despertara a Marina. Se dirigió a la puerta blanca de madera, la abrió con hastió y la miro con odio. Los ojos negros de Anni estaban húmidos, no le oculto que había estado llorando. Su ser destripado la derribo. Las fuerzas para seguir expulsándola de su vida se hicieron añicos.

La cantante, aprovecho su debilidad para acceder finalmente dentro. Siguió reinando un lánguido silencio. No sabía cómo derrotar el odio que sentía contra ella. A veces, deseaba congratularse con las fuerzas del más allá para cambiarse con Marisa, que estuviera ella viva y junto a su familia.

- Tienes todo el derecho de estar enfada conmigo, chíllame o pégame. No cambiará nada, pero te ayudará a seguir hacia delante.- empezó a hablar Anni, intentando cumplir con aquello que Marisa le pidió. No había tenido el valor de prometerle mientras vivía, pero después de la tragedia lo vio más claro. Quisiera o no, se lo debía. Y fue el amor, a última instancia, que le ayudo a decidirse. Amaba a Jasmin, siempre lo haría. Algo que tenía en común con la modelo, por eso tenia de intentar ayudarla.

- ¿Qué sabrás tú?- la ataco Jasmin, mirándola directamente a los ojos.- La quién ha tenido relaciones fugaces, que huía del compromiso… ¡No tienes ni puta idea como me siento!