JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO Capítulo 9 (parte 2) (Fanfic de Jasmin y Anni de Guten Zeien, Schlechte Zeiten)
Continuación del capítulo 9, Relaciones pasajeras.
PARTE DOS
A
veces nos amarramos fuertemente en los recuerdos, como si fueran un bote
salvavidas. El vacio, la nada nos atormenta. Jasmin quería sanar su herida
interna, pero parecía no sanarse. Las palabras de Marisa supieron dar en el
centro de su problema. La culpa que sentía hacia que viviera a medias tintas.
La hizo replantear su decisión, mirar más allá de sus miedos.
Se
dio cuenta, que a pesar de todo, Marisa tenía razón. Extrañamente, la modelo se
había ido infiltrando en su interior. La miraba y creía intuir que detrás su
fachada de mujer frívola, existía un ser solitario, torturado por el devenir de
la vida. Algo que hacía que estuvieran conectadas, quisiera o no.
-
Quizás tengas razón, pero no me gustaría hacerte daño. Sigo amando a mi ex.- le
reconoció al final, pero no quería darle falsas esperanzas.- No se que buscas
tu, pero yo no te puedo prometer nada.
-
¿Eso significa que quieres salir conmigo?- parecía algo insegura, como una niña
a punto de salir con su primer amor. Mostrándose frágil. No disimulo su
alegría. Jasmin se rió. Su declaración de amor fue algo torpe y nada romántica.
-
¡Mm, la gran Marisa pretendiendo tener una relación formal!- ironizó, quizás
inconscientemente vengándose de ella.- La que era amante de los no compromisos,
la que quiere fingir lo que no es…- y se detuvo rápidamente, al ver que la
modelo se le humedecían los ojos. Se habían intercambiado los papeles. Lejos de
sentirse bien, se sintió fatal. Se le acerco y la abrazó.- ¿Qué te pasa? Siento
haberme burlado de ti.- se disculpo sinceramente.
Recordó
a Anni y su sentido de la sinceridad. A veces, había llegado a ser corrosiva.
La realidad era que las verdades solían doler. A parte, no se estaba preparada
por personas como ella. Marisa la desconcertaba y sentía que no le estaba
siendo sincera.
-
Jasmin, no tienes que lamentarte por expresar lo que sientes hacia mí.- declaro
la modelo, secándose a los ojos y separándose de ella. Le invitó a ir hasta la
salita comedor y sentarse en el sofá. Había mucho de qué hablar, pero la modelo
le costaba poner voz a sus sentimientos.
Sus
miradas seguían conectadas. Quizás, no hacían falta las palabras. Y así lo sintió
la alemana y se dejó ir por la atracción. Le acarició el rostro, a la vez que
se le iba acercando lentamente. Se besaron con ternura, lentamente. En esta
ocasión, todo fue más dulce y entrañable.
Jasmin
sintió que Marisa realmente la amaba, pero no quiso analizarlo. Sólo se dejo
amar, sin pensar nada más. Quizás, fue egoísta en aceptar el afecto de la
modelo. Se consolaba pensar que ella lo había querido así.
Fue
un día de san Valentín inolvidable. Estuvieron la mayoría de la mañana en la
cama, amándose, acariciándose y hablando de temas banales. A la hora de la
comida se levantaron y prepararon la comida juntas, bromeando y jugueteando.
Por la tarde se amaron más y si no fuera por Jasmin no se hubieran levantado de
la cama.
-
Vamos a pasear- le pidió Jasmin, que le apetecía que le tocase el aire.-
Aunque, debería ir al centro de día.- lamentándose por ello.
-
¡Por favor, haz pila hoy! Tampoco no te pagan nada por ir.- no evito decir la
top modelo. Aquello irrito algo a Jasmin, pero prefirió ignorarlo. Ya la
conocía algo. Pero al final le venció el egoísmo.
-
De acuerdo, pero solo hoy.- determina al final.- Pero salgamos a la calle.
-
¡Vale, tu ganas! De todos modos, nada de agarrarme de la mano ni besos.- le
advirtió muy seria. Incluso, se lo hizo prometer. Le recordó tanto a ella
cuando se lio con Anni por primera vez. Aunque, las circunstancias eran
distintas. Marisa quería seguir oculta en su armario, para miedo de perder su
fama. Aún sabiéndolo, le dolieron algo sus exigencias. Pero debía de respetárselo.
