JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO Capítulo 10 (parte 1) (Fanfic de Jasmin y Anni de Guten Zeien, Schlechte Zeiten10
Capítulo 10: Jasmin es mi inspiración en el viaje al estrellato
Jasmin
“Jasmin, mi reina del
drama
Mi chica coqueta y
traviesa
Mi chica alegre y
alocada,
Más tierna que ninguna
Oh, Jasmin cuanto te
amo
Oh, Jasmin cuanto te
extraño. (Estrofa que se repite)
Cierro los ojos y te
siento a mi lado,
Te siento reír y el sol
vuelve a brillar
Mi muñeca dulce y
frágil,
Que abrazaría
fuertemente (…)
Te cantó cada noche que
regreses a mi lado,
Para volver a sentir la
miel de tus labios
Para compartir tus
dramas y alegrías.
Jasmin eres mi vida, mi
aire, mi ilusión,
Por ti canto, por ti
respiro, por ti vuelo,…
Jasmin regresa a mi lado
para no irte nunca más.“
Anni Brheme
La
vida de Anni poco a poco iba fluyendo, siempre cogida de la mano de la
previsible rutina. Trabajo, amigos, momentos de ocio, madre, las visitas a la
psicóloga… Aunque, al principio era un poco resistente en ir, al ver que le
ayudaban (pues se sentía mejor, más en paz consigo misma) le dio un voto de
confianza a Lea. Una mujer algo mayor a Gisela, bajita y con algo de sobrepeso.
Era una de aquellas extrañas parejas que veías y te parecía raro.
El atractivo de Lea residía en su carácter
afable, positivo y dinámico. Sus ojos transparentes, transmitían una bondad
pura. Sus métodos le ayudaron a solucionar su bloqueo en actuar en público.
Programo varias actividades para que practicase las habilidades que le estaba
enseñando, para relajarse y cambiar sus pensamientos distorsionados. Como
actuar ante varia gente, la cual iba aumentando el número.
Le
ayudó con el duelo de su padre, haciéndole ver que gran parte de lo que le
ocurría se debía a mensajes subliminares procedentes de su infancia. Muchas
cosas nos escapan de nuestra consciencia, pero influyen en la mayoría de
nuestras acciones, en nuestros porqués.
Un
día salió el tema de Jasmin. Anni no quería hablar de ella, era aún muy
doloroso su recuerdo. Intentaba, además, no descentrarse del tema por el cual
había acudido a terapia, que era superar su miedo escénico. Salió a raíz cuando
Lea quiso saber cómo se sintió ante la crítica del de la discográfica.
-
¿Por qué te enfadaste con Jasmin?
-
¡Ya te lo he dicho! No actuó correctamente al entregarle la grabación sin mi
permiso.
-
¿Aunque, en el fondo te alegraste algo por su sorpresa?- insistió Lea.
Anni
tardo algo en responder. Para ella siempre había sido frustrante ser incapaz de
cantar ante muchedumbres. Le gustaba la música, cantar y, quizás más componer.
Jamás se creyó que tuviese buena voz, sólo lo hacía como disfrute personal.
Conoció
a Kurt Leroy, que no paro de alabarla siempre que la escuchaba tocar y cantar.
Jasmin, y el resto de sus amigos, también les caía la baba. Y su sueño de ser
cantante volvió a brotar en ella. Pero seguía poseyéndola el pánico escénico. Y
sí, en cierta forma se ilusiono cuando su pareja le hizo aquella sorpresa. Se
enfado algo, por habérselo ocultado.
-
Sí.
-
¿Por qué entonces te enfadaste luego tanto con ella?- se miraron. Aquella era
la autentica cuestión. Su enfado no fue un chiste, desencadeno a una cadena de
factores que conllevaron el fin de su relación.
-
Perdona, no entiendo a qué viene esto ahora. No estoy aquí en la terapia por mi
fracaso amoroso.- inquiere Anni a la defensiva.
