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JAMÁS VOLVERÁ A SER LO MISMO Capítulo 9 (parte 2) (Fanfic de Jasmin y Anni de Guten Zeien, Schlechte Zeiten)


Continuación del capítulo 9, Relaciones pasajeras. 

PARTE DOS 

A veces nos amarramos fuertemente en los recuerdos, como si fueran un bote salvavidas. El vacio, la nada nos atormenta. Jasmin quería sanar su herida interna, pero parecía no sanarse. Las palabras de Marisa supieron dar en el centro de su problema. La culpa que sentía hacia que viviera a medias tintas. La hizo replantear su decisión, mirar más allá de sus miedos.
Se dio cuenta, que a pesar de todo, Marisa tenía razón. Extrañamente, la modelo se había ido infiltrando en su interior. La miraba y creía intuir que detrás su fachada de mujer frívola, existía un ser solitario, torturado por el devenir de la vida. Algo que hacía que estuvieran conectadas, quisiera o no.
- Quizás tengas razón, pero no me gustaría hacerte daño. Sigo amando a mi ex.- le reconoció al final, pero no quería darle falsas esperanzas.- No se que buscas tu, pero yo no te puedo prometer nada.
- ¿Eso significa que quieres salir conmigo?- parecía algo insegura, como una niña a punto de salir con su primer amor. Mostrándose frágil. No disimulo su alegría. Jasmin se rió. Su declaración de amor fue algo torpe y nada romántica.
- ¡Mm, la gran Marisa pretendiendo tener una relación formal!- ironizó, quizás inconscientemente vengándose de ella.- La que era amante de los no compromisos, la que quiere fingir lo que no es…- y se detuvo rápidamente, al ver que la modelo se le humedecían los ojos. Se habían intercambiado los papeles. Lejos de sentirse bien, se sintió fatal. Se le acerco y la abrazó.- ¿Qué te pasa? Siento haberme burlado de ti.- se disculpo sinceramente.
Recordó a Anni y su sentido de la sinceridad. A veces, había llegado a ser corrosiva. La realidad era que las verdades solían doler. A parte, no se estaba preparada por personas como ella. Marisa la desconcertaba y sentía que no le estaba siendo sincera.
- Jasmin, no tienes que lamentarte por expresar lo que sientes hacia mí.- declaro la modelo, secándose a los ojos y separándose de ella. Le invitó a ir hasta la salita comedor y sentarse en el sofá. Había mucho de qué hablar, pero la modelo le costaba poner voz a sus sentimientos.
Sus miradas seguían conectadas. Quizás, no hacían falta las palabras. Y así lo sintió la alemana y se dejó ir por la atracción. Le acarició el rostro, a la vez que se le iba acercando lentamente. Se besaron con ternura, lentamente. En esta ocasión, todo fue más dulce y entrañable.
Jasmin sintió que Marisa realmente la amaba, pero no quiso analizarlo. Sólo se dejo amar, sin pensar nada más. Quizás, fue egoísta en aceptar el afecto de la modelo. Se consolaba pensar que ella lo había querido así.
Fue un día de san Valentín inolvidable. Estuvieron la mayoría de la mañana en la cama, amándose, acariciándose y hablando de temas banales. A la hora de la comida se levantaron y prepararon la comida juntas, bromeando y jugueteando. Por la tarde se amaron más y si no fuera por Jasmin no se hubieran levantado de la cama.
- Vamos a pasear- le pidió Jasmin, que le apetecía que le tocase el aire.- Aunque, debería ir al centro de día.- lamentándose por ello.
- ¡Por favor, haz pila hoy! Tampoco no te pagan nada por ir.- no evito decir la top modelo. Aquello irrito algo a Jasmin, pero prefirió ignorarlo. Ya la conocía algo. Pero al final le venció el egoísmo.
- De acuerdo, pero solo hoy.- determina al final.- Pero salgamos a la calle.
- ¡Vale, tu ganas! De todos modos, nada de agarrarme de la mano ni besos.- le advirtió muy seria. Incluso, se lo hizo prometer. Le recordó tanto a ella cuando se lio con Anni por primera vez. Aunque, las circunstancias eran distintas. Marisa quería seguir oculta en su armario, para miedo de perder su fama. Aún sabiéndolo, le dolieron algo sus exigencias. Pero debía de respetárselo.
