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Nada de nada, termina siendo tu triste lema. ¿Si te acostumbras a él? La respuesta es relativa, como la mayoría de hechos y cosas del planeta tierra. No puedes vivir sin afectos, y en el fondo, recuerdas quién siempre esta a tu lado. Quitas las hojas secas, las que están muertas, hasta que te quedas con el árbol vació...pero tampoco desnuda.
La nada te da paz, te obliga aceptar que la vida es así. Aquellos ojos marrones ya no los volverás a ver, y aquella noche... aquel cruce de dedos en aquel único baile parecen una etapa, en un pasado que se esta cubriendo de polvo.
Estás triste porqué parece que toda tu vida es así. No obstante, es la ley inviolable de la vida... Hoy, presente y luego pasado. El futuro tan solo es el momento que lo decimos, como una bocanada de aire que gastamos en tan solo decirlo. Ya estas letras serán pasadas. ¿Tremendamente estremecedor?
Nada de nada. Es así. Si lo miras así, no tiene nada sentido. Lo importante es que todo lo que hagamos nos llene y se tengan metas realistas. Ahora me nutro de historia imaginarias, que quizás nada me aporten... pero me hacen flotar y alejarme de mi vida rutinaria... continuar siendo Nadia de Nada... Nadia de nunca...
Alguien que quiere dejar de sentir, alguien que poco a poco tiene los pies al suelo...y en el fondo, ve que su orbita va cambiando. A veces no se trata de decir adiós, de tapar todo aquello que tanto te ha dolido... sino alejarte de todo ello, abrazar a la nada y borrar tantas y tantas dependencias insanas. Porque te das cuenta de que todo cambia, y uno no tiene la culpa del que otro cambie, que una relación cambie... Nadie tiene la culpa. Aunque el dolor te haya cegado, y por norma te cargas de cruces.
Te quieres alejar, pero no quieres cometer los mismos errores. ¿Por qué irte, por qué querer conquistar la nada? ¡No hay nada que esconder! Quieras o no, algo termina por cambiar en ti. Simplemente, juzgas la otra persona de otro modo. La dependencia se hace añicos, quizás dejando paso a una posible relación más saludable.
En el fondo no existe la nada, tan solo la quieres conquistar para no sufrir... para no querer involucrarte nunca más con los otros. Aunque se debe aprender algo... porque si no se hace la pregunta: por que me pasa todo ello... quizás no se crece. No se debe perder la fe, pero tampoco abrir de par a par las puertas de tu existencia si luego no estas dispuesta a quedarte sin nada. Tal como titula el libro de Jorge Bucay: El camino de la autoestima al egoísmo.
Según el autor, lanza la pregunta. Si soy egoísta, ¿Y que?... o Hacer las cosas por el placer de hacerlas (por tu propio placer).
Lo reconozco, en el fondo he querido dar... pero siempre he esperado la misma retribución. Lo único que he conquistado es la Nada. ¿He sido capaz de dar por el simple placer de dar? Lo he hecho con el corazón en todo momento... y por ello tampoco encuentro digno hacer estas recriminaciones.
Nada... Nadia de Nada es pura ilusión. Aún así, en conjunto querer conquistar la nada me ha invitado a la reflexión y querer comprender la magnitud de la situación. Nada te invita a preguntarte porque te quedas estancado en un triangulo de las bermudas.
Hay que renacer de tus propias cenizas, no todo el mundo ve la vida o la amistad tal como la ves tú... es algo, que a veces se olvida. ¡Gracias por recordármelo, Nadia de nada, Nadia de nunca !
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