-
Para mí si tiene importancia. Mientras no soluciones tus conflictos y aprendas
a gestionar tus emociones no vivirás plenamente. Por eso, debes de comprender
porque te comportas de tal modo en algunas ocasiones.
-
Entiendo.- se rindió al poder seductor de la psicóloga, siempre se debe ir al
ojo del huracán. ¿Pero cuál era su verdad? ¿Por qué tenía tanto miedo de
abrirse? Siempre había sido así.
-
¿Entonces, por qué te enfadaste tanto con Jasmin?
-
Ella debía de conocerme y no haber dado mi cinta sin mi consentimiento.
¡Debería de conocerme!- remarcó con vehemencia. Percatándose de que a pesar del
paso del tiempo, aquello le seguía irritando.
-¿Ella
creyó en ti, no te parece?
-
No, ella sólo perseguía su sueño: ser famosa. Como no lo pudo ser, quería que
lo fuera yo.- se calló un momento, dándose cuenta que estaba hablando su ira. En
el fondo, no creía que su ex fuera tan egoísta-:- Ella no me escuchaba, sólo me
empujaba. Me hirió.
-
¿Puede que te decepcionará?- inquirió la psicóloga, tratando de analizar el
desencanto de Anni hasta su pareja en aquel tiempo.
El
silencio se hizo nuevamente presente, sólo fue interrumpido por varias sonrisas
irónicas de la técnica de sonido. La respuesta era fácil, motivos tenía por
estar defraudada de Jasmin. Des de los inicios de conocerse que habían chocado,
que eran la noche y el día. ¿Cuántas veces había llorado por su culpa?
-
¿En qué sentido me lo preguntas? Jasmin, me fallo muchas veces. Me frustraba,
me irritaba… A pesar, de todo me enamore de ella. Una vez que pasas por alto
todos sus defectos, te atreves a mirar más allá de sus rasgos superficiales, es
maravillosa.
-
Aún así, vivías esperando que te siguiera defraudando, ¿no es así?
-
¡No es así! Si no hubiera vuelto a confiar en ella, no le hubiera dado otra
oportunidad.- le ratifica de inmediato, pero sus palabras chocan contra un muro
invisible.
-
¿Lo crees realmente Anni? ¿Inconscientemente, no la estabas poniéndola a prueba
constantemente?
La
técnica de sonido, sintiéndose mareada por tantas preguntas y certezas que se
tubo de levantar. Dio círculos sin sentido por el despacho de Lea. Por mucho
que le doliese, lo suyo con Jasmin era la profecía autocumplida. No había
confiado al ciento por cierto en su pareja. Se volvió a sentarse, decidida a
sincerarse consigo misma.
-
La esencia de una persona no cambia, yo siempre lo he creído.- dejo ir todo el
aire que había contenido, percibiendo que la ira daba paso a una emoción más
placentera, el alivio.- Jasmin, es la típica persona que siempre mete la pata
hasta el fondo, que comete los mismos errores una y otra vez. Actúa
impulsivamente, sin pensar. Pero a la vez es frágil y sensible. ¿Quién no la va
a querer? Pero sus defectos han podido más que mi amor. Por eso me irrite con
ella aquellos días. Creí que solo pensaba en ella, sin caer en lo que yo quería
y cómo me sentía. ¡Y sí, me enfade más con ella que con el dichoso
representante musical! Mis miedos me cegaron, no supe valorar la evolución de
mi pareja.
-
¿El miedo de que te dañen?- la interrumpió la terapeuta al final. Quizás, para
indicarle que todas sus experiencias negativas tenían algo en común, el pánico
que sentía a que le dañasen. Des de qué su padre, un modelo a seguir en su
existencia, la repudió por ser lesbiana que huía. Se refugiaba en sus principios,
en un plan de vida rígido. Su mapa del mundo era blanco y negro.
