JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO Capítulo 7 (parte 2) (Fanfic de Jasmin y Anni de Guten Zeien, Schlechte Zeiten)
Contiunación del Capíluo 7 (Anni).
Anni
se esforzaba a seguir con su vida, sus estudios, sus dos trabajos (al final
Turner la había convencido para que no dejara de servir en su bar), a salir a
divertirse… Si se paraba el piso se le caía encima, los recuerdos la invadían.
Incluso, su música se había apagado.
Simplemente
vivía como una autómata. Se aferraba al gran objetivo que se había marcado al
ir a vivir a Berlín, ser una buena técnica de sonido. Por aquel entonces, y
siempre, tubo las cosas muy claras. No tenía miedo de nada. Se había construido
una armadura que le permitía desenvolverse en una sociedad hostil y llena de
falsedades. Por eso, ella era tan tenaz con sus principios e iba siempre con la
verdad para delante.
Los
días iban transcurriendo, a veces de una forma veloz y en otros con una
extremada lentitud. En especial por las noches, cuando la ausencia de su amada
era más dolorosa. Lloraba en la soledad, la maldecía y a veces, cuando estaba un
poco soñolienta, creía que dormía a su lado. Abría los ojos y esperaba hallarla
aún a su lado. ¡La extrañaba tanto!
No
quería enamorarse de nadie, porque una vez ya lo estuvo. Era algo que en
simplemente ocurría, nadie lo podía evitar. Aunque, si puedes decidir si
aceptar los sentimientos por otra persona o no. Lo había hecho con éxito,
adoptando el código de sólo aventuras. Hasta que llegó Jasmin...
Otra
vez se sentía desnuda, muy frágil y con las emociones a flor de piel. Se
auto-odiaba por haber bajado la guardia y haber dejado aflorar el amor. Las
relaciones no eran por ella, tarde o temprano las dos partes de la pareja se
hacen daño y el amor queda reducido en ceniza.
Por
las mañanas, resacosa de sueño, se repetía que aquel día sería mejor. Iría a
clase, se esforzaría para terminar aquel mismo año el curso, cumpliría las
obligaciones laborales y saldría de fiesta. Pero cuando terminaba su turno,
sino tenía de ir a la discoteca, estaba tan cansada que volvía al piso. A
parte, cada rincón por donde pasaba le recordaba a su ex.
Cansada
y con sueño se iba rápidamente a la cama. Comía muy poco y Nele le regañaba cariñosamente
por ello. Algunas veces le hacía caso y compartían unas horas hablando de
banalidades o de las aventuras de sus nuevas compañeras de piso.
-
Aún queda bastantes cosas de Jasmin por el piso- declaró Nele una noche, ya
hacía casi dos meses de su ausencia.
-
¿Y? Para mí, las puedes tirar a la basura.- respondió tajantemente Anni.- No
creo que ya regrese.
-
No lo sé.- se calló, temiendo la ira de su amiga:- ¿No has sabido nada más de
ella? A mí no me ha dicho nada, aunque me prometió que me diría algo.
-
¡No!- la técnica de sonido la miró en los ojos, viéndose reflejada en sus
ojos.- Debe querer romper con todo. Katrin me dijo, ya hace quince días, que
Jasmin está bien.
-
No sé si debemos guardar aquí sus cosas, para sí regrese o no.
-
Para mí puedes recoger todo de ella, incluso te daré lo poco que dejo en mi
habitación.- le animo a hacerlo al final.
Terminó
de cenar y empezó a poner objetos de su ex dentro una caja. Hallo muchos CDs,
alguna prenda de ropa suelta, algún peluche, postales de Pia y John des del
Caribe, zapatos… Lo que dudó en deshacerse fueron las fotos de ellas dos y de
Jasmin sola. Al final, todas terminaron dentro de la caja con la esperanza de
olvidarla. Sólo eran imágenes inertes.