Prefirió dejarse ir por aquel vendaval, siendo el objeto de veneración de Marisa. Por la calle parecían las mejores amigas del mundo y en casa dos amantes que daban rienda suelta a la pasión. Hablaban poco de lo que las unía. Al principio, no le importaba nada a Jasmin. Pero hubo un momento que dejo de ser satisfactorio por Jasmin.
 Se iba dando cuenta que le gustaba Marisa, le intrigaba como persona. A pesar, de acostarse juntas y dormir juntas, como una auténtica pareja Marisa seguía siendo muy hermética. No solía hablar de su vida, de nada concerniente de su pasado, ni de sus sentimientos hacia ella.
Tampoco le atosigo más sobre sus sentimientos. Incluso, cuando una noche de amor se le escapo el nombre de Anni, no se enfado. Se puso por unos segundos seria y le sonrió mientras le aparaba un mechón de pelo rebelde. La descoloco totalmente. Ella le hubiera gritado, dolida por pensar en otra persona.  ¿O no sentía nada por ella, o simplemente era su objeto sexual?
En marzo les visito Martín, había estado un mes y pico trabajando a Berlín. Dedujo por el mismo que estaban liadas. Se alegro por ellas. Aún así, un día por la tarde aprovecho por interrogar a Jasmin sobre ello.
- Jasmin, perdona que me meta.- le dijo de entrada, disculpándose por su intromisión de antemano:- ¿Ya te has olvidado a Anni? Marisa es sensible y no se merece ser el segundo plato de nadie. No te perdonaría que la dañases. Quizás, no te lo ha dicho ella ya se lo paso mal una vez.
- Entiendo que te preocupes por ella, es tu hermana. Siempre le he sido sincera Martín.- declaro,  no sintiéndose ofendida por su advertencia. Lo entendía.- A parte, fue ella quién me persiguió hasta que acepte estar con ella. Ser su pareja, aunque no tenemos una relación convencional.
- ¡Ya! ¿Pero durante este tiempo has conseguido amarla?- insistió Martín.
- La apreció y me desconcierta a veces. Aún así, te mentiría que te dijera que la amo.- lo miro directamente a los ojos, dispuesta a decirle la verdad a pesar de qué le dañase o defraudase.- El recuerdo de Anni no se borra.
- Gracias por tu sinceridad.- no escondió sus sentimientos, le gustaba tener a la alemana como cuñada aún así, necesitaba proteger a Marisa:- Me cuesta pedirte esto, de verdad. Pero creó que deberías alejarte de ella, por favor te lo pido.
- Perdona, te respeto aún así no creo que debas pedirme esto. Tu hermana es suficiente mayor para decidir con quién estar y como. Ya te he dicho, ella conoce mis sentimientos.- le interrumpe, dolida por su perseverancia de alejarla de la única persona que le aliaba el dolor.
- Lo siento, pero insisto: ella te ama. No me lo ha dicho, pero la conozco. Jamás deja entrar a nadie en su vida, no des que perdió a Abril.- Jasmin abrió los ojos como dos naranjas, muy desconcertada. Aunque, ya intuía que la modelo tenía sus propios secretos.- ¿No sabes su historia? Jamás te lo contará.
- No.- reconoció.- ¿Fue alguien que le rompió el corazón? ¿Por eso huía de las relaciones estables?- intentando comprender mejor a su pareja y a su amigo.
- Mira, solo te lo explicaré porque recapacites. No pienses mal, ya sabes que me caes bien y me encantaría tenerte como cuñada. Aún así, antes escúchame y luego opina. ¿Qué te parece?
- Creo que es lo más sensato.- le sonrió y permitió que le narrase la historia de su pareja, que explicaba porque aparentaba ser tan distante y fría.
- Marisa, en sus inicios de la profesión, conoció a una chica por internet. Se llamaba Abril. Se enamoro perdidamente de ella. Era de Cataluña, pero estaba trabajando en Paris. Se veían siempre en Barcelona. Jamás le permitía irla a ver a Paris. Marisa soñaba vivir con ella, construir un futuro a su lado. Aunque, ella los compartía siempre le daba largas. Estuvieron casi un año viéndose solo fines de semana, o cuando Abril quería.