Prefirió
dejarse ir por aquel vendaval, siendo el objeto de veneración de Marisa. Por la
calle parecían las mejores amigas del mundo y en casa dos amantes que daban
rienda suelta a la pasión. Hablaban poco de lo que las unía. Al principio, no
le importaba nada a Jasmin. Pero hubo un momento que dejo de ser satisfactorio
por Jasmin.
Se iba dando cuenta que le gustaba Marisa, le
intrigaba como persona. A pesar, de acostarse juntas y dormir juntas, como una
auténtica pareja Marisa seguía siendo muy hermética. No solía hablar de su
vida, de nada concerniente de su pasado, ni de sus sentimientos hacia ella.
Tampoco
le atosigo más sobre sus sentimientos. Incluso, cuando una noche de amor se le
escapo el nombre de Anni, no se enfado. Se puso por unos segundos seria y le
sonrió mientras le aparaba un mechón de pelo rebelde. La descoloco totalmente.
Ella le hubiera gritado, dolida por pensar en otra persona. ¿O no sentía nada por ella, o simplemente era
su objeto sexual?
En
marzo les visito Martín, había estado un mes y pico trabajando a Berlín. Dedujo
por el mismo que estaban liadas. Se alegro por ellas. Aún así, un día por la
tarde aprovecho por interrogar a Jasmin sobre ello.
-
Jasmin, perdona que me meta.- le dijo de entrada, disculpándose por su intromisión
de antemano:- ¿Ya te has olvidado a Anni? Marisa es sensible y no se merece ser
el segundo plato de nadie. No te perdonaría que la dañases. Quizás, no te lo ha
dicho ella ya se lo paso mal una vez.
-
Entiendo que te preocupes por ella, es tu hermana. Siempre le he sido sincera
Martín.- declaro, no sintiéndose
ofendida por su advertencia. Lo entendía.- A parte, fue ella quién me persiguió
hasta que acepte estar con ella. Ser su pareja, aunque no tenemos una relación
convencional.
-
¡Ya! ¿Pero durante este tiempo has conseguido amarla?- insistió Martín.
-
La apreció y me desconcierta a veces. Aún así, te mentiría que te dijera que la
amo.- lo miro directamente a los ojos, dispuesta a decirle la verdad a pesar de
qué le dañase o defraudase.- El recuerdo de Anni no se borra.
-
Gracias por tu sinceridad.- no escondió sus sentimientos, le gustaba tener a la
alemana como cuñada aún así, necesitaba proteger a Marisa:- Me cuesta pedirte
esto, de verdad. Pero creó que deberías alejarte de ella, por favor te lo pido.
-
Perdona, te respeto aún así no creo que debas pedirme esto. Tu hermana es
suficiente mayor para decidir con quién estar y como. Ya te he dicho, ella
conoce mis sentimientos.- le interrumpe, dolida por su perseverancia de
alejarla de la única persona que le aliaba el dolor.
-
Lo siento, pero insisto: ella te ama. No me lo ha dicho, pero la conozco. Jamás
deja entrar a nadie en su vida, no des que perdió a Abril.- Jasmin abrió los
ojos como dos naranjas, muy desconcertada. Aunque, ya intuía que la modelo
tenía sus propios secretos.- ¿No sabes su historia? Jamás te lo contará.
-
No.- reconoció.- ¿Fue alguien que le rompió el corazón? ¿Por eso huía de las
relaciones estables?- intentando comprender mejor a su pareja y a su amigo.
-
Mira, solo te lo explicaré porque recapacites. No pienses mal, ya sabes que me
caes bien y me encantaría tenerte como cuñada. Aún así, antes escúchame y luego
opina. ¿Qué te parece?
-
Creo que es lo más sensato.- le sonrió y permitió que le narrase la historia de
su pareja, que explicaba porque aparentaba ser tan distante y fría.
-
Marisa, en sus inicios de la profesión, conoció a una chica por internet. Se
llamaba Abril. Se enamoro perdidamente de ella. Era de Cataluña, pero estaba
trabajando en Paris. Se veían siempre en Barcelona. Jamás le permitía irla a
ver a Paris. Marisa soñaba vivir con ella, construir un futuro a su lado.
Aunque, ella los compartía siempre le daba largas. Estuvieron casi un año
viéndose solo fines de semana, o cuando Abril quería.
-
¿Por qué no quería que la visitase a Paris?- lo interrumpió al final Jasmin muy
intrigada por aquello.