Lloró
en soledad, mirando lo último que le quedaba de su reina del drama. ¿Estaba
preparada para deshacerse de aquello? ¿Podría pasar página cómo parecía haberlo
hecho ella? De inmediato freno su mente. Creía conocerla y seguramente no
estaría mejor que ella.
Renació
como un ansia de saber de ella, de escuchar su voz y le suplicaría que
regresara para hablar de su relación. Le susurraría que la amaba, que lo sentía
y deseaba volverlo a intentar. No detuvo aquel impulso y marco su número. Una
voz de mujer metálica le corto las alas, móvil cerrado.
Lo
volvió a intentar los días siguientes, en distintos husos horarios (incluso por
la madrugada) y jamás la localizó. Jasmin estaba desaparecida para ella y todos
sus amigos. Dominik le juró que no la había llamado, y parecía mosca por ello.
Turner igual. La única que había sabido algo de ella, era Katrin y no le diría
nada más sobre su hija.
Anni
renunció a saber nada más de su ex. Un viernes por la tarde cogió la caja y se las subió a su ex suegra. Se saludaron y despidieron
fríamente. Ya nada las unía. En aquella ocasión, la rotura era más lacerante y
definitiva. No había ninguna minúscula esperanza de su regreso.
Otro
mes se consumía igual que el anterior, el estado de ánimo de Anni no mejoraba.
Las rutinas no le aliviaban el dolor de la perdida. Vivía por vivir, esperando
que el tiempo fuera un potente sedante. Se obligo a salir por locales de
ambiente, a ligar y arrancarse de la piel el recuerdo de Jasmin.
Veía
a muchas chicas hermosas, que le atraían. Se les acercaba y se le pasaba el hechizo.
Las miraba a los ojos y de inmediato se percataba que no eran Jasmin. Fue
incapaz de ligar con ninguna. Jamás había pasado tan tiempo en celibato.
Se iba cabreadísima del sitio, odiando la dependencia emocional que la ataba a
su ex. Aquello era asfixiante y quería romperlo de una vez. ¿Pero cómo dejar de
amar a alguien?
Sus
compañeras de clase también percibieron su cambio de ánimo. Antes había sido
una alumna muy brillante y ahora se distraía fácilmente y casi no reía.
Incluso, Turner y Dominik se dieron cuenta que no levantaba cabeza des de la
ausencia de la ex modelo. Un día lo hablaron con Nele y Mesut.
-
¿Dominik, de verdad no sabes a dónde está Jasmin?- le volvió a preguntar Nele.
-
No. La verdad, me tiene preocupado. Katrin no me quiere decir nada. Yo solo
deduzco que está bien y necesita distanciarse de todo lo relacionado con Anni.
-
Debemos de respetarle su silencio- sugirió Turner, intentando tener una postura
conciliadora.- Por ahora me preocupa Anni. ¿Qué podemos hacer? Yo puedo ofrecerle
unos días de vacaciones.
-
Muy buena iniciativa por tu parte Turner, pero antes habla con ella.- señaló la
estilista.- Anni no tolera que nadie se entrometa en su vida.
-
¿No sería mejor programar una cena y hacerla sentir nuestro apreció?- propuso
Elena.- A parte, será algo distendido y sin violentarla. – la mayoría les
pareció buena idea. Acordaron cenar juntos el viernes por la noche.
Anni
no puso objeción, aparentemente era una cena de amigos. Nele lo organizó todo,
decoro el piso y compró la comida.
-
¡Mm, que bien huele!- le felicito la técnica de sonido cuando llego al piso. No
le hacía mucha ilusión la fiesta, pero fingió. Abrió la nevera y cogió dos
cervezas, una se le entregó a su amiga:- Un brindis para el solsticio de invierno.
-
¡Para que este año no haga tan frió!- deseo Nele.
No
tardaron en llegar el resto de invitados. Anni bebía y se perdía en la
verborrea de sus amigos. Sintió su afecto y su felicidad. Un gran contraste en
relación como se estaba sintiendo ella. Quisiera contagiarse de la alegría que
desprendían. Pero Jasmin le había dejado un gran vació.