- ¿Por qué no quería que la visitase a Paris?- lo interrumpió al final Jasmin muy intrigada por aquello.
- ¿No lo intuyes?- le reto. Lo miro y lo supo.
- Había otra persona.
- Sí, tenía una novia y vivía con ella. Lo peor fue que jamás se lo dijo. Lo descubrió Marisa cuando un día decidió darle una sorpresa. Fue a donde vivía Abril y le abrió la puerta su mujer. Tuvo la sangre fría de irse y fue incapaz de articular palabra.
- Me imagino que rompieron.- supuso, pues era lo que hubiera hecho ella.
- No. Se afronto a Abril y esta le pidió que no la dejase, le suplico que la perdonase. Le dijo lo típico que suele decirse en esos casos, que no quería hacer daño a su pareja oficial, que le debía mucho… Pues que le debía mucho, que le había ayudado cuando emigro a Paris.
- Al final, la perdono.
- Sí. Acepto ser su amante. Pero jamás dejo a su mujer. Marisa se canso, le volvió la dignidad. E intento dejarla. Pero Abril no la dejaba irse. La llamaba a toda hora, la amenazaba en suicidarse… Y volvió a caer. Cada vez estaba más y más agobiada. No dormía, no comía… la tenia controlada.  Los que la apreciamos conseguimos convencerla de qué la dejase en serio. Estuvo una temporada tranquila, intento conocer a otras chicas pero ella reaparecía. Como si estuviera controlando sus movimientos.
- A eso se llama asedio.- Jasmin flipo por aquella historia y sintió lastima por su pareja. No le extrañaba que se hubiera construido una fuerte coraza.
- Si se aprovecho de su juventud, de su amor incondicional. Le dio una tercera oportunidad, le volvió a mentir diciéndole que se había separado. Y en cierta forma, debió ser así porque se traslado a vivir a Barcelona. Se convirtió en su representante y le ayudo a conseguir contratos.
- ¿Y…?- no evito interrumpirle de nuevo Jasmin, impaciente por saber el desenlace de aquella odisea de amor borrascosa.
- Compartieron una época hermosa y feliz. Aún así, la naturaleza de una persona no puede cambiar. Abril era una cazadora. Le fue infiel con otra modelo. Marisa enloqueció, trato de retenerla. Dependía mucho de ella y no acepto que la dejase. En un acto desesperado trato de suicidarse, para evitar lo obvio. Se tomo unas pastillas, por suerte ella llego a pronto. La dejo en el hospital, me llamó y se marcho como una cobarde. Ya no se vieron más.
- En cierta forma, fue lo mejor.- opinó Jasmin. Su piel estaba toda erizada.
- Jamás la debió de haber conocido. Le cambio la vida. Y no sé, si jamás volverá a ser la misma.- admite Martín, no disimular lo mucho que aquello le entristecía.- ¿Entiendes por qué te lo digo?
- Sí. Hay experiencias que cambian la vida para siempre.- se calló. Se sentía muy impotente. Entendía los ruegos de su amigo, pero no sabía cómo actuar ante Marisa. No le podían culpar por no ser sincera. A parte, la modelo la había perseguido hasta convertirse en amantes. ¿Debía de romper con ella? ¿No le volvería a dañar otra vez?- No sé qué hacer. Ella se que quiere estar a mi lado, ha luchado por tenerme. He sido demasiado egoísta aceptando su afecto incondicional. Aunque, en ningún momento hemos hablado de amor. Nunca me ha admitido que me quiere.
- No lo hará jamás.- le interrumpe.- No quiere sentirse frágil, lo odia. No quiere entregarle el corazón a nadie más. Prefiere aparentar ser una persona frívola, a usar a las mujeres a su antojo en lugar de abrirse y ser ella misma. Pero esta ocasión, es distinto. Es raro que una amante le dure casi un mes. Ella está enamorada de ti, aunque jamás te lo dirá.
- Te prometo que me pensaré lo que puedo hacer. Me gustaría poderla ayudar, pero siento que no estoy pasando tampoco un buen momento.- reconoce.- Como me dijo ella mil veces, yo soy un parche. Por eso, en el fondo, ella me entiende tan bien. Ojala pudiera corresponderla. Se merece encontrar a alguien que la ame.