-
¿No lo intuyes?- le reto. Lo miro y lo supo.
-
Había otra persona.
-
Sí, tenía una novia y vivía con ella. Lo peor fue que jamás se lo dijo. Lo
descubrió Marisa cuando un día decidió darle una sorpresa. Fue a donde vivía
Abril y le abrió la puerta su mujer. Tuvo la sangre fría de irse y fue incapaz
de articular palabra.
-
Me imagino que rompieron.- supuso, pues era lo que hubiera hecho ella.
-
No. Se afronto a Abril y esta le pidió que no la dejase, le suplico que la
perdonase. Le dijo lo típico que suele decirse en esos casos, que no quería
hacer daño a su pareja oficial, que le debía mucho… Pues que le debía mucho,
que le había ayudado cuando emigro a Paris.
-
Al final, la perdono.
-
Sí. Acepto ser su amante. Pero jamás dejo a su mujer. Marisa se canso, le
volvió la dignidad. E intento dejarla. Pero Abril no la dejaba irse. La llamaba
a toda hora, la amenazaba en suicidarse… Y volvió a caer. Cada vez estaba más y
más agobiada. No dormía, no comía… la tenia controlada. Los que la apreciamos conseguimos convencerla
de qué la dejase en serio. Estuvo una temporada tranquila, intento conocer a
otras chicas pero ella reaparecía. Como si estuviera controlando sus
movimientos.
-
A eso se llama asedio.- Jasmin flipo por aquella historia y sintió lastima por
su pareja. No le extrañaba que se hubiera construido una fuerte coraza.
-
Si se aprovecho de su juventud, de su amor incondicional. Le dio una tercera
oportunidad, le volvió a mentir diciéndole que se había separado. Y en cierta
forma, debió ser así porque se traslado a vivir a Barcelona. Se convirtió en su
representante y le ayudo a conseguir contratos.
-
¿Y…?- no evito interrumpirle de nuevo Jasmin, impaciente por saber el desenlace
de aquella odisea de amor borrascosa.
-
Compartieron una época hermosa y feliz. Aún así, la naturaleza de una persona
no puede cambiar. Abril era una cazadora. Le fue infiel con otra modelo. Marisa
enloqueció, trato de retenerla. Dependía mucho de ella y no acepto que la
dejase. En un acto desesperado trato de suicidarse, para evitar lo obvio. Se
tomo unas pastillas, por suerte ella llego a pronto. La dejo en el hospital, me
llamó y se marcho como una cobarde. Ya no se vieron más.
-
En cierta forma, fue lo mejor.- opinó Jasmin. Su piel estaba toda erizada.
-
Jamás la debió de haber conocido. Le cambio la vida. Y no sé, si jamás volverá
a ser la misma.- admite Martín, no disimular lo mucho que aquello le
entristecía.- ¿Entiendes por qué te lo digo?
-
Sí. Hay experiencias que cambian la vida para siempre.- se calló. Se sentía muy
impotente. Entendía los ruegos de su amigo, pero no sabía cómo actuar ante
Marisa. No le podían culpar por no ser sincera. A parte, la modelo la había
perseguido hasta convertirse en amantes. ¿Debía de romper con ella? ¿No le
volvería a dañar otra vez?- No sé qué hacer. Ella se que quiere estar a mi
lado, ha luchado por tenerme. He sido demasiado egoísta aceptando su afecto
incondicional. Aunque, en ningún momento hemos hablado de amor. Nunca me ha
admitido que me quiere.
-
No lo hará jamás.- le interrumpe.- No quiere sentirse frágil, lo odia. No
quiere entregarle el corazón a nadie más. Prefiere aparentar ser una persona
frívola, a usar a las mujeres a su antojo en lugar de abrirse y ser ella misma.
Pero esta ocasión, es distinto. Es raro que una amante le dure casi un mes.
Ella está enamorada de ti, aunque jamás te lo dirá.
-
Te prometo que me pensaré lo que puedo hacer. Me gustaría poderla ayudar, pero
siento que no estoy pasando tampoco un buen momento.- reconoce.- Como me dijo
ella mil veces, yo soy un parche. Por eso, en el fondo, ella me entiende tan
bien. Ojala pudiera corresponderla. Se merece encontrar a alguien que la ame.
-
Sí.- Martín, le cogió la mano derecha y se la apretó agradecido:- ¿Eso
significa que la dejarás?