Y
odiaba tanto sentirse frágil, que prefería esconder su sensibilidad a flor de
piel, que acababa siendo una borde integral con la gente. Tenía tanto miedo de
padecer, que había evitado enamorarse. Los ligues eran cómodos, sin ninguna
contaminación sentimental. Pero era valiente para romper con ellas, siéndoles sincera:
no quería relaciones serias. Lo cortaba por lo sano, sin llantos.
Creía
que era un alma libre, sin dar ninguna justificación de sus actos. Todo eso
cambio cuando se enamoro de Jasmin. Fue sorprendente e inhóspito. Algunas veces
se preguntaba si fue solo un capricho, de querer conquistar lo inconquistable.
Su ex era muy hermosa y sensual. Pero en un momento, indescifrable, su deseo se
caso con el amor.
-
No quería volver a amar a alguien tanto como ame a Gisela- confesó al final,
sin dejar de mirar a Lea. La cual siguió impasible, muy profesional:- Pero
Jasmin se fue infiltrando en mi interior, lentamente y con mucho ímpetu. Sí le
perdone tantas cosas y como también le exigía. El miedo de qué me volviera a
decepcionar, que me rompiera el corazón siempre estaba ahí. Por eso me costó
perdonar lo que hizo con la dichosa maqueta.
-
¿Por eso se fue Jasmin, a raíz de vuestra disputa por la maqueta?
-
Fue en esta época. Me engancho besándome con otra. Peleamos y se fue sin más,
dejándome una carta. Cuando me recrimino mi pequeño desliz, sin importancia, no
supe ver lo mucho que estaba herida. Me poseyó la rabia, o todo el
resentimiento que albergaba mi corazón hacia ella.- aquel era otro rasgo suyo
que hacía vida más indigesta. No olvidaba todos los agravios de su vida.
-
¿Sólo por tu infidelidad te dejo?- quiso saber Lea, intuyendo que había algo más.
-
No. Ella fue más sabia, veía que no funcionábamos y el pasado pesaba mucho.-
hizo una breve pausa, para intentar gestionar su culpabilidad:- Cuando me
enfadaba le recitaba todos sus defectos, la desvaloraba o decía lo que opinaba
de ella… No se trataba de tener razón o no, pero no fui delicada. La hacía
sentir mal. Un motivo por el cual se fue, según ella, era que necesitaba
hallarse a sí misma. ¡No sé…! Indirectamente, empujamos a los otros a compartir
nuestro ideal. Cada cual es como es y no hay que pretender cambiar las
personas. Puede que este fue uno de mis errores con Jasmin.
-
Anni, tus reacciones suelen normales. Cuando uno se enfada, ataca a la persona
que te ha irritado. Lo más deseable, aún así, es decir las cosas sin ofender, o
faltar al respeto al otro. Hay mil formas de comunicarle a tu pareja que algo
no te ha gustado de ella y se pueden aprender.- la terapeuta le sonrió,
haciéndola sentirse mejor.- Si deseas, a la próxima sesión, trabajaremos las
formas sanas de comunicarte con la pareja.
-
Te lo agradezco Lea, ¿pero no nos alejaremos demasiado de nuestro objetivo?-
aunque le iba ido bien hablar de Jasmin, no creía que debería dedicarle más
sesiones.
-
Perdona, noto que es algo que te preocupa y eso puede entorpecer el buen
desarrollo de la terapia.- carraspeo un momento, a la vez que anotaba algo en
su libreta de notas:- Puedes aprovecharlo por seguir creciendo como ser humano.
No obstante, quizás he pretendido estirar demasiado la cuerda. No olvides que tú
mandas…
Anni
se removió su pelo. Estaba indecisa. Pensó en Jasmin, quizás algún día
regresaría a Berlín. Y aquella perspectiva la motivaba y sentía que le daría
otra oportunidad ciegamente, porque la amaba. Y en nombre de su amor, debía de
intentar de mejorar como persona.
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