- Sí.- Martín, le cogió la mano derecha y se la apretó agradecido:- ¿Eso significa que la dejarás?
- Sí, pero dame tiempo. Debo de pensarlo.- le sonrió.
- ¿Qué debes de pensar Jasmin?- pregunto Marisa, que terminaba de entrar al piso. Lo había hecho tan silenciosamente que no se habían dado cuenta de su llegada. Enmudecieron y se miraron. Tardaron algo en reaccionar, pero al final fue Jasmin quién hablo primero.
- Estaba barajando ir a visitar a mi madre y hermana. Martín me ha dicho que se vuelve a Berlín la semana que viene y me ha propuesto ir con él.- la modelo les miro a los dos, siguiendo desconfiando. Volvió a lucir su ironía y frialdad, usando un tono de voz algo hiriente.
- ¿Quieres regresar a Berlín, no me lo habías dicho?- le interrogo, molesta por aquella perspectiva.
-Lo estaba barajando, pero no quería decirte nada hasta que lo tuviera decidido. Pero sería un viaje de ida y vuelta.- siguió mintiendo. Se sintió fatal por ello. Martín la miro de forma asesina, porque en cierta forma parecía que le estaba dando esperanzas para que su relación siguiera.- ¿Te parece que lo hablemos más tarde?- añadió, tratando de ser sensata.
No tocaron más aquel tema aquella noche. Cenaron y Martín se fue a dormir con su pareja. Se acostaron y Marisa la abrazo fuerte. No le dijo que la amaba, pero se lo hizo sentir. Jasmin no durmió bien aquella noche. Se despertó a las tres de la madrugada. Su pareja dormía plácidamente. La observo durante un tiempo indefinido.
Marisa dormida parecía un ángel desvalido, que acunaría y mimaría. ¿Por qué no conseguía amarla como amaba a Anni? Había sido egoísta al dejarla entrar en su vida. Necesitaba hablar con otra persona, aliena al asunto. Martín no sería imparcial. Determino al final acudir a su amigo Antonio, era muy sabio y siempre le regalaba buenos consejos.
El día siguiente Marisa le dio una inesperada noticia, que la descoloco algo. Más que nada porque antes no le había comunicado que tenia de viajar a Nueva York por una campaña.
- No soy la única que se guarda sus planes para ella.- le recrimino cuando expreso su desconcierto por su marcha. La hizo sentir mal y se dio cuenta de ello. Aún así, termino por dulcificar su gesto:- Tengo el lujo de aceptar, o rechazar,  las ofertas de trabajo cuando me plazca. Ya toca ir a trabajar. A parte, intuyo que nos irá bien esta breve separación. ¿No es así?
Jasmin no supo que responder. Por unos instantes, pensó que había oído más su conversación con su hermano. Si era así, debía estar dolida. De todos modos, prefirió callar. No quería delatar más a su amigo. La dejo que huyese, que repitiese su patrón de conducta. Se había acostumbrado a ser usada y tirada, a aceptar escuetas horas de amor y pasión. Y quizás, no entendía otras formas de estar con alguien. Ella tampoco ayudaba con sus dudas y no sentirse tan comprometida.
- Marisa, no quiero que te vayas enfadada. No pensaba que te doliese tanto la perspectiva de que regrese a Berlín.- admite, intentando suavizar la tensión.
- ¡No estoy enfadada! Sólo soy realista. Te recuerdo que sigues amando a otra y se perfectamente que siempre seré la otra, la de paso.
Jasmin calló, no supo que decir. Le dio la razón. No quitaba que le doliese. La Marisa que había conocido en aquel mes era genial, divertida, tierna, inteligente e incluso simpática. Le había regalado tanto amor y buen sexo.  Aunque, también era muy exigente con sus normas y su miedo en que descubrieran su secreto a veces le molestaba.
- No te sientas culpable, yo te empuje a estar conmigo.- se le acerco, le acaricio el rostro y le robo un beso.- Un sueño demasiado corto. Sabes, me hubiera gustado ser la causante de tu sonrisa, verte reír. Cuando lo haces lo iluminas todo. Te confieso una cosa, hace tiempo que me había fijado en ti. Estuve viviendo a Berlín cuando estabas casada con Kurt Leroy. Fuiste mi ídolo y me derretía cada vez que te reías.