-
Sí, pero dame tiempo. Debo de pensarlo.- le sonrió.
-
¿Qué debes de pensar Jasmin?- pregunto Marisa, que terminaba de entrar al piso.
Lo había hecho tan silenciosamente que no se habían dado cuenta de su llegada.
Enmudecieron y se miraron. Tardaron algo en reaccionar, pero al final fue
Jasmin quién hablo primero.
-
Estaba barajando ir a visitar a mi madre y hermana. Martín me ha dicho que se
vuelve a Berlín la semana que viene y me ha propuesto ir con él.- la modelo les
miro a los dos, siguiendo desconfiando. Volvió a lucir su ironía y frialdad,
usando un tono de voz algo hiriente.
-
¿Quieres regresar a Berlín, no me lo habías dicho?- le interrogo, molesta por
aquella perspectiva.
-Lo
estaba barajando, pero no quería decirte nada hasta que lo tuviera decidido.
Pero sería un viaje de ida y vuelta.- siguió mintiendo. Se sintió fatal por
ello. Martín la miro de forma asesina, porque en cierta forma parecía que le
estaba dando esperanzas para que su relación siguiera.- ¿Te parece que lo
hablemos más tarde?- añadió, tratando de ser sensata.
No
tocaron más aquel tema aquella noche. Cenaron y Martín se fue a dormir con su
pareja. Se acostaron y Marisa la abrazo fuerte. No le dijo que la amaba, pero
se lo hizo sentir. Jasmin no durmió bien aquella noche. Se despertó a las tres
de la madrugada. Su pareja dormía plácidamente. La observo durante un tiempo
indefinido.
Marisa
dormida parecía un ángel desvalido, que acunaría y mimaría. ¿Por qué no
conseguía amarla como amaba a Anni? Había sido egoísta al dejarla entrar en su
vida. Necesitaba hablar con otra persona, aliena al asunto. Martín no sería
imparcial. Determino al final acudir a su amigo Antonio, era muy sabio y
siempre le regalaba buenos consejos.
El
día siguiente Marisa le dio una inesperada noticia, que la descoloco algo. Más
que nada porque antes no le había comunicado que tenia de viajar a Nueva York
por una campaña.
-
No soy la única que se guarda sus planes para ella.- le recrimino cuando
expreso su desconcierto por su marcha. La hizo sentir mal y se dio cuenta de
ello. Aún así, termino por dulcificar su gesto:- Tengo el lujo de aceptar, o
rechazar, las ofertas de trabajo cuando
me plazca. Ya toca ir a trabajar. A parte, intuyo que nos irá bien esta breve
separación. ¿No es así?
Jasmin
no supo que responder. Por unos instantes, pensó que había oído más su
conversación con su hermano. Si era así, debía estar dolida. De todos modos,
prefirió callar. No quería delatar más a su amigo. La dejo que huyese, que
repitiese su patrón de conducta. Se había acostumbrado a ser usada y tirada, a
aceptar escuetas horas de amor y pasión. Y quizás, no entendía otras formas de
estar con alguien. Ella tampoco ayudaba con sus dudas y no sentirse tan
comprometida.
-
Marisa, no quiero que te vayas enfadada. No pensaba que te doliese tanto la
perspectiva de que regrese a Berlín.- admite, intentando suavizar la tensión.
-
¡No estoy enfadada! Sólo soy realista. Te recuerdo que sigues amando a otra y
se perfectamente que siempre seré la otra, la de paso.
Jasmin
calló, no supo que decir. Le dio la razón. No quitaba que le doliese. La Marisa
que había conocido en aquel mes era genial, divertida, tierna, inteligente e
incluso simpática. Le había regalado tanto amor y buen sexo. Aunque, también era muy exigente con sus
normas y su miedo en que descubrieran su secreto a veces le molestaba.
-
No te sientas culpable, yo te empuje a estar conmigo.- se le acerco, le
acaricio el rostro y le robo un beso.- Un sueño demasiado corto. Sabes, me
hubiera gustado ser la causante de tu sonrisa, verte reír. Cuando lo haces lo
iluminas todo. Te confieso una cosa, hace tiempo que me había fijado en ti. Estuve
viviendo a Berlín cuando estabas casada con Kurt Leroy. Fuiste mi ídolo y me
derretía cada vez que te reías.