-
Anni, vamos cántanos una canción.- le pidió Mesut, lo que le valió una mirada
llena de veneno de la cantante. Nele le dio un golpecito cariñoso en la cabeza.
-
Lo siento chicos, me cuesta mucho olvidar a Jasmin.- admitió finalmente.-
¡Jamás había estado tan enamorada de alguien!
Sus
amigos se le acercaron y realizaron una gran abrazada colectiva. Fue un instante
mágico, en el cual sintió su corazón se descongestionaba y empezaba a ver un
sendero a recorrer. Un momento clímax emocional, que se fracturo cuando el
móvil de la cantante sonó. A ver de quién era lo colgó, pero volvió a insistir.
Al final, acepto la llamada.
-
Hola. ¿Qué quieres ahora?- poniéndose algo borde, con aquella persona no lo
podía evitar. Su respuesta la bloqueó. Su rostro se puso pálido y por unos instantes
no podía articular nada.
-
¿Anni, que pasa? ¿Te encuentras bien?- le preguntó Turner, que cogió una silla
y se le ofreció, temiendo que se desmayará. Se sentó y siguió unos segundos más
enmudecida.
-
¡Andrea! ¿Sigues aquí?- gritaba la mujer que la había llamado. Nele iba a
cogerle el teléfono, pero esta al final reacciono.
-
Sí, estoy aquí. Ahora vengo, no te preocupes.- se despidieron.
Anni
guardo el móvil en el bolsillo derecho de su pantalón con lentitud. Su mirada seguía
ausente. Su mente parecía más allá, alejada de la realidad. Se levantó y empezó
a moverse de una forma descoordinada.
-
¿Anni, que pasa?- le insistió Turner, a la vez que le cogía por los hombros y
le obligó a mirarlo.- ¿Te podemos ayudar en algo?
-
Se ha muerto mi padre. ¡No puede ser posible!- y se desmorono entre los brazos
de su amigo. Todos callaron. Nele intuía las dimensiones de aquella mala
noticia.
No
existían palabras para expresar el dolor que empezaba a carcomer por dentro a
Anni. Su padre había abandonado el mundo sin que pudieran hacer las paces, sin
poderle decir que lo amaba. Recordó el consejo de Jasmin, sus palabras ardían
en su alma. ¿Por qué no le contestó aquel simple mensaje de buena voluntad?
Se
irguió entre los brazos de su jefe, reuniendo las fuerzas que le quedaban para
realizar aquel viaje del último adiós a su progenitor. No era hora de llorar,
nada se podía hacer. Entro como una autómata a la habitación. Nele la siguió,
para preguntarle si quería que la acompañase.
-¡No
gracias!- sacó una bolsa para meter ropa, seguramente el sepelio y funeral
durarían un par de días. Quería ayudar y acompañar a su madre, era lo más
correcto.- ¿Aunque, qué sentido tiene ir? ¡Nada se puede cambiar, las palabras
que nos dijimos no se pueden borrar!
-
Servirá para compartir tu dolor con tu madre y con los que le apreciaron.-
trato de animarla su compañera de piso.
-
¡De nada! Pero debo de hacerlo.- se dijo para converse.- ¡Sera mejor que me
vaya, espero llegar a la madrugada.
Turner
también se ofreció para acompañarla, pero tampoco aceptó. Sólo le aceptó que le
dejase el coche. A pesar del sueño condujo toda la noche, sin parar. Su mente reproducía
todos los momentos compartidos con su padre y la última vez que lo vio.
-
¡Jasmin, como te extrañó!- musito Anni. La necesitaba tanto, como el aire que
respiraba. Por unos instantes, la sintió cerca de ella. Dormía a su lado, como
el día que la llevó a casa de sus padres. Su vida sin ella sería oscura, como
aquella noche sin estrellas. Nunca más sería lo mismo.
(8)
Despedidas y nuevos comienzos
Comentarios
Publicar un comentario