Jasmin se le humedecieron los ojos. No fue capaz mantener la dulce mirada de la top modelo. Se sentía muy mal por no poder corresponder a sus sentimientos al 100%.
- No llores amor mío, no llores.- le susurro muy cerca, a la vez que le iba secándole las lágrimas con pequeños besos.- No debes de responsabilizarte por mis sentimientos. La gente no suele ser tan transparente como tú. Se libre para estar con quién desees. Pero por favor, recupera la sonrisa.
- ¡Oh, Marisa eres maravillosa!- le dijo, a la vez que la abrezaba y la beso con ternura. Le quito la bata y se amaron toda la mañana, con sabor a despedida. Era una rotura con la puerta abierta para un futuro. Jasmin intuyó que podría llegar a amar a la verdadera Marisa. Aún así, su verdad por el momento, era que no estaba preparada por una relación seria.
- Estaré un mes a Estados Unidos, a la vuelta podemos seguir hablando de nosotras. Puedes hacer lo que desees. No hay problema para que te sigues quedando en el piso. Y si prefieres cambiarte ningún  problema.
- Eres un cielo. Te esperare para comunicarte mi decisión, no quiero seguir dejando cables sueltos en mi vida.- pensando en los errores de su pasado. Siempre lamentaría haberse ido de Berlín sin despedirse de Anni, dejándole solo una triste carta.
- No hace falta, si decides irte déjame una nota.- le exige, y lo decía en serio.- Las despedidas son demasiado dolorosas.
Marisa se fue aquella misma tarde, como un relámpago. Jasmin sintió un nudo al estomago. Recordó a una vieja amiga, siempre le decía que el ser humano podía amar a varias personas al largo de la vida. No creía en la monogamia, más bien en las relaciones secuenciales. Y quizás, algo de razón tenía. En el fondo de su alma, una parte de ella, había llegado a amar a la top modelo. No obstante, no había sido suficiente ni estaba preparada por una relación seria.
Con la ausencia de su jefa-pareja el vacio se le acentuó. Tenía más horas para dar vueltas a las mismas cosas. La nostalgia a su patria se adueñaba de su ser. Una noche no pudo más y se atrevió a llamar, por fin, a Dominik. Su mejor amigo se alegro por saber de ella por fin, y no evitó recriminarle por su mutismo.
- Lo siento, necesitaba poner perspectiva a todo. ¿Cómo estás?
- Entiendo, pero te gusta que suframos por ti.- realmente parecía dolido.- No cuenta tu. ¿Cómo estás y a dónde?
- A Barcelona, pero prefiero que no lo sepa mucha gente.
- ¡No sé porqué! Aunque, Anni pagaría aún por saber dónde te escondes.- le confeso, esperando hacerla reaccionar y que regresará. Hubo un silencio muy lagunar, aquello le indico que su amiga la seguía amándola.- Regresa, no creo que te reciba mal. Ella sigue amando, te perdonará. ¿Jasmin estás ahí?
- Sí. ¿De verdad, que no está dolida? No me lo creo.- creía conocer a su pareja, y era muy terca y dura. Dudaba que la perdonase tan fácilmente. Ni ella misma se perdonaba por ser tan cabezota e impulsiva.
- Lo estaba. Pero después de la muerte de su padre e ir a la psicóloga le están ayudando mucho a superar vuestra rotura.- a Jasmin se le volcó el corazón, sabía que significaba el padre por su ex pareja. Aún estar reñidos siempre había sido un referente para ella.
- Lo siento por ella. Debió ser duro. ¡Pobre Anni!
- Regresa por favor. De verdad, lo podéis arreglar.- insistió Dominik.
- Aún no me siento preparada. Me fui por dos razones. La primera porque me había dolido su desliz y la segunda porque necesitaba encontrarme. Ya no me duele su pequeña traición, más la entiendo. Ella es un espíritu libre. Respecto a lo segundo, estoy por el camino. Me siento más útil, pero me siento muy vacía. Tener pareja no lo soluciona. He intentando estar con otra chica, pero nada quita mi desesperanza.- le confesó al final.- No se qué haré, debo intentar estar sola.  
- ¿Puedo hacer algo por ti?
- No Nick, gracias. Es un sendero que debo de recorrer sola. Ya has hecho en escucharme.