Jasmin
se le humedecieron los ojos. No fue capaz mantener la dulce mirada de la top
modelo. Se sentía muy mal por no poder corresponder a sus sentimientos al 100%.
-
No llores amor mío, no llores.- le susurro muy cerca, a la vez que le iba
secándole las lágrimas con pequeños besos.- No debes de responsabilizarte por
mis sentimientos. La gente no suele ser tan transparente como tú. Se libre para
estar con quién desees. Pero por favor, recupera la sonrisa.
-
¡Oh, Marisa eres maravillosa!- le dijo, a la vez que la abrezaba y la beso con
ternura. Le quito la bata y se amaron toda la mañana, con sabor a despedida.
Era una rotura con la puerta abierta para un futuro. Jasmin intuyó que podría
llegar a amar a la verdadera Marisa. Aún así, su verdad por el momento, era que
no estaba preparada por una relación seria.
-
Estaré un mes a Estados Unidos, a la vuelta podemos seguir hablando de
nosotras. Puedes hacer lo que desees. No hay problema para que te sigues
quedando en el piso. Y si prefieres cambiarte ningún problema.
-
Eres un cielo. Te esperare para comunicarte mi decisión, no quiero seguir dejando
cables sueltos en mi vida.- pensando en los errores de su pasado. Siempre lamentaría
haberse ido de Berlín sin despedirse de Anni, dejándole solo una triste carta.
-
No hace falta, si decides irte déjame una nota.- le exige, y lo decía en
serio.- Las despedidas son demasiado dolorosas.
Marisa
se fue aquella misma tarde, como un relámpago. Jasmin sintió un nudo al
estomago. Recordó a una vieja amiga, siempre le decía que el ser humano podía amar
a varias personas al largo de la vida. No creía en la monogamia, más bien en
las relaciones secuenciales. Y quizás, algo de razón tenía. En el fondo de su
alma, una parte de ella, había llegado a amar a la top modelo. No obstante, no
había sido suficiente ni estaba preparada por una relación seria.
Con
la ausencia de su jefa-pareja el vacio se le acentuó. Tenía más horas para dar
vueltas a las mismas cosas. La nostalgia a su patria se adueñaba de su ser. Una
noche no pudo más y se atrevió a llamar, por fin, a Dominik. Su mejor amigo se
alegro por saber de ella por fin, y no evitó recriminarle por su mutismo.
-
Lo siento, necesitaba poner perspectiva a todo. ¿Cómo estás?
-
Entiendo, pero te gusta que suframos por ti.- realmente parecía dolido.- No
cuenta tu. ¿Cómo estás y a dónde?
-
A Barcelona, pero prefiero que no lo sepa mucha gente.
-
¡No sé porqué! Aunque, Anni pagaría aún por saber dónde te escondes.- le
confeso, esperando hacerla reaccionar y que regresará. Hubo un silencio muy
lagunar, aquello le indico que su amiga la seguía amándola.- Regresa, no creo
que te reciba mal. Ella sigue amando, te perdonará. ¿Jasmin estás ahí?
-
Sí. ¿De verdad, que no está dolida? No me lo creo.- creía conocer a su pareja,
y era muy terca y dura. Dudaba que la perdonase tan fácilmente. Ni ella misma
se perdonaba por ser tan cabezota e impulsiva.
-
Lo estaba. Pero después de la muerte de su padre e ir a la psicóloga le están ayudando
mucho a superar vuestra rotura.- a Jasmin se le volcó el corazón, sabía que
significaba el padre por su ex pareja. Aún estar reñidos siempre había sido un
referente para ella.
-
Lo siento por ella. Debió ser duro. ¡Pobre Anni!
-
Regresa por favor. De verdad, lo podéis arreglar.- insistió Dominik.
-
Aún no me siento preparada. Me fui por dos razones. La primera porque me había dolido
su desliz y la segunda porque necesitaba encontrarme. Ya no me duele su pequeña
traición, más la entiendo. Ella es un espíritu libre. Respecto a lo segundo,
estoy por el camino. Me siento más útil, pero me siento muy vacía. Tener pareja
no lo soluciona. He intentando estar con otra chica, pero nada quita mi
desesperanza.- le confesó al final.- No se qué haré, debo intentar estar sola.
-
¿Puedo hacer algo por ti?
-
No Nick, gracias. Es un sendero que debo de recorrer sola. Ya has hecho en
escucharme.
-
De nada. Por favor, no tardes tanto en volverme a llamar.
-
De acuerdo. Puedes decirle a Anni que lo siento mucho por lo de su padre y…- se
sentía insegura:- que estoy bien. Conociéndola seguro que está preocupada por mí
también.
-
¿Por qué no se lo dices tú? Te ha llamado mil veces. Ahora entiendo porqué
nadie te ha podido contactado contigo, te has cambiado de número. De verdad, no
entiendo tu aislamiento.
-
No fue algo pretendido, se me estropeo el móvil nada más llegar aquí. Una larga
historia…- se justifico, pero no había excusa realmente.- No, será mejor que no
la llame. Aún no estoy preparada para afrontarla.
-
Como quieras.- dijo Dominik, algo dolido por su silencio aún.
-
Siento no haberte dicho nada antes, pero me importas mucho. Siempre serás mi
mejor amigo. Gracia por todo, para intentar comprenderme y tus consejos. Sólo,
que sigo perdida.- al final él lo comprendió y hicieron las paces de corazón.
Los
días costaban pasar. Martín había regresado a Berlín, sin antes exigirle que
cumpliera su promesa. Aunque lo entendía, pero también sentía que se entrometía
demasiado en la vida de su hermana y no era nadie para dirigir su vida. Aquello
no evitaba, que se sintiera como una autentica hija de puta.
La
única persona que le reconfortaba era su amigo Antonio. La escuchaba sin juzgarla. Le ayudaba a ver
las cosas de otro modo e indirectamente fue él quien le señalo el sendero a
recorrer. Fue una tarde de principios de abril, una semana antes que volviera
Marisa, que lo supo.
-
Sigo sintiendo que vivo a medias tintas, sin rumbo. El recuerdo de Anni, sigue persiguiéndome.
Y no sé si seré feliz sin ella. Eso tiene solución obvia, regresar a Berlín por
recuperarla. Dominik me ha dicho que tengo posibilidades.
-
¿Entonces, por qué no lo haces?- poniendo voz a sus dudas.
-
No soy feliz y creo que la felicidad no depende de si estoy o no estoy con la
persona que amo. Debo aprender a estar sola, a escucharme y a amarme más. Si no
estoy bien, no puedo compartir la vida con nadie. Eso me lo has enseñado tú.- Le
apretó la mano y se sonrieron.
-
Sabes, a mi me funciono realizar el camino de Santiago. ¿Has oído hablar sobre
él?- Jasmin recordó el monográfico que leyó en el avión sobre aquella ruta de peregrinaje
hacia la capital de Galicia, la tierra de meigas y leyendas. Y se le iluminaron
los ojos. Determinado que lo haría.
-
Gracias Antonio.- lo abrazó y le dio varios besos.
-
A si me gusta, que te rías. Marisa tiene razón, eres mucho más hermosa cuando sonríes.
-
¡Ah, pillín en tus tiempos debías ser un seductor nato!
-
¡Ni te lo digo! Seguro que no te me hubieras escapado.- le dio un pequeño
golpecito en la espalda por bribón.- Espero volverte a ver, que encuentres lo
que estas buscando. Entonces, ya nada podrá contigo.
Se
fundieron en un abrazo sincero, largo y cálido. Decían que los abrazos tenían mucho
poder. Y la verdad era que así era. Dos personas le habían dado fuerzas por
seguir andando. Marisa con su generosidad y Antonio con su sabiduría. Días
después emprendía el camino de san Jaume (Jaime), con destino Santiago de
Compostela. Quizás su viaje definitivo…
Capítulo
10: Jasmin es mi inspiración en el viaje al estrellato
Me encantaaaaa!sigue cuando puedes!
ResponderEliminarGracias por el comentario. Me alegro que te este gustando.
ResponderEliminarMe encanta lo que escribis! Donde puedo ver los capitulos de esa serie?
ResponderEliminarHola. Gracias por tu comentario. Me alegro que te este también gustando.
ResponderEliminarRespeto donde puedes seguir la historia de Anni y Jasmin, te cuento. Hay un grupo de la pareja Anni y Jasmin de google, debes de enviar un mail diciendo que te gusta su historia, eres fan y te incluyen en el grupo. Una vez te añaden tendras acceso a todos los capitulos sobre ellas... des de los inicios, por el 2013 hasta ahora.
Dirección mail para la solicitud: jasanni+noreply@googlegroups.com