- De nada. Por favor, no tardes tanto en volverme a llamar.
- De acuerdo. Puedes decirle a Anni que lo siento mucho por lo de su padre y…- se sentía insegura:- que estoy bien. Conociéndola seguro que está preocupada por mí también.
- ¿Por qué no se lo dices tú? Te ha llamado mil veces. Ahora entiendo porqué nadie te ha podido contactado contigo, te has cambiado de número. De verdad, no entiendo tu aislamiento.
- No fue algo pretendido, se me estropeo el móvil nada más llegar aquí. Una larga historia…- se justifico, pero no había excusa realmente.- No, será mejor que no la llame. Aún no estoy preparada para afrontarla.
- Como quieras.- dijo Dominik, algo dolido por su silencio aún.
- Siento no haberte dicho nada antes, pero me importas mucho. Siempre serás mi mejor amigo. Gracia por todo, para intentar comprenderme y tus consejos. Sólo, que sigo perdida.- al final él lo comprendió y hicieron las paces de corazón.
Los días costaban pasar. Martín había regresado a Berlín, sin antes exigirle que cumpliera su promesa. Aunque lo entendía, pero también sentía que se entrometía demasiado en la vida de su hermana y no era nadie para dirigir su vida. Aquello no evitaba, que se sintiera como una autentica hija de puta.
La única persona que le reconfortaba era su amigo Antonio.  La escuchaba sin juzgarla. Le ayudaba a ver las cosas de otro modo e indirectamente fue él quien le señalo el sendero a recorrer. Fue una tarde de principios de abril, una semana antes que volviera Marisa, que lo supo.
- Sigo sintiendo que vivo a medias tintas, sin rumbo. El recuerdo de Anni, sigue persiguiéndome. Y no sé si seré feliz sin ella. Eso tiene solución obvia, regresar a Berlín por recuperarla. Dominik me ha dicho que tengo posibilidades.
- ¿Entonces, por qué no lo haces?- poniendo voz a sus dudas.
- No soy feliz y creo que la felicidad no depende de si estoy o no estoy con la persona que amo. Debo aprender a estar sola, a escucharme y a amarme más. Si no estoy bien, no puedo compartir la vida con nadie. Eso me lo has enseñado tú.- Le apretó la mano y se sonrieron.
- Sabes, a mi me funciono realizar el camino de Santiago. ¿Has oído hablar sobre él?- Jasmin recordó el monográfico que leyó en el avión sobre aquella ruta de peregrinaje hacia la capital de Galicia, la tierra de meigas y leyendas. Y se le iluminaron los ojos. Determinado que lo haría.
- Gracias Antonio.- lo abrazó y le dio varios besos.
- A si me gusta, que te rías. Marisa tiene razón, eres mucho más hermosa cuando sonríes.
- ¡Ah, pillín en tus tiempos debías ser un seductor nato!
- ¡Ni te lo digo! Seguro que no te me hubieras escapado.- le dio un pequeño golpecito en la espalda por bribón.- Espero volverte a ver, que encuentres lo que estas buscando. Entonces, ya nada podrá contigo.
Se fundieron en un abrazo sincero, largo y cálido. Decían que los abrazos tenían mucho poder. Y la verdad era que así era. Dos personas le habían dado fuerzas por seguir andando. Marisa con su generosidad y Antonio con su sabiduría. Días después emprendía el camino de san Jaume (Jaime), con destino Santiago de Compostela. Quizás su viaje definitivo…

Capítulo 10: Jasmin es mi inspiración en el viaje al estrellato

Comentarios

  1. Me encantaaaaa!sigue cuando puedes!

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  2. Gracias por el comentario. Me alegro que te este gustando.

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  3. Me encanta lo que escribis! Donde puedo ver los capitulos de esa serie?

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  4. Hola. Gracias por tu comentario. Me alegro que te este también gustando.
    Respeto donde puedes seguir la historia de Anni y Jasmin, te cuento. Hay un grupo de la pareja Anni y Jasmin de google, debes de enviar un mail diciendo que te gusta su historia, eres fan y te incluyen en el grupo. Una vez te añaden tendras acceso a todos los capitulos sobre ellas... des de los inicios, por el 2013 hasta ahora.
    Dirección mail para la solicitud: jasanni+noreply@googlegroups.com

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